Irma (1)

La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicologia ni la retorica (Jorge Luis Borges) esa eterna fantasia.....

Caminando por entre la muchedumbre una calida mañana, no tengo mas objetivo que llegar a trabajar rápidamente… ¿porqué? se preguntaran ustedes, muy simple, la mujer que me enloquece trabaja allí también conmigo. Irma...Irma es su nombre una mujer tan atractiva que desvía la miradas de los demás compañeros.

Con ese contoneo al caminar moviendo sus caderas anchas y bien formadas en un zigzagueo hipnotizante y embrujador. Sin mencionar tampoco aquellos ojos grandes de color negro intenso que te penetran y a la vez te cautivan incitándote a cualquier impulso; tenía una estatura promedio pero con esas caderas y unos pechos redonditos y más o menos grandes adecuaban el complemento perfecto en ella.

Aunque algunos le hablaban con cierto formalismo ya que ella era nuestra jefe inmediata a mi me fascinaba porque me hacia parecer que ella era todo un reto algo prohibido (y ya sabrán lo que dicen acerca de lo prohibido…).Yo me dirigía a ella con tuteos y palabras muy sencillas y amigables, aunque a veces me ganara una llamada de atención por eso no me importaba solo con verla y que me hablara era suficiente para ponerme como un asta. Muchos días pasaron hasta que el presidente de la compañía programo una fiesta de ¨integracion¨ y nos llevo a una cabaña-club que se encontraba apartada de la ciudad.

Era mi oportunidad de acercarme más a mi amado tormento; después de unas copas, una larga sesión de baile acompañado de graciosas tertulias sobre nuestra juventud; parecía que había roto el hielo y ella dijo:

-Mmm para trabajar en la sección de los archivos eres gracioso y alegre, yo pensaba que los que trabajaban allá eran unos ¨viejos amargados jajá¨

-Hey, eso dolió, quien dijo que todos éramos así jaja te falta mucho por conocerme ¨jefe¨- le conteste.

-No me digas así, llámame Irma y tu eres…. –Pablo, mi nombre es Pablo- le interrumpí con una sonrisa. – Bueno, Pablo creo que debo ir a descansar, los jefes andamos muy ocupados y atareados con los negocios- decía con un tono de engreimiento-

-Según yo se en esta fiesta no hay jefes ni subordinados sino personas comunes y corrientes.

-Ah si, y dime que harían dos personas comunes y corrientes un noche como esta ¿eh?- me pregunto.

Vamos ala balcón y te lo digo- le decía mientras la tomaba de la mano.

Al principio no se dejo llevar de mi pero poco a poco fue cediendo su resistencia y se levanto - A donde me llevas Pablo- preguntaba con un tono de inocencia. No dije nada y solo me dimití a llevarla hasta un balcón que se encontraba bien alejado, en la segunda planta de la inmensa casona. Allí voltee y la atrape entre mis brazos y mirándola fijamente le susurre:

-no sabes lo mucho que me gustas Irma, me encantas, me moría de las ganas de estar así contigo.

-Estas ebrio, no sabes lo que dices, no sabes ni siquiera quien soy yo, suéltame por favor- se esforzaba para soltarse.

-no, te equivocas Irma, no solo se tu nombre se que te gusta salir por las tardes a caminar y a ir al cine, sola, los viernes sales a beber unas cervezas con tu secretaria y otras compañeras después de la jornada y no me salgas con que tienes novio porque se muy bien que la única compañía que tienes es un cachorro que te regalo tu madre de cumpleaños; pensaras que soy un lunático por averiguar tu vida pero no sabes la importancia que tomaste en mi.

Se queda perpleja mirándome casi sin pestañear- acaso tanto te intereso como para que hagas esto, sabes que puedo despedirte si lo deseo y no me volverías a ver.- contestó

-Aunque pase eso, no cambiara esto que siento. Y le plante un beso bien apasionado.

Se resistía pero la tenia bien sujeta y no podría escapar; al poco rato le fue gustando mas y mas hasta correspondérmelo y me rodeo con sus brazos.

-Harías lo que te pidiera Pablo- me preguntó mirándome fijamente como esperando la respuesta con ansia.

  • Si, lo que tu quieras- le respondí inmediatamente.

-Llévame a la piscina que esta atrás de esta casa- me pidió suplicante.

Así lo hice y la lleve en mis brazos como si fuéramos unos recién casado, ella se aferraba a mi fuertemente mientras íbamos hacia allá; le contaba porque me enamore de ella cuando, como, porque, todo lo fui respondiendo conforme llegábamos. Al llegar me sorprendió lo que me dijo:

-Quítate la ropa y entra a la piscina- me susurraba dulcemente.

  • Acaso ¿no estabas enojada por todo lo que estoy haciendo?- le objete confuso.

-Nadie se había interesado de esa manera en mi- dijo- por mi puesto en el trabajo muy pocos socializan conmigo, solo hablo con altos ejecutivos todos fríos y amargados, pero tu te arriesgas a perderlo todo… tu trabajo, tus amigos, hasta a mi. Por primera vez me siento como algo muy importante además de una ¨jefe¨ para ti o cualquiera.

No conteste nada solo voltee mi cabeza, me desvestí y entre a la piscina que estaba helado por el frió de la noche, una vez entre el agua le conteste: – no lo dudes Irma-

Dio una pequeña sonrisa de alivio y se dispuso a desvestirse también conforme se iba desvistiendo se iban descubriendo sus formas femeninas la niebla de la noche y su silueta le daban un aspecto como de una diosa, como una Venus de milo. Su cabello negro y lacio cubría una parte de sus pechos rosados y duros por el frió

Bajo poco a poco moviendo su cintura sensualmente y se acerco nadando hacia mi, me abrazo y me dio un beso apasionadisimo sentia su lengua juguetear con la mia abrazandola, acariciandola, aprisionandola, yo simplemente la sostenia de su cintura y la atraia hacia mi; no queria soltarla… mi cuerpo necesitaba de la sensación de su piel, nuestros cuerpos pegados uno al otro dandose caricias sin cesar, la necesidad era mutua ya que Irma no me soltaba tampoco. La acerca a la ariila y la levante un poco me miraba desconcertada y llena de curiosidad, lo importante es que mi objetivo estaba fuera del agua y me dispuse a atacar pasee mi lengua por la redondez de sus pechos suave y lentamente haciendo pequeños circulos conforme iba llegando a ols pezones los cuales le dio una serie de lametones, mordiscos dóciles y pellizcos leves.

-Mmmmmm Pablo…que delicia no pares, no no – solo decía entre suspiros hondos.

Baje por su pancita , cerque su ombligo hasta llegar a su cueva lo saboree como si allí hubiera la miel mas dulce sobre la tierra lamí, lamí y lamí, cada rincón , cada esquina cada pliegue de su gruta no quedo sin que yo la hubiera explorado con mi lengua. Me atrapo entre sus piernas y con una mirada lujuriosa expresó:

-Pa…Pa...Pablo si sigues así voy a correrme y no me va a tocar a mi darte placer

-Si lo quieres, lo tienes- le respondí.

Iba a levantarme para que ella me felara pero una voz nos interrumpió:

-¡QUIEN ANDA AHÍ! - ¡Mierda el guarda estaba cerca y venia para acá. Tome a Irma de la mano recogimos nuestra ropa y nos escondimos detrás de un inmenso roble que nos resguardo, el guarda llego miro, diviso, reviso de reojo la piscina y sus alrededores y al no encontrar nada levanto su vieja gorra de explorador, se rasco la cabeza, alzo los hombros y se fue.

-Uff, por poco y nos descubren-suspire.

-No creas que por esto me vas a dejar así - decía Irma que estaba detrás de mí.

Voltee y mi adorada diosa se acercaba a mi gateando insinuosamente y mirándome con lujuria, me tumbo al frió y húmedo césped y encima de mi me susurro:

-Ahora soy yo la que va a disfrutar esto Pablito

CONTINUARA