Irene M... y la playa nudista 1 parte
La joven política tenia un secreto que pocas personas sabían, y era que le encetaba que la viesen desnuda en la playa
En los últimos días de vacaciones, irene tenia muchas ganas de cumplir una de sus fantasias que tenía desde hace tiempo en su pensamiento.
Llegó a una pequeña calita nudista donde esperaba poder tener algo de tranquilidad y de privacidad, por no ser muy conocida y estar en mitad de la nada apartado de las playas más famosas.
Irene llevaba un bikini blanco con lazos en los lados que tanto le gustaba ponerse cuando se bañaba se le transparentaba completamente y se dejaba entrever sus pezones y sus labios de ahí abajo...
busco un lugar cómodo y refugiado del poco viento que hacía detrás de una pequeña duna. Sólo faltaba quitarse la ropa, ese momento tan liberador como erótico.
Ya por el camino se había cruzado con varios hombres cuarentones e incluso abuelos que desde detrás de su gafas de sol no le quitaban ojo y la desnudaban con la mirada, quizás incluso con ideas más perversas en mente. Eran hombres asquerosos que sólo les faltaba babear, y juraría que más de uno echo mano a su herramienta mientras pasaba a su lado. También le soltaron algún que otro “piropo” que trato de ignorar,
Un hombre cerca de los cuarenta años, depilado, con un cuerpo machacado en el gimnasio seguramente resultado de alguna crisis de edad que le daba un aire macarra, de tez morena y pelo corto estilo militar que con los brazos cruzados no me quitaba ojo con sus gafas de aviador.
irene Lo miro de forma pícara y empezo a desabrochar la parte de abajo del bikini, pero de la forma más exageradamente sensual que se le ocurrió: fue lazo a lazo, mientras le miraba a los ojos, poniendo el culo respingón hacia él, con cara de niñita que no ha roto un plato en su vida.
al quitarselo todo se dio un cachete en una de las nalgas y luego las agarro para que tuviera mejor vista.
una vez desnuda y viendo que su pequeño striptease había tenido éxito, se dio la vuelta para que se viera de pies a cabeza con su
entrepierna bien rasurada y regodearse en su éxito viendo su polla bien dura. Sin quitarle ojo, se tumboboca arriba en la toalla mirando hacia él y abriendo bien sus piernas
mientras se desnudaba se habían reunido más babosos que sin ningún tipo de pudor estaba masturbándose a su alrededor.
Entro en pánico,
recogío todo y tapándose con la toalla se marcho a toda prisa a tiempo para escuchar como al menos uno de los abuelos se corría de forma masiva…
Camino un buen rato hasta que se tranquilizo un poco y encontro un pequeño hueco entre dunas donde se podía poner sin que nadie le viera. se sento y después de tranquilizarse un poco decidio darse un baño, para bajar el calenton y la verguenza del momento.
El baño le vino genial, e incluso aprovecho para tocarse un poco debajo del agua y salir un poco más satisfecha,
empezo a imaginarse lo que le harían todos aquellos hombres si se hubiera quedado. su mente empezó a imaginarse todo tipo de escenas, desde un gangbang a un bukkake, y de repente la idea de tragarse el semen de todos esos viejos no le pareció tan mala idea. Con esas imágenes en la cabeza y la sensación de seguridad de estar en un lugar recogido sus dedos se movieron solos y empezaron a masajear sui cuerpo entero, parando en los pechos,
Cerro los ojos y empezo a disfrutar de una buena sesión de masturbación desnuda en la playa, y ¡vaya si la disfruto!
Empezo a jadear, se imaginaba a todos esos cerdos acechándola ,y forzándola a comerles sus sucias pollas, a que le tocaran por todo el cuerpo y la agarraban y se restregaban contra todas las partes de sui cuerpo, para luego, “él”, el cuarentón de gimnasio con pinta de chico malo, tomara la iniciativa y la penetrara, pero no de forma suave, sino fuerte y hasta el fondo, empotrándola contra la toalla mientras todos los demás utilizaban su boca, manos, pies… en fin, todo su cuerpo para su disfrute.
Mientras se masturbaba cada vez más fuerte pensando en todo ello y en las mil y una formas en que la violarían esos babosos se iba cambiando de postura: boca arriba, luego a cuatro patas, de lado… Cerro los ojos y se dejo llevar, era su momento de relajarse , para esto había venido.
antes de que se diese cuenta estaba llegando al orgasmo y cuando se corrío no pudo evitarlo y solto un pequeño grito tanto de placer como de alegría.
Aún con el cuerpo agitándose con la respiración acelerada y sus fluidos que empapaban la toalla, abrío los ojos, y para su sorpresa, ¡se enccuentra justo al lado suya , con su pollón en la mano a “él”!
De la sorpresa se quedo congelada, con la boca abierta observando cómo sube y baja su mano en su polla a su lado de rodillas.
- “Vaya calentón que llevabas, eh zorra podemita . Sabía que eras especial cuando te vi. ¿Segura que no quieres algo más tangible?
irene se abalanzo sobre su pollón y empezo a comérsela como si llevara sin comer años, con una energía que incluso le sorprendió a él. iba a darle a este cerdo machista el mejor polvo de su vida.
“Joder, no te andas por las ramas. Hoy es mi día de suerte, ¡vaya puta me ha tocado!”
“Calla y haz tú también algo, cerdo asqueroso” – fue toda su i respuesta mientras cogía aire antes de volver a comérsela como si no hubiera un mañana.
Era justo lo que esperaba, el permiso que ansiaba, y como accionado por un resorte la agarró la cabeza y le empujó la cabeza con fuerza y no paró hasta que con su boca alcanzo sus pelotas, le dieron arcadas cuando su glande tocó el fondo de su garganta y le saltaron algunas lágrimas, pero no se quejo ni dijo nada en absoluto.
Mientras la soltaba aprovechaba un momento de respiro, con una mezcla de babas y restos de pre semen cayendo de su boca, noto como una de las manos se acercaba a su coño y empezaba a meter algunos dedos, que entraban fácilmente dado que seguía muy húmeda y tenía restos de corrida de la masturbación que había disfrutado hacía unos instantes. Iba a girar su i cara para ver qué intentaba hacer ahí abajo pero utilizó su otra mano para volver a empujar su polla hasta el fondo, al punto de que prácticamente pudo meter sus pelotas dentro de la boca,
la mantuvo así un rato, hasta que se dio cuenta que estaba haciendo lo que a él le daba la gana con aquella podemita, no podía o quería ofrecer ninguna resistencia, así que estaba completamente sumisa en sus manos… y disfrutándolo como nunca.
continuara