It will rain
Nuevo relato espero que os guste
Esta historia que os voy a contar tiene sus inicios a finales del siglo I a. C, cuando los romanos dominaban el mundo conocido, cuando Augusto se proclamó emperador. Una bella joven hispana era llevada al mercado de esclavos en Roma, su nombre era desconocido para los traficantes solo les importaba mantenerla con vida porque era un bello ejemplar por el que sacarían bastantes denarios.
Por otra parte en la ciudad la joven Julia se preparaba para acompañar a su padre un reconocido senador del Imperio al mercado donde se encontraba la bella hispana, Julia estaba comprometida a otro de los importantes patricios del Imperio pero la verdad era que ella no quería esa unión ni miraba a los hombres como seres con los que compartir su vida, de hecho había tenido sus aventuras con algunas de las esclavas de su villa que se encargaban de ayudarla y atender sus necesidades, aunque su compromiso se vio acelerado al ser descubierta por su madre en uno de estos escarceos con una de sus esclavas.
Al llegar al mercado de esclavos en el foro de Cesar, el senador Máximo fue recibido con grandes honores y se le cedió a él y a su hija un lugar privilegiado para asistir a la compra de esclavos, una vez iniciada esta fueron vendidos los esclavos de menor valor dejando a los mejores para el último momento y recibir mayores ganancias ya que quedaban en la venta solo los más importantes dignatarios y patricios de Roma.
Julia que estaba pendiente de todas las transacciones porque le gustaba ayudar a su padre en la elección de los esclavos le ayudo a decidirse por un esclavo que se encontraba en buena forma física que serviría para los trabajos pesados de la Domus, justo en ese instante sacaron a la hispana quedándose prendada de ella por lo que prácticamente obligo a su padre que se la comprara para que pasara a ser parte de su servicio, algo de ella la atraía y no solo de forma sexual sino sus ojos le trasmitían paz y tranquilidad algo que no había tenido en mucho tiempo, se acerco hacia ella dejando que su padre se encargara del resto de esclavos que habían comprado y que saldara la compra.
La hispana vio acercarse a su nueva ama, y lejos de sentir miedo o desprecio se sintió cómoda sabia que con ella estaría bien y le dio gracias a los dioses porque fuese ella quien la comprase y no cualquier sátiro que desease cumplir sus más oscuros deseos con ella.
- Julia: Vamos esclava, desde hoy me perteneces, obedecerás todas mis órdenes y ayudaras al resto de mis esclavos en las tareas que os sean encargadas, deberás dirigirte a mi por domina y a mi padre el senador por dominus ya que serás de las únicas personas que puedes recibir orden alguna. Ahora bien dime como es tu nombre porque me gusta dirigirme a mis esclavos por su nombre.
- Hispana: Mi nombre es Nerea.
- Julia: Bien Nerea, entonces acompáñame a tu nueva vida, en cuanto lleguemos a la villa una de mis otras esclavas te ayudaran a asearte y te darán vestimentas nuevas, hoy no trabajaras pero ya mañana te serán asignadas tus nuevas tareas y espero que sepas estar a la altura de la familia Flavia.
- Nerea: Como usted mande domina.
Una vez saldado el pago por todos los esclavos comprados, el senador Máximo, su hija Julia y los esclavos comprados se encaminaron hacia su Domus donde le serian asignadas sus tareas en las que se desempeñarían día a día. A la llegada a la casa la madre de Julia salió a recibirlos cuando esta vio a la nueva esclava sabia las intenciones con la que su hija había hecho que su padre la comprara, le había atraído su belleza y tendría esperanzas de algún affaire con ella, pero ya había decidido que las dos pasarían poco tiempo juntas porque se encargaría de mantenerla ocupada y alejada de Julia.
A la llegada Julia mando a llamar a una de sus esclavas más antiguas para que se hiciese cargo de Nerea, mandándola a que le diera vestimenta nueva y comida para que luego pudiese ir a descansar y al día siguiente comenzar con sus tareas al día siguiente. Nerea se sentía cómoda a pesar de encontrarse en una situación de esclavitud pero su nueva ama le trasmitía esa sensación algo que no le pasaba desde que estaba en su poblado en Hispania cuando era hija de uno de los hombres más importantes del poblado hasta que los romanos llegaron e invadieron su tierra, ese sería un hecho que jamás olvidaría como al llegar los romanos arrasaron todo el lugar matando a ancianos y violando mujeres, ella se salvo debido a que su padre la defendió con su propia vida pero no se salvo de ser llevada como esclava hasta Roma, al menos había tenido suerte y parecía que había ido a parar a una buena casa, el amo y su hija la trataban bien no era como otros señores que maltrataban a sus esclavos o eso había oído a los demás esclavos de la casa, aunque todos ellos sí que le temían a la señora sobre todas las esclavas jóvenes sobre todo si veía que se acercaban demasiado a la ama Julia.
Ella se había dado cuenta que aunque era la ama Julia quien daba las órdenes, su madre se encargaba de que nunca estuviesen a solas, también se había percatado de la mirada de cariño que Julia le dedicaba cada vez que la veía y eso era nuevo para ella le hacía sentir en el estomago un millón de sensaciones, esto solo le había pasado una vez con su amiga de la infancia Bárbara, a ella le dio su primer beso pero sus padres las descubrieron y las separaron las de ellas la casaron con un rico mercader lusitano que se la llevo con él a su residencia y nunca más la volvió a ver, en cambio su padre a pesar de ser un hombre poderoso dentro del poblado jamás la maltrato o le hizo casarse con nadie, era un buen hombre que la amaba sobre todas las cosas ya que le recordaba a su esposa fallecida de la que Nerea era el vivo retrato y a la que le prometió en el lecho de muerte que cuidaría de su hija sobre toda las cosas dando su propia vida si fuese necesario como al final hizo.
En un momento de descanso Nerea se sentó junto al impluvium mientras veía como el agua de la lluvia caía en el recordando su lugar de procedencia, a su padre, y todas sus amistades que perdió en la invasión romana ya fuese muertos en combate o vendidos como esclavos como ella, Julia la observaba desde sus aposentos vio como las lagrimas salían de esa esclava que la hacía sentir tantas cosas y no era deseo físico como le ocurrió con las otras que había tenido aventuras por ella sentía ternura, deseos de protegerla y amarla aunque sabía que su madre jamás permitiría esa relación ya le había avisado que se alejase de ella sino quería que Nerea sufriera y ella acabaría casada al día siguiente con Claudio, pero algo le hizo acercarse hasta ella y acompañarla en silencio.
Nerea se percato de la presencia de Julia aunque tampoco se movió ya que su ama no le había dicho nada ambas permanecieron en silencio cada una sumida en sus pensamientos, Nerea seguía navegando en sus recuerdos y Julia en los sentimientos que le hacía sentir esa esclava que tenia junto a ella, su simple presencia le alteraba todos sus sentidos, sabía que ya había levantado suspicacias entre las demás esclavas debido a su trato de preferencia pero ella permitía el aseo y cambio de ropa a todas ellas, no le gustaba que estuvieran sucias y dieran una mala impresión de la familia Flavia, su padre apoyaba todas sus decisiones y sabia que si hablaba con el acerca de sus sentimientos aunque le costase lo entendería y la apoyaría pero era su madre quien le preocupaba, ella provenía de una de las más arraigadas familias patricias, era familia del propio Julio Cesar y del emperador Augusto pero su padre la había casado con el senador Máximo un buen hombre con mucho genio y aspiraciones en la política que no se dejaba avasallar por nadie dentro del senado pero que en su casa era demasiado blando empezando por su propia hija Julia a la que le permitía cualquier capricho. Estaba en pensando en todo eso cuando Julia decidió que era hora de romper este mágico silencio en el que estaban sumidas al ver a Nerea llorar.
- Julia: ¿Qué te pasa Nerea? ¿Por qué lloras?
- Nerea: Discúlpeme ama, no es mi intención preocuparla con mis problemas, ya usted tiene bastante con sus cosas.
- Julia: No me supone ningún problema, además me preocupo por ti, perteneces a esta familia y a mí…
- Nerea: ¿Y a usted que ama?
- Julia: Hagamos algo, mientras no haya nadie junto a nosotras podrías llamarme Julia, tenemos una edad parecida, y yo te llamo a ti por tu nombre.
- Nerea: Si ama, pero usted puede hacer lo que quiera por eso es mi dueña, pero no me ha respondido que le pasa a usted conmigo.
- Julia: Yo siento cierta simpatía hacia ti, me caes bien y me gustaría ser tu amiga aunque estemos en una situación extraña porque mi padre te comprase para que me ayudases en mis tareas.
- Nerea: Cierta simpatía, bueno está bien podríamos ser amigas aunque quizás a su madre y demás esclavas no les parecerá bien si se enteran.
- Julia: No te preocupes por eso ¿sí?, que no pasara nada.
- Nerea: Esta bien Julia, ahora si me disculpas debo volver a mis obligaciones, ya me he escapado demasiado tiempo de mis obligaciones y si la ama Helena se entera pondrá el grito en el cielo.
- Julia: Bien Nerea, hagamos algo quedamos aquí todas las tardes a esta hora, traeré algo para comer y pasar el rato mientras hablamos.
- Nerea: De acuerdo Julia.
Así pasaron los días y meses en los que todos los días las chicas se encontraban y hablaban de sus cosas, Nerea le conto como había llegado a ser esclava y todo lo que paso en su tierra con la invasión de los romanos, Julia quedo horrorizada con todas esas historias, ella por su parte le conto como su madre la había comprometido con Claudio en contra de su voluntad debido a una situación comprometida en la que la encontró aunque no le dijo exactamente qué situación era, no se atrevía a contárselo temía que eso las alejara, cada día ambas sentían más cosas por la otra pero ninguna daba el paso hacia algo más que una amistad.
Hubo un momento en el que ambas se quedaron prendadas de la mirada de la otra, Julia comprendió mirando en ese momento los ojos marrones más bonitos que había observado en su vida que por Nerea sentía más que una simple amistad o ternura, sino que sentía amor, se había enamorado de su esclava, también se dio cuenta de que era un amor destinado a fracasar ya que su madre jamás lo permitiría y la sociedad en la que ella vivía tampoco, desterraría a su familia al ostracismo en la sociedad patricia, en ese momento Julia también decidió que valía la pena arriesgarlo todo por ella acercándose tan cerca de ella que podían sentir la respiración de la una y de la otra pero este momento fue interrumpido al oír una voz que les instaba a separarse.
- Helena: ¿Qué se supone que significa esto?
Esto te lo dedico a ti, por apoyarme a que lo siguiera e incentivarme a escribirlo, asi que aqui lo tienes todo tuyo como yo.