Intruso en mi habitación... y en mi cuerpo!... mmm
Mi amigo Allan había quedado con un hombre en nuestra habitación y tendría sexo con él... sin embargo "su hombre" tenía un plan totalmente diferente... conmigo...
El baile en el rancho del hotel al aire libre estaba del éxito… la música buenísima… ese fin de semana en el hotel de playa de moda, nos había costado “un ojo de la cara”, pero había valido la pena… las habitaciones súper confortables, la playa, la piscina… y ahora la fiesta…
Cada vez que me tomaba unos tragos y bailaba mi cuerpo y mi mente se relajaban al máximo… no era necesario que alguien bailara conmigo, yo podía bailar sola… cerraba los ojos y le daba rienda suelta al sentimiento de libertad que la música me daba…
Había ido con mi eterno amigo Allan y su familia, sin embargo como siempre, todos se habían ido a dormir temprano y solo él y yo nos quedamos al baile… lo que Allan agradecía porque podía sin restricción intentar ligar con algún chico sin la mirada ni escrutinio de su familia que aun manejaba cierto recelo ante la inclinación homosexual de mi amigo… Allan y yo como siempre, compartíamos la misma habitación en el hotel.
-Estrella, tengo hombre para esta noche… ¡listo!
La voz entusiasmada de Allan a mi lado me sacó de mi “mundo paralelo” mientras bailaba.
-¿Si?... ¿Quién es?... ¿Dónde está?
-Mira, hacia allá… es aquel, el de camiseta blanca… ¿lo ves?
Observé, sin embargo no lograba enfocar bien…
-¡Allan casi todos andan camiseta blanca!... en todo caso no me importa… ¿ya has quedado con él?
-Sí, llega a nuestra habitación y de ahí vamos a la suya que queda un poco más alejada… ¡Me encanta! es todo varonil... divino… ¿estas ebria Estrella?
-No sé, le dije torpemente sintiendo que todo me daba vuelta… jajajajajjaja… déjame Allan estoy feliz…. Jajjajajaja
-Pues la felicidad te dura 5 minutos más que ya nos vamos, tengo que esperar a mi hombre, ando que muero de ganas de una sesión de sexo esta noche.
Y realmente estaba borracha, me provocaba reír, bailar, dar vueltas… me había puesto un vestido corto playero que quizá no me favorecía, pero me daba sentimiento de libertad… sabía perfectamente que cada vez que daba vueltas mientras bailaba el vestido “volaba” y dejaba ver mis piernas, mis nalgas y mi pequeña tanga… era parte del juego de libertad que me encantaba “practicar” cuando estaba en la playa, tomaba y bailaba.
Allan me halo del brazo algo fuerte “matando” mi estado de relajación y libertad.
-Vamos puta, ya casi mi hombre llega por mí.
No me importaban los planes de Allan, habría querido seguir bailando, sin embargo un par de copas más y no sería capaz de mantenerme en pie.
Llegamos a la habitación y casi de “porrazo” me tumbé en la cama, boca abajo y con los brazos abiertos, mis pies quedaron fuera de la cama y ni siquiera me quité mis sandalias.
Lo siguiente lo escuché como entre sueños… Allan discutía acaloradamente con alguien, abrí un poco los ojos y había un hombre dentro de la habitación, no distinguía bien sus facciones, él parecía tranquilo, sin embargo Allan parecía furioso, levantaba la voz y le espetaba con sus manos.
-¿Qué pasa Allan?
-¿Qué pasa puta?... ¡que me la volviste a hacer!
-¿De qué hablas?
-Duérmete idiota, que esto lo arreglo ya mismo
La verdad no entendía que pasaba, pero eso era problema de Allan, él siempre se metía en líos, volví a hundir mi cara en la cama.
-Que te aproveche desgraciada, me voy al bar, a veces no sé si eres mi amiga o mi peor enemiga.
Allan levantó mi cabeza tirando de mi cabello para decirme eso… ¿Qué diablos?... ¿se había vuelto loco?
Lo próximo que escuché fue un fuerte portazo y luego absoluto silencio.
De pronto una voz grave, sumamente masculina muy cerca de mí me susurró…
-No tengas miedo hermosa, solo quiero verte, solo quiero disfrutarte mientras duermes
¿Quién hablaba?... estaba soñando seguro
Entonces sentí una mano que acariciaba mi cabello y bajaba a mi espalda, voltié un poco mi cara de manera que quedé de lado hacia donde había escuchado esa voz.
-Me gustas, me gustas mucho
Esa mano corrió el cabello de mi cara y en ese momento sentí un beso suave, muy suave en mi frente, luego esa misma boca trazaba un camino de pequeños y sutiles besos por mi mejilla hasta plantar uno más dulce aún en la parte de mi boca que quedaba al descubierto.
¡Esto no es un sueño!
Abrí los ojos y ahí estaba él… asumí de inmediato que era el hombre que discutía con Allan, quien muy probablemente era “su hombre” de esa noche.
Me incorporé de la cama como si tuviera un resorte.
-¿Quién eres?... ¿Dónde está Allan?... me empecé a asustar…
-Espera, espera, déjame explicarte, no te enojes por favor, solo déjame explicarte, te he visto bailar toda la noche y me has encantado, pero ¡maldita sea! No me he atrevido a acércame a ti. Soy algo tímido
-Pues hace unos segundos estabas tan cerca que no creo ni por un momento que seas tímido
-Escucha, utilicé a tu amigo para legar a ti… sé que está muy molesto por eso, pero se ha marchado y me ha dicho que probablemente te gustaría un poco de mi cariño
-¿Un poco de tu cariño?... ¿Allan diciendo eso?... oye conozco a Allan de toda una vida y si dijo algo de mí que te diera pie a buscar “algo”, muy probablemente fue algo como… ¡mi amiga es una puta cógetela!... o ¿me equivoco?
En ese momento aquel “intruso” en mi habitación esbozó una amplia sonrisa que dejó ver unos dientes impecables, su sonrisa era hermosa, así él no lo fuera… tendría alrededor de 40 años, no era gordo, pero si tenía una “pancita cervecera”, estaba vestido muy al estilo playa y tanto sus brazos y piernas mostraban muchos vellos… el tono oscuro “azulado” en su bigote y barba referían que igualmente era de vello facial abundante, él había notado que lo detallaba y amplió su sonrisa.
-A ver hermosa, déjame presentarme, soy Bryan, ando con un grupo de amigos…
Me dijo su profesión, donde vivía y un par de detalles más, yo entendía perfectamente que él estaba tratando de crear algo de confianza en mí… este hombre casi estaba en la clasificación de hombres feos, pero tenía un aura sexual que me tenía totalmente intrigada. Obviamente Allan sabía que yo no tenía ningún reparo en una aventura de una noche, pero siempre yo elegía mi aventura, era la primera vez que me encontraba ante una situación como aquella, no lo había visto ni un segundo antes y ahí estaba ese extraño contándome detalles de su vida… aunque del “susto” había bajado notablemente mi estado etílico, aun mi cerebro y mi cuerpo no coordinaban lo suficiente.
Bryan avanzó un par de pasos hacia mí… y yo retrocedí…
-No tengas miedo hermosa
-No tengo miedo, solo que a mis hombres los elijo yo
-Elígeme entonces
-No eres mi tipo
-Te propongo algo
-No quiero tus propuestas, quiero que te largues de esta habitación ya, o de lo contrario llamaré a seguridad
Bryan me miró, había algo de misterio y cautela en aquellos ojos, pero también divisaba deseo, no pareció inmutarse ante mi amenaza, avanzo de nuevo hacia mí y nuevamente yo retrocedí.
-Dame 5 minutos solo, déjame acercarme a ti solo por unos minutos, si transcurrido unos minutos aun quieres que me vaya, me iré, sin necesidad de que llames a seguridad.
En ese momento introdujo su mano al bolsillo y yo sentí que me iba a desmayar… ¿iba a sacar un arma? Casi estaba petrificada, cuando sacó su billetera, su teléfono celular y las llaves de su habitación, las colocó en la mesita más cercana a mí y retrocedió.
-Puedes revisar, puedes ver… te puedes quedar con eso si en unos minutos decides que me largue…
Caminó a mi cama y se sentó recostado al respaldar, con su mano tocó el sitio en la cama a su lado.
-Ven, unos minutos solo, déjame ver si quizá si soy tu tipo de hombre y aun no lo has descubierto.
Su voz me tenía hipnotizada, sus ojos profundos me tenían más mareada que el licor mismo que había bebido, ni siquiera observé los artículos que puso en la mesita, yo era incapaz de mirar algo más que aquel hombre.
Este maldito vicio del licor que lograba que siempre quisiera correr riesgos… como siempre mis deseos sexuales se mantenían a flor de piel… de pronto quise sentir a ese hombre… él dijo que probara unos minutos solo… y yo lo quería probar… el juicio y la razón ya las había ahogado en licor… así que avancé hacia él…
Casi como un robot caminé hacia la cama y me senté al otro extremo de donde él se había sentado… él muy despacio, muy despacio se acercó a mi… muy suavemente llevó su mano a mi cara y la acercó a la suya… posó sus labios en mis labios y me dio un beso muy tierno, muy suave, con sus brazos rodeó mi cintura y me atrajo a él, yo no había hecho absolutamente nada hasta ese momento… él siguió explorando mi boca en forma pausada y lenta… cuando introdujo su lengua en mi boca y la empezó a mover despacio, pero de una forma deliciosamente erótica, me di cuenta que no necesitaría ni un minuto más para saber que quería hacer exactamente con ese “intruso”… QUERIA SEXO Y COMERME A ESE HOMBRE YAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
Instintivamente levanté mis brazos y rodee su cuello, él entendió perfectamente que aquello era una clara invitación a seguir adelante. Su beso se hizo más fuerte y profundo, mi lengua estaba deseosa y la enredé con la suya, empecé a moverla con urgencia y entonces me vi perdida en un vendaval de sensaciones eróticas que recorrían todo mi cuerpo, él giro mi cuerpo y me acostó, colocándose a mi lado, estábamos totalmente entrelazados y nos comíamos la boca ambos, el sabor de su boca era una mezcla de alcohol y un sabor dulce en lo profundo… esa boca era una delicia… ¡como besaba de bien ese hombre!… me tenía totalmente excitada y ni siquiera había tocado mi cuerpo… él sabía perfectamente que tenía las armas de seducción indicadas y no parecía tener prisa por dar el siguiente paso, quizá estaba siendo cauteloso dadas las circunstancias o quizá solo quería oírme suplicar por más…
En ese momento y de forma inesperada separó su boca y brazos de mí y se puso de pie, tomándome de la mano en forma suave, pero denotando alguna urgencia me puso en pie también a mi, mirándome fijamente a los ojos me dijo…
-¿Quieres que me vaya?
¡Ni loca dejaría que se fuera!, pero no quería que mi respuesta fuera verbal, me alejé un poco de él, tomé la falda de mi vestido y lo subí hasta sacarlo por mi cabeza, yo era totalmente consiente de lo lejos que estaba mi cuerpo de ser bello, pero si tenía plena seguridad que sus ojos se irían de inmediato hacia mis enormes pechos cubiertos con el encaje de mi sostén y que ya habían empezado a ponerse cargados de deseo por sentir esa boca en ellos. Efectivamente él los miró y sus ojos se tornaron profundamente oscuros de deseo. Su respuesta fue levantar su camiseta y sacarla por su cabeza… ¡mi madre!, aquel hombre estaba totalmente forrado en vellos oscuros y su pecho era como una pared de ancho, nunca estuve con un hombre velludo, nunca… de inmediato él llevó sus manos al cierre de su short, pero yo anticipando lo que haría me acerqué y separé sus manos tomando acción con las mías… puse mis rodillas en el suelo y bajé su cierre… realmente temía cuanto vello encontraría en su zona pélvica, pero para mí fortuna, esa zona estaba recién “acicalada”… no llevaba ropa interior, por lo cual al bajar su short, una deliciosa verga totalmente erecta quedó frente a mi… mi gusto por mamar verga era un arma que me encantaba utilizar… metí aquella delicia en mi boca, su tamaño era perfecto y su grosor algo más de lo común, su redondeada punta ya tenía algo de lubricación que ya dentro de mi boca se confundió con mi saliva… empecé mamándolo poco a poco, pero pronto sus gemidos me hicieron atreverme a entrarle con una fuerza mayor… metía su polla lo más profundo que podía en mi boca y con la mayor rapidez que podía… lo chupaba, lo mamaba, lo succionaba… una y muchas veces… de pronto en forma casi violenta, él me toma de los brazos y me pone en pie… me asalta fuertemente mi boca con un deseo desaforado… lleva sus manos al cierre de mi sostén y torpemente intenta desabrocharlo, cuando al fin lo consigue lo lanza y entonces son mis tetas las que ahora toma fieramente con su boca y sus manos, toma una y empieza a mamarla fuertemente, succionando mi pezón y mordisqueándolo… mi cuerpo reaccionó ante aquella oleada de deseo gimiendo y arqueando la espalda… repitió la misma “dosis” de erotismo puro esta vez en mi otra teta que estaba casi a reventar por el deseo… me sentía totalmente excitada y húmeda… en ese momento sentí como sus manos tomaban mi tanga y la bajaban, al llegar al suelo él me tomó y me tumbo en la cama, yo me acomodé en la almohadas y él separando mis piernas… inició su labor… ese hombre me estaba volviendo absolutamente loca… ya no tenía ni el recuerdo de mi borrachera, ese deseo gigante que se había apoderado de mí, había tomado todos mis sentidos… el me chupaba y metía su lengua en mi concha de forma ruda, pero deliciosamente exquisita, mientras me miraba fijamente, yo solo lograba verle por segundos, porque tanta excitación me obligaba a cerrar los ojos, estaba viajando lejos, a una dimensión en donde solo se va en ese grado de excitación… yo necesitaba detenerme un poco, estaba a punto de correrme y yo quería más… más… mucho más… el castigo erótico que su boca proporcionada a mi clítoris fue increíble… creí que explotaría… en ese momento en forma hábil y rápida subió y me penetró de inmediato… sentí que moriría de placer… él se movía rápido… jadeaba… su respiración estaba al borde… embestía mi concha con fuerza, con urgencia, su pecho lleno de vello tenía ahora bajando pequeños hilos de sudor, con cada embestida de él mis tetas subían y bajaban casi azotando mi cuello… él parecía disfrutar enormemente el bamboleo de mis tetas porque las miraba extasiado, en ese momento abrazándome por mis hombros dio la vuelta a nuestros cuerpos sin sacar su verga de dentro de mi… entonces con aire de ama, aproveché mi turno para “montar” a ese semental delicioso… y me senté manteniendo esa verga aprisionada y subí y bajé con la misma fuerza que él lo había hecho hacia solo un momento, mi clítoris tenía una posición privilegiada de roce que me estaba haciendo perder la razón… entonces él hizo algo que nunca esperé… con mucha fuerza, habilidad y una maniobra que se me dificultó bastante, me giró, yo no comprendí que hacía, hasta que entendí que él quería que yo le montara quedando de espaldas a él, fue excitante y complicado darme la vuelta sin que la verga de él se saliera de mi… cuando ya estuve en la posición que él deseaba me apoye en sus rodillas, que tenía algo flexionadas y seguí subiendo y bajando cada vez más fuera de control… entendí por los ruidos de placer y los gemido de él, que no faltaba mucho para que explotara… también entendí que aquella posición le proporcionaba un ángulo diferente, además entendí que deseaba tomar mis nalgas fuertemente con sus manos… creí que me haría agujeros en ellas de tanto que metía con fuerza sus dedos en mi carne… llegué a un nivel impensable de excitación y entonces lo sentí vaciarse en mi… casi de inmediato yo sentí como yo me “regaba” en él… no pude evitar lanzar un grito ronco y fuerte cuando aquella “corriente eléctrica” cruzó todo mi cuerpo… que fuerte… muy fuerte… estaba totalmente mojada y no podía moverme… mi cuerpo temblaba ante semejante corrida y excitación, así estuvimos por un momento, sin movernos… él nuevamente haciendo gala de su fuerza y técnica se levantó apretando fuerte mi pelvis a la suya para que su verga no se saliera aun y me empujó muy fuerte quedando ambos de rodillas, él tras de mí, apoyé mis manos en la cama sintiendo que iba a caerme y entonces él empezó a dar vueltitas suaves con su cadera… yo sentía correr su leche por mis piernas y entonces él fue sacando poco a poco su verga hasta que salió toda, se separó un poco y me ayudó a voltearme de nuevo quedando frente a él, me beso como al principio, muy suavemente, cargado de erotismo, pero dulcemente. Separó su cara de la mía y me miró muy cerca, sentía su respiración acelerada, su aliento caliente…
-¿Estas segura que no quieres que me vaya mujer sin nombre?... su hermosa sonrisa volvió a aparecer en su rostro
Hasta ese momento me di cuenta que jamás me había presentado, jamás le dije mi nombre. El volvió a besarme y me tumbó en la cama, tumbándose él también, nos abrazamos, nos besamos… puse mi cara en su pecho y sentí las cosquillas de sus vellos…
En un susurro le dije…
-Estrella…
-Mucho gusto Estrella…
-Soy una estrella total y absolutamente satisfecha… me has matado, eres un mago del sexo…
-Y tú me has matado a mí…
-Creo que me equivoqué… si eres mi tipo
-Jajajjajajaja y tú el mío… desde el primer momento en que te vi… ya sabía entonces que ibas a ser mía…
-Maldito intruso arrogante… llamaré a seguridad…
Evidentemente y aunque lo intenté no podía quitar una estúpida sonrisa de felicidad de mi rostro. Bryan sonriendo también con voz ceremoniosa…
-Te propongo un trato, déjame llevarte a la tina del baño… si no te gusta lo que te haré ahí puedes llamar a seguridad.
Solté una carcajada… era un hombre delicioso y además muy astuto.
-Me parece perfecto ese trato, además en cualquier momento regresa Allan y no quiero compartir con él ni uno solo de los vellos de tu cuerpo…
Nos fuimos de la mano hacia el cuarto de baño donde no me cabía la más mínima duda seguiríamos disfrutando…
Pero lo que ocurrió en la tina de baño es… otra historia… mmmmmmmmmmmm