It will rain - II Parte
Continuación de esta historia.
- Helena: ¿Qué se supone que significa esto?
Las chicas se levantaron como un resorte de donde se hallaban sentadas, Julia con menos nervios que Nerea fue la que hablo a su madre, ya estaba cansada de que dirigiera su vida, de que no pudiese decidir por ella misma con quien podía estar o no y a quien debía de amar, si se acaba de dar cuenta de que amaba a Nerea por encima de todas las cosas hasta de la seguridad de su propia familia, del prestigio de pertenecer a la familia Flavia, de ser descendientes del propio Julio Cesar pero ella no había nacido para casarse con Claudio, ella había nacido para compartir su vida con esa mujer que tenía a su lado aterrorizada esperando lo que su madre decidiera hacer con ella por haberse tomado el atrevimiento de confraternizar con su propia ama.
- Julia: Esto madre no significa nada, Nerea y yo solo conversábamos, lo que no es nada malo ya que gracias a ti poseo pocas amigas y ella se ha convertido en alguien muy importante para mí con la que puedo compartir mis cosas y hablar de cualquier problema que tenga.
- Helena: Pero tú te estás oyendo, hablas de una esclava, no es más que basura, un objeto de usar y tirar, si lo que quieres es tener amigas, ve a las termas y confraterniza con las chicas de nuestro rango social no con esclavas.
- Julia: Madre por mucho que sea de nuestra propiedad sigue siendo un ser humano como nosotros, ella no tiene la culpa de que nuestro imperio avance por todos lados, destrozando familias y matando personas como hicieron con su padre, y de hecho no me interesa hablar con niñas de nuestro rango social que de lo único que se preocupan es de con quien se casaran, a mi me preocupan más cosas que esas, me importa encontrar el amor, ser feliz y no que me cases con alguien a quien no amo solo porque tiene dinero y una buena posición dentro del Imperio.
- Helena: Tu esclava, lárgate de aquí ahora mismo antes de que mi castigo sea peor del pensado, no tienes porque presenciar esta conversación.
- Nerea: Como usted ordene domina.
- Julia: ¿Quién te crees para ordenarle nada? Ella me pertenece me la compro padre a mí, no tienes ningún derecho a darle una orden ni siquiera a castigarla.
- Helena: Tengo todo el derecho y como no te alejes de ella vais a sufrir ambas, ella puede sufrir un accidente y morir, y con respecto a ti quizás no seas merecedora de alguien como Claudio, quizás te encierre en casa y no vuelvas a ver a nadie el resto de tu vida.
- Julia: Padre jamás permitiría que me hicieseis eso, el me protegerá.
- Helena: Tu padre hará lo que yo le diga, porque para el harás algo muy malo por lo que mi decisión de encerrarte en casa será totalmente aceptada.
- Julia: No se qué te ha pasado en la vida madre para que seas así de amargada, el que seamos amiga no supone nada malo, no va a cambiar nada en nuestros status, delante de los demás es una esclava como cualquier otra, de hecho ninguna de las demás esclavas saben de nuestra amistad.
- Helena: Ambas sabemos que tú no sientes solo amistad por esa esclava, que sientes algo más y eso es lo que me preocupa que vaya a más y acabes por llevar a la ruina a esta familia, nos hundirías en la más profunda de las vergüenzas y tu padre perdería todo su poder en el senado.
- Julia: Sabes que, me largo de aquí no pienso seguir con esta discusión absurda en la que no llegaremos a nada, haz lo que te plazca pero como toques a Nerea, olvídate de que tienes una hija.
Julia salió de aquel lugar con aquella mujer que tenía como madre, no soportaba estar ni un minuto más cerca de ella, quizás debería hablar con su padre acerca de todo lo que estaba sucediendo pero primero debía pedirle disculpas a Nerea por todo lo que su madre dijo acerca de ella, quizás no era lo que los demás considerarían correcto, nadie de su clase se rebajaría a pedirle disculpas a un esclavo pero ella no era como los demás, a ella le importaban las personas por ser personas no por lo que tuviesen o a que clase perteneciesen y para ella Nerea era el ser mas especial que había conocido, si su madre tenía razón sentía algo más que amistad por ella, sentía amor pero también sabía que era un amor imposible ya que no sabía si Nerea sentía lo mismo por ella.
Julia se dirigió hacia las cocinas, buscando a Nerea pero no la encontraba por ningún lado, preguntó a los demás esclavos por ella y le dijeron que se encontraba buscando agua en una de las fuentes cercanas a la Domus para tener reservas para la fiesta que sus padres darían en honor a Claudio que volvía desde la Galia, Julia había olvidado este hecho, su prometido volvería en unos días, tenía la sospecha que su madre le había contado acerca de sus tendencias y escarceos con las esclavas, también que él se casaba con ella solo porque era hija del senador Máximo y eso le daría un puesto en el Senado, sabia del gusto de Claudio por tener relaciones con las esclavas y le daba igual a quien perteneciesen siempre que fuesen atractivas, también había intentado una vez acostarse con ella sin éxito ya que logro escaparse de él, que llego a ponerse violento intentando violarla, esto no se lo había contando a su padre porque sabía que mandaría a matarlo o al menos le daría un buen escarmiento y también porque su padre sufriría por este hecho y ella amaba por encima de todas las cosas a su padre, siempre la cuidaba y le daba todo lo que pedía si estaba en su mano por eso cuando lo vio llegar con Claudio contento porque este había pedido su mano en matrimonio no se atrevió a negarse pero llegaría el momento que deberían hablar de todo esto pero aun no era el momento, porque Nerea acababa de llegar y tenía que hablar con ella.
- Julia: Nerea cuando termines con eso podrías venir, necesito hablar contigo sobre un asunto delicado.
- Nerea: Esta bien ama, en un rato estoy con usted.
En ese momento todos los esclavos empezaron a rumorear entre ellos, sobre que habría hecho Nerea para que la ama quisiese hablar con ella, algunos otros sobre qué relación tenían y otras que ya sabían que le pasaba a su ama con las esclavas bonitas empezaron a reírse por lo bajo acerca de ese castigo tan malo que le iban a imponer, pero la verdad es que Julia solo quería aclarar lo de su madre pero Nerea estaba nerviosa, no sabía qué era lo que quería Julia y temía que después de la discusión con su madre esta dijera que ya no iban a seguir siendo amigas. En el caso de Julia a parte de las disculpas y aclarar lo de su madre también le iba a pedir que por un tiempo dejaran de reunirse por el bien de Nerea, sabía que su madre era muy capaz de hacerle daño, y prefería alejarse de ella aunque le doliese a que algo le pasase, al menos así la sabia sana y salva y la tendría cerca de ella mucho tiempo, incluso si su matrimonio con Claudio llegase a llevarse a cabo, Nerea la acompañaría a su nuevo hogar.
Habiendo terminado sus tareas Nerea se dirigió hacia donde la esperaba Julia, no sabía porque pero sabía que esta conversación no le iba a gustar, ni siquiera sabía que esperar, llevada días sintiendo cosas por su ama, cosas que sabía que no tenían ningún sentido, había escuchado decir a los otros esclavos que esa fiesta que iban a dar era en honor al prometido de la ama, que volvía de un viaje a la Galia, también corría el rumor que ese día anunciarían el día de su boda, eso no sabía porque pero le producía cierto desasosiego saber que ella se casaría con ese hombre del que todos hablaban y algunos con cierto temor sobre todos las esclavas, había oído que tenia tendencia a violar a las que no se acostaban con el por voluntad propia y le daba igual que no le perteneciesen a él, temía por su Julia, si su Julia, tenía ese sentimiento de posesión, de cuando amas a alguien y sientes que ese alguien te ama a ti, porque no sabía cómo podía llegar a ser Claudio con ella, no sabía que podría pasar si ella se negaba a estar con él, porque en el tiempo que llevaba en esa casa también había oído los rumores de que a la ama le gustaba tener aventuras con esclavas y que nunca se había acercado a ningún esclavo, también sentía que todos sus sentimientos por ella eran recíprocos aunque para ellas no hubiese ningún futuro.
- Nerea: Dime Julia, ¿en qué puedo ayudarte?
- Julia: Quería aclarar contigo lo que mi madre dijo acerca de ti esta mañana, no tenía ningún derecho, tuvimos una discusión acerca de eso, también quería pedirte disculpas por si te hizo sentir mal en algún momento.
- Nerea: No te preocupes por mí, es normal que tu madre se exprese así de mi, solo soy una simple esclava.
- Julia. No, no eres una simple esclava, al menos para mí no, para mi eres muy especial por eso quería pedirte algo.
- Nerea: Dime.
- Julia: Por un tiempo sería conveniente que dejásemos de encontrarnos por las tardes, mi madre nos mantiene vigiladas con sus esclavos y amenazo con hacerte algo si yo seguía con esta amistad, y no puedo permitirme que algo te pase no lo soportaría, de hecho ya sabrás que en unos días llega mi prometido, según me han informado mis padres es para fijar la fecha de nuestra boda, querría que te vinieses conmigo a mi nuevo hogar, allí necesitare gente de confianza y sobre todo te necesitare a ti, mi padre no pondrá ninguna pega con que te vengas y Claudio complace a mi padre en todo lo que este le pide.
- Nerea: Como usted mande, domina.
Julia se dio cuenta del cambio de tratamiento de Nerea hacia ella y sabía que era debido a lo que le había dicho de Claudio pero si quería protegerla tenía que alejarse de ella aunque eso le doliese en el alma.
Pasaron los días y la casa de la familia Flavia era un hervidero de gente, mercaderes que llevaban los alimentos para el festejo, esclavos encargados de limpiar la Domus y de preparar el festín, familias patricias que iban a confirmar su asistencia a tal evento, todo el que se consideraba poderosos estaría ahí, y los que no lo eran les gustaría estar, todo el mundo estaba feliz menos Julia y Nerea, Julia sabia que se acercaba el final de su libertad y Nerea por el hecho de que perdería la mínima oportunidad de estar con Julia y vivir su amor ya que una vez casada pertenecería a ese hombre del que todos hablan y al que ella ya odia sin conocerlo.
La noche de la fiesta la familia Flavia estaba reunida en la entrada de la Domus recibiendo a los invitados y junto a ellos estaba Claudio que miraba a Nerea con ojos de depredador, esta estaba sirviendo junto a los demás esclavos, la última vez que estuvo en esa casa, esa bella esclava no estaba, a las demás ya la había probado y se dijo que en un descuido del senador y de su prometida cumpliría todas las fantasías que tenía en la cabeza con la esclava, ya que su prometida no permite ni que la roce, una vez lo intento y acabo con un jarrón de cerámica en la cabeza y con la firme amenaza de contárselo a su padre, lo que para él significaría muchos problemas, por eso prefirió dejarla tranquila hasta la noche de bodas ahí no se podría negar a ninguno de sus caprichos, porque ahí seria de su propiedad, contaba con el apoyo de Helena, la vieja bruja como él la llamaba y como otros muchos patricios, todos conocían su mal genio y su ira si era desobedecida en sus caprichos, tenía muchos enemigos esa mujer pero nadie se atrevía a hacer nada contra ella por ser esposa del senador Máximo y por pertenecer a la familia Julia, a la familia del emperador. Así que como había pensado, aprovecho un momento en el que toda la familia de su prometida estaba ocupada con unos invitados y se llevo a Nerea a un lugar apartado de la casa con una excusa tonta que Nerea creyó a medias, algo le decía que ese hombre no era de fiar y lo comprobó cuando se le lanzo encima de su cuerpo intentando abusar de ella, tenía mucho miedo sabia que este era su fin que si ese ser llevaba a cabo sus planes nunca mas volvería a ser ella, pero justo en el momento en que Claudio le desgarro las ropas alguien le golpeo la cabeza con un objeto contundente, ese alguien era Julia que aunque estaba entretenida hablando con una de esas niñas de su clase, no le había quitado la mirada de encima a Nerea en toda la noche, y cuando vio que Claudio se iba con ella , un mal presentimiento le cruzo el cuerpo por lo que decidió seguirlos y los encontró justo cuando este iba a violar a su Nerea, golpeándole en la cabeza para evitarlo, sabía que esto iba a suponer problemas pero le daba igual, lo amenazaría con contarle a su padre todo lo que sabía de él, haciendo que el compromiso se rompiese y perdiese todas las aspiraciones políticas que tenia.
- Julia: ¿Estás bien Nerea?
- Nerea: Si domina.
- Claudio: Pero que haces estás loca, me golpeas para defender a esta escoria, solo es una esclava.
- Julia: Ahora hablare contigo Claudio. Nerea por favor, retírate a los barracones donde dormís, cámbiate y descansa, no es necesario que vuelvas a la fiesta.
- Nerea: Esta bien domina, como digáis.
Habiéndose retirado Nerea del lugar Julia enfrento a Claudio, amenazándolo con contar todo lo que sabía de él y sobre todo su intento de violación, amenazándolo con que perdería todas sus aspiraciones políticas y el poder que esperaba conseguir gracias a su padre, este acepto todo esto sin rechistar pero ambas pagarían por esto, hablaría con Helena, ella siempre la apoyaba, Julia sufriría y sabia que haciéndole daño a la esclava seria su peor castigo, lo había visto en sus ojos, ese amor con el que la miraba y sobre todo con esa amabilidad, nunca había sido cruel con los esclavos pero sabía que con ella era diferente, por eso se dirigió hacia donde estaba Helena pidiéndole que si podían hablar en un lugar apartado a lo que esta accedió sin problema alguno.
- Helena: ¿Qué te ha pasado en la cabeza Claudio?
- Claudio: Ha sido tu hija, por defender a esa sucia esclava.
- Helena: ¿Que Julia te ha hecho eso por defender a la esclava?
- Claudio: Si, y por eso he venido a hablar contigo, necesito tu ayuda, esto no puede quedar así, la esclava y tu hija deben pagar y la única manera es deshaciéndonos de la esclava, se que tu hija sufrirá con eso.
- Helena: Yo también llevo días dándole vueltas a lo que desaparezca de nuestras vidas, pero no porque mi hija sufra sino para evitar el escándalo al que nos exponemos por su comportamiento con ella.
- Claudio: Esta bien, yo me encargo de que sufra un accidente, tengo amigos dentro de los bajos fondos que lo harán encantado por unos cuantos denarios.
- Helena: Pero que parezca un accidente, y Julia debe estar delante para evitar sospechas hacia nosotros, en unos días a los alrededores del río Tiber, y allí que caiga accidentalmente al agua.
- Claudio: Esta bien, avísame con el día y yo se lo comunicare a mi amigo.
- Helena: De acuerdo, ahora volvamos a la fiesta.
La fiesta fue todo un éxito, la gente hablaba de ellas incluso al pasar de los días, Julia estaba más tranquila, por alguna razón su madre estaba bien con ella y había dejado de molestar a Nerea, era feliz, su amor estaba bien y cerca de ella, uno de esos días su madre le pidió a ella y Nerea que la acompañasen a las cercanías del rio a recoger unas mercancías para la Domus que había encargado, sin sospechar nada dijo que sí que lo harían, al llegar allí Helena le dijo que fueran a pasear por las cercanías del rio mientras ella recogía las cosas y ya las avisaría para ayudarla cuando las tuviese, algo que Julia vio con buenos ojos, podría estar a solas con Nerea y en un lugar tan bonito como lo era el rio, pero al acercarse allí un muchacho joven corriendo choco con ellas lanzando al agua a Nerea, que no sabía nadar, Julia no sabía qué hacer, estaba desesperada por intentar salvar a su amada, intento lanzarse también pero la gente se lo impidió el agua estaba muy revuelta y si lo hacía allí morirían las dos, tirada en el suelo desesperada y deshecha en llantos se la encontró su madre que lo único que hizo fue sonreír sin que Julia se diese cuenta y llevársela del lugar, Nerea al fin había desaparecido de sus vidas.
Agradecimientos:
HombreFX: Gracias siempre es un placer tenerte y que comentes.
pipelon: Gracias por tu comentario.
maly: Muchas gracias amiga por tu comentario, si eso parece que no he perdido la magia, espero que te siga gustando la continuación.
patricialeon: Esto bonita, ya se que odias a Helena, me lo dices cada vez que lees algo del relato, esta vez no me has dado la turra para que escriba jajaja y con lo de que soy grande, no se yo al menos yo no me veo asi, una persona normal que se aplica un poco. Un beso bonita
Vicky: Muchas gracias por tu comentario, aqui tienes la continuacion espero que te siga gustando.
saray: Muchas gracias por el comentario.
Noa89: Frikiii muchas gracias, ya se que no esperabas que escribiese de nuevo, no lo esperaba ni yo jajaja pero alguien se encarga de darme la turra, yo tambien te quiero aunque no lo diga jajaja.
Ave: Gracias por tu comentario, no creo que vaya por ahi Espartaco era un gladiador aunque tambien fuesen esclavos tenian otro estatus dentro de Roma, aunque es una gran pelicula.
Ana Maria: Gracias por tu comentario, me alegro de que te guste.