Irene La Marquesa descubre la debilidad masculina

Irene es una Marquesa de familia rica que para un acto necesita una pareja que le acompañe durante la noche y decide avisar a su amigo Matías que era de todo menos Marqués, y estaba enamorado de ella, sus actos le jugaron una mala pasada y la mujer se venga de él donde más le duele

Irene, es hija de un Marqués con lo que tenía siempre que ser una mujer educada y fina. Era bajita y tenía un corto cabello castaño claro. Tenía unos notables pechos que aún no caían y un culo deslumbrante, siempre vestía con joyas de gran valor y su nobleza vivía dentro de ella. Matías era un gran amigo de ella desde críos, él se había criado en un pueblo pobre y necesitado, al contrario de su amiga, pero el colegio los había unido, él era un chico muy atractivo con los ojos verdes y una piel morena. Además solía hacer lo que le apetecía y habituaba a perderse clases para irse con amigos a consumir cualquier tipo de droga o alcohol.

Un día la madre de Irene le avisó que en 5 días iba a realizarse un acto de nobleza en su palacio y como era tradición la joven marquesa, ya debía tener pareja.

  • ¿Qué voy a hacer? - preguntó a su madre Irene
  • No te preocupes yo te conseguiré un atractivo duque - respondió
  • ¡Ni hablar mamá! No voy a dejar que me traigas uno de los hijos de tus amigos, yo me buscaré un hombre - replicó la joven
  • pero por qué hija?
  • Soy mayorcita para tener pareja y lo soy para encontrarlo
  • Bueno, vale hija, pero si no lo encuentras para el sábado  no entrarás en esta casa de nuevo, ya deberías estar con un hombre como hemos hecho todas las mujeres de la familia. - dijo la madre
  • Gracias mamá pero yo no soy como vosotras

Al día siguiente Irene, como habitualmente, fue con un elegante vestido balnco a la escuela. Matías iba con una cazadora y una camisa que mostraba la mitad de su excitante pecho.

En los descansos de clases Matías e Irene se buscaban para estar juntos, en el primer descanso del día Irene se acercó a Matías y le dijo

  • Matías, el sábado debo estar con un hombre que simula ser mi pareja, podrías simular ser mi pareja?
  • Claro Irene, podríamos serlo de verdad - dijo Matías quitándose el peso de encima de decírselo, pues llevaba todo el año enamorado de Irene
  • Sabes que no estamos hechos el uno para el otro y eso no va a pasar nunca porque destruiremos nuestra gran amistad, que a pesar de nuestras diferencias aún perdura. - respondió Irene
  • Pero… entonces significa que podríamos ser algo más… - insistió Matías
  • No Mat, eso no va a pasar
  • Entonces me tendré que pensar lo del sábado - dijo Matías cuando se disponía a irse
  • ¡Espera! Si no voy con un hombre mi madre no me dejará entrar en casa - dijo Irene
  • Vale Irene, seré tu pareja el sábado, pero me debes una
  • Gracias, gracias, gracias - dijo Irene mientras le abrazaba.

Los días iban pasando y se acercaba el momento de Irene y Matías pero antes no podían no ir de compras para comprar un traje para Matías. En la  tienda escogieron un elegante traje que hacía que su entrepierna se le marcase claramente. Matías no se lo quiso decir a Irene para que ella no se fijase y se lo compró y acompañó a su falsa pareja a comprarse un vestido. Irene se compró un gran vestido morado que poseía un gran escote que marcaba sus excitantes senos y además marcaba a la perfección todas sus curvas y hacía salir su perfecta pierna desnuda.

El día había llegado y el chofer de la familia de Irene fue a recoger a su ‘pareja’. Una vez allí los dos jóvenes se encontraron y como habían practicado se besaron y se fueron abrazados a su mesa correspondiente. Matías se fijó en los pechos de Irene y le causó una ligera erección lo que hizo que dejara de mirar ya que iba con la entrepierna muy ajustada.

Antes de la cena la madre de Irene le comentó que se les veía muy distantes y que actuasen mejor o iban a empezar a sospechar. Acto seguido Irene se acercó a la silla donde se encontraba Matías y se sentó encima de él para besarse con Matías

En ese momento llegaron unos miembros de la alta nobleza e Irene actuó con toda la normalidad del mundo mientras Matías se encontraba en un momento de intenso dolor puesto que su ‘pareja’ estaba sentándose en sus testículos y se encontraban aplastados entre el culo de Irene y la silla. Matías apenas habló pero trató de sacar una sonrisa en los varios minutos de conversación que hubo entre Irene y los nobles. Una vez se fueron los nobles Matías le dijo a Irene

  • Por favor… - no pudo terminar la frase debido a un movimiento del culo de irene que hizo que el hueso del mismo aplastara directamente el testiculo izquierdo de Matias lo que le hizo estar a punto de gritar del dolor
  • ¿Qué te pasa Mat? - le preguntó preocupada Irene que desconocía de lo que estaba sucediendo.
  • levanta… levántate- dijo matías con cara de sufrimiento

Irene se levantó y pudo ver como Matías se inclinaba y posicionaba sus manos agarrando sus genitales pero sin saber lo que le pasaba así que le dijo de ir al lavabo para no estar delante de todo el mundo quejándose de dolor en las partes íntimas. Con sufrimiento Matías llegó hasta el baño y en el pasillo donde estaban los baños de caballeros y de damas y ahí cayó sobre sus rodillas y se tiró al suelo agarrando de nuevo sus huevos. Esto le preocupó a Irene ya que desconocía de la sensibilidad de los testículos y no sabía lo que le pasaba.

  • ¿ qué te sucede Matías?- preguntó preocupada
  • Me duelen los huevos - dijo con mucho dolor matías
  • y eso porque? ¿Qué es lo que te ha pasado? - respondió Irene
  • Me los estabas aplastando - dijo Matías en el momento en el que la madre apareció en el pasillo
  • ¿Qué es lo que te ha pasado joven? - preguntó la madre sin ver lo que le ocurría

Matías no podía hablar pero al girarse y seguir con las manos en sus genitales la madre entendía que el punto débil masculino había sido dañado

  • Irene que le has hecho? - preguntó la madre temiendo que se los hubiera golpeado a drede
  • No sé, dice que se los he aplastado en la silla pero se queja mucho - contestó la mujer sin saber cómo le podía doler mucho
  • Pues les duele mucho un golpe en esa parte, dicen que duele mucho… Bueno chicos yo me tengo que ir, no tardeis mucho y ten cuidado con sus testículos - dijo la madre mientras abandonaba el pasillo mirando el cuerpo de Matías y su cara de dolor.
  • Bueno Matías te sigue doliendo mucho? - preguntó preocupada Irene
  • Sí pero deberíamos ir ya, alguien podría vernos

Irene ayudó a levantarse a Matías mientras seguía con su mano en la entrepierna. Una vez estuvieron frente al resto de personas Matías quitó su mano de los genitales pero caminaba con dolor mientras Irene se preocupaba cómo había podido hacerle tanto daño.

Pasaba la noche mientras la pareja de jóvenes realizaba un gran papel fingiendo su relación. Matías estaba aburrido pero lo hacía por su gran amiga Irene, pero su gran adicción a las drogas le hizo ir al baño para consumir puesto que no aguantaba un minuto más sin una ralla de marihuana.

Matías se fue al baño como si fuera a hacer sus necesidades pero se demoraba más de lo debido, debido a que había mentido sobre su intención de acudir al servicio. Irene lo notó y se preocupó por lo que le podía haber pasado así que decidió acudir al servicio para ver qué le ocurría. Cuando entró se encontró a Matías de rodillas con las piernas abiertas mientras inspiraba varias rayas de unos polvos blancos ,sobre la tapa del retrete, pero que sabía que no eran buenos y eran droga. Irene dijo susurrando

  • se puede saber que haces!?

No hubo respuesta alguna porque Matías seguía a lo suyo y seguía creando nuevas rayas que posteriormente iba a inspirar. Irene desesperada y preocupada por él y por la imagen que iba a dar después de consumir tanta droga con su tacón con punta se propuso pegar una patada en los genitales a matías, y así fue, le pegó un gran puntapié en el centro de sus testículos lo que le hizo a matías dejar de inspirar marihuana para soltar un sollozo de dolor y direccionar sus manos sobre sus huevos.

  • Ya sé como derrotarte y me sé tu punto débil así que no me hagas volver ha hacerlo

Matías aun con un agudo dolor sobre sus partes íntimas miro a Irene desde el suelo

  • Duele muchísimo, no lo vuelvas ha hacer - dijo matías con dificultad para hablar

Irene soltó una pequeña carcajada viendo lo débil que era su amigo y los hombres en general por la debilidad de los testículos.

Matías se sentía en un claro infierno de dolor y humillación porque su pequeña amiga le había dado donde más dolía.

Después de varios minutos de sufrimiento Matías hizo varios intentos de levantarse pero no podía ya que el dolor en sus genitales era extremo.

  • ¿Aún te duele? - preguntó Irene
  • No te lo puedes ni imaginar - dijo Matías incorporándose pero aún sin poder levantarse

Irene sonrió de nuevo pero en el fondo estaba preocupada de nuevo debido a la clara debilidad de los genitales masculinos pero ya sabía que era normal que se quedaran tirados como niñas en el suelo.

Varios minutos después Irene ayudó de nuevo a Matías a levantarse pues iban a sospechar de tanto tiempo en el baño sin aparecer por la ceremonia. Matías de nuevo abandonó el servicio pero esta vez los huevos chocaban con sus piernas y le provocaba mucho dolor en las apretadas bolas, pero tenía que mantener el tipo delante de todas las personas presentes en la cena.

Ya eran casi las once y algunos invitados abandonaban el palacio, pero los más cercanos a la familia se quedaron en el salón. En ese preciso momento la madre se acercó a la pareja y les dijo

  • Hay un problema, están saliendo algunos de los invitados y vosotros os tenéis que subir a la habitación, como solían hacer las parejas en las ceremonias en los palacios. - dijo la madre de Irene
  • Pero cómo vamos a dormir juntos si no somos pareja!? - preguntó Matías
  • Vais a tener que dormir juntos hoy porque las habitaciones de invitados las vamos a ocupar con los condes y duques de Edimburgo . - respondió la madre
  • Vale madre, dormiremos juntos y mañana por la mañana cuando nadie le vea se irá - dijo Irene
  • ¡Gracias hija!- dijo la madre abandonado la mesa para volver a la suya con los invitados

Los dos jóvenes subieron las escaleras conversando cuando irene le preguntó

  • Vas a querer ducharte o ya te duchas mañana en tu casa?
  • No quiero molestar, me ducharé en casa.

Cuando llegaron a la habitación Matías se encontró con una lujosa cama de matrimonio.

  • ¿Cómo sueles dormir? ¿Quieres un pijama de mi padre? - `preguntó irene
  • Bueno si hay alguno vale pero sino no pasa nada

Irene fue a la habitación de su padre pero no encontró ningún pijama que le pudiera valer a su amigo Matías.

  • No hay pijamas Mat
  • Bueno pues en ropa interior, si no te importa claro - respondió matías mientras se quitaba la chaqueta de traje
  • Si, por supuesto, no tienes por qué dormir con traje, ¡debe de ser super incómodo!
  • ¡Sí lo es! - dijo Matías cuando ya se desabrochaba la camisa y dejaba a la vista de Irene unos marcados abdominales y pectorales.
  • Bueno, yo me voy a duchar, vete acomodando si quieres - dijo Irene, y acto seguido entró al baño que estaba dentro de la habitación.

Matías se quitó toda la ropa menos la ropa interior que era de color gris y marcaba claramente ambos testiculos y el pene del varón.

Varios minutos después Matías estaba en su celular cuando Irene salió del baño con un albornoz de color rosado claro que dejaba ver sus bonitas piernas y Matías logró ver mientras la femina caminaba un poco de la semi peluda vagina de Irene, lo que le provocó que su pene empezara a endurecerse. Miguel no se dio ni cuenta porque estaba embobado en las piernas de Irene y volver a tener la ocasión de verle de nuevo sin que ella se diese ni cuenta. Irene se dirigió al cajón donde guardaba su ropa interior y agarró una lencería de color blanco y un sujetador tambien blanco. En ese momento se desprendió de su albornoz y de espaldas a Matías, lo que le permitió a Matías ver su redondo culo y cuando ella levantó la pierna para ponerse la ropa interior logró ver por debajo los perfectos e intactos labios íntimos de Irene lo que le provocó la excitación máxima pero no se importó pues seguía observando como se colocó la lencería hasta arriba dejando medio culo a la vista y la otra mitad sensualmente tapado por la ropa interior de Irene. Acto seguido se colocó el sujetador impidiendo a Matías ver nada más que la silueta de los alzados senos de la joven dama.

Tras terminar de vestirse Irene se fue a su cama y vió el empalmado pene y sus marcados testículos de Matías lo que le produjo una gran fascinación e intriga de cómo serían.

Ambos se metieron bajo las sábanas y Matías puso su mano en su pene para darse placer con las imágenes que había presenciado de Irene cuando notó como el trasero de Irene se acercaba lentamente cuando impactó con los genitales de Matías.

Matías se calentó muchísimo y su excitación era incomparable con ninguna de las que había sentido él en su vida. Irene por su parte era una inexperta en ese tema pues nunca había llegado siquiera a tocarse. Ambos estaban muy calientes lo que llevó a Matías a introducir su mano en la ropa interior de Irene y acariciar lentamente su vulva, Irene se sintió rara pero no le hizo parar pues le estaba produciendo un gran placer.

  • Ufff - un pequeño gemido de Irene hizo a Matías empezar a tocar su pene mientras explicaba a Irene como hacerlo

Irene ya comenzaba a hacerle una paja a Matías que estaba totalmente empalmado y ya sin tocar la vagina de Irene, pues el gran placer se lo impedía.

  • Más rápido -  dijo Matías con gran placer

Irene aceleró la velocidad, tanto, que Matías se vino e hizo salir un gran chorro de leche del pene, y con el susto Matías tuvo que terminar de hacerse la paja y cuando terminó le dijo

  • Esto es lo normal, nos sale leche cuando hemos terminado,
  • Ah qué divertido - dijo Irene totalmente caliente lo que le hizo llevar de nuevo su mano a su clítoris

Matías mientras Irene se tocaba por primera vez en su vida le desabrochó el sujetador dejando a la luz dos bonitas tetas con unos medianos pezones que Matías comenzó a besar. Esto les produjo a ambos gran placer y el pene de Matías volvió a levantarse después de la corrida anterior.

  • Mira esto te va a estar genial - dijo Matías poniéndose encima de Irene y apartando la mano de Irene de su vagina

Irene sabía lo que Matías quería hacerle pero ya conocía sobre ese tema y pretendía llegar virgen hasta su boda, puesto que su familia y ella eran cristianos, así que se echó hacia atrás para intentar evitarlo. Matías que estaba muy caliente solo quería penetrar los cerrados labios vaginales de Irene así que trató de acercar su pene a los genitales femeninos, pero irene se movía para evitarlo mientra decía

  • No, eso no quiero, para pro favor
  • Te encantará - dijo Matías mientras intentaba penetrarla

En ese momento Matías estaba levantando su gran pene con su mano hacia arriba para después introducir, ese movimiento le permitió a Irene contemplar los grandes testículos de Matías y recordó lo sensible que eran, así que como sus piernas estaban inmovilizadas estiró su mano hasta llegar a ellos y, con gran potencia, comenzó a apretarlos. Este acto provocó que Matías comenzara a gemir de dolor y le hiciera tumbarse lo que permitió a Irene ponerse al lado de los grandes genitales masculinos para poder aplicar más fuerte

  • Por favor, par…. - Matías no pudo ni terminar la frase debido a que irene le propinó un aumento de fuerza en su mano que apretaba los testículos de Matías
  • No Mat, no, esto va a estar genial - dijo Irene con tono de burla tratando de imitar a Matías cuando él le había dicho esa frase.

Irene mantenía la mano en sus testículos cuando el pene de Matías se empezó a poner más flojo y dejase de estar empalmado. Irene, que aún no le había visto el pene en fase no empalmada se rió y le dió una palmada mientras decía

  • Qué, ya no eres tan grande, ahora eres como un gusano - decía mientras golpeaba el flácido pene de Matías

Matías ni siquiera podía explicarle que el pene varía de tamaño puesto que aún aplicaba fuerza en los testículos Irene.

  • No te muevas o te los corto - dijo Irene soltando los huevos de Matías

Matías lo último que quería era levantarse de allí y volvió de nuevo a la posición fetal con las manos en sus dañados testículos. Matías apenas podía ponerse la mano en los genitales debido al gran dolor que un mínimo roce en ellos le hacía sentir un gran dolor.

Irene se levantó de la cama y cogió a Matías y le colocó sentado en la cama. Este no podía ni moverse debido al dolor y permanecía con las piernas abiertas con las manos sobre sus genitales.

Irene se sentó al lado suyo con las piernas ligeramente abiertas también y aún totalmente desnuda puso su mano manoseando el pene de Matías

  • Irene, para, ahora no da placer, ahora duele - dijo matías con gestos claros de sufrimiento

Irene no contestó y siguió manoseando el pene de su amigo y cada vez que subía y bajaba su mano, esta chocaba ligeramente con los enrojecidos testículos de Matías. Tras varios minutos intentando hacer que el pene masculio se `levantara ́. Matías había recuperado notablemente las fuerzas y el dolor había disminuido pero aún permanecía, en ese instante Matías desesperadamente intentó apartar bruscamente la mano de Irene y poniendo una de sus piernas al lado de la mujer. Irene se atemorizó porque Matías tenía inmovilizadas sus manos y no podía moverse de ahí, pero las intenciones de Matías eran hacerle pagar por lo que había hecho así que bajó su mirada y viendo de nuevo la desnuda vagina de la joven mujer su pene volvió a endurecerse. Irene lo vio y sabía que su manera de venganza iba a ser penetrarla, pero nada podía hacer, tenía miedo y Matías lentamente su pene amenazante se acercaba a la estrecha zona íntima femenina.

  • Que rico va a estar… - dijo Matías
  • Ni se te ocurra Mat - respondió la marquesa con voz atemorizada

El pene del varón se acercaba y ya rozaba los labios vaginales de Irene, en ese momento por la excitación y la concentración previa a la penetración que iba a realizar, la pierna izquierda de matías dejó de hacer fuerza dejándole la posibilidad a Irene de moverla, ella lo vio y cuando Matías iba a empezar a introducir el pene en sus genitales alzó la rodilla e impactó con su máxima fuerza sobre los desnudos testículos de Matías aplastandolos contra su propio hueso pélvico. Matías soltó un claro y sonoro sollozo de dolor y a moverse enérgicamente del dolor que sentía ya por todo su cuerpo.

Irene aún atemorizada dejó en la cama a Matías y fue a por su ropa interior para que ese suceso no se volviera a repetir. De los movimientos bruscos Matías cayó de la cama con la mala suerte de que al colocar sus manos en la caída, sus testículos fueron lo primero en tocar el suelo, lo que hizo que se desmayara del dolor quedando tumbado en el suelo con los genitales asomando debajo del culo.

Irene estaba totalmente enfurecida así que arrojó un vaso de agua sobre la cabeza de Matías para que este se despertara. El joven chico se despertó con un insoportable dolor que recorría todo su cuerpo.

  • Nunca más me volverás a ver, eres un cerdo - dijo Irene acercándose a su cara
  • ¡Puta marquesita! - recrimina Matías

Irene colocó su pie sobre los testículos de Matías y comenzó a aplicar fuerza mientras le decía

  • Retira lo que has dicho

Matías notaba todo el peso de Irene sobre sus débiles testículos y eso le impedía hablar por lo que Irene siguió aumentando la fuerza hasta acabar con todo su peso sobre ellos mientras disfrutaba de la cara de sufrimiento de su amigo

  • AAAAAAAA!! ¡LO SIENTO! AA! - un sonoro chillido de dolor retumbó por toda la casa y en ese momento Irene retiró su pie de los genitales de Matías mientras este seguía haciendo claros gestos de dolor y sollozaba con volumen bajo para no mostrarse muy débil delante de la joven mujer.

Irene se fue satisfecha a la cama y tapándose con la manta le dijo a Matías

  • Ni se te ocurra subir aqui ni tocarme o un pelo o ya sabes dónde iré a atacarte

Por la mañana Matías se despertó sin saber realmente como estaba ahí pero un movimiento provocando dolor en sus huevos le hizo recordarlo todo. Matías se levantó y vió que sus testículos estaban con un gran tamaño y con un color morado. Fue a buscar su ropa interior pero a cada paso que daba le hacía quejarse de dolor. En ese preciso instante Irene se despertó y vio los grandes testículos de Matías y su sufrimiento al caminar y no pudo evitar soltar una carcajada. Matias la escuchó pero lo último que quería era contestarle pues ella desconocía lo doloroso que era un golpe en los huevos pero sabía que era un punto débil masculino.

Irene disfrutó mientras Matías se ponía toda la ropa y acababa por ponerse los pantalones que le hacían tener los testículos apretados, y esto le hizo salir de la habitación cojeando del dolor y con una mano sobre sus genitales para intentar no hacerlos chocar con sus piernas.

Finalmente Irene aprendió que era una afortunada por no tener testículos y no ser tan sensible como lo eran los hombres en su zona genital, y sabía que a cualquier hombre que le molestara iba a atacar en punto débil que les hacía caer al suelo del dolor