Iván (4 - último)
Después de tanto tiempo, completo el relato ambientado en Las Cañadas.Mil perdones a los que os enganchasteis a esta serie y no pudisteis terminarla. Mas vale tarde que nunca.
Si había algo que paralizaba el tiempo en Las Cañadas , era una boda o un entierro. El pueblo entero quedaba fantasma y todos los vecinos se reunían para festejar o llorar juntos. Por supuesto que no todo el mundo se llevaba bien, pero existía ese punto de hipocresía, en el que se critica a las espaldas, mientras se brinda con la copa.
DOMINGO
La boda se celebraba en la capilla de San Matías, en lo alto del cerro, y allí estaba todo el pueblo reunido con sus mejores galas y sus mas pecaminosos pensamientos, o al menos Pedro, el de la tienda de informática, que aprovechaba las celebraciones para emborrachar a alguna incauta muchacha para beneficiársela más tarde en algún descampado cercano.
La primera en llegar fue Doña Manolita , acompañada de Nacho, su hijo. El lascivo muchacho iba vestido con un traje de mil rayas, que le hacía irreconocible al resto de los invitados. Nacho no comulgaba con las reuniones pueblerinas , pero se vio obligado a asistir ante la insistencia de su madre, y ante la necesidad de ver a Iván. Desde que le dejase la nota el lunes anterior, éste no se había puesto en contacto con el. Y es que, el polvo del tren no le fue fácil olvidarlo, se sentía esclavo de Iván , aún sin haber tenido más contacto desde aquel día. Soñaba con poner su culo prieto a su disposición y ser follado sin descanso. Ya se imaginaba sumiso acatando las ordenes de Iván.
Tendría que esperar , porque hasta el momento , el maestro de Juan no había llegado.
La última incorporación al censo del pueblo acababa de llegar a la entrada de la capilla. No se trataba de Iván, sino de Alba, la nueva policía local . El jueves se presentó con su traje bien planchado y con su pistola homologada colgando de un lateral de los pantalones en la que sería su nueva comisaría. La marcha repentina de Esteban sorprendió a todos. El bueno de Esteban había sido trasladado a la capital. La plaza que desde hacía tres años tenía solicitada, había sido forzosamente aprobada , debido a la baja ocasionada por un policía que fue sorprendido obligando a un detenido a comerle la polla. Sin duda , el cuerpo de seguridad de la capital necesitaba limpiar su plantilla de policías corruptos, y con gran acierto, habían elegido a Esteban, ¿quién mejor que él, que durante los últimos años había trabajado en un tranquilo pueblo?
Esteban ni siquiera se despidió de Nacho. Y Nacho ni siquiera se molestó, estaba claro que cada uno había sido un entretenimiento en la vida del otro.
Eran ya casi las once de la mañana e Iván seguía recostado en la cama de su nuevo apartamento. La boda se celebraría a las doce, y al ser sólo un visitante ocasional del pueblo, no se sentía obligado a llegar una hora antes de la celebración.
-¿Ya te despertaste?,- un beso cálido rozó los labios de Iván.
-Pues claro que sí. No puedo faltar a la boda, no estaría bien que mañana me marchase del pueblo sin despedirme.-La sonrisa cómplice y feliz de Iván relucía por sentirse completo y amado al fin.
-Está bien, pero no te escaparás de sudar un poco la camiseta antes!
Los besos húmedos y llenos de amor que recorrían el cuello de Iván , eran regalos venidos del cielo. La piel erizada y receptora de un millón de sensaciones , sólo podían compararse al mismo paraíso. Los dos se fundían en uno, dando y recibiendo todo el placer que les inundaba.
La boca de Iván lamía el pecho de Fran, y lo saboreaba como había soñado miles de veces. Sus dientes mordisqueaban los pezones erectos de Fran y este, cerraba los ojos y entreabría los labios dejando escapar suspiros de placer.
-¡¡uhmmm!! ¡Diosssss!!!
E Iván apretaba un poco más fuerte , y Fran se derretía más si cabía. La parte más hetero de su cerebro quedó anulada por completo. Y lo que más ansiaba era prolongar este momento eternamente.
-Date la vuelta-le decía al oído a Iván ,y éste se giraba lentamente dejando caer su brazo al lateral del colchón. Sus manos le acariciaban la espalda mientras su cabeza la dirigía a los glúteos firmes como rocas . La visión del culo de Iván le provocaba tal erección que creía que su polla estallaría en mil pedazos. Ahora solo deseaba follárselo, penetrarlo hasta el fondo, sentir que se unía a el en uno sólo.
No hacía falta lubricante. El saber que la enorme polla de Fran le estaría taladrando hacía que su esfínter se abriera de par en par para recibirlo. No existía resistencia de su parte.
Y lo penetró, primero suave y despacio , sintiendo su cuerpo estremecer con cada roce de su miembro dentro de Iván. Y luego fuerte y más rápido , agarrando con las manos su cadera y forzándola a acercarse y alejarse de su pubis. A medida que más tiempo permanecía dentro de Iván, más salía a flote su virilidad y masculinidad. Los movimientos se volvían más enérgicos y salvajes, haciendo que Iván perdiera la noción de donde estaba.
Sólo cuando Fran se corrió dentro de Iván, los dos comprendieron que estaban hechos el uno para el otro.
El martes anterior , Iván había estado toda la tarde con Sebastián en el invernadero, El olor de las plantas que Sebas tenía cultivadas inundaba toda la estancia. Mezclas de olores que recordaban a los campos, a países lejanos y a comidas exóticas. No sólo tenía plantas medicinales, sino especias de todo tipo.
Era buen muchacho Sebastián, y se deshacía en explicaciones para que el invitado entendiera y comprendiera el porqué sentía tanta pasión por sus cultivos. E Iván escuchaba le atentamente, sintiéndose privilegiado por estar pasando un rato tan agradable con un tío que estaba tan bueno.
Dos horas y pico pasaron en el invernadero. Tan rápidas pasaron que Iván se olvidó completamente de llamar a Nacho. Justo cuando se disponían a salir del jardín particular de Sebastián, una muchacha entró por la puerta cristalizada.
-Ah! Hola cariño. Ven que quiero presentarte a Iván , el profesor de Juan. Le ha encantado lo bien cuidadas que están tus Siemprevivas. Iván... dijo dirigiéndose al profesor- te presento a mi novia Lucía.
Lucía sonrió abiertamente y estrechó la mano con gusto al profesor del que había oído hablar tanto en los días anteriores.
-Encantada. Me imagino que Sebastián habrá tenido la decencia de invitarte a nuestra boda.
Sebas miró la miró picaramente.
-Por supuesto, Cariño. Sabes que siempre fui muy educado, ja,ja!!
Los tres rieron la ocurrencia de Sebastián.
Fran al fin se había dado cuenta , que por más que tratase de ignorar lo obvio, estaba enamorado hasta los huesos. Desde que su compañero de piso se fuese al pueblo a dar clases, se había acostado con varias tías para tratar de convencerse de que sólo era un buen amigo y no el amor de su vida.
Pero estaba sufriendo tanto la falta de Iván, que no le quedó más remedio que aceptarlo.
La decisión la tenía más clara , pero no podía esperar más para verlo y decirselo a la cara. Así que cogió su móvil y lo llamó. Al día siguiente cogería el primer tren e iría a encontrarse con él a Las Cañadas.
Iván se encontraba en la estación del tren cuando este terminó de frenar. Con la mirada buscaba entre las ventanillas para ver si le veía, pero Fran ya se encontraba en el descansillo dispuesto a bajar las escalerillas.
Las miradas se encontraron la una a la otra, y el resto de las personas que diez segundos antes, pululaban por toda la estación, desaparecieron. Ya pocas cosas se podían decir , es más , sobraban todas las palabras.
Fran caminaba despacio hacia Iván , como queriendo retener este momento. Una voz le decía que corriese a su vera , pero sus músculos , acostumbrados al más duro deporte, se bloquearon y no le permitían más que avanzar a un ritmo moderado.
Cuando llegaron el uno al otro, Fran dejó caer la bolsa y ambos se abrazaron como si una eternidad de tiempo hubiese pasado desde la última vez que se vieron.
No se besaron, o al menos en ese momento.
-Te quiero...-Le dijo Iván a Fran, y este respondió con la mirada y una enorme sonrisa.
Estas palabras ya tan manidas en otros labios, cobraron toda su fuerza en ese momento, como si hubiesen sido creadas para ellos dos.
A mitad de la semana , Faustino no se sorprendió de la decisión de Iván de dejar su casa. El amigo de la ciudad de Iván había llegado, y aunque les había ofrecido que se quedase también en la casa, entendía que también dos jóvenes como ellos, quisieran disfrutar del tiempo juntos sin querer molestarles.
El profesor aprovechó la oportunidad para decirle al padre de su alumno Juan, que dejaría de darle clases , ya que le había salido una plaza fija en un instituto de la ciudad.
Con esa mentira sólo trataba de ocultar su verdadero motivo. Y es que, desde que la otra noche sorprendiera a Juan, no le apetecía volver a darle clases. Iván se sentía bastante abierto de mentalidad, pero lo que vio no entraba dentro de sus cánones.
La boda fue de las más hermosas que se habían vivido en Las Cañadas. El sol que relució ese día sólo daba más crédito a la belleza de los novios. Sebastián estaba impresionante y Doña Manolita no paraba de llorar: Había visto crecer a los dos jóvenes desde que nacieron.
Las flores acompañaron las mesas de los invitados a la boda y las botellas del vino cultivado en los valles regaban las gargantas de todos sin excepción. Iván y Fran se comportaron como dos perfectos amigos durante todo el día, aunque sus miradas delataban el amor que sentía el uno por el otro.
Cuando la tarde ya casi caía y los invitados empezaban a cantar animados por los licores que les embriagaban el cerebro, Iván pensó que si no visitaba el baño pronto, le reventaría la vejiga.
Adentrándose en el salón contiguo a la sala donde se estaba celebrando la comida, se asombró de la cantidad de gente que hacía cola para entrar al lavabo. Así que se dio media vuelta y salió del local , con la intención de ir a la arboleda que se encontraba detrás.
Caminando hacia los árboles más cercanos , unos gemidos le llamaron la atención. Intentó no darse por aludido y se desvió unos metros con intención de ir a mear a otro lado, pero los gemidos continuaban...
-Más adentro!! Fóllame más fuerte...!!!
La voz le resultaba familiar. Se acercó escondiéndose entre los arbustos más cercanos y allí estaba Nacho siendo brutalmente violado , aunque con consentimiento, por Pedro el de la tienda de informática , y es que esta vez le había tocado a el ser emborrachado por la putita del pueblo. Iván se quedó un rato mirando.
A la hora de despedirse , todo fueron halagos para el profesor. Todos coincidieron en que era una lástima que Las Cañadas perdiera un muchacho tan agradable y según Faustino, un profesor tan bueno.
Ya sólo le quedaba darle la enhorabuena al novio y desearles lo mejor. Iván caminó hacia Sebastián pasando al lado de Juan, que sentado, apoyaba la escayola en una silla enfrente de la suya. El muchacho hubiese agachado la cabeza ante Iván si hubiese sabido que la otra noche, el profesor le había visto. Solamente se limitó a sonreír.
Ya enfrente de Sebastián , Iván le deseaba lo mejor:
-...Sólo os deseo lo mejor para los para ti y Lucia. Y sobre todo agradecerte lo agradable que me has hecho la estancia aquí. Espero que volvamos a vernos.
-Yo también te deseo lo mejor . Es una pena que no te quedes en el pueblo , seguro que te hubieses adaptado bien aquí...- Sebas le estrecho la mano y mirando que no hubiese nadie cerca le dijo sonriendo:
-No tardes en volver, me gustaría que repitiéramos lo del invernadero, nadie me había dado tanto placer!!-y diciéndolo, comprendió que sería difícil ya que, desde la llegada de Fran ,a Iván se le veía totalmente feliz y enamorado.
(Fin)
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Muchas gracias.