Irene la luchadora 4: espectáculo.

Irene y Xana van a un espectáculo de lucha femenina que se celebra en la ciudad, para que la joven luchadora vaya viendo a lo que se deberá enfrentar en el momento de la verdad

Irene la luchadora 4: espectáculo.

Irene y Xana van a un espectáculo de lucha femenina que se celebra en la ciudad, para que la joven luchadora vaya viendo a lo que se deberá enfrentar en el momento de la verdad…

Irene bajó de su piso a todo correr cuando vio cómo su móvil comenzó a vibrar sobre la mesa del salón de su humilde apartamento, parando después de dar dos tonos; aquella era la señal que Xana le había indicado para que supiera que ya estaba esperándola abajo, con su vehículo.

La sonrisa delataba que la muchacha había comenzado a ver las cosas con un mayor optimismo después de la deliciosa sesión de sexo que había tenido con Xana hacía tan solo tres días, y pese a que Xana le había impuesto ejercicios más exigentes en las tardes siguientes la muchacha seguía viendo las cosas de forma mucho más optimista de días atrás.

Irene se acomodó en el coche de la asiática luciendo su mejor vestido, uno que le cubría desde unos pocos centímetros por encima de las rodillas hasta sus pechos. La muchacha, que sabía que había muchas opciones de acabar de nuevo teniendo sexo con Xana, y para tratar de excitarla sobremanera se había presentado allí sin ropa interior, ni sujetador ni braguitas, con lo que deseó que en el lugar al que fuesen el aire acondicionado no estuviese muy fuerte porque de lo contrario no solo Xana se daría cuenta de que no había nada debajo de su vestido.

-         Qué guapa te has puesto- dijo la asiática con una sonrisa mientras miraba a su alumna de arriba abajo, parándose tal y como Irene esperaba en su generoso escote.

-         Tú también estás muy guapa- le devolvió el cumplido comprobando que Xana también se había arreglado mucho; en aquel momento su mentora llevaba una falda bastante corta que se ajustaba a la parte alta de sus muslos y trasero y una blusa semitransparente bajo la que se podía ver un pequeño sujetador que mantenía tapados sus firmes pechos.

Tanto Xana como Irene se habían maquillado antes de salir, además de modificar un poco sus peinados habituales, ambas solían llevar el pelo suelto o en coleta cuando hacían sus ejercicios, pero en aquella ocasión las dos mujeres habían optado por aquel cambio de imagen para no ser reconocidas ya que aquella pelea iba a ser grabada por la distribuidora habitual y desde luego a Irene no la hacía ninguna gracia poder ser descubierta por algún conocido o familiar asistiendo a aquella clase de espectáculo.

Xana había tratado de tranquilizar a su discípula, ya que ella había sido grabada en montones de peleas y de momento nunca había sido descubierta por ninguno de sus familiares, amigos o compañeros de trabajo.

-         Además nosotras nos colocaremos en una zona que las cámaras no enfocan, el interés está en el círculo de pelea- le dijo la mujer sonriendo- Y por el día que te toque pelear no te preocupes, hay un montón de rubias en el mundo a las que podrás parecerte una vez maquillada- la tranquilizó Xana- tenemos unas maquilladoras excelentes ya verás cómo cuando te veas grabada ni siquiera tú te reconoces.

Irene, que sabía que la mujer estaba exagerando, sonrió ligeramente y bajó del coche cuando Xana terminó de aparcar. La joven esperó a que Xana comenzase a caminar ya que ella desconocía el lugar en el que se celebraría el espectáculo.

El barrio en el que se encontraban no estaba demasiado alejado del gimnasio al que acudían todas las tardes, con lo que en un primer momento la chica pensó que podría ser allí donde se celebraría la pelea, pero se equivocaba.

Después de unos minutos caminando Xana e Irene llegaron a un edificio de buenas proporciones que la muchacha no tardó en reconocer como un polideportivo. Xana caminó con su habitual seguridad hasta la puerta principal del recinto, que estaba flanqueada por dos hombres grandes y fuertes vestidos de traje.

Xana apenas cambió palabras con ellos, tan solo les mostró las dos entradas que les acreditaban para entrar a disfrutar del espectáculo. Según Xana le había contado aquellas entradas eran realmente caras, más caras cuanto más cerca de la zona de pelea se ubicasen, pero tanto para ella como para cualquier luchadora las entradas eran gratuitas, hasta cierto punto, ya que Marisa, que era la que disponía de ellas entregaba un número limitada por luchadora cada mes,  con lo que si disfrutaban de la experiencia podrían asistir juntas a otros eventos que se celebrasen en la ciudad.

Xana e Irene recorrieron en pasillo que llevaba al lugar donde se celebraría el espectáculo. En aquel pasillo había bastante barullo pero este quedó en nada cuando fue comparado en el ambiente que se vivía en la zona de pelea.

Irene quedó un poco impactada cuando vio el lugar donde se iba a desarrollar la pelea. Era un círculo de unos 10 metros de diámetro ubicado sobre la cancha de baloncesto, muy cerca de las gradas para así poder aprovechar estas para que los espectadores pudieran observar cómodamente el combate que aquella noche se ofrecía.

Irene se sentó inquieta en su asiento. al ver la gran cantidad de gente que congregaba el espectáculo, y si en aquel momento estaba inquieta no quería ni imaginarse lo que pasaría cuando fuese ella la que tuviese que pelear delante de tantas personas… aún no había comenzado el espectáculo y ya había cerca de 200 personas esperando.

-         No te preocupes- dijo Xana rodeando con el brazo a Irene- cuando te toque a ti nadie te va a conocer porque lucharás en otra ciudad.

-         ¿En serio?- preguntó la joven sintiendo un gran alivio, no quería ni imaginar la vergüenza que sentiría si en aquel espectáculo se encontrase con alguien conocido observándola mientras luchaba.

-         Claro, yo nunca peleo aquí en Barcelona, y las luchadora de hoy ninguna es de aquí, así se minimiza la posibilidad de encontrarse con algún conocido- explicó la experta luchadora

-         Oye Xana, ¿y esas sillas?- preguntó Irene al ver cerca de una docena de asientos ubicados a pie de pista, a la misma altura del círculo de pelea.

-         Dos son para las mánager de las luchadoras, o sea uno para Marisa y otro para la de la  luchadora rival y los demás son para clientes VIP- explicó la asiática- son gente que paga mucho dinero y con los que la luchadora vencedora comparte a la perdedora en su castigo.

-         ¿Marisa tiene muchas luchadoras?- preguntó Irene que hasta aquel momento ni se había planteado como iba aquel mundillo, habiéndose centrado solo en el estricto entrenamiento de Xana.

-         Bastantes sí, creo que contándote a ti y a mi ahora somos 12, Marisa se lleva un porcentaje de cada una de nuestras peleas pero te aseguro que no es ningún abuso, podría decirse que es su comisión como relaciones públicas- aclaró la asiática sonriendo. Xana se dispuso a decir algo más pero en aquel momento el bullicio que las rodeaba se incrementó notablemente debido a la aparición de las contendientes.

De la entrada a los vestuarios salieron un par de mujeres a la par. La de la derecha era una mujer bastante alta, de piel clara, pelo largo y negro y una figuraba bastante apetecible. A la derecha de esta se encontraba otra chica prácticamente de características opuesta, era un poco más baja que la primera, de raza negra, no muy oscura pero tampoco mulata, pelo largo, negro y ondulado, cuerpo delgado…

Ambas avanzaron hasta el círculo de pelea y comenzaron a estirar mientras los espectadores hacían cada vez más ruido, esperando excitados el inicio del espectáculo. La luchadora negra llevaba un conjunto de braguitas y sujetador azul oscuro, mientras que la blanca lucía un conjunto rojo.

-         Nosotras vamos con la blanca- dijo Xana- no es que sea racista, pero esa es la luchadora de Marisa- explicó la mujer divertida y deseosa de que comenzase el espectáculo.

Marisa no tardó en aparecer también. La mujer iba vestida con un vestido largo y negro de seda, de apariencia realmente cara. La manager, que al parecer no había olvidado que había en la grada un par de luchadoras suyas se levantó de su asiento para acercarse a la grada e indicarlas que bajasen. En cuanto estuvieron juntas la mujer dio un par de besos a Xana y luego a Irene.

-         Que bien que hayáis venido. Te veo muy bien, Irene- dijo la mujer sonriendo mirando de arriba abajo- pero estarás mucho mejor vestida con tu ropa de pelea. ¿Cuándo crees que estará lista para pelear?- dijo mirando a la encargada de entrenar a su nueva luchadora.

-         Yo creo que ya puedes ir buscándola a otra novata, es una chica muy aplicada- dijo Xana pasando su mano por la cadera de Irene que se sintió halagada por el comentario.

-         No hay muchas novatas que sus características, pero sabiendo que ya está lista iré buscando una rival con la que pueda competir- dijo Marisa elevando la voz para ser escuchada por encima de la música que habían puesto en la pista.

Marisa, viendo que la conversación no iba a poder ser alargada mucho más despidió a sus dos luchadoras y se marchó corriendo sobre sus zapatos de tacones finísimos hasta su asiento, donde su luchadora ya la estaba esperando para recibir los últimos consejos antes de comenzar.

Cuando regresaron a sus asientos Irene se dio cuenta de que todas las sillas VIP habían sido ocupadas y que en el centro del círculo se encontraba una hermosa mujer pelirroja, de buen cuerpo y luciendo un bikini negro.

-         Ella es el árbitro- explicó Xana antes de que la pelirroja se llevase el micrófono a los labios.

-         ¡Buenas noches, damas y caballeros!- dijo la mujer usando un tono intenso-  Bienvenidos una noche más a una nueva pelea entre auténticas gladiadoras, en el que la vencedora saboreará la gloria y la perdedora será pisoteada y vejada hasta que la ganadora se dé por satisfecha- después de decir aquello la gente de las gradas rugió emocionada- ¿quieren conocer ya a nuestras luchadoras de esta noche?- preguntó recibiendo como respuesta otro rugido del público- Bueno, comenzaré por la de mi derecha- dijo señalando a Marisa y su luchadora que ya estaba en pie- aunque no necesita presentación: proveniente de Madrid, con 1,73 de altura y 62 kilos de peso a sus 32 años de edad, con un cómputo de 21 victorias y 9 derrotas ¡Tatiana!- gritó señalando con sus dos brazos a la aludida.

Tatiana se acercó al centro dando saltos mientras levantaba los brazos, con lo que sus hermosos pechos, de unas dimensiones más que envidiables, estuvieron a punto de salirse de su pequeño sujetador, lo que hizo que el público se emocionase aún más con la salida de la mujer.

-         Y para combatir la fuerza y experiencia de Tatiana tenemos a una joven promesa- señaló a la negrita que estaba acuclillada en el suelo, esperando que la nombrase- nacida en Senegal, de tan solo 21 añitos de edad, con una altura de 1,68 y 60 kilos de peso, en busca de su victoria número 6, ahora mismo tiene 5 con 3 derrotas, tengo el placer de presentarles a “la pantera negra” ¡Mary!

La senegalesa entró en el círculo con un ritmo algo más pausado que Tatiana, pero aun así recogió bastantes aplausos por el emocionado público que no veía el momento de que comenzase el espectáculo.

Las dos contenientes se retaron durante unos instantes, amenazándose la una a la otra a cerca de lo que se harían una vez hubiesen ganado en combate. La mujer árbitro observó la escena durante unos segundos, al parecer aquello era parte del espectáculo y esto excitaba aún más al público.

Cuando la jueza de la pelea vio que las dos luchadoras comenzaban a empujarse decidió cortar las provocaciones para que pasasen a la acción. Tatiana y Mary clavaron sus rodillas en el suelo y se miraron fijamente a los ojos, antes de lanzarse la una contra la otra.

En un principio parecía que contaba con mucha más fuerza Mary, ya que arroyó a Tatiana y la tiró al suelo quedando la senegalesa sobre ella, pero poco a poco la experiencia de la luchadora blanca se fue imponiendo, logrando que las tornas cambiasen y en apenas unos minutos de constantes caídas al suelo lograse controlar más o menos la pelea.

La mujer árbitro, que llevaba en su mano una especie de mando a distancia con un botón rojo y otro azul iba sumando los puntos que iban cosechando cada una de las luchadoras. En un principio Mary había logrado expulsar a Tatiana del círculo en cuatro ocasiones consecutivas, lo que le había supuesto que la negra consiguiese 8 puntos y diese la sensación de que iba a ganar el combate sin oposición, pero después de aquel violento inicio las fuerzas de Mary comenzaron a flaquear y se impuso la técnica de la luchadora de más edad.

Irene observó desde la grada como la luchadora blanca agarraba a la de color y le hacía caer al suelo, aplastando sus grandes pechos contra los algo más firmes y pequeños de la negra, a la vez que sujetaba sus muñecas para que la espalda de la luchadora más joven permaneciese unos instantes sobre la lona y el árbitro la sumase los puntos, con los que lograba igualar los 8 primeros puntos que la senegalesa había logrado.

La lucha se desarrolló de forma que el marcador siempre fue bastante parejo, ya que cada vez que cada vez que la negrita recuperaba un poco las fuerzas usaba estas para saltar contra su rival y ganarla físicamente, pero Tatiana aprovechaba cuando veía a su contendiente más fatigada para devolverla el ataque.

El público estaba encantado con la lucha que estaba presenciando, lo que hacía presagiar, que aunque las luchadoras ya estaba sudando, lo que las hacía verse aún más sexys para los espectadores, la pelea no terminaría rápidamente, ya que el final solo se dictaba cuando se veía que la que iba por detrás en el marcador no podría remontar.

-         ¿Cuál ha sido la lucha más larga que has tenido, Xana?- preguntó Irene curiosa por saber la experiencias de su mentora.

-         No sé, unos 40 minutos con algún descansito, pero la más larga que he visto ha sido de casi una hora y media, con descansos claro- explicó la asiática- dieron a las luchadoras unos minutos para descansar antes de someter a la perdedora porque las dos estaba agotadas.

Irene no pudo continuar con aquella conversación ya que la gente de su alrededor comenzó a gritar como loca cuando vio que Mary se sentaba sobre el abdomen de Tatiana, agarrándola de los hombros para mantener su espalda unos segundos sobre el suelo, pero cuando vio los erguidos pezones de la mujer, marcándose en el sujetador la negrita decidió agarrarlos a modo de pinza para estrujarlos.

Tatiana gimió de dolor mientras llevaba sus manos a las muñecas de su adversaria, para tratar de librarse de ella, pero al ver la poca fuerza con la que la sujetaba las muñecas la senegalesa mostró una amplia sonrisa de dientes blancos y retorció los pezones que había atrapado, haciendo que la luchadora a la que tenía dominada pusiese sus manos detrás de su cabeza como muestra de cederla su sostén.

La senegalesa aceptó con gusto aquel regalo y retiró el sujetador de la mujer para liberar los grandes, firmes y bronceados pechos, de pezones medianos y marrones. A la gente le encantó aquella visión, pero más aún les gustó cuando aprovechando aún su posición de fuerza, la negra agarró el pezón derecho de Tatiana y la pegó una bofetada en la cara con la otra mano.

-         En cuanto te gane que los voy a arrancar a mordiscos, zorra- dijo la negra provocando la excitación del público que no tardó en mostrarse a favor de la africana, deseosos todos ellos de ver como padecía la mujer tetona bajo la luchadora de piel de ébano.

Irene no comentó nada a Xana, mientras observaba como Tatiana se levantaba después de que el árbitro exigió a Mary que se levantase, pero ella también tenía ganas de ver como aquella joven y exótica luchadora doblegaba, para posteriormente humillar, a la contendiente de piel blanca.

Tal y como todos esperaban, la senegalesa utilizó el recién descubierto punto débil de Tatiana para buscar de forma constante los pezones, ahora al descubierto, de la luchadora de más edad. Aun así Tatiana trató de defenderse lo mejor posible y también logró arrebatar el sostén a su contendiente, mostrando la africana unos hermosos, firmes y pequeños seno, que aun siendo algo más pequeños que los de Tatiana tenían un gran atractivo.

Tatiana trató de apretar entre sus dedos los pezones de Mary, pero desgraciadamente para ella los pezones pequeños y oscuros de su rival estaban duros como piedras y parecían mucho menos sensibles que los suyos, o la africana era capaz de soportar mejor el dolor que también era una posibilidad.

Después de unos minutos más, revolcándose en toples delante de todo aquel público, se comenzó a ver que la luchadora senegalesa era demasiado enérgica para Tatiana. La luchadora blanca después de mucho protegerse y estar a punto de perder sus braguitas hasta en tres ocasiones, acabó perdiéndolas a favor de Mary, que las había conseguido fácilmente después de lograr tumbar sobre su espalda a Tatiana, para sentarse sobre su abdomen y martirizarla los pezones hasta que finalmente cedió y abrió las piernas para que cogiese lo que quería, dejando su sexo depilado, de labios medianos y rosados a la vista de toda aquella gente.

-         ¡Se acabó el combate!- exclamó el árbitro separando a la dos contendientes, quedándose Tatiana en el suelo rendida, y Mary, bastante agotada, levantándose con los brazos en alto en señal de triunfo- ¡con un resultado de 104 puntos contra 78, la ganadora es Mary!- la gente, que ya sabía el resultado aplaudió a rabiar, al parecer los espectadores que deseaban de ver como la blanquita tetona sufría bajo las órdenes de la joven negra eran mayoría en el recinto, incluida Irene, pero esta no dijo nada por temor a que Xana no estuviese de acuerdo.

La senegalesa, sabiendo que ahora tenía todo el poder y Tatiana debería hacer todo lo que ordenase, dio un par de empujones a la perdedora, haciendo que esta cayese al suelo boca arriba. Irene quedó impresionada de la rapidez de la mujer al cambiar su rol, toda expresión desafiante había desparecido de su rostro y ahora miraba a la negra con sumisión.

Aun así aquella mirada sumisa no sirvió para ablandar a la africana, que agarró a la luchadora blanquita por los cabellos para hacer que se incorporase. Tatiana puso de su parte para que los tirones de pelo la dolieran un poco menos, y no fue soltada hasta que estuvo de rodillas, con la cara a escasos centímetros del sexo de la negra, que aún estaba cubierto por su braguita.

-         Ahora vas a comer el coño de una ganadora- dijo Mary separando su braguita hacia un lado mostrado a la perdedora aquel oscuro y empapado sexo – y procura comérmelo bien porque si no sí que lo vas a pasar mal- dijo la negra tirando del pelo de Tatiana hacia atrás para que alzase la cabeza y así escupirla en la cara.

La luchadora de más edad, como buena perdedora, no hizo absolutamente nada ante la provocación, ni siquiera hizo amago de intentar limpiar el salivazo de su cara, en lugar de eso se mostró aún más sumisa y comenzó a lamer con intensidad el sexo que tenía delante, con lamidas largas y rápidas que hicieron que Mary se relajase un poco y gimiese mientras saludaba y se mostraba triunfante ante el excitado público.

Durante aquel trabajo oral Tatiana tuvo que soportar los constantes insultos de la ganadora, el ser acariciada y en ocasiones golpeada por los pies de esta, recibir tirones de pelo y finalmente una serie de 10 bofetadas muy rápidas y sobre la misma mejilla para tirar de nuevo  al suelo a la perdedora.

Tatiana no hizo nada por levantarse, ya que si debía hacerlo la ganadora no dudaría en darla la orden o hacerla levantar por la fuerza. Mary no tardó en apoyar su pie derecho sobre el abdomen de la mujer y el izquierdo sobre la cara de esta, para sonreír triunfante, mientras que la mujer árbitro, que también se había quitado sus braguitas, mostrando un sexo depilado de labios rosados, y su sujetador, dejando al aire sus firmes y redondos pechos de pezones pequeños, claritos y en aquel momento picudos, levantaba el brazo derecho de la ganadora.

Irene espero que montones de teléfonos móviles salieran de los bolsillos de sus propietarios para captar aquella instantánea, pero se encontró con que nada de eso sucedió, tan solo un fotógrafo, que estaba en la zona de los espectadores VIP se colocó dentro del círculo de pelea para inmortalizar el momento.

-         El que saque algún tipo de dispositivo que pueda captar es expulsado y no puede volver a asistir a un evento de este tipo- le explicó Xana- y  la gente suele cumplirlo.

Irene asintió con la cabeza sintiéndose un poco más protegida, cuantas menos imágenes de ella metida en esa clase de luchas se difundiesen mejor.

Cuando la chica volvió a llevar su vista hasta la zona de pelea, Irene vio como la joven negrita estaba abusando de su poder con Tatiana, habiendo colocado un collar de perro alrededor de su cuello, unido a una cadena y obligándola a caminar por el rin a cuatro patas con ella y la mujer árbitro sobre su espalda, que finalmente se había decidido a participar en aquella humillación.

-         Venga Mary, ya vale- dijo la voz masculina y grave de uno de los hombres que estaban sentados en las sillas VIP. Era un hombre alto, de piel bronceada, de unos 40 años, robusto y vestido de traje, que sin pudor alguno ya había sacado su verga por la bragueta de su pantalón, mostrando un falo largo y grueso bajo el que estaban unos testículos grandes y colgantes.

La senegalesa al oírlo se levantó del cuerpo de la agotada Tatiana que ya apenas podía dar un paso más con aquellas dos mujeres encima, y caminó con rapidez tirando con fuerza de la correa de la perdedora para que esta no se demorase. En cuanto llegó a la posición del hombre trajeado la ganadora se arrodilló.

-         Lo siento Amo, me emocioné- se excusó la vencedora- por favor, pruebe a esta perdedora- pidió la joven negrita acercando la cabeza de Tatiana a la verga de su Señor.

Tatiana, que sabía que no obedecer al Amo de su contrincante la podría suponer un castigo severísimo, abrió la boca e introdujo aquel grueso pene en su boca. La mujer lo rodeó con sus labios con delicadeza y pasó su lengua con maestría sobre el glande rosado e hinchado del Amo de la vencedora.

El resto de espectadores VIP, con envidia pero sabiendo que aquel hombre tenía prioridad por ser el propietario de la ganadora, se levantaron para ver la escena más de cerca, no pudiendo resistirse a acariciar el cuerpo de la derrotada, la cual pese a sentir tantas manos sobre su cuerpo, especialmente en sus pechos, trasero y sexo, se mostró firme y continuó con la tarea en la que su vencedora la había dejado.

Una vez el hombre su hubo cansado de la felación de la perdedora, permitió que el resto de espectadores VIP disfrutaran de Tatiana, que trató de mover su lengua lo más rápido posible tanto en los penes como en las vaginas ante los que Mary la iba poniendo. Pero aunque la mujer se esforzaba lo más que podía aquello no la eximía de recibir algún azote, arañazo, pellizco o cualquier castigo que desease darle la ganadora.

Después de ya muchos minutos de castigo, estaban ya cerca de la media hora, el árbitro dictó que tan solo daría un cuarto de hora más para terminar de estimular a la perdedora para que la próxima vez se esmerase más.

Mary, viendo que la perdedora estaba ya cerca de cumplir con su penitencia, agarró del pelo a Tatiana para llevarla hasta una posición que estaba entre las sillas de los espectadores VIP y los de espectadores que tan solo tenían derecho a mirar.

-         ¡Buenas noches Barcelona!¿Podría levantar la mano el que tenga un cinturón?- preguntó la africana y unas cuantas manos se alzaron- ¿Y podría levantar la mano el que tenga un cinturón y quiera bajar aquí a azotar a esta perra perdedora?- preguntó señalando  a la derrotada Tatiana, consiguiendo que más de una veintena de manos se levantaran.

Finalmente la negrita señaló a un joven de unos 25 años, que vestía un pantalón vaquero y una camisa blanca bajo la que se notaba que había unos fuertes músculos. Mary, que pese a no tener apenas una decena de peleas a sus espaldas ya parecía moverse en aquel ambiente como una veterana, caminó entre los espectadores de la primera fila, hasta colocarse en el asiento que el muchacho había dejado libre.

Una vez estuvo situada, indicó a Tatiana que se acercase  ante lo que la luchadora blanca accedió sin queja, introduciendo su torso por la pequeña valla que separaba al público de los asistentes VIP y las luchadoras.

La senegalesa, una vez vio que Tatiana estaba cerca de ella separó sus piernas, demostrando una gran elasticidad al colocar la derecha sobre el regazo del espectador que tenía a su derecha y la izquierda sobre la de la izquierda. La de la izquierda, a juzgar por como miraba al chico que iba a azotar a Tatiana, debía de ser la novia del joven, pero tanto esta como el otro espectador se mostraron encantados de la actitud abierta de la ganadora, a la que ambos comenzaron a toquetear.

-         ¡Chupa bien dentro, zorra!- ordenó la negrita separando sus labios vaginales para que Tatiana viese su rosado interior, mientras el hombre de su derecha sopesaba y acariciaba su seno derecho y la de su izquierda agarraba la cabeza de Tatiana por el pelo para obligarla a meter la cara en el sexo de la ganadora, mientras miraba de forma lasciva a su novio, que no tardó en descargar el primer azote, con el cinturón doblado, sobre las blanquitas nalgas de la perdedora.

Los espectadores que estaban alrededor de la escena se inclinaron en sus asientos para observar con mayor facilidad la escena, además de tratar de alcanzar el cuerpo de la negrita para acariciarla en aquel momento de éxtasis.

Irene, también deseosa de ver lo más que la fuera posible, se levantó de su butaca para observar como Tatiana se afanaba en complacer al empapado sexo de la ganadora, mientras que mantenía las piernas bien abiertas, con el culito alzado para que su azotador no tuviese problemas a la hora de castigarla y además pudiese ver su excitado sexo, que aún después de todo lo que había recibido estaba mojado.

Pese a los ruidosos murmullos de los espectadores por la sala se podía escuchar cada uno de los sonoros correazos que caían sobre las nalgas de la perdedora, que poco a poco estaban adquiriendo un encantador tono rojizo que el joven azotador acariciaba con sus manos cada 10 o 12 azotes, siempre observando a la ganadora de la pelea y a su novia, que cada vez estaban siendo más cariñosas la una con la otra, dándose intensos besos y metiéndose mano cada vez de forma más descarada.

Después de unos minutos en los que el trasero de Tatiana había tomado un color de un rojo intenso y homogéneo, la ganadora comenzó a convulsionar su cuerpo de forma intensa, agarrando con fuerza la cabeza de la perdedora cuando esto comenzó a suceder para que esta pudiese tragar hasta la última gota de sus fluidos.

Para concluir el evento las dos contendientes regresaron al centro del círculo de lucha y saludaron al público, Mary permaneciendo en pie y Tatiana arrodillada a los pies de esta con la cara aún cubierta de fluidos, y con gesto de dolor al tener la irritada piel de su trasero apoyada sobre sus talones.

Después de una ovación por parte de los espectadores, estos comenzaron a retirarse, incluidas Xana e Irene que antes de irse bajaron para despedirse de Marisa, la que les dijo que en pocos días se podría en contacto con ellas para informar a Irene sobre su primera pelea. A la joven la dio un vuelco el corazón, la daba un poco de temor aquello, pero después de ver aquel espectáculo realmente tenía ganas de pelearse con otra mujer, que no fuera insultantemente superior como lo era Xana, ante un montón de gente.

-         Dime Irene ¿te ha gustado el espectáculo?- preguntó Xana cuando ya estaban dentro del coche, antes de arrancar.

-         Sí, ha estado muy bien, me ha excitado- dijo tratando de calentar a la asiática.

-         Dime la verdad ¿Quién querías que ganase? Y no me mientras- avisó la mujer.

-         Mary- dijo Irene.

-         Que mala compañera- dijo Xana con una sonrisilla que tranquilizó a Irene- solo por eso esta noche te quedas sin sexo.

-         No- gimió Irene de forma lastimera- sabes que estoy muy excitada, Xana. No me hagas eso, por favor…

-         Bueno…- dijo Xana mientras metía la llave en el contacto- pero tendremos sexo estilo Ama - esclava, con lo que te va a tocar sufrir antes de aliviar ese calorcito que sé que tienes.

-         Vale, lo que quieras- dijo Irene que sabía que intentar regatear, con los grandes deseos que tenía de pasar la noche con Xana, solo la supondría alguna penitencia más grande que aquella para conseguir un orgasmos aquella noche.

Continuará…

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