Isabel, una madurita muy caliente
Conocía a Isabel por internet y a los pocos dias quedamos en su apartamento.
Era principio de verano y andaba visitando algunas páginas de internet de contactos. Siempre que visito estos sitios me gusta buscar perfiles de mujeres maduras, ya que son apasionado de ellas.
He estado en la cama con varias señoras mayores que yo, con las que he tenido las mejores experiencias de mi vida. Encontré un perfil de una señora que decia llamarse Isa, vivía en una ciudad
cercana a la mía y que buscaba pasar momentos divertidos de sexo.
Le escribí un mensaje, indicándole mi edad (tengo 33 años) y le comenté que mi gusto por las maduras y que estaba dispuesto a irme a la cama con ella. Al dia siguiente me encontré respuesta a mi
mensaje. En él me decía que tenia 63 años, que le gustaba mucho la idea de que alguien mucho menor que ella la deseara y quisiera irse a la cama. Me contó que llevaba varios años sin tener relaciones
sexuales y que su marido la había engañado y ahora quería ella pagarle con la misma moneda y disfrutar del sexo a tope. Nos intercambiamos fotos. En las fotos vi una mujer mayor con unas tetas
grandes y bonitas, delgada y un coño con un poco de pelo. Su reacción al ver mis fotos fue indicarme rápidamente que teníamos que quedar pronto para follar, que estaba deseosa de tener mi polla
entre sus manos y dentro de su coño.
Ella tenía un pequeño apartamento en la costa y decidimos a los pocos dias quedar allí a mitad de mañana.
Llegó el dia, nervioso y lleno de morbo me dirigí hasta un bonito pueblo de la costa de Granada (cuyo nombre omitiré). La llamé por tlf y me indicó como entrar hasta la calle donde ella se encontraba.
Aparqué y me dirigí hacia el lugar de la calle. Allí encontré a una mujer que vestía de forma recatada y que quien la viera en ese momento nada podía presagiar la tigresa que llevaba dentro. Nos dimos
dos besos y entramos al edificio. Hasta entrar en el apartamento intercambiamos algunas frases en las que noté que estaba algo nerviosa.
Nos sentamos en el sofá del salón y tomamos un refresco. Al acabar de tomar el último sorbo se acerco a mi y me empezó a besar de forma apasionada, Nuestras lenguas se empezaron a entrelazar y
ella metió su mano debajo de mi camiseta para acariciarme el pecho. Le cogí la mano y se la puse encima de mi paquete, que estaba a punto de estallar. Seguidamente empecé a magrearle las tetas
por encima de su camisa. Empecé a susurrarle: "Tu eres la causa de que mi polla esté así". Al escuchar esto se levantó y aun sin desvestirse se sentó encima de mi polla y empezó a restregarse el culo
con ella, llena de lujuría. Ella no paraba de decir: "Ay, que gusto, que gusto... Esto es lo que yo necesito". Mis manos seguía sobando esas dos grandes y firmes tetas, sus pezones estaban en punta.
De pronto bajé una mano y le subí la falta, le aparté las bragas y empecé a acariciar su coño. Estaba muy mojado, se notaba que tenía mucha falta de que le dieran fuerte. Tenía unos labios grandes y
carnosos. Empecé a meterle un dedo y luego otro. Le excitación de Isabel fue subiendo al ritmo que su movimiento pélvico encima mio era electrizante. Sus gemidos subieron de tono y le susurré al oído
que nos desnudáramos y fuéramos a la cama, que allí estaríamos mas cómodos.
Rápidamente se levantó y comenzó a quitarse la falta y la camisa, yo hice lo mismo. Se quedó solo con las bragas de encaje de color blanco. De la mano me llevó hasta su cama, donde se tumbó. Le
quité las bragas y comencé a acariciarle el coño. Apenas tenía pelo en él, me dijo que se lo había recortado para la ocasión y para que pudiera comérselo mejor. Comencé a meter mi lengua en esa
rajita mágica, que tan caliente estaba. Cada pasada de mi lengua en ella era un espasmo de Isabel, que estaba disfrutando como una posesa llena de morbo. Mientras mi lengua le hacía un trabajo fino
empecé a follarle el coño con un dedo, luego le introduje dos dedos.
En los dias previos me dijo que nunca había chupado una polla y que eso no lo quería hacer, así que no le dije que me la comiera. Cuando llevaba un rato metiendole dos dedos y pasandole mi lengua
por el coño, me dijo que la follara, que no podía aguantar mas. Fuí pasando encima de ella y con mi lengua pasando por su ombligo, parándome en sus tetas, mordisqueando sus pezones, hasta llegar
a su boca. Mientras le comía la boca, empecé a golpear su coño con mi polla. Abrió mas sus piernas y se la metí del tirón. Empezó a gemir como una poseída en cada entrada de mi polla dentro de ella.
Su cara de lujuria indicaba lo bien que lo estaba pasando. La mía debía ser parecida, ya que el placer era inmenso. Su coño chorreaba flujos, de vez en cuando me cogía la polla y restregaba la punta por
toda la raja, mientras decía: "Déjame que restriegue la punta en mi coño, esto me gusta mucho, ..., esto lo necesitaba, ...., métemela otra vez,..., dame fuerte".
Así estuvimos un rato, hasta que le dije si quería cabalgar un rato. me tumbé y se subió encima de mi. Se metió la polla y empezó a cabalgar poseída por el placer y la lujuria. Empezó a decir: "Esto si es
una polla y no lo que tiene mi esposo" , "Cuando llegue a casa le diré que me he follado a un tio de verdad no a lo que tengo en casa,..., uffff, que caliente que estoy mi vida, no puedo parar de cabalgar".
Mientras yo le magreaba las tetas sin parar, y a ratos le chupaba y mordisqueaba los pezones. Entonces fue cuando le dije que me comiera la polla, que eso me gustaba. Sin dudarlo se bajó y empezó a
darle lametones y se la metió entera a la boca. Era un poco torpe chupándola, ya que era la primera vez que se metía una en la boca, pero el morbo pudo más y se comió por primera vez una polla.
Después se volvió a tumbar y seguí follándola encima durante otro rato, hasta que me vacié dentro de ella. Nos tumbamos uno junto al otro y estuvimos un buen rato besándonos.
Esta experiencia es real, aunque haya omitido algún que otro dato. Si alguna madurita quiere tener alguna experiencia parecida ó ha tenido alguna parecida y quiere que hablemos sobre ellas,
que envíe mensaje privado.