Inyecciones a domicilio (8: Mis Vecinitas)

Siguen las visitas a domicilio y en el consultorio.

Continuando en casa de Laura, me desperté aproximadamente serian las 7 a.m. Ella estaba toda sudorosa. Mi amor ¿Qué te ocurre? Tomo el termómetro y rápidamente se lo pongo en la axila. Efectivamente, lo retiro a los pocos minutos y tenia 37.8 grados.

Me levanto de la cama y me cubro con el slip y el pantalón. Le alcanzo el camisón para que se cubra, temía que fuera a coger frío. Alcanzo los supositorios y le digo, vuélvete cielo. Colocada boca abajo en la cama, le bajo el cobertor hasta sus lindos muslos y le digo, ponte relajadita tesoro. Separo sus lindas nalgas y lo introduzco despacito. Ahora mismo te pongo la inyección, y procura quedarte en cama. Tú como doctora debes saber lo que mejor te conviene. Llama a tu enfermera que cuide de ti durante todo el día y anula las visitas de tus pacientes.

De acuerdo Antonio. Preparo de seguida el inyectable y procedo a inyectarle. Vamos cariño, relájate. Se la pongo en su nalga izquierda y la cubro con la braguita y el cobertor de la cama. Paso al baño a asearme y vestirme. A media mañana vendré a ver como sigues. Además tengo que subir a inyectar a Mari. Gracias cariño.

Hasta luego Laurita. Adios amor. Me dirigí rápidamente a casa de Cristina. Buenos días Cristina. Buenos días Antonio. Pasa a inyectar a Cristinita, luego me inyectas a la noche, ahora vendrá Luisa para quedarse con mi hija.

Dándole los buenos días a Cristinita, procedo a prepararle la inyección. Hola Antonio, buenos días. ¿Cómo te encuentras hoy? Un poco mejor, gracias. Inyectable preparado, le digo. ¿Dónde la ponemos? Ya se había colocado de costado, deslizando el cobertor de la cama habiéndose bajado el pantalón del pijama. En el lado derecho por favor. Le doy el correspondiente masaje con el algodón y el alcohol y procedo a aplicarle el vial lentamente. Listo cielo, puedes subirte el pantalón. Hasta la noche. Adios Antonio, gracias.

Nos vemos luego en el bar Cristina, vale Antonio voy a terminar de arreglarme. De ahí paso a casa de Olga y Mercedes. Como saben las dos viven en el mismo edificio.

Primeramente, llamo al domicilio de Olga. ¿Qué tal Olga? Buenos días.

_Buenos días Antonio, pasa por favor. Estaba en compañía de una chica joven. Diana, paso un momento al dormitorio, me tienen que inyectar. De acuerdo señora.

En el dormitorio procedo a prepararle el inyectable. Mientras ella procede a desabrocharse el pantalón y colocarse de costado en la cama. Se baja el pantalón junto con la braguita mostrándome sus maravillosas nalgas. Preparado el vial le digo, ¿Dónde te la pongo? En el lado derecho por favor. Desinfecto con el alcohol y el algodón la zona a inyectar y le administro la inyección. Se sube el pantalón junto con la braga y posteriormente levantada de la cama salimos de la habitación.

Diana es colombiana, de 22 años, bastante agraciada. Estatura mediana. Trabaja como empleada de hogar por horas en diferentes domicilios. Tiene un tratamiento inyectable prescrito por el doctor, por lo que me dijo si podría pasar por su domicilio. Tomo nota de su dirección y le dije por supuesto señorita. No obstante, tenga mi tarjeta con los números de teléfono de casa y consultorio. También lleva anotado el nº del móvil.

Me despido de Olga y Diana y paso a inyectar a Mercedes, que como saben vive en el mismo edificio.

Llamo a al timbre. Hola Antonio buenos días

_Buenos días Mercedes. ¿Inyectaste a Olga? Acabo de hacerlo Mercedes. Estupendo Antonio, pasemos al dormitorio. Llevaba puesto un pijama muy elegante. Sentada en la cama mientras preparaba la inyección me dice, hoy me encuentro pachuchita. ¿Qué te ocurre? Me duele un poquito el vientre, ¿podrás ponerme un enema? Por supuesto.

Descúbrete para inyectarte por favor. Enseguida Antonio. Se puso de costado en la cama bajándose el pantalón y echándose la braguita hacia abajo. Donde la ponemos hoy. En el lado derecho por favor. Le doy con el algodón e introdujo la aguja, poniendo como siempre muy lentamente el antibiótico. Se sube el pantalón junto con la braguita y pasamos al baño. Yo procedí a lavarme las manos, ella fue preparando el enema.

Acerco un perchero junto a la cama y le digo, quítate el pantalón y la braguita, por favor. Ponte acostada sobre el lado izquierdo, la pierna derecha mas adelante. Perfecto. El irrigador lo puse colgado del perchero y procedo a lubricar la cánula.

Observaba su lindo coño desde atrás y el agujerito de su culo. Tomo unos guantes de un solo uso y le digo ponte relajada, voy a lubricarte el ano. Separo sus nalgas y pongo en su lindo agujerito unas gotas de lubricante ¡Ah! Que sensación, pongo mi dedo sobre su estrecho agujerito y le introduzco la puntita. Veo como contraía el esfínter anal.

Su mano derecha la tenía colocada sobre su vientre plano. Pongo la cánula sobre su agujerito y la introduzco muy despacio. Abro el paso del agua y observaba por la goma transparente del irrigador la bajada del agua. ¿Notas el agua templada en tu recto? Por supuesto Antonio, me da mucho placer. Poco a poco iba entrando el contenido del enema.

_Antonio, por favor trae el orinal del baño, no sea que no me de tiempo a levantarme. Ella sujetaba la cánula con la mano. Si hubiera tenido una cámara digital hubiera sacado unas instantáneas de todo su cuerpo visto desde atrás.

Traigo el orinal y lo dejo allí preparado Faltaba muy poquito para terminar el enema.

_Sácame la cánula por favor, no me puedo aguantar. Rápido la saco del culete y se puso erguida, sujetándole el orinal entre sus piernas. Expulsado todo el enema, coge el orinal y se fue al baño a limpiarlo.

Al ratito sale toda sonriente y con unas lindas braguitas limpias. Puedes pasar a lavarte Antonio. Cuando salgo ya estaba poniéndose el pantalón.

Gracias Antonio, me has puesto muy delicadamente el enema, perdona las molestias. No tienes porque darlas Mercedes. Hasta mañana. Adios Antonio.

Salgo de allí, verdaderamente un poco excitado. En fin, a continuar la faena. Me voy ahora a ver a mi querida amiga Laura la ginecóloga. Llamo a la puerta saliendo a abrir la enfermera de ella y ayudante en la consulta, una chica muy agraciada.

_Buenos días, soy Antonio, amigo de Laura, mi nombre es Ana, encantado de conocerle. Paso un momentito al dormitorio de Laura y le digo cariño, ¿te sientes mejor?

Si cielo, gracias. No padezcas, Ana estará acompañándome todo el día. Luego a la noche me pones la última inyección y mañana como nueva. Subo a casa de Mari, hasta la noche Laura, adios cariño.

En el salón estaba Ana, y acompañándome hasta la puerta nos despedimos.

_Buenos días Mari.

_Buenos días Antonio, pasa por favor. Entramos a su alcoba y me dispongo a prepararle el inyectable. Como saben son 2 ampollas que se ponen en una misma jeringa. Se puso de costado en la cama y se baja el pantalón, junto con unas braguitas muy sugestivas. Mirándome de reojo, me dice, venga Antonio manos a la obra, señala su mofletito derecho. Doy un poquito con el algodón y alcohol en la nalga derecha, introdujo la aguja y lentamente va entrando el liquido, ¿duele? Un poquito, hoy es su segunda inyección de seis. Listo Mari, pongo un momentito el algodón, se sujeta el algodón e incorporándosele la cama se mira de reojo su culito, inyectas de maravilla no hay ninguna gotita de sangre. Se coloca la braguita en su sitio, y se sube el pantalón.

Carmen ha salido a unos recados, como tienes que venir de nuevo a la noche nos inyectas a las dos. Así es Mari. Vendré sobre las 9:30 p.m.

Serian las 10:00 de la mañana y me voy al bar donde trabaja Cristina. Aun no había desayunado. Hablo con Cristina unos minutos, vendré a comer como de costumbre. Hasta luego Antonio.

Llamo a Pepa si se encontraba en su domicilio, al no coger el teléfono la llamo al móvil. Estoy trabajando, pásate por la peluquería. Me he bajado la inyección. Y Laura también trajo la suya. De acuerdo Pepa, en unos 15 minutos estaré ahí.

Cuando llego a la peluquería, estaban en plena faena entre tintes y cortes de pelo, etc.

_Buenos días. Atendían a unas clientas, tuve el placer de saludar de nuevo a la guapísima Belén.

_Belén, le dijo Pepa, paso dentro que me tiene que inyectar Antonio.

_Laura, luego entras tu, de acuerdo Pepa, tranquila.

En la habitación, me da la ampolla y me dispongo a preparársela. Llevaba un pantalón blanco, clareándose las diminutas braguitas. Se acuesta en la camilla echándose el pantalón por debajo de su trasero tan lindo. A continuación se baja el diminuto slip. Prácticamente no era necesario, solo le cubría la rajita de su culo.

_ Pongo el algodón en su nalguita izquierda, desinfectando con el alcohol y le administro la inyección, como es mi costumbre, muy lentamente. La señorita esta servida, le doy de nuevo con el algodón y con toda confianza le doy una palmadita en el culete, colocando la braguita en su sitio.

Se incorpora de la camilla y se sube el pantalón. Gracias solete, ahora llamo a Laura. Toma la ampolla y la vas preparando. Laura vino al instante.

_Laura, cuando quieras. Se coloca de lado en la camilla, echándose el pantalón hacia abajo. Luego hizo lo mismo con la braguita. Le doy con el algodón sobre la nalga derecha, y administro el inyectable muy despacito. Pongo un poquito el algodón sobre el punto de la inyección y le digo, lista jovencita, coloco sus braguitas en su sitio y me dice, gracias corazón. Incorporándose de la camilla se sube el pantaloncito blanco.

Laura, sobre que hora te viene bien que vaya a inyectarte. A la hora de costumbre Antonio, te llamo luego y te confirmo si me quedo a cenar con Pepa. De acuerdo pues, a la noche nos vemos. Sobre las 11:00 llego al consultorio y me dedico a poner en orden los ficheros de mis pacientes. Reviso las llamadas telefónicas en el contestador, encontrándome una llamada de Diana, la chica colombiana. Es regordeta, muy linda, el pelo moreno, bajita. La llamo y me dice si poda pasarse por el consultorio, ya que no tenía que realizar labores de hogar hasta el día siguiente.

Puedes pasar cuando gustes Diana, de acuerdo señor, sobre el mediodía nos vemos. Acabando de hablar con Diana, llega al consultorio una chica joven y muy bonita. Sobre unos 25 años. Estaba sentada en la sala de espera. La hago pasar y antes de nada le digo se siente un momentito y me de sus datos personales. Abro una ficha con su nombre, dirección, etc. Igualmente, los servicios prestados, curas, inyecciones.

Nombre.- Paula. – omito la dirección. Iba vestida muy elegante, traía un conjunto de chaqueta y faldita a cuadros, botines y medias. Abre el bolso y me entrega dos envases de inyectables.

_ 2 ampollas de 1 gramo, intramuscular profunda. Una inyección en cada glúteo. Como sabedor de los fármacos, tomo los inyectables y de espaldas a ella me dispongo a prepararlos. Acuéstese en la camilla, por favor. Se baja la falda, observando unos lindos pantys, que le transparentaba unas braguitas de color oscuro. Tumbada sobre la camilla se baja el panty y la braguita. Me dijo que trabajaba en un club de alterne. Observo unas lindas piernas y un culo de nalgas prietas y blanco como la leche, en contraste con el resto de su piel morena.

Pongo el algodón con alcohol sobre su nalga izquierda. Introdujo la aguja, y poco a poco voy administrando el vial. ¿Cómo duele? Es normal, es un antibiótico fuerte Paula.

Terminado de administrárselo, le digo ¿se siente bien? Si señor, no tenga cuidado. Posteriormente aplico la otra inyección en la otra nalga. Aplicándola muy lentamente, cada ampolla es de 5 c.c. no es para menos. Le doy con el algodón sobre el punto de la inyección. Ya hemos terminado, puedes incorporarte. Se sube la braguita junto con el panty y se sienta sobre la camilla. Madre mía, me ha inyectado muy bien, pero no cabe duda que duelen bastante estas inyecciones. La ayudo a bajarse de la camilla y procede a vestirse.

Ya vestida, le digo que se sentara un poco y diciéndole si se encontraba bien. Si, gracias, ha sido muy amable. Me paga los honorarios, dándome una tarjeta suya con las señas del trabajo y su domicilio. Club "La Carreta", ubicado en un polígono industrial.

Sobre las 12:00 horas, llega Diana. Venia muy elegante, traía puesto un conjunto de falda y cazadora vaquera. La hago pasar y le digo se siente, primero hablamos sobre el tema laboral. Necesitaba alguien que se cuidara de hacerme la limpieza tres veces por semana en mi domicilio. Y el consultorio que viniera de lunes a sábado. Quedamos de acuerdo en las condiciones y todo perfecto.