Inyecciones a domicilio (5: Mis Vecinitas)

Siguen las fantasias de mis vecinitas.

Laura.

Después de vestirse Laurita en la consulta de de la ginecóloga, esta le abrió el consabido historial medico. Muchas gracias por la deferencia que ha tenido conmigo al atenderme de inmediato. No tienes porque darlas. Bueno dígame sus honorarios. No padezcas mujer, una vez terminemos tu tratamiento.

Laurita se despidió de nosotros, quedando en que por la noche iría a su casa a inyectarla. Nos quedamos conversando un rato sobre las pacientes del salón de masajes. Laura me dijo que los reconocimientos de las chicas, como es natural los realizaría en su consulta, previa cita por teléfono

Bueno Laura, debo marcharme pues tengo que realizar algunas visitas, por la hora que es no podré abrir hoy el consultorio. Contacto por teléfono con Olga, la cuñada de Cristina, si le venia bien que fuera a inyectarla. Por supuesto Antonio, me encuentro en casa. A los diez minutos aproximadamente me encontraba en su domicilio. Hola Antonio, adelante. Que tal Olga, buenos días. Me ha sido imposible venir antes. Te presento a Mercedes, somos compañera de trabajo y amigas.

. Como siempre pasamos a su dormitorio. Esta vez llevaba puesto un pijama de franela, ya en esta época hace un poquito de frío. Mientras preparo la inyección, ella siempre le gusta observar y queda sentada en la cama. Una vez la tuve lista, se puso boca abajo y descubrió su lindo trasero. No llevaba bragas, por lo que pude ver sus maravillosas nalgas con todo detalle. ¿Dónde la ponemos Olga? Me toca en la derecha Antonio. Sentándome sobre la cama aplico el algodón con el alcohol en el sitio y froto levemente, notándola toda relajadita introduje la aguja y le administro el inyectable muy despacio, puse de nuevo el algodón y le dije. Ale Olga, ¿dolió? No Antonio, levantada de la cama y el pantalón subido fue a tirar la jeringa desechable al recipiente que tiene en el baño.

Mercedes es una chica muy mona, de casi la misma edad de Olga. Vive en el mismo rellano de escalera.. Me dijo que le habían recetado unas inyecciones ya que a veces tiene molestias en la columna. Es morena, un poco más delgada. Debería ponerse una inyección al día. Le dije que no había objeción alguna. Vamos a mi casa y me pone la inyección. Me despido de Olga y quedo con ella en efectuarle la visita sobre la misma hora.

Acompaño a Mercedes a su domicilio. Pase por favor. Llevaba una bata de franela, que la cubría prácticamente toda. Sobre el aparador tenia las inyecciones. Un envase de 4 ampollas de 4 ml., aplicación intramuscular profunda. Vaya preparando el inyectable y ahora pasa a la alcoba, por favor. Prefiero estar echada en la cama. De acuerdo Mercedes. Una vez preparada la inyección le digo, ¿puedo pasar? Adelante. Se había despojado de la bata y llevaba un lindo camisón semi transparente, apreciando su excelente cuerpo. Recostada sobre la cama, previamente con el camisón levantado y mostrándome unas lindas braguitas. ¿Puede bajarse un poquito la braga? Así lo hizo mostrándome su lindo trasero. Vaya con cuidado por favor, me dan un poquito de miedo las agujas. Pongo el algodón impregnado un poquito en alcohol sobre la nalga izquierda y le digo, relájese Mercedes. Introdujo la aguja y pacientemente voy administrando el contenido de la jeringa. ¿Duele? Un poquito, pero me lo hace muy bien. Inyección puesta le pongo el algodón y le subo la braguita. Puede incorporarse Mercedes, Gracias, he observado como inyectaba a Olga y no hay duda es usted muy delicado. Gracias Mercedes. Acompañando hasta la puerta me dice, ¿vendrá mañana sobre la misma hora? por supuesto aquí estaré

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Seguidamente me dirijo a casa de Belén, tenia el salón de belleza y estética abierto así que me decidí a entrar. Encontrándome a Laura. Hola Antonio, Que tal Laura. Le pregunto si Belén estaba en casa. No Antonio, ahora mismo atiende a una clienta, aplicándole un tratamiento de depilación. Enseguida la aviso. Afuera había otra chica terminando de lavarle la cabeza a otra clienta. Ya era casi la hora del cierre. A los pocos minutos aparecía Belén. Llevaba un conjunto de blusa y pantalón de color blanco, notándosele el tanguita a través del mismo. Vienes a inyectarme ¿verdad? Claro Belén, esta mañana no pudimos vernos cuando fui a tu casa. Le dijo a Pepa que se iba para su casa, dándole recado que cuando terminaran de atender a las clientas cerraran el establecimiento.

Antonio, vamos a casa, Cuando entramos me dice, venga cielo a la alcoba. Preparo su inyección rápidamente y ella ya estaba en pose sobre la cama, pantalón bajado. Solo con el diminuto tanguita de color blanco, que me había puesto a cien en un momento. Le bajo el tanguita y froto con el algodón donde iba a pinchar, en este caso en el mofletito derecho. Administro el inyectable como otras veces, despacito y vuelvo a poner el algodón en el punto de la inyección, pero sin frotarle. Listo Belén, le subo el tanguita pues tengo bastante confianza como sabéis.

Ya has terminado la cajita Belén, el otro envase es a días alternos. Así que el lunes me toca la inyección. Levantándose de la cama y colocándose el pantalón me dice, gracias por lo de Laurita, por el detalle de la visita médica. No es nada Belén, estaba tan preocupada y nerviosa. Me gusta ser atento, y mas con mis vecinitas. Ahora debo marcharme, debo revisar unas notas en el consultorio y comer algo. Hasta luego Belén. Adios cielo.

E m m a .

Recordé que no había inyectado a Emma y toco al timbre. Hola Antonio, que a punto has venido. ¿Qué te ocurre Emma? Ahora me encuentro sola, pues Sonia se ha marchado a comer fuera y aparte de la inyección, me tengo que aplicar un enema. ¿Tan urgente es? Me he puesto un supositorio y nada Antonio, a veces padezco estreñimiento. Vale no te preocupes. Ves preparando el enema, mientras yo te preparo el inyectable. Pasamos al dormitorio y ella fue al baño. Emma cuando quieras, le dije. Enseguida estoy. Portaba el irrigador y colgándolo en un perchero junto a la cama procedió a prepararse para la inyección.

E M M A.

Llevaba un pijama muy sugestivo, Quitándose el pantalón, menuda sorpresa la mía. Iba sin braguitas. Pude verle el felpudo en toda regla. Rasurada cuidadosamente las ingles y su pubis de frondosos vellos rizados. Eres hermosa Emma, me atreví a decirle. Gracias Antonio. Echada en la cama en posición supina me dice, ¿Puedes explorarme el vientre? Emma, no soy doctor, aunque por mi profesión de enfermería, conozca algunos síntomas. No me cuesta trabajo hacerlo, pues me encanta la medicina, y mas en lo referente a las enfermedades de la mujer. Tuve el placer de poder explorarle el vientre, sobre varios puntos, observándolo un poco duro a la palpación. Voy a ponerte la inyección y luego te aplico el enema. Una vez puesto espero que te sientas mejor.

Vuélvete para inyectarte por favor. Boca abajo en la cama, desnuda toda la parte inferior. Estirada completamente y con las piernas separadas, viéndole el coñito desde atrás. Su culo pidiendo a gritos que la penetrara, me encontraba muy excitado pensando cuando fuera a lubricarle ese agujerito sonrosado. Sin mas preámbulo inyecto la nalga izquierda, eso si, frotando a conciencia con el algodón previamente mojado en alcohol. Administro todo el contenido de la jeringa muy lentamente. Luego le pongo el algodoncito sobre el punto de la inyección y le digo ponte de costado, voy a lubricarte un poquito el ano.

Previamente, paso al baño a lavarme las manos y me pongo unos guantes, hubiera deseado lubricar el culo, a pelo. Aplico un poco de vaselina en ese lindo agujero, diciéndole que se relajara. Ahora te voy a meter el dedo, ponte flojita y no hagas presión. Poco a poco, voy introduciendo el dedo. ¿Notas molestia? No cariño, me das mucho placer, lo deseaba Antonio. Seguidamente, paso a lubricar la cánula y le digo ponte apoyada sobre la almohada y con el culo en pompa. Te meto la cánula, Méteme lo que quieras Antonio. Con una mano separo las nalgas, y le introdujo la cánula lentamente, dando paso al agua, ¿notas como entra el agua? Si Antonio, una mano como digo apoyada en sus nalgas y la otra sujetando la cánula, iba bajando el agua lentamente por la goma del irrigador. Puse una cuña entre sus muslos para no manchar la cama, Emma aguantaba pacientemente la introducción del enema en su lindo culo. Cuando llevaba casi medio enema puesto, le dije voy a cerrar la llave del irrigador y evacuas en la cuña. Incorpórate un poco cariño, me estoy excitando demasiado.

Una vez fuera la cánula del culo, e incorporándose como le dije, expulso totalmente el enema. Fui al baño a limpiar la cuña y a los diez minutos aproximadamente, traía de nuevo la cuña preparada para su uso. Ella estaba acostada, en posición supina y acariciándose el vientre. Que a gusto me siento Antonio, me dice. Me siento en la cama y procedo a acariciarle ese lindo vientre, bajando la mano sobre los deliciosos vellos del pubis. Ella se entretiene acariciarme por encima del pantalón y la dejo hacer. En un momento me saco la prenda y me desnudo totalmente con el pene en toda erección

Desabrocho la blusa del pijama y se la quito, contemplando sus dulces senos, de areolas sonrosadas. Encima de ella me dedico a besarle los senos entreteniéndome en sus pezones. Mientras me coge el pene y se dedica a masturbarme.

Vamos Emma, no me puedo aguantar mas, ponte encima de mi, y practiquemos un 69. Bonita pose Para explorarla detenidamente. Ella encima mió, comenzaba a succionarme el pene, Yo mientras me entretuve en separarles las nalgas y comencé a introducirle un dedo en su culo y lamerle su lindo conejito. Ella gemía de placer. Sigue así por favor, como me pones. Cabálgame Antonio, no puedo más. Enseguida cariño. Le dije que se colocara echada en la cama, separándole los muslos le meto mi rabo notando todos los fluidos vaginales. Aguantándome al máximo, le hacia un mete y saca fenomenal. No puedo mas Emma, me corro, saco el pene de su calida vagina y me descargo encima de su vientre.

Extenuados de placer, la agarro de la mano y nos fuimos al cuarto de baño a darnos una duchita juntos. Nos aplicamos mutuamente el gel de baño, continuando con jueguecitos y caricias. Ahora deseamos que su hija Sonia nos proporcione otro encuentro de placer. (Espero poder contarles otra follada con Emma)

C R I S T I N A.

Llegue al bar donde trabaja Cristina, serian pasadas las 15.30 horas. Lo primero tomarme una cervecita, llegaba sediento después del suculento polvazo que mantuve con Emma. Seguidamente, le dije a Cristina que me preparara un plato combinado, después le dije que me sirviera el postre y un café con copa incluida de brandy. Tenían la puerta del establecimiento medio bajada, Seguidamente, le dije a Cristina que estaría un rato en el consultorio, Tenia que mirar si había algún aviso urgente, y efectuar unos trabajos por el ordenador, en lo referente a las fichas de pacientes.

Sobre las 5 de la tarde llegaba Cristina, después de acabada su jornada laboral. Le tocaba la segunda inyección balsámica.

De la vitrina de los medicamentos, saco la ampolla que tenia que administrarle.

Iba vestida muy elegante, llevaba puesto un traje de chaqueta, en color marengo oscuro, y debajo una blusa estampada. Mientras preparaba el inyectable, le dije pasara al cuarto contiguo y se recostara sobre la camilla. A los cinco minutos paso con la jeringa y el algodón. Con sumo cuidado había colgado la chaqueta y la falda sobre el perchero, Tenia el panty bajado junto con la braguita, viéndole el culo en todo su esplendor. Cuando quieras Antonio, pongo el algodoncito mojado en alcohol sobre su nalguita derecha y administro la inyección lentamente. Puedes vestirte tesoro, gracias Antonio.

Salimos luego juntos del consultorio, nos despedimos hasta el día siguiente, siendo domingo, me dijo que al estar el bar cerrado por descanso semanal, fuera a casa a inyectarle.

Subí a casa y me dispuse a descansar un rato. Sobre las 6 de la tarde me llamaron por teléfono, era Laura. Me dijo que se encontraba en casa de Pepa, la chica morena que tuve el gusto de conocer al mediodía en la peluquería.

Pepa, vive sola en un apartamento estudio no muy lejos de su compañera. Laura me dice,

_Antonio, he llamado a la doctora Laura, tu compañera. Le he dado la dirección y me ha dicho que enseguida viene para acá. Has tomado una decisión acertada, dame la dirección y ahora estoy con vosotras. A la media hora llego a casa de Pepa. Hola Laurita, pasa Antonio, Laura esta examinando a mi amiga en su dormitorio. Creímos ético no pasar a la habitación, así que esperamos a que la doctora acabara el reconocimiento.

A los pocos minutos, sale Laura de la habitación y me dice, hola Antonio, que a punto has llegado. Le había extendido la receta:

6 viales intramuscular, profunda, 4 ml. – 1 vial 2 veces al día.

2 enemas de ¼ uno en la noche y el otro por la mañana.

Laura fue a la farmacia a por los medicamentos y yo tuve el placer de pasar al dormitorio con mi querida amiga y doctora. Antonio, me dijo Laurita como yo la llamo. Le acabo de administrar a Pepa un calmante. De seguida que venga Laura de la farmacia le pones una inyección. Ahora son casi las 8 de la tarde. También le administras el enema. La otra puedes ponérsela al filo de la medianoche. Las siguientes, una en la mañana y otra en la noche. Yo tengo que marcharme. Ya ha regresado Laura dijo Pepa. Bueno jovencita a mejorarte dijo Laura. Gracias doctora.

Una vez se hubo marchado mi amiguita la doctora me dispuse a preparar la inyección de Pepa. Ella mientras se dispuso a colocarse boca abajo en la cama. Me miraba atentamente mientras iba preparando el inyectable. Cuando lo hube preparado me dice, ¿todo eso me vas a inyectar? Cálmate le dijo Laura, Antonio pone muy bien las inyecciones, vamos bájate el pantalón. Así lo hizo, no llevaba braguitas y me mostró su lindo culete.

Me senté en la cama y procedí a darle con el algodón y alcohol sobre la nalguita izquierda, introduje la aguja y muy despacio fui administrando el inyectable ¡uy! ¿Cómo duele? Ya esta Pepa. Puse de nuevo el algodón sobre el punto de la inyección y le subí el pantalón. Ahora descansa, luego a medianoche te pondré la otra inyección junto con el enema.

Laura, ¿trajiste tus inyecciones? O las tienes en casa. Las tengo aquí Antonio, tuve la precaución de traerlas ya que esta noche me quedo como es natural con Pepa. Las tengo en mi bolso, enseguida las traigo y me la pones. Allí mismo en el dormitorio de Pepa procedí a preparársela. Llevaba una falda ajustada y desabrochándose la cremallera de detrás, despojándose de la misma, se recostó junto a Pepa. Llevaba unas braguitas muy excitantes de color negro.

Con la braguita bajada a la altura de sus muslos, no pude por menos que decirle, vaya nenas que tengo a mi lado, sois preciosas. Gracias, respondieron las dos. No podemos quejarnos del practicante tan eficiente.

Acto seguido, di con el algodón y alcohol el correspondiente masajito e inyecto muy suavemente el culito de Laura.

Me despedí de ellas, diciéndoles que regresaría sobre las 23.30 horas a inyectar a Pepa. Eran aproximadamente las 22.00 horas cuando salgo de casa de Pepa, así que directamente me voy a casa de mi amiga Laurita la ginecóloga. Junto a su casa entro en una pastelería y compro los postres junto con una botella de cava.

Estaba ansioso por verla, Cenamos a base de ensaladas y al postre me dice, vamos al dormitorio cariño, ponte cómodo, enseguida vuelvo. Al ratito regresa a la habitación. Llevaba el estetoscopio colgado al cuello, junto con un especulo de un solo uso y me dice, vamos amor, desnudándose completamente se acostó en posición ginecológica. Quiero que me introduzcas el especulo y observes mi coñito por dentro. Separándose los labios vaginales, le introduje el especulo suavemente. Tienes un coñito de cine Laurita. Me desnudo apresuradamente y le introdujo mi dedo con el especulo insertado. Se lo saco y me dedico a comerle el coñito, saboreando sus juguitos vaginales. Luego me hizo colocar sobre la cama y practicamos un 69 en toda regla. Cariño, le digo, ¿tienes inconveniente en que te penetre el culito? No, mi amor, lo deseo. Se puso estilo perrito y con el preservativo puesto me dispuse a embestirla desde detrás, agarrándole sus lindas tetas. Poco a poco, fui introduciendo mi polla en el lindo agujerito. Que placer, ¡Dios mío! Me voy a correr Laurita, La saco del interior de su culo y colocándose de frente hacia mí, me saco el preservativo, corriéndome sobre su lindo vientre.

Fuimos a la ducha cogiditos de la mano y aun jugamos un poco bajo el agua calentita. Nos enjabonamos mutuamente con el gel de baño, prodigándonos toda clase de caricias. Ella acariciando mi pene, y yo introduciendo el dedo en su calida vagina en un mete y saca, no pude por menos que decirle déjame penetrarte Laurita. Adelante mi amor, penétrame a fondo, dándome la espalda y apoyándose sobre la bañera, entro de nuevo en su lindo coñito, esta vez sin preservativo. Esta vez controlándome para no descargarme dentro, le echo la lechita sobre su lindo culo.