Isabella

Cuando la comodidad del dinero y obsequios tienen mas importancia que los detalles y consejos del corazon...

A veces vivimos con la mente programada en que queremos hacer de nuestra vida a como de lugar, sin dar la oportunidad al corazón de hablar y pedir lo que necesite.

Isabela, de 35 años de edad es secretaria en una Editorial, es muy sociable, ya que por su trabajo se prestaba para conocer nuevas personas del ámbito literario, que al final de cuentas, era una rama del arte que le fascinaba.

Ella siempre vestía casual pero muy elegante, cuidaba demasiado los detalles de su apariencia, le gustaba traer su largo cabello obscuro suelto, era vanidosa, ese día por la mañana sonó su celular

-      Hola – Saludó ella

-      Hola amor, ¿A que hora nos vemos en la tienda de música para comprar las cuerdas de mi guitarra? – Saludó y preguntó dulcemente la voz en su celular

-      A las 7 ahí llego

Isabela tenía una relación de 2 años con Adela, las cosas empezaron bien porque Adela siempre fue muy atenta, cortes, amable y era la que estaba enamorada, por otro lado, Isabela, entre tantas personas que conocía en su ambiente laboral, se le hacía fácil tener aventuras con nuevas personas que le atrajeran; normalmente ese tipo de personas eran inteligentes, cultas, atractivas y con dinero.

Antes de salir de su trabajo llego la hermana de uno de los socios de la editorial, aunque es casada, siempre coqueteaba con Isabela y viceversa también

-      Isabela, buenas tardes

-      Buenas tardes Rosa ¿Cómo están los niños?

-      Muy bien ¿Cuándo volvemos a tomarnos ese rico cafecito que nos gusta? – le pregunto sonriendo pícaramente mientras la miraba a los ojos

-      Hoy voy con alguien a comprar unas cosas ¿Qué te parece si mañana vamos? – propuso sonriendo, ya había captado la indirecta

Al llegar a la tienda saludo a Adela con un abrazo y un beso en la mejilla, pasaron un agradable rato escogiendo discos para después ir a tomar una bebida, era su costumbre, hacían compras, iban a algún lugar a beber para terminar yendo a casa de Adela y tener cama de amor. Mientras Isabela se vestía para regresar a su casa, Adela le propuso volverse a ver al día siguiente

-      No puedo, voy a salir con una amiga – respondió, siempre su relación había sido muy abierta, Adela tenia conocimiento de la gran cantidad de amistades con quienes a veces salía, y por no perder lo que tenían siempre cedía.

Al día siguiente, Isabela se había ido arreglada mejor que de costumbre, miró el reloj, faltaban 5 minutos para las 6 de la tarde, se apresuraba a retocar el maquillaje, al guardar en su bolso el brillo labial reconoció en la puerta la silueta de Rosa, la mujer sensual con la que el café se volvía no solo el placer de tomar un buen capuchino, era el sabor de ambos labios intercambiando entre sí el café.

-      Mi esposo no está, ni los niños ¿Te apetece ir a mi casa a conocer mi nuevo sofá? – propuso rosa mientras subían a su coche

-      Iría si no fuera solamente a ver tu sofá – seguía el juego sabiendo que le esperaba otra buena sesión de sexo oral.

Efectivamente, el sofá era de lo mas cómodo para maniobrar el cuerpo de Isabela, sus mejores aventuras eran con Rosa, con quien era solo sexo por placer, nunca se platicaban sus tristezas o pedían consejos, solo era el papel de amantes ocasionales, las mejores.  ¿Qué más podía pedir? Adela era su confidente, su amiga y su enamorada, Rosa era su amante, tenia ambas figuras que cualquiera desea en una sola persona, pero en este caso, en ellas dos. A media sesión, timbra el celular de Isabela, no contesta, momentos después vuelve a timbrar, no contesta.

En el trayecto a su casa, Rosa la había llevado en su coche, manda mensaje a Adela avisándole que no pudo contestar y que después le marcaba, Adela, ya estaba acostumbrada a esos incidentes, sabía que era porque estaba con alguien mas, sin embargo, siempre fue paciente.

Por la mañana antes de la hora de desayunar llegó un editor al espacio de trabajo de Isabela, le puso unas hojas en el escritorio y le pidió que buscara un espacio en la próxima publicación, que se trataba de una nueva sección y que de entre varios candidatos escogieron a uno, Isabela pensó que se trataba de uno de tantos que solo empiezan a trabajar y con el paso del tiempo dejan de escribir y terminan borrando la sección, se levanto y fue a desayunar.

Al volver a su lugar, continuo con el acomodo de secciones, había pasado por alto la nueva, hasta que poco antes de la hora de salida que estaba ya archivando sus cosas encontró las hojas “Maldición, no hice la sección y debía tenerla lista” disgustada volvió a encender la computadora y se dispuso a transcribir el texto, a media transcripción dejo de hacerlo, solo continuó leyendo “bueno, no está tan mal” pensó.  Terminó y le envió un mensaje a IsWicca, que era el seudónimo, terminaba detalles de corrección cuando apareció un mensaje anunciándole un nuevo correo en su buzón, y precisamente era de IsWicca, agradecía la atención y se puso a sus órdenes, Isabela le entró curiosidad de saber si se trataba de un hombre o una mujer, y contestó el mensaje, tardo unos momentos en ordenar sus palabras sin que le percibiera demasiado su interés, recordaba que los escritores tienen un arma muy poderosa, su imaginación y redacción, solo escribió: “mi nombre es Isabela, encargada de tu sección, mas no se como dirigirme a ti, me gustaría saber tus generales para agregarte a la lista de autores que publicaremos”.  Algo en su interior le hizo esperar respuesta, que sería rápido, y efectivamente, la respuesta fue inmediata “mi nombre es Farastray, 29 años, de profesión antropóloga social….. y soltera”.  Al leer esa respuesta le pareció intrigante el por qué puso soltera ¿acaso me esta acosando? Se preguntaba “sabe que soy mujer, ella es mujer”, la duda la envolvió y surgían mas, optó por no contestar, ya era tarde y debía volver a su casa.  Esa noche antes de dormir, en su mente aparecía la imagen textual de esa respuesta.

En su oficina, lo primero que hizo al sentase en su lugar, abrió su correo, esperaba algún mail de aclaración de parte de Farastray, si había un mensaje nuevo y le entusiasmó, cuando vio que se trataba de una cadena que le había hecho llegar Adela hasta coraje sintió.  Después de un rato, le ganó la curiosidad y escribió: “Buen día señorita Farastray, la publicación saldrá el próximo lunes, puede pasar conmigo para su ejemplar de cortesía, para cualquier duda estaré online” pasaba la mañana y olvidó el mensaje, al volver de comer vio 2 mensajes instantáneos recibidos, eran de ella, la emoción la hizo dejar por esa tarde sus pendientes, quería conocer esa persona que algo le provocaba en su ser, quería averiguar porque le escribió esa insinuación, o tal vez Isabela así lo interpretó, viviendo en un ambiente donde todo es superficial, que se podía esperar de un nuevo autor, pero la platica no apuntaba a aclarar su duda, en realidad aunque su intención era averiguar si Farastray ya la conocía antes y por eso fue la insinuación, pero la platica se tornó mas a intercambiar gustos y conocerse, y así fue por varias tardes, el tener un monitor y no una persona de frente hizo que Isabela tuviera confianza para abrir emociones, gustos y sentimientos a Farastray.

Adela, tuvo que regresar a su ciudad de origen, lo que ocasionó algo de distanciamiento entre ellas dos, por eso la comunicación con Farastray había remplazado lo que en persona platicaba con Adela, además de que con Adela había compromiso de una relación sin título, y con Farastray solo era amistad.

Se llegó el lunes en que le daría el ejemplar de cortesía, pero avisó que no podría ir por el, ya que no alcanzaba por cuestiones de trabajo, pero se habían puesto de acuerdo para verse en un lugar y tomar algo para conocerse físicamente.

Farastray sabía que su preferencia sexual era por su mismo sexo, pero nunca había intimado con alguna chica, a lo mas que había llegado era solo a un beso, pero las conversaciones con Isabela le despertaron la curiosidad de probar con ella, en sus conversaciones habían platicado sus aventuras solamente, pero para ella era una oportunidad de entrar al mundo gay, después del café se irían al departamento de Farastray.  Isabela avisó a sus padres pasaría la noche con una amiga, aunque por su mente no paso la posibilidad de que hubiera coqueteo de la otra parte, solo eran amigas, buenas amigas

Al conocerse en persona, Isabela se percató que Farastray era muy despistada, no vestía muy bien como ella esperaba, no tenia mucha personalidad, aunque por otro lado, era muy amable y atenta, que fu su primera impresión, al llegar al departamento continuaron platicando de sus vidas, sus familias, gustos, mientras avanzaban los minutos, pasaron a sentarse al sofá, poco antes de dormir, hacia frío y se pusieron una frazada sobre las piernas, quedaban entrecruzadas, Farastray comenzó a sentir que sus latidos aumentaban de ritmo y su cuerpo se sentía mas caliente, su respiración era mas profunda, pero no le dio importancia, quien si le dio importancia fue Isabela, lo notó, su cercanía física era mayor, ambas percibían el aroma de la otra, por un momento las invadió el silencio, de inmediato Farastray se quito un tetragrámaton que traía colgado en su cuello y se lo dio, Isabella le pidió se lo pusiera, pero no podía ponérselo, le temblaban las manos, veía su cuello y le invadió el deseo de besar su cuello y respirar profundamente su perfume, se acercó un poco para percibir el aroma de la piel de Isabela, los bellitos del cuello se le erizaron al sentir la respiración de Farastray, y se intensificó al acercar su oreja el pecho mientras le cerraba la cadena con el dije, percibió los latidos intensos de su corazón, ninguna de las dos daba pie a que sucediera algo mas, ya era tarde y se levantaron del sofá, cada una dormiría en habitación distinta, mientras Isabela se ponía la pijama, de espaldas a Farastray, quien solo la veía admirándole su cuerpo, nunca había estado así de cerca con una mujer que le gustaran las mujeres y mucho menos que le hubiera hecho sentir excitación

-      ¿Isabela, quieres que duerma contigo?

-      No, esta bien, tu ya descansa

-      En verdad, si tu quieres puedo dormir contigo

-      Esta bien, por la mañana me iré temprano a trabajar y espero no despertarte

Esa noche obtuvo el mas rico beso que hubiese probado, Isabela tuvo la iniciativa de dárselo, Farastray solo deseaba abrazarla, esa noche todo había cambiado, no solo veía a Isabela como amiga, esa noche se había convencido de que ella era la mujer que su mente había creado, su corazón había querido y ahora era real y estaba ahí con ella.  No fue una noche sexual, aunque si intentaron que lo fuera, pero la inexperiencia de Farastray desesperó a Isabela quien siempre había tenido aventuras con personas que tomaban la iniciativa en el acto sexual, en un momento prefirió hacerle oral a Isabela, porque no sabia masturbarse sola, menos saber tocar a una mujer, el oral le parecía una opción buena para que Isabela no se sintiera decepcionada. Isabela no pensaba volver a intimar con ella, pero algo en su mente le hizo creer que tal vez como amigas funcionaria la amistad, al fin de cuentas Adela no estaba, y una amiga siempre se necesita, además ya se había abierto a ella, le platicó lo que significó para ella que su hermana gemela perdiera la vida en un accidente vial, pues además de ser su hermana, era su mejor amiga, después de su muerte vio la vida como un juego en el que su tiempo lo da al mejor postor, analizaba las cartas y preparaba su jugada, no se enamoraba de nadie, cuando comenzaba a sentirlo se alejaba.

Aunque no se veían seguido, sostenían contacto diario por Internet y largas conversaciones telefónicas, pero cuando había la oportunidad de estar juntas, Isabela le enseñaba a que la amarra como ella quería, moldeó a Farastray, mientras, esta, con sus cuentos inspirados en Isabela, le conquistaba el corazón, su facilidad para expresar su amor en analogías era en gran parte lo que enamoró a Isabela.

Al año de convivencia, volvió Adela, esta vez estaría por mas tiempo en la ciudad, Isabela solo quería ser amiga de ella, pero el compromiso que tenían no tan fácil se disolvería, y Adela no estaba dispuesta a perderla, y comenzó a ganar terreno con detalles mas costosos en comparación con lo que podía ofrecerle Farastray, quien con sus multiples trabajos no eran suficiente para ofrecerle lo que Adela, una mujer de mayores ingresos podía, Isabela se encontraba entre la espada y la pared, Adela era su escape y su ayuda en cuando a economía, era su apoyo, pero a Farastray, durante todo ese tiempo ha sido amor lo que ha sentido por ella, así que Isabela comenzó a decirle poco a poco a Adela que estaba enamorada ya de otra mujer, Adela, como siempre, pensó que se trataba de una aventura mas, y estaría dispuesta a soportarla, al final de cuentas estaba segura que Isabela nunca se alejaría de ella, por otro lado, Isabela le platicaba a Farastray que Adela solo era amiga, que era linda con ella, que recibía obsequios de su parte, pero solo era amistad, y Farastray no le incomodó.

Un día, Isabela junto, para convivir y se conocieran, a Farastray y Adela, inmediatamente el choque de vibras se dio, ambas se dieron cuenta que eran rivales, y Adela, a partir de ese momento, insistía mas en ganar nuevamente el amor de Isabela,  Farastray por su parte, comenzó a sentir celos, de actos y actitudes que tomaba Adela hacia Isabela, aún en su presencia, Isabela se molestaba porque Farastray exageraba las cosas.  Una ocasión discutieron muy fuerte, Farastray fue a casa de Isabela muy temprano, sin previo aviso, quería que arreglaran sus diferencias ó, si no había solución, terminar la relación pero en persona.  Al tocar la puerta abrió su hermano

-      ¿Esta Isabela? – preguntó, su hermano era ya tambien amigo de Farastray

-      Deja ver… no se… -  respondió en un tono algo nervioso

Con esa actitud del hermano, Farastray comprendió que algo andaba mal, se armo de valor y le pidió le dejara entrar al cuarto de Isabela, él se adelanto y subió corriendo, para avisarle que Farastray estaba ahí, Isabela salió muy nerviosa, bajo las escaleras y en el camino tomo la tomo del brazo y la encamino al cuarto de sus padres en la planta baja, se recostó

-¿Por qué no me dijiste que vendrías?- le preguntó con sus manos tapando  su rostro, mostraba mucho nerviosismo

  • Te marqué ayer pero no me contestaste ninguna de las dos veces

-¿Vas a hacer algún otro mandado o a que viniste?

  • Solo vine a verte, a que arreglemos esto

  • Bueno, tengo que decirte algo – se tapaba el rostro nuevamente- si no te lo digo luego lo sabrás y se que te enojaras pero igual te enojarás después, mejor te lo digo

  • ¿De qué se trata?

  • Adela se quedo a dormir conmigo, esta arriba en mi cama – se tapó los ojos, luego se descubrió porque sintió que de la cama se levantó Farastray

  • Comprendo, salgo sobrando

  • No es lo que tu crees, no pasa nada entre ella y yo, solo es mi amiga y como tu estabas molesta yo di todo por terminado.

  • Bueno, me retiro, ya está claro todo – respondió con voz cortada y se disponía a irse

  • Si no te vas, podemos vernos a las 2 de la tarde o antes

  • Antes, te espero

  • Bueno, yo le pediré que se vaya porque tengo cosas que hacer y te veo a esa hora

Farastray salio a hacer tiempo mientras llegaba la hora, se le venían mil pensamientos malos, por momentos quería ya mejor devolverse a su casa y comprender que al fin de cuentas sus presentimientos de Adela eran ciertos ¿Qué mas prueba que pasar la noche juntas? Por otro lado, tontamente aun guardaba una esperanza, le mando un mensaje a su celular informándole que ya estaba desesperada, Isabela respondió que fuera por ella en 15 minutos, y así lo hizo.  Aun no se terminaba de arreglar, el ambiente en su habitación se sentía tenso, Isabela estaba inquieta, incluso su vestuario fue muy sencillo, salieron serias, se subieron al coche de Farastray y se fueron a su casa, no se cruzaban palabras, cada una pensaba infinidad de cosas de la otra, por un momento ambas llegaron a pensar que lo  mejor sería  haber acabado antes de esa pesadez que estaban viviendo.  Farastray por su parte pensó que si todo iba a terminar, deseaba amarla por última vez, se mentalizó a que no quería  escuchar problemas, explicaciones, nada que le dijera sobre Adela,  al fin de cuentas ella sabia que si Isabela estaba en ese momento con ella era porque también la amaba, llegaron por unas bebidas antes de llegar a la  casa.

Isabela no hablaba  mucho, el silencio era demasiado cansado, se  sentaron en el sofá, Farastray la miró, se dio cuenta que quería hablar  de todo lo sucedido,  tal vez  explicar lo que había sucedido con Adela, Farastray no permitiría arruinar lo que pudiera ser su última vez juntas, se sentó casi  sobre Isabela y le besó su mejilla como si fuese  la  primera vez, Isabela no correspondía, su cuerpo reaccionaba sin que ella quisiera, pero tampoco detenía el hostigamiento, solo dijo que debían hablar, Farastray le susurro en su oreja “ahorita  quiero estar contigo, esto es lo que me importa, después hablamos” y fue  recorriendo a besos su cuello, tocando con la punta de la lengua su piel, hasta llegar  a sus labios, reconociendo el  corto camino que sus labios esperan durante mucho tiempo andar, aunque Isabela seguía inerte, su cuerpo había aumentado la temperatura,   Farastray entendía que debía detenerse, pero no podía, la deseaba

-      Espera, tengo  calor

-      Deja te ayudo a quitar  tu  suéter – se acomidió Farastray mientras le ayudaba a quitárselo

Por encima de la blusa ajustada se dibujaba  su pecho, sus bubis, Farastray le sonrió, y la volvió a besar, suave, como si escaneara cada pliegue de su labio, por  fin correspondió Isabela, no  con  intensidad,  solo fueron besos, Farastray colocó su mano en el  pecho de Isabela, su corazón hacia  música al mismo ritmo que el de ella, sabía que también la deseaba, había sido ya descubierta, sus  besos se intensificaron y respondió las caricias, las respiraciones volvieron un entorno sofocante, se pusieron de pie y Farastray ayudó a  desvestirla; primero quito su playerita ajustada, quedó en brasier y beso cada una de sus bubis,  como si agradeciera por  poder acariciarlas, lo desabrocho y las liberó,  el cabello de Isabela también las cubría un poco, las despejo del cabello  mientras contempla la silueta de  su cuerpo, como si tuviera mucho tiempo sin  haberla  visto, le desabrocho el pantalón  y lo bajó, disfrutaba hacerlo como quien abre un regalo hecho por alguien muy especial, dejó los pantis para el último momento, quería besar aquel lugar resguardado, al que nadie tiene acceso,  solo Farastray,  recostó a Isabela sobre la cama, y con sus lengua humedeció el lugar de su clítoris, a la que ella llama florecita, luego, quito los pantis, para regresar mientras recorría sus piernas desde la punta del pie hasta su ingle, el aroma de su intimidad era el mas dulce perfume que su olfato ha percibido, subió a besos tiernos por su vientre, su pecho,  su cuello, para terminar posando sus labios en los de ella, su mano mientras abría el camino de sus labios vaginales, para sentir entre sus labios el primer suspiro excitado que se genera cuando a quien tanto se ama toca nuestra intimidad, al escucharlo, probarlo  y sentirlo en su nariz, las caricias fueron mas intensas, los besos fundían ambos pares de labios, brotaba de su bella flor la miel que entre los dedos de Farastray mojaba, Isabela tomo la mano mojada de miel para degustarla, Farastray quiso probarla y entre sus bocas se deleitaron con ese néctar, Farastray se levanto para acomodarse y hacerle oral, Isabela quería que se quedara a su lado, pero insistió, y bajo a comer ese dulce néctar imposible de no disfrutar mientras con besos y jugueteos con su lengua hacían que brotara mas y mas, mientras besaba su intimidad, adentro en Isabela con su dedo medio, no era un lugar desconocido su vagina, sin embargo, le gustaba palpar la textura de su suave y esponjosita piel interior hasta llegar a ese lugar donde sentía era su punto detonante de explosivos orgasmos, una vez en ese lugarcito, de adentro presionaba hacia sus labios que succionaban suavemente su clítoris, como si supiera que la miel sale a gotas, con paciencia, en un proceso de succión y presión, de caricias verticales, circulares y demás maneras que en el acto de amor surgen espontáneamente, cuatro veces viajaron juntas a aquel lugar donde solo el boleto de hacer el amor las llevaba, sin ahogar sus desahogos, era su ritual sexual, no el primero, pero como siempre desde el principio.  Farastray se recostó a su lado y le abrazo de la cintura mientras Isabela se acomodó de lado, de manera que lo que le decía Farastray se lo susurraba a su oído mientras sus caricias en su cuerpo aun seguían, era parte de, y siempre lo había sido

-      No puedo vivir sin ti Isabela, vente a vivir conmigo, vivo sola y te lo pido porque te necesito

Isabela se volteó de frente a Farastray y le dijo en un largo beso lleno de amor cuánto la ama, porque no se le facilita expresarlo con palabra hablada, y ella pensaría nuevamente la propuesta, ya antes habían hablado de juntarse, tenían planes de iniciar un negocio juntas, el plan era ponerlo en marcha un par de meses después.

Las cosas parecían que habían vuelto a la normalidad, se acercaba el cumpleaños de Isabela, días antes, Farastray la invitó a comprar algo de ropa, caminando entre tiendas llegaron a una electrónica, Isabela dejaría su trabajo y solamente trabajaría vía Internet desde el negocio que abrirían, por lo que Farastray compro una computadora para que Isabela pudiera trabajar una vez juntas, la dejaría en posesión de Isabela en lo que se mudaba, sería su regalo de cumpleaños, por así decirlo.

Al llegar el día en que festejaría en casa su cumpleaños, Farastray quería ir a pasar la tarde con ella y su familia, pero Isabela le insistió que no fuera, que solo estaría sus padres y hermanos, mas tarde, ese día del festejo Farastray le llamó para saber cómo le había ido, le preguntó si había invitado a Adela, lo negó.  Días después, en la red social de amigos Farastray se enteró que Adela había pasado con Isabela su cumpleaños y todavía le tiró a Farastray indirectas para que supiera que habían estado juntas, se sintió traicionada y sus celos la hicieron reaccionar muy molesta exigiendo a Isabela dejara la amistad de Adela.  Isabela no le daba importancia a los sentimientos de Farastray, y en la siguiente visita que recibió de Farastray le anunció que pasaría navidad con Adela, Farastray se sentía fuera de lugar, no comprendía que sucedía, Isabela decía que solo es amistad, pero Farastray se preguntaba mil veces cómo es que una amiga incondicional sea demasiado atenta con quien ella tenía una relación en el presente, y mas, sabiendo que había habido algo entre ellas en un pasado no muy lejano.

Dias después de la ultima vez que se vieron, Isabela le anunció a Farastray que no se iría a vivir con ella, ésta a su vez, reaccionó impulsivamente y dio por terminada la relación sin escuchar explicación alguna de Isabela, sin embargo le exigió recoger la computadora que había comprado para ella que en realidad era para el negocio que montarían.  Isabela se sintió traicionada y el coraje entre ambas creció sin medida, prefirió darle el dinero de lo que había costado y no volvieron a tener contacto alguno.

Para Farastray el truene le deprimió demasiado, era época decembrina y eso le afectaba aún mas, vivía sola, todas las noches lloraba, su cara se demacró, es cierto que también tenía demasiado trabajo y justificaba su apariencia de moribunda, pero parecía ya solo un muerto viviente, su corazón ya no latía, y en momentos quería mejor morir, sabía que Isabela estaba al lado de Adela, le costaba aceptar que había ganado Adela con todos los regalos que le hacía que lo que Farastray la amaba sinceramente, era su todo.

El día de noche buena Farastray le envió un mensaje deseándole Feliz Navidad, y al mismo tiempo preguntaba si se podían ver al día siguiente, inmediatamente recibió la respuesta de Isabela, le agradecía, deseaba o mismo y le dijo que no sabía que planes tendría su familia para el día siguiente, entonces acordaron verse una vez que entrara año nuevo.  Farastray se había propuesto no ser celosa y creer en Isabela, pero una foto que subió Adela a la red social le volvió a partir el corazón, sentía que era una burla hacia su persona, y recayó en los celos y reclamos a Isabela, Isabela titubeó y dijo que tal vez lo mejor sería volver con Adela, Farastray a esa opción le dijo que respetaría su decisión y que no tendría caso verse en la fecha acordada, se despidieron nuevamente dando por terminado todo.  Hubo mas mensajes entre ellas, Isabela le propuso que se tranquilizaran y que dejaran que el tiempo acomodara las cosas.

Se llegó el día de verse, Farastray estaba entusiasmado, aunque nerviosa porque no sabía cómo dirigirse a Isabela con todo lo que habían vivido, Isabela guardaba coraje y lo desquitaba lastimándola y por un momento hasta la hizo llorar diciéndole que ya no la quería y que de ese momento en delante solo sería un desliz lo que ellas tendrían, después de platicar de todo lo ocurrido decidieron vivir lo que el presente les permita, porque Isabela habló mal a su familia de Farastray y por lo tanto ya no podría volver a visitarlos, mientras que Adela era la amiga favorita de la casa de Isabela.

Farastray en el transcurso de los días se estuvo mentalizando a que Isabela no quiere nada estable con nadie, tal vez la pérdida de su hermana, tal vez el que definitivamente no logró amarla, tal vez su relación presente oculta con Adela y los desaires que le ha dado han hecho cambiar la manera de pensar y ser de Farastray, llegó el momento en que se dio por vencida en insistir con una vida juntas, descubrió que Isabela nunca se apartará de Adela, y ya no anhela vivir con Isabela….   Tal vez Isabela, mientras pueda, preferirá las cosas materiales que Adela le da, y Farastray, Farastray iniciará con alguien mas la vida que Isabela no quiso porque siempre dijo no quería un día vivir con alguien, ella quería siempre ser libre, y lo será, aunque le cueste la pérdida de Farastray, su orgullo pudo mas que probar y luchar por la vida juntas a cambio de no tragarse sus palabras que a los 4 vientos había dicho de no enamorarse…