Irina y rebeca
IRINA. FIN DE LOS ESTUDIOS DE REBECA Eran las siete de la mañana cuando Irina se presento en el cuarto de su hija para levantarla. I: Fuera de la cama, ya está bien de dormir y vaguear. Ya has terminado tus estudios y debes tomar la decisión de lo que harás en el futuro. R: Esa no es mi responsabilidad es suya como ama, mi deber es hacer lo que usted me mande.
IRINA. FIN DE LOS ESTUDIOS DE REBECA
Eran las siete de la mañana cuando Irina se presento en el cuarto de su hija para levantarla.
I: Fuera de la cama, ya está bien de dormir y vaguear. Ya has terminado tus estudios y debes tomar la decisión de lo que harás en el futuro.
R: Esa no es mi responsabilidad es suya como ama, mi deber es hacer lo que usted me mande.
I: Siendo así tienes razón Rebeca, comenzare cambiándote el nombre por uno más adecuado y después ya veré como continuar.
R: Como desee ama.
I: Viendo tu disposición creo que lo mejor será que estudies una carrera y aumentes tu nivel cultural con lo que podremos lograr objetivos más altos. El único obstáculo que tenemos es el coste económico, debo de solucionarlo este verano y creo tener la solución.
El plan que diseñara nuestra ama nos incluía a todos, conseguiría la financiación con nuestros cuerpos. Dio inicio a su plan ese mismo día al levantar a Rebeca.
I: Vamos a ver qué trapitos tienes en tu armario, escogeré los que puedan valer y el resto los venderás en una tienda de segunda mano, podre recuperar parte de mi dinero, el que derrochaste cuando eras una consentida.
Cuando termino la limpieza del armario había cinco bolsas llenas de ropa para llevar a la tienda. El armario de Rebeca era ahora inmenso, su ropa apenas ocupaba una decima parte. Tras esta limpieza se dirigieron al baño para explicarle los nuevos hábitos de higiene que debería adoptar la sumisa en una semana, ese era todo el plazo permitido por el ama, después del cual el incumplimiento sería castigado.
Su higiene comenzaría haciendo de vientre y meando. Seguidamente se ducharía poniendo especial atención a sus partes lo que incluía una lavativa anal o más si eran necesarias, sus intestinos debían de estar limpios para uso y disfrute por parte del ama o quien ella quisiese. Su pubis debía de estar rasurado o arreglado perfectamente, su sexo estaría siempre descubierto, sin ningún pelo, lo que dejaba como opción la línea de vello conocida como depilación brasileña. Tras la ducha debería de hidratar su piel con una loción o crema para que siguiera firme y tersa, Irina no quería que su sumisa descuidara su físico.
La segunda parte comenzó cuando fueron a la habitación e Irina escogió la ropa que debería de ponerse para salir. Le escogió una blusa blanca, un par de leggins negros y unos zapatos de tacón bajo.
I: No te acostumbres a este tipo de ropa, pocas oportunidades tendrás de utilizarla. Mañana cuando ya tengas el dinero de la venta de tu ropa iremos comprar un nuevo vestuario más acorde a tu recién estrenada vida.
R: SI Ama.
I: Desde ahora no me llamaras ama sino mama, algo muy parecido pero que no despertara sospechas sobre tu nueva situación, la cual no le importa a nadie pero siempre hay gente dispuesta a inmiscuirse en lo que no deben.
R: Lo que ordene mama.
Esa misma mañana después de desayunar me ordeno que cogiese las bolsas de la niña y fuera con ella a vender su contenido a la tienda con el aviso de que antes de la hora de comer deberíamos estar de vuelta con todo solucionado.
Cuando llegamos a casa nos encontramos con una sorpresa al traspasar la puerta del piso, nada más entrar se encontraba Irina sentada en una silla esperándonos.
I: Que venís de pasear o la tardanza se debe a otra cuestión.
No sabiendo que responder nos limitamos a arrodillarnos frente a nuestra ama esperando sus ordenes o castigo.
I: Parece que algo ya habéis aprendido a pesar de lo cual no os vais a librar de vuestro castigo, menos severo pero castigo por vuestra falta. De momento desnudaros y tu niña ponte esos zapatos de tacón los llevaras en casa hasta nueva orden, tu inútil, desnudo y ponte esas zapatillas de peluche, cuando terminéis venís a mi habitación.
Cuando acabamos nos dirigimos a junto nuestra ama nos sentamos sobre nuestros talones con la mirada baja y esperamos.
I: Ya decidí cual va a ser el castigo, a ti Rebeca te servirá de aprendizaje, te enseñare como se debe de comer un coño y en este caso será el mío. Antes debes de colocarle a tu compañero un juguete que tengo aquí, se trata de un objeto que al colocárselo en el pene no le dejara empalmarse de lo contrario se le clavaran unas puntas que tiene hacia el interior, y tú tienes prohibido correrte de lo contrario también tengo un juguete para ti. Debéis de considerarlo como un castigo aunque no lo sea puesto que no creo que merezcáis un verdadero correctivo sino más bien una simple advertencia que os deje claro quién manda y decide sobre vuestra existencia.
La jornada termino siendo una experiencia para todos, no exenta de dolor pero a la vez muy placentera, terminamos agotados y satisfechos. A la mañana siguiente nos esperaban nuevas sorpresas, Irina nos sometió a la revisión habitual valorando nuestro estado físico y sacando sus conclusiones.
I: Os estáis dejando de cuidar y vuestros cuerpos lo demuestran, no solo es culpa vuestra sino también mía ya que como vuestra señora es mí deber el cuidaros y protegeros. Por lo tanto es hora de cuidarse, en cinco minutos deberéis estar vestidos con ropa deportiva.
Transcurrido este tiempo nos presentamos ante nuestra ama y esperamos su decisión, después de revisar nuestro atuendo ordeno a Rebeca que se quitase el tanga ya que se marcaba demasiado a través de las mayas y podría ser excitante para los hombres que pudiésemos encontrarnos y no debía de darles ese placer sin haber pagado por él. Tras este arreglo salimos a correr por un paseo cerca de casa.
El recorrido nos llevo una hora sin detenernos, al llegar a casa estábamos sudando y nuestro olor corporal era desagradable. Irina nos ordeno realizar estiramientos y procedió a explicar unos ejercicios complementarios. Empezamos con una serie de sentadillas para fortalecer nuestras piernas pensando en nuestro trabajo, era necesario fortalecerlas para resistir mas cuando cabalgáramos a nuestros clientes, también realizamos planchas y levantamientos de pelvis, todos los ejercicios estaban orientados a las relaciones sexuales. Todo era por y para el placer de los amos.
El entrenamiento prosiguió durante un mes sin ningún día de descanso, transcurrido ese tiempo fuimos a una clínica donde nos sometieron a un estudio completo tras el cual emitieron una valoración de nuestra situación física. Todos habíamos reducido peso, bajado la grasa corporal y aumentada la masa muscular. Irina estaba satisfecha y convencida de seguir con el sistema.
Después de un mes nuestros cuerpos estaban firmes y listos para dar comienzo a los planes de nuestra ama.