Irene, Irene (3: Seguimos en la boda)

La mujer mas morbosa de Barcelona se casa y yo rememoro como empezó a comer pollas para mi placer.

Cap 3.

Seguimos contigo Irene, en tu boda. Besos, risas, cava, brindis. Hay un momento de complicidad. Nosotros tres, de todos tus amantes, sólo nos has invitado a tres. Conociéndote sé que tuviste más. Y tu, los cuatro.

Dinos, Irene, llevas medias con liguero? - Risas.

Llevo medias blancas, sin liguero – sonríes.

Irene, guapísima, te desnudarás o dejarás el morbo del vestido de novia? - Risas. cava. Y tu callada, halagada. Tampoco esperamos respuestas y lo sabes.

Estas preciosa vestida de novia Irene, yo no te lo quitaría, solo levantaría la falda -Risas. Pero no te incomodas, te desenvuelves entre los tres sin mas problemas, ni te turbas ni te irritas.

Mi marido no tiene por qué saber que fuisteis mis amantes – te sonrojas levemente.

Naturalmente Irene, no va a saberlo. Pero siempre te querremos.

Y yo a vosotros, lo pasé muy bien. Cada uno en su estilo, fuisteis unos amantes maravillosos. Tuve momentos de gloria - Nos sonríes. Y se que los tres estamos excitados, los ojos húmedos. Tu mirada se ha vuelto de mujer, no de novia. ¿Qué estas recordando?. Te brillan los ojos. Te miro el escote, quiza demasiado generoso para una novia, pero siempre has encontrado gran placer en exhibirte.

Pues estamos en el mismo hotel que tu marido y tu, así que si necesitas algo, ya sabes - Risas, picardías, recuperas tu compostura de novia virginal.

Sois encantadores, me acordaré de vuestro ofrecimiento, luego no os echéis atrás, ¿eh? – Nos haces un guiño. Más risas, nos manejas a tu antojo. Pero así como yo he sentido una chispa dentro, estoy seguro que ellos también. Pero, ¿y tu? Te requiere tu marido para bailar.

Nos quedamos los tres atontados, sonrisa estúpida.

¡Qué mujer! - dice uno. Estamos excitados. Tu broma es una broma, pero sabías que nos dejarías desasosegados. Brindamos. Nos has dejado en el aire tu imagen de novia en una posicion obscena, entregada a nosotros. Bailas con tu marido y nos sonríes.

¡Qué mujer! - concluye otro.

Intentamos hablar, liar conversación, con voluntad de distraernos, te aseguro, Irene, que lo intentamos varias veces. Frases sueltas, a veces irónicas, ya sabes que es nuestro deporte intelectual favorito la crítica sangrante de la mediocridad, para sentir que nosostros nos diferenciamos sin que sea verdad realmente. Pero, hoy, tu aroma, tu voz cantarina nos lo impide, interfiere definitivamente. Callamos sabiéndonos complices y reconociendo en nuestro silencio un bullicio interno de risas, gemidos, imágenes tuyas, Irene, promovidos por la descarga impulsiva de nuestra testosterona que tú siempre has sabido gobernar.

Al fin callamos, conscientes de lo inútil del esfuerzo. Y nos sumimos en nuestros recuerdos. La reciente imagen de tu escote no me abandona, recuerdo tus tetas, cálidas, suaves. Y la manera en cómo las usabas para excitarte.

Aquel día que estábamos en mi casa esperando que se fuera mi amigo Andrés para hacernos el amor, dos días despues de la mamada en el atasco de la ronda y la exhibición ante los camioneros. Bebíamos cava y a ti el cava siempre te ha puesto muy bien, en tu punto. Y hablábamos de los senos de las mujeres y del pudor del top less. Y tu decías que vaya tontería. Y Andrés te retó:

Pues no veo que tu los enseñes, Irene – te dijo.

Yo nunca he tenido inconveniente, muñeco – te encantaba enrabiarles con eso de muñeco – ¿Es una estratagema para vérmelos?.

Pues, sí, a ver si eres tan chula como dices – dudaste un momento, me miraste

No si mi Kijano no quiere – me sorprendí, pero recordé tu lascivia con los camioneros y la frase "no haré nada si no estas de acuerdo" y extrañamente me sentí poderoso. Decidí probar.

De acuerdo, Irene, enseña las tetas - cogiste el sueter por la cintura y, sin dejar de mirarme, lo levanatste poco a poco.

¿Así, cariño? – tu sueter por encima dejaba ver tus hermosas tetas y tu gesto de sujetar el sueter hacia la escena más obscena.

Hipnotizados. Y yo asombrado de tu soltura.

¿Qué pasa, no dices nada, Andrés? – tus pezones se iban endureciendo a ojos vista, era evidente que disfrutabas. – ¿no te gustan?

¿Qué quieres que diga? Son preciosos y de los que dejan sin aliento – dijo Andrés, mi amigo. Era eléctrico estar hablando allí, las miradas se cruzaban y volvían a tus pechos, y tu sujetando el sueter por encima de tus tetas. El me miraba - ¡Vaya tía que te has echado Kijano, es la hostia!

Le gustan mis tetas Kijano. Y ahora, ¿qué hago cariño? – me dijiste. De los tres, el más asustado era yo. No sabía que querías y no sabía reaccionar. Pero tenía que mantener mi dignidad.

Claro que le gustan Irene, quédate un ratito así. Miráselas a gusto, chico. – Me acerqué a ti y tembloroso, empecé a acariciártelas a la vista de Andrés – son suaves y cálidas – me hice el machito, te miré fijamente a los ojos y vi una excitación y una mirada de gata viciosa que me excitó muchísimo. Sin pensar y sin dejarte de mirar, dije:- ¿no quieress sobárselas un poco, chico?

Exclamaciones de placer y se acerca a ti, sus manos te las soban, te acarician te tiran suavemente de los pezones

¡Qué buena estás Irene! Joder Kijano, eres un tío legal por dejarme sobar a tu novia

Acerco mi boca a ti y me besas mientras sus manos te soban, un beso obsceno, tu lengua busca desesperada la mía, estas muy excitada y me provocas un estado de casi orgasmo.

¿quieres más? – te sussurro.

Como me digas, cariño, soy tuya y haré lo que me digas. – zorra, pienso, me gustas, pero estas deseando tirártelo

¿Qué te parece si les haces una mamada delante de mi?

Si tú estas de acuerdo, se la hago cariño, pero se la haré para ti, cariño, PARA TI.

Estoy de acuerdo. De todas maneras, dime, ¿te apetece, te excita mamársela? – susurramos mientras el sigue sobándote y tu respiras cada vez mas fuerte

Me apetece hacerlo para ti, me excitará metérmela en la boca mientras me miras cómo lo hago cariño, ¿disfrutarás?

Me quedo helado, controvertido. Me asaltan unos celos tremendos y a la vez una excitación enorme. Cedo a la excitación que me da el poder de decidir sobre ti, Irene, y acallo en mi interior una voz que repite :cornudo. Las dos cosas juntas me enervan.

Me levanto y, en voz alta, viendo como Andrés empezaba ya a comerse el pezón, arrancando gemidos de Irene, digo:

Andrés, mi novia se va a desnudar entera.

Joder, esto si que es enrrollarse. – se sienta en el sofa dispuesto a ver el espectáculo.

Y tu que tardas dos minutos en desnudarte delante de nosotros, primero quitándote el sueter, y después bajando tus pantalones, te dejas el tanga minúsculo, sin dejar de mirarme, en medio de las exclamaciones de aprobación de Andrés. Sé que estas excitada. Te hago subir a la mesa, y que te gires. Mi excitación es bestial. Pareces una diosa del erotismo.

Mírala, Andrés, a que esta buena mi novia.Tiene un buen polvo. Cariño, estás preciosa.

Está buenísima. Un polvo solo, no. Tiene unos cuantos.

Andrés, Irene está deseando darte una sorpresa, me ha dicho que le gustaria hacer por ti algo que recordarás, ¿verdad cariño?

Si, Kijano, cariño, pero porque me lo pides tú y no sé negarte nada.- sonríes.

Buena chica. Dile a Andrés lo que quiero que le hagas, Irene, preciosa. – te sonrojas.

¿Es necesario?, me da vergüenza. Diselo tú, por favor.

Irene, es necesario que le pidas que te deje hacérselo. Lo deseo, cariño. – te veo dudar, Andrés está extasiado mirándote, escuchando, los ojos como platos. – Baja de la mesa y acércate a él, Irene - Lo haces y te plantas de pie ante él. Te noto excitada.- Venga cariño, pídeselo.

Andrés....- tu voz es temblorosa – Kijano quiere....

Pídeselo Irene, di lo que deseas de él – estaba embalado, excitadísimo.

Andrés, déjame chuparte la polla – me miras, absolutamente sonrojada, te sonrío

Andrés se quedó atónito, sin habla. Reaccionó con estruendo.

¡¡¡Qué pasada!!! ¡No jodas que me la vas a mamar, Irene! A mi ninguna me lo ha hecho, joder, y una tía tan buena como tú...Joder Kijano, que tio eres.

Andres se quita la camisa, se arrellana en el sillón y me mira, interrogante.

Hazlo tu cariño – le digo a Irene. Ella se inclina y le desabrocha el pantalon tejano, le baja la cremallera y yo veo como su mano desaparece debajo y vuelve a aparecer con la polla de Andrés tiesa como un hierro. Es mas larga que la mía y me vuelve a dar un ataque de celos. Comento envoz alta – Vaya pollón Irene.

¡Qué maravilloso espectáculo me diste! ¡Qué mamada mas soberbia! Se la estabas masturbando como acabando de decidirte. El se quito del todo los pantalones y vi tus dos manos masajeandole.

De pronto te arrodillaste y, mirandome, te metiste la polla de Andres en la boca y comenzaste a subir y bajar succionando. Andres juraba: ¡Joder, Irene, joder, que mamada! Y tu, cada vez mas caliente, comenzaste a gemir y a mover tu cadera, signo de tu calentura.

¿Te gusta eh, Irene? Joder, como se la comes, putita mía. Me estas poniendo a mil. – te enervabas, la sacabas, te relamías, realmente disfrutabas, la volvías a engullir gimiendo.

Joderrrrr, estoy a punto, no aguanto más – dijo Andrés. Paraste un momento pero te sujete la cabeza.

Tragatelo cariño, la mamada no de deja a medias. Andres llenala de leche, cabron.- Andres gritaba mientras se corria y tu aguantabas los embites de semen. – Así Irene traga, me gusta, joder llena de semen, puta.

Andres te llenaba y yo veia como se te salian por la boca hilos de semen, me miraste y casi eyaculo yo alli mismo.

No pude más. No podía aguantar, te levanté bruscamente, te eché sobre el sofa y dije:

Te voy a follar como nunca, zorra.

Fóllame cabrón, con la boca llena de semen de tu amigo. Aquí me tienes hijoputa. – abriste las piernas, separe el tanga y te penetre de golpe.

Zorra, puta, guarra, toma polla, te gusta mamar a pollas, ¿eh?, pues te voy a dar unas cuantas. –gritabas de placer – toma mi leche en el coño zorra. Me corrí como una bestia y ni me di cuenta si te corrias tu.

Acabamos exhaustos. Andrés fue el primero de una serie de tíos con los que disfrutaste, haciendo que fuera yo quien te los llevaba. Y cada vez con mas perversiones, aunque la verdad es que siempre te gusto mamarsela lo que más y siempre acabar conmigo.

Y ahora yo estoy aqui, en tu boda mirándote y excitado, pensando ya como podria hacer para estar contigo esta noche y maquinando. Vestida de novia puede ser bestial.