Isa y Elsa Epilogo

Continuación del relato Isa y Elsa, a petición de algunos y algunas lectoras, contiene amor filial y zoofilia

ISA Y ELSA –EPÍLOGO

Aunque las segundas partes normalmente no son buenas, en este caso muchos lectores me han escrito solicitándome una continuación, esto, aunado a una revelación que me hizo la lectora que inspiro este relato de que tenia una hermana menor me hizo escribir este epílogo que espero sea de su agrado. Para comprenderlo sugiero leer la primera parte “Isa y Elsa”. Y nuevamente agradezco todos sus comentarios y evaluaciones, sean buenos o malos.

Contiene zoofilia y amor filial.

Después de ese día en la playa con Isa, nos volvimos más cercanos, conocíamos bien lo que nos gustaba a cada uno, nuestras preferencias, tanto de Isa como de Elsa, pero especialmente de Isa.

Cuando les dije que me quedaba únicamente un mes más de trabajo en Costa Rica, se pusieron muy tristes y trataron de agradarme aún más. Al final, conseguí que me dieran dos semanas de vacaciones al terminar mi labor, cosa que madre e hija lo tomaron muy bien. Era verano y era época de vacaciones para Isa, así que pasábamos todo el día juntos cuando terminaba temprano mis labores.

Fue en esos días cuando me contó que tenía una hermana menor, hija de su padre y que vivía con su madre en una ciudad vecina:

--Mi hermanita se llama Jessy, tiene como dos años menos que yo, pero últimamente hemos intimado más por internet, ya le conté de mi gusto por los animalitos y ella al principio, se escandalizó, pero después, me confesó que también le excitaba pensar estar follando o mamándosela a un perro, y hasta me dijo que cuando estuviera de visita conmigo le gustaría experimentarlo, la verdad, a mí también me excitó la idea y le conté de ti, y como nos la pasábamos de bien mi madre y yo, incluso le conté lo del perro y el burro y le dio mucha ilusión conocerte, y creo que puede hacerse realidad ¿no?, ¿Cuándo empiezan tus vacaciones?.

--. En una semana ya estaré libre para estar todo el tiempo contigo, con tu madre y … ¿Por qué no?, con Jessy. Ja, ja.

Isa se puso feliz y me dijo que esa misma tarde le diría a su hermana que viniera esos días.

--¡Vas a ver que bien lo vamos a pasar!, y tú querido—me dijo besándome—tendrás dos perritas para ti solito todo el día, ja, ja. —

Los días subsecuentes se me hicieron eternos, no veía la hora de estar en casa de mis amantes todo el día, hacer de todo con ellas, experimentar todo lo que nos imaginábamos sin ningún límite ni prohibición.

El día anterior a mi último día de trabajo estaba acostado reposando con Isa y Elsa, entonces, Isa, acariciando mi verga me dijo:

--Mañana tendrás una sorpresa cuando llegues—

--¿sí? -Pregunté fingiendo lo que ya me imaginaba—

--¡Si!, tendrás dos perritas a tus pies cuando estés acostado—Me dijo Elsa con una sonrisa.

--Y  la mami, viendo que hagamos todo lo que nos ordene hacer nuestro amo—terminó.

Esa noche casi no pude dormir, pensando en lo que me esperaba, que además fue mejor de lo que podía imaginar.

Al día siguiente, tomé todas mis cosas de la oficina y fui a comprar varias botellas de champagne y vino, para festejar con mis dos preciosidades y su invitada y pasar dos semanas en éxtasis permanente.

Llegue un poco más tarde de lo habitual y ya estaba Isa y su madre esperándome sentadas en la mesa, como siempre, me esperaban únicamente con una blusa muy pequeña suelta y normalmente Isa sin ropa interior, Elsa tomo mis cosas para guardarlas y me pidió que me sentara. Entonces llamó:

--¡Jessy!, ven, que ya está aquí Miguel y quiere conocerte—

La chica salió del dormitorio de Elsa y era guapísima, también llevaba únicamente una blusa semi transparente y me imaginé que abajo no llevaba nada, me la imaginaba guapa por ser hermana de Isa, pero no tanto, era casi tan guapa como ella, un poco más alta y con los pechos ligeramente más grandes lo que la hacia aparentar más edad de la que tenía.

Se acercó sensualmente y me dio un beso muy húmedo en la mejilla rozando mis labios ligeramente, lo que hizo sonreír a Isa.

--Caray, disculpa mi apariencia, estoy todo sudado y sucio después del trabajo—Le dije

Inmediatamente se acercó Isa y me dijo al oído no tan quedo para que todos lo oyeran.

--No importa, querido, después tendrás dos lenguas que te limpiaran todito…-

Yo me senté junto a Isa y enfrente de mi Jessy y Elsa.

Esa cena fue de lo más afrodisiaco, Elsa, además del pescado llevó ostras vivas que estaban deliciosas, pero lo más delicioso fue, que Isa, cada vez que se metía una en la boca la retenía haciendo movimientos provocativos y sensuales con su boca y me miraba lujuriosamente haciéndome casi tener un orgasmo, Jessy, imitándola, hizo lo mismo, mientras Isa, disimuladamente metió la mano debajo de la mesa, sacó mi verga del pantalón y me la empezó a menear, mientras Jessy, con su pie descalzo me acariciaba las piernas sensualmente por debajo, Elsa observaba todo pícaramente haciéndose que no se daba cuenta de los juegos eróticos de las niñas.

Después de tomarnos la botella de champagne, Isa me tomó de la mano y me llevó al dormitorio, se desnudó provocativamente mientras yo hacía lo mismo.  Me tumbó boca arriba en la cama, se hincó delante de mí y tomó mi verga en su boca, me la empezó a mamar como solo ella lo hacía, entonces vi a Jessy entrar desnuda y arrodillarse junto a Isa, de tal forma que ambas empezaron a mamármela hasta casi tener un orgasmo, Isa, sintiendo que ya estaba cerca mi explosión, se levantó y me indicó que hiciera lo mismo, entonces se acostó boca arriba con su cabeza hacia la orilla de la cama y le indicó a Jessy que se acostara sobre ella en posición 69. Yo tenia una vista de lo más lujuriosa, el coño núbil de Jessy y abajo la cara hermosa de Isa, quien me dijo:

--¡Fóllatela, querido!, mientras la lubrico con mi lengua—

No me lo dijeron dos veces, enseguida acerqué mi verga a punto de reventar al coño encharcado de la pequeña Jessy, antes de penetrarla, pasó por los labios de Isa quien la ensalivó y esparció todos los líquidos pre seminales alrededor del glande. La penetré lentamente, pero se hundió con toda facilidad por los líquidos de ambos, yo sentía la lengua de Isa yendo del coño de Jessy a mis huevos e incluso continuando hasta mi ojete en donde la metía levemente, cosa que me encantaba y me calentaba muchísimo. Fue una follada espectacular, derramé una gran cantidad de esperma en el coño sediento de la jovencita, desparramándose hasta la boca de Isa que tragaba pasionalmente.

Cuando salí de ella caí a su lado y nos abrazamos los tres, cuando vi a Elsa entrar con un plato.

--Les traigo el postre queridos, lo necesitáis después de tan tremenda follada, ja, ja. —nos dijo

--Tú Jessy ponte boca arriba y dobla las piernas para que no se te salga la leche que te depositó mi querido Miguel—Dijo Elsa.

Entonces, quedando en esa posición, Isa se sonreía porque sabia que es lo que tramaba su madre.

En el plato, Elsa llevaba varias almejas pequeñas ya sin concha y las fue depositando en el coño de Jessy.

Yo fui el primero en comérmelo, después siguió Isa, seguida de Elsa. Después le tocó a Isa y luego a Elsa servir de platos para las almejas.

Este ha sido uno de los banquetes más afrodisiacos de mi vida y fue una fiesta de bienvenida a Jessy que nunca olvidará.

Así fue el primer día, después empezarían las experiencias zoo de Jessy.

Al día siguiente, Isa me dijo que ya había platicado con Jessy respecto a sus gustos zoo, y que estaba dispuesta a probar, es más, que estaba sumamente excitada, aunque temerosa.

--Mira querido, vamos a preparar la iniciación de Jessy, me voy a poner en cuatro para que me folle “Duque”, mientras, mi mami estará debajo lamiéndonos como nos gusta, y tu estarás con Jessy observándonos también en pelotas y calentándola con los dedos como solo tú sabes ¿De acuerdo? —

Pusieron una gran colchoneta en el piso, el perro, que ya estaba adiestrado en estos menesteres, inmediatamente se puso inquieto al oler el coño chorreante de Isa, empezando a lamerla como si fuera miel, ya estaba bien empitonado y soltaba chisguetes de líquido lubricante denso y ambarino, entonces Isa agarró la verga del perro y se la empezó a chupar. Para esto, Jessy y yo estábamos observando a un lado, la chiquilla no se perdía nada y estaba visiblemente excitada, me agarraba la mano y me la apretaba muy fuerte cada vez que oía gemir a madre e hija, nos recostamos en la cama  sin perder un ápice de la imagen lúbrica con el perro, Jessy llevó mi mano hasta su coño ya completamente encharcado y empecé a acariciar su clítoris hasta sentir como apretaba mi mano con sus piernas y tenía un orgasmo.

Entonces Isa, que se la chupaba al perro, se separó un momento a escasos centímetros para que viéramos como, el chorro de líquido seminal, caía en su boca llenándola, y cuando estaba a punto de rebosar, llamó a Jessy con la mano para que se pusiera al lado, cuando estaba su cara junto a la suya, la tomó con ambas manos y la beso en la boca compartiendo el semen canino, la escena era de lo más morboso que había visto, viendo la cara de satisfacción de ambas chiquillas mientras degustaban la leche del perro, entonces se separaron, ya ninguna tenía nada en la boca, Jessy se acomodó a mi lado y me besó en la boca, tenía un sabor algo amargo y dulzón y su boca estaba completamente lubricada, lo que me causó una sensación muy placentera. Mientras, Isa se acomodó en cuatro patas para que el perro la montara y la empezó a penetrar con la ayuda de Elsa que ya estaba en posición 69 con su hija, el perro seguía con sus movimientos copulatorios penetrando el coño sediento de Isa cada vez más, hasta que Isa soltó un pequeño quejido y su madre exclamó:

--¡Ya metió toda la bola!¡métesela hasta el fondo a esta puta! —

Isa estaba sumamente excitada, la imagen era de lo más sucia y perversa, Jessy se volteó ligeramente y me besó lúbricamente en los labios, metiendo su lengua todo lo que podía y me dijo:

--¡Diles que quiero que también me coja el perro! —

Entonces Elsa se salió de su sitio y llamó a Jessy para que ocupara su lugar, la chica obedeció enseguida para poder ver el coito bestial en primera línea. La cara de la pequeña quedó a escasos centímetros del coño de Isa y delante de sus ojos veía el tremendo vergón del can, completamente incrustado dentro de Isa, los movimientos del perro ya habían cesado, y Jessy veía estupefacta como se desparramaba la leche perruna de la vulva inflamada, lo que hizo que Jessy acercara su boca hacia los sexos acoplados y sacando la lengua empezó a lamer apasionadamente la lefa del perro mezclada con los jugos de su hermana. Isa al verme a escasa distancia y con el nabo a punto de reventar me llamó para ponerme delante y metérsela en la boca y ella empezó a mamar con verdadera pasión haciendo que eyaculara profusamente dentro y que ella tragó con fruición. Después, el perro se desencajó produciendo un sonido de ¡Plaf!, y salió un borbotón de leche del coño de Isa, Jessy inmediatamente pegó su boca para devorarlo, mientras, el perro todavía seguía empalmado por lo que Elsa le dijo a Jessy que era su turno antes de que se enfriara el can. La niña se puso en cuatro, esta vez con Isa abajo, y el perro con ayuda de Elsa la montó metiéndosela con toda facilidad en el coño completamente lubricado y empezó a gritar:

--¡Métela toda!, ¡métemela hasta el fondo! ¡Reviéntame! —

Isa, abajo, lamia como poseída los sexos de su hermana y la bestia.

--¡Mami! ¡Ayúdalo a que meta la bola! —Gritó Isa.

Entonces Elsa con una gran maestría tomó los huevos del perro y lo empujó hasta quedar la bola del miembro perruna completamente dentro del coño de la pequeña que gritaba de placer y dolor.

Estuvieron cruzados un rato, lo que aprovechó Isa para lamer la cópula y beber el esperma derramado del perro, Jessy estaba en éxtasis y únicamente murmuraba:

--soy una puta, una marrana, ahora quiero que me den por el culo—

Yo me puse delante de la chiquilla y acerqué mi verga a su boca murmurante y se la metí en la boca, ella empezó a chupar como si le fuera la vida en ello, mientras Elsa con las manos en la cadera decía:

--¡Miren!, la chiquilla resultó mas puta que su hermana—

Entonces tomó al perro y lo desengarzó de la vulva sedienta de Jenny quien dio un pequeño grito al sentir que la bola salía, y al igual que anteriormente, Isa aprovechó para beber de la fuente el esperma de perro. Elsa llevó al perro delante de la niña y ocupó mi lugar en la boca de la joven ninfómana, Jessy mamó aquella verga con verdadera pasión como si se la quisiera comer, lo que provocó un aplauso de todos pues se la metió hasta la empuñadura, y después caer agotados en la cama con un olor a sexo que inundó el cuarto y provocó que siguiéramos besándonos y lengüeteándonos todas las secreciones que embarraban nuestros cuerpos.

Los siguientes días, fueron de orgia canina, éramos incansables y Jessy ya se había vuelto adicta a la verga de perro, una tarde mientras reposábamos me dijo:

--Quiero que me encule “Duque”—

--Si, si, ya es tiempo de que sepas lo que se siente tener una verga en el culo, más si es de perro, a mí me encanta—dijo Isa dándole un beso.

--Además  vas a hacer un sándwich con Miguel y “Duque”—

--¿Un sándwich? —preguntó Jessy.

--Si querida, o sea un trio, mientras miguel te folla por el coño, el perro te la mete en el culo, ja, ja. —

Jessy puso cara de sorpresa, pero inmediatamente dijo estar lista.

Esa vez me recosté de espaldas en la orilla de la cama y Jessy se sentó de frente a mí a horcajadas sobre mi verga. Mi polla resbaló materialmente dentro de la vulva ya bien lubricada de la niña, y cuando estaba completamente adentro se recostó encima de mí, de tal suerte que su culo quedaba completamente expuesto, entonces Elsa, que tenía mucha experiencia, subió al perro en la cama e hizo que montara a Jessy, Elsa guio con maestría la verga canina hacia el pequeño agujero de la pequeña mientras estaba echando sendos chorros de lubricante, al principio la verga empezó a penetrarla fácilmente, pero después le costó trabajo dado la estrechez del ojete de la pequeña, pero entonces Isa lamió profusamente el culo y la verga penetró hasta el fondo, ocasionando que Jessy gritara, no sé si de placer o dolor, pero el caso es que yo sentía que mi verga estaba junto a la del perro, claro, separada por una membrana natural.

Estábamos gozando muchísimo, Jessy, pasado el primer embiste, lloraba de placer gritando que quería que se lo metiera más, pero no era posible, ambas vergas estaban metidas hasta la empuñadura. Isa, como pudo, se hincó a orillas de la cama y metió su cabeza para poder lamer mi verga que entraba y salía y luego pasar al culo de Jessy para lamer el coito anal.

El perro fue el primero en salirse, dejando el culo de la pequeña Jessy completamente dilatado y encharcado de esperma que Isa saboreó pegando su boca.

Yo no aguanté más y eyaculé profusamente dentro de Jessy.

Después de reposar un rato tomamos fuerza y esta vez Isa ocupó el lugar de Jessy, así ambas perritas fueron enculadas y tomaron su ración de leche.

Ya reposando en la cama me dijo Isa:

--Creo que mañana ya estará lista para el burro…

Al día siguiente me despertó una dulce sensación, era Isa chupándome la polla delicadamente. Levanto su cara y acercándose me dijo:

--Me encanta chupártela en la mañana, tiene un sabor y olor más penetrante y sexual, me gusta lamértela en los pliegues después de descapucharla y buscar con la lengua vestigios de semen y fluidos convertidos en un rico requesón—

Nos besamos intensamente, sentí el olor y sabor de su boca que me encendió más.

--Mami ya está preparando a Jonás—Me dijo quedamente mientras Jessy seguía durmiendo.

--Ven vamos a ayudarla—

Salimos al patio en donde Elsa había colocado una especie de lona ahulada en el piso y ya había amarrado al burro de las patas y con una correa atada a un palo del corral.

Elsa nos mostró un tarro con una sustancia viscosa y olor fuerte.

--Mira, Miguel, esto es secreción de una burra que fui a recolectar con un vecino que tiene una burra en brama, ya todo está en su lugar, en cuanto estemos listos y la otra niña despierte empezará la función. —Dijo Elsa.

Alrededor del mediodía, salimos todos en pelotas, Jessy estaba muy emocionada desde que Isa le comentó de la nueva experiencia que iba  a tener. En el establo ya estaba Elsa dándole a oler el bote a Jonás quien ya se encontraba completamente empitonado. Cuando Jessy vio la tremenda tranca en todo su esplendor no pudo reprimir su emoción.

--¿Y vamos a chupar esa enorme verga?, ¿Me cabrá en la boca? —Preguntó con cara de espanto.

--Todo cabe en un tarrito sabiéndolo acomodar, ja, ja, ya te enseñaré un truquito para meterte la cabeza completa—Le dijo Isa tomándola de la mano e hincándose al lado del pollino, cercano a donde estaba la verga que daba golpes en su panza de lo empitonado y nervioso que estaba.

A un lado estábamos Elsa y yo observando emocionados, Elsa llevaba una jarra en donde iba a echar todo el torrente que el burro descargaría y la colocó al lado del burro para que Isa la pudiera alcanzar.

Isa tomó la verga del burro con ambas manos y empezó a lamerla mientras echaba chisguetes de líquido pre seminal.

--¿Qué se está meando? —Preguntó Jessy inocentemente.

--No seas tonta hermanita, es su lubricante y esta bien rico y deja la boca bien lubricada, bebe un poco, acércate—

Jessy acercó mas su cara mientras Isa le dijo que abriera la boca y apuntó la verga a la cavidad bucal y vacío un chorrillo de liquido en la boca de Jessy, al principio hizo cara de asco, pero luego el olor afrodisiaco y la calentura que experimentaba hizo que lo tragara y abriera la boca nuevamente para recibir más.

--¿Verdad que está bueno? Has buches y luego la tragas, eso hará que toda tu boca quede como resbalosa—Le dijo Isa.

--Rico, dame más, déjame que lo chupe hermanita—

--Te voy a enseñar como hacerlo—

Entonces Isa abrió bien la boca y empezó a meterse la tranca mientras le daba un poco de vueltas hasta que logró que la cabeza de la verga entrara en su boquita y empezó a mamarla con verdadera pasión.

--¡Déjame a mí, Iza!, ¡yo también quiero!

Isa se sacó el tremendo cipote y se lo puso al alcance de su boquita, y después de varios intentos y gracias al liquido lubricante que echaba la bestia, pudo meterse el glande y empezó a mamarlo como becerrita.

Estuvieron un rato pasándose la verga de una boca a la otra, mientras escurría de sus bocas el líquido resbalando por sus cuerpos, haciéndome casi eyacular del espectáculo tan erótico.

Entonces el burro empezó a mover su cuerpo más rápido y empezó a rebuznar, lo que provocó que la pequeña Jessy se asustara.

--No te preocupes, que ya viene toda su leche—

Entonces vi como sus mejillas se hinchaban y rápidamente Isa puso la jarra cerca, y al sacarse la verga de la boca cayó un gran chorro de semen que recogió Isa hábilmente en la jarra y luego la besó en la boca para compartir aquella leche olorosa. Las dos cayeron en un abrazo sexual en la lona ahulada, Elsa tomó la jarra de esperma y empezó a esparcir el contenido en el cuerpo de las jóvenes, yo me uní a aquel vértigo de lujuria y empezamos a frotar nuestros cuerpos unos con otros hasta vaciar la jarra y quedar completamente batidos por aquella sustancia gelatinosa y que había actuado como afrodisiaco para despertar nuestros instintos más perversos y lujuriosos, Isa lamia todo el cuerpo de Jessy igual que yo, después intercambiábamos los lamedores por los lamidos, también Elsa se unió a la bacanal, para mí, el sentir como resbalaban esos cuerpos juveniles era indescriptible, Isa se acostó boca abajo mientras Jessy y yo le lamiamos de arriba abajo, cuando llegué a su culo le abrí las nalgas y con el dedo resbale un poco de esperma de burro y lo inserté con el dedo en su ojete, Jessy se abalanzó al verlo y empezó a meter su lengua en el ojete y yo hice lo mismo, Isa temblaba de placer cuando sentía mi lengua adentrarse en su culo, mi verga penetró fácilmente después y eyaculé dentro de ella, en cuanto la saqué, Jessy metió la lengua y comió el semen depositado. Las tres mujeres iban de orgasmo tras orgasmo, Isa cogió una cuchara y empezó a recoger esperma del cuerpo de Jessy para metérselo ella misma en su vulva, decía que lo tenía que guardar para después, yo tuve un orgasmo al ver estas figuras lúbricas y lancé mi esperma sobre el cuerpo de Jessy, Isa recogió mi esperma con la cuchara que tenía restos de semen de burro y tumbándome de espaldas me dijo:

--Esto me lo enseño Joao, y desde entonces me gusta mucho—

Tomó mi verga aun palpitante y la descapuchó para embarrar en el glande el contenido de la cuchara, luego, subió el prepucio y lo empezó a friccionar como si estuviera masturbándome durante un rato, me dijo que con eso se iba a cuajar la leche formando un requesón, y efectivamente, al descapucharlo, se había formado una especie de gelatina blancuzca que cubría todo el glande y que despedía un olor muy penetrante a marisco, Isa lo empezó a lamer, pasando la lengua por todos los resquicios y empezó a saborear aquella mantequilla. Jessy se acercó y le pidió que le dejara un poco, así tenía a mis dos perritas lamiéndome la verga y comiendo mi semen mezclado con esperma de burro, aquello fue de lo más erótico y perverso que haya experimentado. Después Isa repitió la operación embarrando más semen, diciéndome que la debía guardar hasta el siguiente día para que supiera mejor.

A partir de aquel día, Isa y Jessy comían requesón todos los días.

Así siguieron los últimos días de lujuria y disipación, en donde los cuatro experimentamos todo lo sexual que venia a nuestras mentes, Elsa me alimentó muy bien con puro marisco, que según ella me daría más fuerza, en realidad, no creo que lo necesitara, mis dos perritas podían sacar fuerzas hasta de una piedra y eran insaciables, no había nada que no probáramos, mientras más sucio más nos excitaba, todas las mañanas se les ocurría diferentes cosas, unas veces Isa se sentaba a horcajadas sobre mi boca y me vaciaba el esperma que había guardado en su coño la noche anterior, ya sea mío del perro o del burro, a veces también penetraba sus vulvas rebosantes lo cual me excitaba mucho, pues era una sensación muy erótica sentir como mi verga se sumergía en aquel coño lleno de sustancia gelatinosa y ya sea Isa o Jessy sacaban mi verga para lamerla hasta que eyaculaba dentro de alguna de ellas.

También, algunas veces, las dos hermanitas se hincaban con las tetas juntas para recibir mi leche en ellas y después cada una lamia la leche de las tetas de su hermana, esto me calentaba de sobremanera y terminaba lamiéndolas yo también.

Jessy se aficionó a las duchas doradas, le encantaba sentarse en la ducha y esperar el chorro ambarino que le proporcionaba, abría la boca y esperaba ansiosa para beberlo. Unas veces las dos hermanitas se hincaban para recibir su ducha dorada para después lamerse las tetas y la cara en donde había caído la meada, yo también me aficioné y me acostaba en la ducha para que ellas descargaran en mi cuerpo y también abría la boca para recibir una parte. Todo era lujuria, disipación de los sentidos, ansia por lo sucio y bizarro. No creo que hayamos dejado algo sin probar en nuestro afán de llegar al éxtasis.

Fueron los más lujuriosos y mejores días de mi vida.