Irina

Recuérdalo para otros relatos: No soy nadie. Tú me lees, te tocas pensando en tu novio o novia, pensando en lo que quieras, pero sigo sin ser nadie. Llegarás al cielo dando gritos de placer, y seguiré sin ser nadie. A continuación, mi primer relato.

Irina estaba en el pequeño patio de su casa de playa, recostada bajo los rayos del sol en su hamaca. Una hamaca que olía a semen, a sexo, a semanas enteras de "aquí te pillo, aquí te mato". Estaba totalmente desnuda. Sus tetas eran grandes, redonditas y ahora, los pezones parecían luces de neón que se encendían como queriendo decir que estaba caliente, muy caliente. Sus manos jugaban en el desierto de esas tetas tan grandes, de esas tetas tan deseadas por otros. Se mojaba el dedo índice de la mano derecha y luego lo restregaba por sus pezones, iniciaba una danza caliente con ellos. Los apretaba, fuerte, bien fuerte y su respiración se agitaba más y más.

El sol, la playa de fondo, sus gemiditos, su coño que estaba deseando que alguien se lo follara eternamente.

Tan excitada como estaba, fue bajando su mano poco a poco de sus pechos a su coño. Apartó las excasas telarañas con el dedo índice y empezó a bailar en su clítoris, al mismo tiempo que se retorcía y daba pequeños alaridos de placer. Se puso tan, pero que tan mojada,..

Brosnan llegó en ese momento, abriendo la puerta del patio y encontrándose tremendo espectáculo. Se quedó unos minutos mirando. Los suficientes para que su polla quisiera salírsele del pantalón.

-Vaya, vaya con Irina, ¿eh?

-Ah, hola, Brosnan, ¿querías algo?

-Yo no, pero mira para abajo.

Irina miró con picardía, con mirada erótica, mirada sensual, esa que a todos los hombres vuelve loca.

-Oh, pequeña Irina, ¿tu madre sabe esto?

-¿El qué? ¿Que a mi tío se le puso la polla durita viendo cómo se masturbaba su sobrina? ¿Que mi tío quiere follar y que lo hará conmigo?

-Bfff, Irina, ¿dieciséis añitos y ya pones tan caliente a los hombres? Dime, ¿a cuántos te has follado?

-Esta semana a tres. Tú, el vecino de enfrente y casi lo consigo con mi padre.

-¿Tu padre? Bfff, es que así como estás, dan ganas de que te folle todo el mundo. Tengo ganas de que me la chupes Irina. Pónsela más dura todavía a tu tío. Quiero correrme en tus tetas y luego chupar tus pezones. Quiero follarte, sudar, gritar.

-A sus órdenes, tío.

Irina sacó la polla de su tío del pantalón, la cogió con su mano derecha y le hizo una paja antes de meter su boca.

-Oh, Irina, la chupas de maravilla. ¿Quieres follar, eh? ¿Quieres que tu tío te la meta hasta el fondo?

-Chúpame el coño antes, Brosnan, siente lo mojada que me pones, lo mojada que estoy.

Brosnan lo hizo así y minutos después, Brosnan metió su polla en el coño de la pequeña Irina.

-Oh, sigue, sigue, Brosnan. ¡Sigue!

-Bff, pequeña, falta poco para que me corra.

-Córrete, tío, y siente como mi coño se corre también.

-Estás muy mojadita, Irina. No aguanto más, me corro. ¡Me corro!

Y así, en esa hamaca, follaron como perros Irina y su tío Brosnan. Esa hamaca que huele a semen, a sexo, a placer, a sudor.

(Mi primer relato. Espero que guste. Muchos besos)