Irene, Irene (1: Irene se casa)

Las experiencias, variadas perversiones y situaciones morbosas de la mujer mas morbosa de Barcelona y que fue mi amante.

Irene, Irene.

El dia de tu boda, radiante, novia, blanca, blondas, encajes, las mejillas sonrosadas, exhultante, preciosa, deseable. Una novia sensual. una mujer que se va a entregar a su flamante marido, que le va a dar el permiso para, finalmente, hacerla suya, poseerla. Y tu, radiante por hacerlo, entregarte a él, enamorada, hembra, dispuesta y deseosa de hacerle hombre, de tenderte bajo su cuerpo de macho y sentir palpitar su placer, su pasión por ti. Y todos quisieran ser tu marido por un instante cuando, sin inhibiciones, abras tu cuerpo y tus piernas a la penetración del marido. Y quisieran sentir ese gemido femenino que anuncia la seduccion mas animal, cuando capturas la sensualidad desde tu vagina penetrada y la focalizas en tu voz y en tu mirada brillante, velada, de gata.

Y tu estas repartiendo por doquier esta sensación de futuro capturado en ti.

Y yo te miro y se lo que sientes, porque te conozco.

Recuerdo vívidamente el primer dia que estuvimos juntos. No se lo has explicado a tu marido, seguro. En la pista de baile, seductora y provocando a los hombres, divertida, mariposeando de uno a otro, dejándote sobar los pechos como si no te dieras cuenta, riendo de la excitacion de los tres chicos que tenías colgados de ti. Hasta que uno se atevió a poner la mano debajo de tu falda. Tu cara de enfado me pareció falsa a mi que te observaba, pero hizo su efecto en ellos. Me acerqué:

Cariño, ¿te han molestado? – me miraste entre sorprendida y divertida.

Un poco, cariño – seguiste el juego y me sorprendió a mi - pero ya está.

Ven conmigo – dije, ya que te gusta jugar, juguemos, pensé, a ver hasta dónde . Te cogí por la cintura – tomemos una copa – te acerqué a mi y te besé en los labios de improviso. Ahora viene cuando me pega. Pero no, no hiciste nada y te dejaste besar. Te metí la lengua y eso ya te hizo separarte.

Venga vamos a por esa copa.

He visto como te dejabas sobar, "cariño", eres una calienta braguetas – te queria provocar. Te callaste. Pero sonreías.

Lo hacía para ti, "cariño" - ¿me mentías?. Me acerqué de nuevo y te besé, esta vez con lengua hasta dentro y tu respondiste – sé lo que te gusta mirar cómo me soban.

Zorra – susurré, sonriendo y sin soltar tu cintura.

Fóllame – dijiste, frotando tu cadera contra mi sexo.

Ya lo creo que te follé, como un loco, pero cuanto más loco estaba yo, más contestabas tú. Me dijiste que tenías novio formal, para casarte, un instante antes de recibir mi primera embestida, medio desnudos, en tu cama y hacerte gemir, mientras te decia:

Pues toma, Irene, por tu novio, que te encuentre bien follada – te la metí con rabia, con fuerza, sintiéndome macho, con la desesperación del deseo en mi glande.

Bésame – pediste y lo hice con fuerza, mordiéndote - y jódeme , cabrón, jódeme como no has jodido nunca a una mujer.

A una zorra, me estoy tirando a una zorra – te dije y gemiste como una gata en un orgasmo que me dejó asustado por lo intenso mientras me arañabas la espalda.Te di la vuelta, te habias quedado laxa, - y ahora, puta mía, te voy a dar por el culo mientras piensas en tu novio para casarte – creo que intentaste protestar, pero sin demasiado énfasis, asi que comenzaste a dar grititos mientras te abria el culo con mi polla, excitado, obsceno, dominante, bestia, cogí tus pechos y empujé fuerte – toma puta, bien dada por el culo, zorra, cuéntaselo a tu novio.

Cabrón, desgraciado, hijo de puta, - tenías, tienes, un repertorio ilimitado, y cada vez me excitabas más.

Te voy a llenar de semen zorra – dudé si te gustaria.

Dámelo cabrón, es mío – y apretaste tu culo contra mi. Vaya corrida Irene, la mejor de mi vida hasta ese momento, te decia de todo, lo más obsceno que me pasaba por la cabeza – así cabrón, vacíate.

Después de un ratito volvimos a follar y esta vez me cabalgabas tu. Hiciste que me corriera en tu vagina, y recuerdo q me dijiste:

Me gusta el semen, CARIÑO – dijiste cariño y sentí un escalofrío al ver la mujer que estaba encima de mi, mezcla de gata y preciosidad, hermosa, deseable y puta.

Y me había dicho cariño con mi semen en su coño. Me dormí feliz a tu calor. Se me olvidó completamente tu "novio para casarte"

No tenía ni idea de dónde me habías metido.