Inuyasha y aomé (1)

El comienzo de la leyenda.

Inuyasha y Aomé por fin juntos.

No importa que me hayan robado la idea, este es el comienzo.

Érase una tarde cualquiera, cuando la joven Aomé regresaba de la escuela secundaria, ella aparte de ser una de las más hermosas de su clase también es la más asediada por los compañeros entre ellos Koji, el joven más guapo de su salón y de todo tercero de secundaria y por supuesto la escuela.

Llegaba al dojo de su abuelo, donde tenía en la parte trasera, un cuarto lleno de cosas místicas, en el centro del cuarto un pozo, algo profundo, nada de que preocuparse si uno llegará a caerse. Aomé vive con su mamá, su abuelo, su hermano, cuando ella llega de la escuela es molestada por su hermano menor, su lugar preferido en obviamente su cuarto pero en este momento se encuentra en remodelación, así que decide irse al patio trasero, al cuarto donde tiene los cosas místicas.

A: Caramba, cada vez que deseo estar sola no se puede, ahora me salen con que no puedo ni estar en mi cuarto, no se vale, que cuarto tan más frío, con esas máscaras, esas cosas que sólo el abuelo sabe para que sirven.

Aomé se sienta a la orilla del pozo, en ese momento pasa una rata, ella se asusta, pierde el control y cae dentro del pozo, pero para su sorpresa, no cae sino que es transportada a otro mundo, ella no lo puede creer, esta en un bosque donde sale del un pozo igual al que esta en su casa.

A: Donde estoy, que lugar es este, como llegue hasta aquí, debe de haber una explicación, pero no lo sé, voy a investigar haber si no es una broma de mi abuelo.

Se adentra al bosque y descubre que es todo una valle, nunca había visto nada igual, a lo lejos ve criaturas extrañas, se espanta y regresa al valle, no sabe que esta ocurriendo, ella se vuelve a meter al pozo, pero al momento de bajar se resbala y cae dramáticamente quedando inconciente. Al despertar se da cuenta de que otra vez esta en el pozo de su casa, no entiende como fue que llego ahí sólo sabe que llego. Sube el pozo y se encuentra a su abuelo, un viejo ya bastante grande de edad pero muy fuerte físicamente.

A: Abuelo, me puedes explicar que fue lo que paso, caí al pozo y llegue a otra parte del planeta, a un valle muy bonito pero lleno de espantosas criaturas.

Ab: No son espantosas criaturas son sólo animales de la tierra media.

A: Tierra media, que es eso.

Ab: Es un lugar místico, donde habitan fantásticas criaturas, a su vez espíritus malévolos, también criaturas como nosotros, seres humanos.

El abuelo se le acerca a Aomé y la abraza, a su vez va bajando la mano por su cintura hasta llegar a apretarle un glúteo.

A: Pero abuelo que estas haciendo, no otra vez por favor, recuerda que quiero llegar virgen al matrimonio, se lo prometí a mi mamá.

Ab: Aomé, por favor, entonces dame la chupadita reglamentaria, después sacio mis ansias con tu madre que aún después de la muerte de tu querido padre sigue igual de hermosa y suculenta.

A: Como te atreves a decir eso de mi mamá, aunque ella es hermosa pero no es un pedazo de carne que sólo sirve para satisfacer tu hormonas.

Ab: Esta bien mi nieta consentida.

Le mete la mano por debajo de la braga, acaricia su glúteo suavemente y al mismo tiempo girando su mano hasta llegar a su conchita.

A: Basta, que me haces cosquillas, ah, abuelo sabes que sólo puedes acariciar si me llegarás a meter un solo dedo, ah, no te la acabas.

Ab: Ya lo sé, entonces comienza con lo que sabes hacer bien.

A: claro que sí pero saca la mano, que ya estoy muy mojada, ah, sácala ahora, ah.

Aomé se quita la braga bastante mojada después de aquella enorme acaricia en su concha por parte de su abuelo. Éste a su vez se desamarra el cinturón y se baja los pantalones y el calzón, dejando al aire libre un miembro bastante arrugado corto, gordo, nada apetecible, era sólo un miembro decrepito.

Ab: Ya sabes que hacer nieta, con cuidado.

A: No me lo tienes que recordar abuelo.

Aomé se introdujo poco a poco a la boca el palo de su abuelo y comenzó a chupar, al principio con cierto asco, pero después se le fue quitando, iba aumentando el ritmo de cada chupada, el miembro se estaba haciendo más grande y duro, no aumento mucho de tamaño a comparación de lo que estaba en estado flácido.

Ab: Ay sobrina, vaya que has mejorado, me siento muy orgulloso de ti, te vas a volver una chupadora profesional, ja, ja, vas a ser mejor que tu madre.

A: Calla abuelo ó ya no le sigo, sabes bien que esto me da asco, no se como es que sigo permitiendo que me sigas haciendo esto tan denigrante, ya no lo tolero más.

Ab: Te voy a decir porque lo sigo haciendo, es muy fácil la explicación, es porque a ti te gusta, eres una cualquiera como tu madre, a ella le encantaba hacerlo de todas formas con tu padre y en ocasiones me invitaban para hacer un trío, ve y pregúntale las noches tan divertidas que nos pasamos los tres.

Aomé se sentía ofendida mientras seguía chupando ese palo todo arrugado a pesar de que ya estaba erecto, pero dentro de ella sentía esa sensación de no parar, sabía que su abuelo tenía razón aunque ella no lo quería aceptar, también era una cualquiera como su madre, o simplemente era violencia psicológica contra ella por parte de su abuelo, no lo sabía, era algo que pronto lo iba a averiguar.

Ab: Por cierto, al momento de caer, me vengo, me vengo, oh! Dios! Eres muy buena, me vengo me vengo.

El abuelo sujeto con todas sus fuerzas la cabeza de Aomé y se vino haciendo que ella reciba en su boca toda su descarga de esperma, Aomé como pudo se aguanto las ganas de vomitar y tragar esos espermatozoides que más bien parecían espermatosaurios. El abuelo se subió los pantalones mientras Aomé se limpiaba la boca después de esa eyacula.

Ab: Como te decía, si caíste a la tierra media significa que eres la reencarnación de Kykyo, entonces tu debes de tener la perla.

A: Cuál perla, no sé de que me estas hablando abuelo.

Ab: Es fácil, sólo hay que hacer algunos ajustes y si mis sospechas son correctas entonces bastantes espíritus tanto de la tierra media como de aquí vendrán por ti en cuanto te la saquen del cuerpo.

A: Aún no comprendo abuelo, que estas tramando, que te traes entre manos.

El abuelo de un solo golpe rasguña la blusa de Aomé dejándola sólo en brassier, al mismo tiempo la avienta al pozo, donde sale una luz y ella desaparece inmediatamente.

Ab: Lo sé mi nieta y perdóname, si en verdad tienes la perla entonces eres la reencarnación, si no es así, que tu alma descanse en paz.

Aomé despierta al otro lado del pozo donde sale y se da cuenta que no solo tiene la blusa muy rasgada sino que se le olvido ponerse sus bragas, sólo trae puesto sus zapatos, calcetas, falda y brassier, sale enojada y ve otra vez varios animales así que se vuelve a aventar al pozo pero esta vez no puede regresar. Sólo se rasguña las rodillas, sale y busca refugio, ve a lo lejos hombres y mujeres trabajando, es un pueblo ahí puede pedir ayuda. Aomé esta en camino al pueblo cuando de repente sale una enorme serpiente con cabeza de mujer y le grita. Dame la perla. Aomé corre despavorida hacia el pueblo pero...

Qué ocurrirá con Aomé ahora que esta semidesnuda en la tierra media. A qué clase de peligros tendrán que enfrenta, que es eso de la perla y quién coños es Kykyo. Por favor manden sus comentarios al correo jlmtpj@yahoo.com.mx para saber si desean que continúe con la historia ó ya de plano, mejor ni la hubiera escrito y así me evito la molestia de completar la saga. Gracias por su tiempo.