Ivan 2

Las nuevas cogidas que nos dimos el delicioso Ivan y yo

IVÁN II

Queridos lectores, ahora le voy a platicar la segunda vez que me encontré con éste rico bisexual

Pasados unos días y con la calentura invadiéndome por dentro, busqué la tarjeta de Iván para ver si nos podíamos ir a coger, marqué el número y me contestó una chica, tal vez su secretaria, le pedí que me comunicara con él y, pasados unos instantes me respondió con tono alegre:

  • ¡Hola!, cómo estás, pensé que no me llamarías, ya tiene una semana desde que nos vimos.

  • Aquí estoy buscándote, ¿porque no me llamaste tú?, te di mi tarjeta y nada que me llamaste – comenté.

  • Pues estoy a tus órdenes, ¿para qué soy bueno?

  • Eres bueno para coger y dejarte coger – dije en tono malicioso-, te busco porque tengo la tarde libre, ¿podrías hoy?

  • Me tomaste desprevenido, pero déjame ver que puedo hacer, te llamo al celular en unos 20 minutos, ¿de acuerdo?

  • Correcto, espero tu llamada, no me dejes con la calentura, hasta luego -finalicé.

  • Entonces hasta luego.

Me quedé con la duda de si realmente me llamaría, hasta pensé en irme a buscar acción al cine en donde nos conocimos, o quizá algún bar, andaba caliente y no quería masturbarme, se me antojaba un rico culo para llenarlo de carne, o que me ensartaran por el mío, era viernes y la tarde estaba agradable, así que me fui a tomar una copa mientras pasaban los minutos, mientras disfrutaba de un cigarrillo y mi bebida, sonó el celular, respondí ansioso de que fuera Iván, en cuanto escuché su voz, la alegría me invadió, al otro lado de la línea le oí decir:

  • Hice hasta lo imposible pero… - hizo una pausa que se me figuró eterna.

  • ¿Pero qué?... – mi ansiedad era extrema.

  • Pero logré zafarme de los compromisos, ¿en dónde nos vemos?

  • Si gustas en el bar en donde estoy y después… -la pausa que hice fue para ver si estaba dispuesto a tener un rico encuentro sexual conmigo.

  • Después nos vamos a donde podamos estar a solas, ¿correcto? – terminó preguntando.

  • Lo que gustes, así daremos rienda suelta al placer.

  • Dime en dónde estás para llegar ahí, nos tomamos un par de copas y luego nos vamos.

Con algo de excitación le di la dirección del bar y empecé a imaginar lo que pasaría después, no tardó ni 15 minutos en llegar, me saludó efusivamente rozando levemente mi pene y pidió una copa:

  • Es para ambientarnos un poco más – dijo entre risas -, además no traje mi camioneta, nos vamos en tu auto.

Celebré su broma y apuramos las bebidas, pagó la cuenta y salimos en busca del auto-hotel más cercano.

A pocas calles encontramos uno discreto pero elegante, metí el auto hasta un lugar disponible, bajé a pagar y entramos a la habitación, no lo dejé reaccionar cuando le di un apasionado beso mientras mis manos recorrían su cuerpo, toqué sus nalgas y él se pegó a mi cuerpo, me acarició hasta donde alcanzaban sus manos al mismo tiempo en que iba desvistiéndome, cuando bajó mi ropa interior, mi espada saltó hacia delante como buscando a quién ensartar, Iván la tomó entre sus dedos y la acarició con delicadeza, mientras tanto yo lo despojé de toda la ropa y pude constatar que estaba igual de caliente, lo masturbé suavemente para lograr su erección total y quedar listos para la cogida que nos aguardaba, se agachó para darme una rica mamada, sus labios se abrieron para dejar que mi ardiente lanza se introdujera poco a poco dentro de su boca, puse mis manos en su nuca para irlo alentando a que dejara entrar todo el tronco, Iván abrió los ojos y su vista se encontró con la mía al tiempo en que mi pene se alojaba totalmente en su garganta, los placenteros gemidos que brotaron de mi cuello hicieron que aumentara el ritmo de sus chupadas, pasaba su lengua por todo mi miembro, luego, sacó mi reata y se dedicó a lamer mis bolas, con esto, logró que me arqueara y abriera mis piernas para permitirle llegar hasta abajo, sus manos se apoderaron de mis nalgas buscando entre ellas el culo que ya anteriormente había penetrado, las apartó para acariciarlo con el dedo sin meterlo, nuevamente emití unos sonidos que denotaban mi excitación, volvió a meter mi caramelo dentro de su boca y siguió mamando de forma enloquecedora, aumentó la velocidad de las chupadas y, pasados unos minutos detuvo mus caricias y me pidió:

  • Ahora es tu turno, hazme gozar como yo te lo acabo de hacer.

Se acostó sobre la cama con la palpitante verga apuntando hacia la lámpara, la agarré con mi mano y le dije:

  • ¡Mira que grande la tienes!, parece que es mucho más grande que la vez anterior, me vas a destrozar el ano con tan tremenda cosa – fingí mi voz para que saliera algo chillona -, ¿me cabrá entre las nalgas?

  • Te tiene que entrar toda – respondió con voz autoritaria -, no puedes dejarme así de caliente, ¡mámamela rico!

Obedecí mansamente a su orden, abrí mis labios lo suficiente para que la enrojecida cabecita cupiera en mi boca, succioné un poco y dirigí mi vista hacia su cara, estaba con los ojos cerrados, abría la boca y pasaba la lengua sobre sus labios, ¡estaba sintiendo un gran placer!, abrí más mis labios y dejé que toda su tranca se deslizara hasta el fondo, no lo logré puesto que la tiene un poco más larga que la mía, escuché que sus gemidos aumentaban de volumen hasta casi convertirse casi en gritos, mi lengua recorrió toda su verga buscando brindarle inmenso gozo, me tomó de la parte posterior de mi cabeza y me forzó a tragarla toda, ¡sentí que me ahogaría!, me llegó hasta lo más profundo de mi faringe, me mantuvo con el cañón insertado por unos segundos, en los cuales mi cuerpo se agitó tratando de terminar con aquella penetración bucal, por fin me soltó y pude sacarme el gran tronco que me impedía respirar, con algo de indignación le reclamé:

  • Se trata de gozar, no de hacer sufrir, ¿por qué me forzaste a tragármela toda?

  • Es que me estabas dando la mejor mamada que he recibido en toda mi vida, me hiciste gozar tanto que quise saber si podrías comértela toda, ¿me disculpas? – finalizó con acento de disculpa.

  • Te disculpo si me dejas hacerte lo mismo, te la tienes que comer toda y aguantar unos segundos con mi tranca hasta el fondo –dije algo molesto.

Con cara de alegría cambió de lugar conmigo, me acosté para que pudiera mamármela sin problemas, abrió la boca y se un golpe se la metió hasta la mitad, después siguió metiéndola despacio hasta que sus labios llegaron a mis bolas y vientre, se la estaba tragando totalmente sin ahogarse, era un verdadero traga-penes, las sensaciones de placer hicieron a un lado todo lo anterior, disfruté de sus deliciosas chupadas, me transportó a un mundo en donde no había sino excitación y gozo, deteniéndolo para no llenarle la boca de leche, le dije:

  • Ahora es el turno de nuestros ardientes culos, hay que darles luna rica ensartada para que también ellos disfruten de la maciza carne que tenemos.

  • Pues déjame sacar los condones para empezar con las culeadas – respondió levantándose.

Sacó unos condones con textura y lubricados, me entregó uno al tempo que decía:

  • Éstos son especiales, los probé hace tiempo y realmente aumentan el placer para los dos, tanto al cogedor como al penetrado, ¡póntelo ya!

Lo abrí rápidamente y me lo puse, Iván se colocó el suyo y preguntó:

  • ¿Me coges primero a mí o te cojo yo?

  • Dámelo tú primero, no quiero dejar de gozar todavía, ¿cómo me quieres coger? – dije realmente caliente.

  • Se me antoja que cabalgues sobre mi garrote, mientras te masturbo – respondió con voz entrecortada por la calentura.

  • Acuéstate entonces para montarme y que mi culo se abra al paso de tu rica estaca – comenté con ganas de sentirme penetrado.

Se acostó levantando su arma, me subí sobre él y me acomodé para que su pene tocara la entrada de mi anillo, fui bajando las nalgas para que su garrote se fuera abriendo paso en mi esfínter, la cabecita de su pene entró suavemente arrancándome gemidos de satisfacción, me detuve y levanté mi cadera para volver a sentir la penetración, cuando su pene se salió de su funda, Iván alzó un poco su cuerpo y tocó nuevamente mi culo, como me di cuenta que me deseaba, repetí el descenso disfrutando cada segundo de si deliciosa herramienta, cuando su verga estaba ensartada a la mitad, me dejé caer clavándome el resto de golpe, Iván me sujetó de las caderas y me instó a cabalgar con su estaca clavada en mi ano, así lo hice, pero, para mi sorpresa, el placer era mayúsculo, la textura de los condones realmente aumentaban las sensaciones, con esto y la deliciosa reata clavada en mi trasero, hicieron que mi mente buscara únicamente el placer para mi cuerpo, él me masturbaba suavemente mientras me poseía, de vez en cuando me acostaba sobre su pecho para besarlo apasionadamente volviendo a la pose de jinete, ya que, así gozaba mucho mejor de la cogida, la hinchada tranca entró y salió de mi culo hasta que los jadeos de Iván subieron de ritmo y tono, estaba a punto de entregarme su espesa leche, apreté lo más que pude mi esfínter hasta que sus embestidas cesaron, nuevamente me agaché para besarlo al tiempo en que cambiábamos de lugares, mientras se montaba sobre mi camote, se quitó el inundado condón y, mostrándomelo comentó:

  • ¡Mira nada más qué cantidad de semen me sacaste!, ahora que me cojas vas a sentir lo mismo que yo, ¡puro placer!

Sin agregar nada más, se montó sobre mi ardiente garrote para hacerlo desaparecer en sus entrañas, fue bajando muy lentamente al tiempo que me decía:

  • Disfruta lo rico que se siente mi culo con éste condón, cierra los ojos y déjate llevar

Así lo hice y me dispuse a gozar de la cogida, definitivamente era más placentera, su culo se sentía más rico, la textura aumentaba las sensaciones y hacía disfrutar más de la ensartada, cuando sus nalgas tocaron con mis ingles, inició un movimiento rotatorio que me dejó asombrado, ¡se movía mejor que una puta!, luego apretó su ano logrando que mi orgasmo estuviera a punto de inundar la funda de látex, como si lo adivinara, aflojó la presión sobre mi espada y se quedó sentado sobre mí con mi verga clavada hasta adentro, se agacho para besarme mientras me daba ligeros apretones de culo:

  • Quiero que tu verga siga clavada dentro de mí, me estás haciendo gozar como nunca – dijo.

  • Tú también me estás haciendo sentir el mayor placer del mundo, eres el mejor amante y la mejor puta del mundo – comenté.

  • Necesito sentir que te vengas como el río más caudaloso del mundo, llena de leche el preservativo y hazme saber que te gusta lo que te hago.

Volvió a besarme y luego se levantó para clavarse mi garrote hasta dentro, subió y bajó hasta que lo tomé fuertemente de las piernas y, evitando que subiera otra vez, solté los chorros de semen sin poder soportar un segunda más, Iván hizo que el momento de mi orgasmo fuera más placentero, apretó su culo para exprimirme hasta la última gota de semen, quedé jadeante y agotado con mi camote clavado en aquella rica abertura hasta que el sueño me venció.

La tercera parte de mis encuentros con Iván será en mi próxima entrega, no se lo pierdan queridos lectores.

Espero sus comentarios en mi correo.

Don Pato

fotografo7@yahoo.com.mx

IVÁN III

Les agradezco todos los correos con sus comentarios y críticas acerca de mis relatos, muchas gracias queridos lectores, todos los tomo en cuenta, en esta ocasión les voy a platicar la tercera vez que me encontré con éste rico bisexual y una chica.

Pasados unos días de la rica cogida en el hotel, Iván me llamó ya muy entrada la noche al celular:

  • ¡Hola!, cómo estás, espero que no tengas planes para mañana, es viernes y quisiera saber si nos podemos ver.

  • ¡Qué suerte tienes! – dije en son de broma -, precisamente acabo de cancelar una cita, ¿a qué hora nos vemos?

  • Mira, es cosa de ir a una pequeña reunión y después… ¿quién sabe? – finalizó malicioso.

  • Me gusta más lo de "quién sabe", ¿en dónde es?

  • Es en casa de una compañera de la oficina, quiere que vaya porque acaba de estrenar su apartamento, solo que

  • Hay algo raro en tu voz, ¿qué hay de raro? – pregunté.

  • Lo que pasa es que ella quiere tener una fantasía y me pidió que se la cumpliera, ¿aceptas? – terminó preguntando suplicante.

  • Si va a haber sexo entre todos, ¡acepto!

  • Gracias, ya verás que no te vas a arrepentir, es súper caliente, nos vemos mañana a las 7 en

Anoté los datos y el nombre de ella, también le dije para terminar la llamada:

  • No se te olviden los condones texturizados, ¡son excelentes!

Su risa resonó a través del auricular y colgó, me quedé pensando en lo que me acababa de proponer, él y yo cogiéndonos a una mujer, era algo fuera de lo que acostumbrábamos, pero en fin, mi condición de bisexual me ponía en ventaja con ellos, podía disfrutar tanto de un apretado culo como de una húmeda concha, me acosté pensando en el futuro encuentro, no sabía lo que acontecería

Llegué a la dirección poco antes de la hora, toqué el timbre y una voz femenina respondió a mi llamado:

  • ¿Diga?

  • ¿Aquí vive Vicky?, soy amigo de Iván, mi nombre es M….

  • Empuja la puerta en cuanto suene el timbre, pasa por favor.

Llegué hasta la puerta abierta de su casa, Vicky me recibió con una sonrisa:

  • ¡Adelante!, ponte cómodo, Iván no debe tardar, ¿gustas algo de tomar?

  • Gracias, prefiero esperarlo, mucho gusto –dije extendiéndole la mano -, soy

No me dejó terminar:

  • Tú debes ser M…, es un placer conocerte, Iván me ha platicado de ti – comentó mientras estrechaba mi mano.

  • Espero que sean cosas buenas –dije-, no me gustaría causarte una mala impresión.

-No lo creo, habla maravillas de ti, toma asiento, podemos platicar un poco mientras llega.

Nos sentamos y comenzamos a charlar animadamente hasta que fuimos interrumpidos por el sonido del timbre.

  • Ése debe ser él, permíteme voy a abrirle – dijo mientras se retiraba.

Al momento en que salió pude apreciar su redondo trasero, ya que el vestido que la cubría dejaba adivinar su cuerpo, el cuál era sostenido por unas piernas llenitas, torneadas y blancas, sus pechos abundantes pugnaban por escapar de su sostén, algo bajita, agradable, cabello negro y lacio, boca con labios gruesos, justo como me gustan para que se apoderen de mi caramelo.

Entraron juntos e Iván me saludó con agrado, se sentaron junto a mí y la plática no tardó en iniciarse:

  • ¡Qué bueno que pudiste venir! – dijo Iván -, espero que te la pases bien esta noche.

  • Para eso son los amigos, no me agradezcas nada – respondí.

  • La que tiene que agradecer soy yo – dijo Vicky -, los dos han sido muy amables al aceptar mi invitación, quiero que se diviertan lo más que puedan – terminó mientras se levantaba para servir unas copas.

Como la hora de la cita había pasado, pregunté a Vicky:

  • ¿Esperas a alguien más?

Su risa resonó por toda la sala, a modo de respuesta se quitó el vestido por encima de la cabeza dejando ver un sostén negro, semitransparente, que a duras penas contenía sus senos, un provocador liguero enmarcaba aún más su amplia cadera, sus piernas estaba cubiertas por unas medias brillantes, agitó su negra cabellera y, poniéndose las manos en las caderas, dijo provocadoramente:

  • ¿Acaso necesitamos a alguien más?, lo que me hace falta lo tienen ustedes, mi fantasía es poder meterles por sus culos mis juguetes y hacerlos gozar como nunca.

Su forma de actuar nos dejó unos instantes paralizados, pero en cuanto Iván recobró el aplomo, se levantó, la tomó entre sus brazos y comenzó a besarla, ella se pegó ansiosamente, deseando hacer realidad su sueño, sus manos comenzaron a desvestir a Iván con una prontitud inusitada, me levanté para unirme a la excitada pareja, haciendo y dejándome hacer todo lo que nuestras calenturientas mentes dictaban, en cosa de segundos él y yo quedamos completamente desnudos, nuestros garrotes se hinchaban más a cada instante, dejándonos listos para la sesión de sexo, Vicky se retiró un poco para apreciar la magnitud se los penes y comentó con voz entrecortada:

  • ¡Miren que parados están! – dijo mientras señalaba con ambas manos nuestros caramelos -, se antojan bastante, ¿no es cierto?

Asentimos en silencio mientras cada uno veía la estaca del otro.

  • ¡Quiero que se den unas mamadas para ver que tan grandes los tienen! – ordenó.

Le obedecimos rápidamente, me acosté sobre el sillón con la verga apuntando al techo, Iván se acostó sobre mí para hacer un rico 69, abrí mi boca para dar paso al caliente instrumento que estaba ante mis ojos, comencé lamiéndolo para que el gozo fuera mayor, Iván por su parte se lo clavó totalmente dentro se su húmeda boca, succionándolo de una manera que me hacía vibrar por la deliciosa chupada, Vicky se acomodó frente a nosotros para poder ver cómo las espadas desaparecían dentro de nuestras bocas, ocasionalmente nos acariciaba las bolas o nos daba de nalgadas, tan concentrados estábamos en dar placer al otro que no supimos en qué momento trajo un maletín con juguetes sexuales, solo lo supimos hasta que nos interrumpió diciendo:

  • ¡Ahora es tiempo de ver sus ricos culos!, ¡muéstrenmelos abriéndose las nalgas! – nuevamente su voz era enérgica.

  • Lo que tú digas Vicky – respondimos al unísono -, tus deseos son órdenes.

Nos hincamos sobre la alfombra y cumplimos su mandato, abrimos las nalgas con ambas manos dejando al descubierto nuestros oscuros anillos, nuevamente golpeó nuestros traseros, los pellizcó y lamió por todas partes lo que hizo que nos calentarnos mucho más, tomó el tubo de lubricante y vació lo suficiente entre nuestros cachetes posteriores haciéndonos excitar al límite, lo esparció poniendo especial cuidado de meter solamente un poco uno de sus dedos dentro de las estrechas aberturas, yo gemí por la rica sensación de tener algo en mi ansioso culo, Iván solo acertó a echarse para atrás y lograr que el dedo se incrustara hasta el tope dentro de él, la penetración digital nos preparó para lo que vendría después, Vicky nos dijo:

  • Elijan con cuál consolador o vibrados quieren ser ensartados, tengo de muchos tamaños y grosores.

Los dos volteamos para ver una impresionante colección de penes artificiales, había de muchos colores y texturas, uno me llamó la atención por su forma, tenía una serie de bolitas una cada vez más grande que la anterior, finalizando con una bastante grande, un poco mayor que el ancho de la cabeza de mi garrote, lo tomé vencido por la curiosidad, deseando que el placer que me provocara fuera mayúsculo, Iván eligió uno con medidas similares a mi pene, en cuanto elegimos nuestro instrumento de placer, nuevamente nuestra dominatriz nos dijo:

  • Ahora quiero ver cómo se lo clavan entre ustedes, no se vayan a venir porque la leche está reservada para mí, háganlo como las putas que son, cójanse rico y hagan todo lo que quieran, menos meter sus reatas en los culos.

Vencidos por la calentura, nos dispusimos a meter las artificiales espadas en sus fundas, me puse sobre Iván como si fuéramos a repetir el 69, abriéndole las piernas logré insertar la punta del garrote de látex, cooperó alzando las caderas para que se lo encajara todo en su ano, como mis nalgas quedaban hacia arriba, no tuvo mayor problema en introducirme cada una a una las bolitas a través de mi anhelante esfínter, cuando trató de empujar en mi interior la más grande, mi reacción fue de dolor, mi orificio no podía dar cabida a tan gruesa bola, dejándome descansar, nuestras bocas buscaron los rígidos penes que estaba a su alcance, las mamadas que nos dimos fueron casi con desesperación, nuestros culos estaban llenos y deseábamos vaciar los torrentes de crema en donde fuera, en cualquier parte interior, ya sea boca, culo o vagina.

La escena debió ser tan ardiente que Vicky se nos unió clavándose dos vibradores en sus aberturas, se sentó sobre uno metiéndoselo por atrás mientras que por delante se insertó el más grueso que poseía, los jadeos y gemidos de los tres se confundieron en una sinfonía de placer, satisfacción y calentura, al momento en que anuncié que me venía, Vicky nos separó de la posición en que estábamos sin sacarnos los penes artificiales del culo, me tumbó sobre la espalda y me chupó la verga hasta que los espasmos de mi orgasmo cesaron, luego tomó la reata de Iván y le sorbió hasta la última gota de semen, por último nos hizo que le metiéramos los consoladores mientras le mordíamos las tetas, haciendo que su venida fuera tan abundante que sus jugos escurrieron desde su concha hasta la parte interior de sus muslos.

Espero sus comentarios en mi correo.

Don Pato

fotografo7@yahoo.com.mx