Intercambio esperado con esther y manuel

Por fin un fin de semana manuel fue mi tercer amante, junto con mi amiga esther su esposa

Hola soy Esperanza nuevamente, para despejar la incógnita de la relación con nuestros amigos Esther y Manuel. Los lectores nuevos, quizá no tenga idea de lo que planteo. En un relato anterior mi marido me entusiasmo a tener un encuentro con Manuel, esposo de Esther mi amiga. Cuando teníamos relaciones, al calor de las copas y lo cachonda que ponía empezó a decirme: Pera, acaso no se te antoja, sentir un pito diferente al mío, sentirlo en tu puchita apretándolo, otras manos y boca acariciar tu cuerpo hermoso?   Sabes? Me gustaría verte coger con otro, que te coja con pasión, que te ponga en varias posiciones hasta que le pidas que te llene de leche tu pucha…..me gustaría mucho verte así, cogiendo con otro…….total que después de mucha insistencia y una noche de sorpresa que me dio, acabe diciéndole que si…………..ya tienes con quién? Si, contesto. Quién es? Manuel, contesto. Aunque yo en mi interior quería probar otra verga, pues ya había probado una después de mi marido y me gustó mucho, aunado a que era esposo de Esther, quedamos que podíamos llegar a realizar el deseo de ambos, todo con mucha discreción. Quizá se daría pronto pues Esther y Manuel, frecuentaban nuestra casa los fines de semana para convivir, tomando la copa y jugando domino.

Un sábado por la noche como a las 20:00 horas llego Esther a la casa, Esperanza como estas? Que tal la semana? Estoy bien Esther, la semana estuvo tranquila. Hola Esther, saludo Reynaldo. Y Manuel?  En el trabajo, creo que va a salir un poco más tarde. Acompáñenme, vamos por él. Si Esther, contesto Reynaldo. De paso compro un tequila para pasar amena la velada, porque supongo que tomaremos la copa y jugaremos domino.  Si creo que si, dijo Esther.

Nos alistamos para salir y nos dirigimos al centro de la ciudad para comprar una botella de tequila, Esther vestía muy coqueta y sencilla. Reynaldo disimuladamente la comía con la mirada y más cuando ocasionalmente se agachaba y dejaba a la vista su trasero cubierto con unos jeans ajustados, se notaba la redondez de sus carnes. Yo vestía igual, con una blusa blanca un poco transparente que dejaba ver mis tetas cubiertas con brassier del mismo color. En fin las dos estábamos muy coquetas. En ese momento y con la plática amena sobre los pormenores de la semana, no pasaba por mi mente, el ruego de Reynaldo de querer verme cogiendo con otro.

Ahora que ya compraste la botella, vamos por Manuel, dijo Esther a Reynaldo. Si vámonos, no vaya a ser que nos gane y no nos encuentre. Nos dirigimos al trabajo de Manuel, llegamos, la calle estaba sola, tocamos el timbre y salió un compañero de Manuel, a quien buscan? A Manuel, contesto Esther. ¡Ah! Perdón eres su esposa verdad? Si, soy su esposa, dijo Esther. Esperen un momento voy a avisarle. Unos minutos después salió Manuel. Nos saludó, dándonos un beso en la mejilla a Esther y a mí, a Reynaldo un fuerte apretón de manos. Gracias por venir por mí, estoy por terminar un trabajo ahorita nos vamos. Mientras decía esto, le comente a Esther, que tenía unas ganas de orinar, a lo que respondió que también. Manuel, Reynaldo…..tenemos ganas de orinar; no puedo meterlas al baño del trabajo ó déjenme preguntar, dijo Manuel. No te preocupes, Manuel, la calle está sola y además un poco oscura buscaremos donde hacer, nada más echenos “aguas”, quieren? Caminamos unos diez metros y nos bajamos el pantalón y las pantaletas, nos sentamos encuclillas y desahogamos nuestra necesidad, se nos quedaron viendo, como de nuestra pucha brotada la orina. Por mi parte al ver que nos miraban, sentí recorrer una descarga por mi espalda hasta llegar a mi entrepierna y perderse entre mis pliegues vaginales, sentí calentarse mi pucha, recordé entonces el ruego de Reynaldo de verme coger con Manuel. Esta noche quizá seas mío Manuelito, que rico siento en mi cosita…pensé. Esther dijo: pitos calientes, voltense para otro lado o les gusta vernos así? Perdón, dijo Reynaldo y ambos voltearon  a otro lado. Terminamos, nos subimos la ropa y regresamos con ellos. Ahorita salgo, voy a apurarme. Se metió Manuel y unos 15 minutos después salió ya cambiado y perfumado.

Caminamos un poco para abordar un taxi, Manuel se en el asiento de atrás en medio de nosotras, Reynaldo se fue adelante con el chofer. En el trayecto, platicando de cosas triviales, Manuel aprovechaba la ocasión para tocarme las piernas, yo se las quitaba disimuladamente, no quería bronca con Esther. Llegamos a la casa y nos metimos a el comedor, saque el domino, unos vasos para tomar el vino. Reynaldo fue por refresco, hielo, botana y unas cervezas. Comenzamos a jugar y a la vez a tomar cerveza. Así seguimos hasta la media noche, nos terminamos la botana, las cervezas, de la botella de tequila sobraba como una copa para cada quien. Esther y yo nos salimos al jardín, para descansar un poco, ya estábamos muy  mareadas con el vino y las cervezas.

Unos minutos después nos alcanzaron Manuel y Reynaldo. Porque nos dejaron solos? Todavía sobra vino, dijo Reynaldo. No sean mentirosos ya no que queda nada, conteste. Si, miren aquí está la botella, dijo Manuel. Si quieren que sigamos tomando vayan por otra botella, contesto Esther. Si vayan por otra, apoyando a Esther.

De pronto Esther comenzó a tirarles piedritas que estaban a nuestro alcance, luego fui yo, y asi los cuatro entablamos lanzamientos de piedritas……….luego me levante para huir, me siguió Manuel, correteándome, Reynaldo se quedó con Esther, ella se le subió un poco más de la cuenta el vino. Manuel me alcanzo y me atrajo hacia unos arbustos, abrazándome a su cuerpo, sentí una cosa dura topar mi vientre, supuse era su verga. Una de sus manos se posó en mi culo, apretándolo suavemente, para luego buscar mi entrepierna y sobra mi pucha. Esperanza, estas muy buena, me gustas mucho, tienes buen culo, y esta cosita que se tienta tibia quiero probarla, supongo que la tienes caliente. Si Manuel, ya se calentó, ya la tengo caliente……..sabes? Reynaldo quiere que coja contigo y yo también quiero ser tuya, que dices? Me encanta oírte……..ah pero ahí va la sorpresa, él quiere cogerse a Esther. No alcanzo a contestar, pues Esther nos llamó, preguntando donde estábamos. Fuimos con Esther y Reynaldo, él, la sostenía. Me siento mal Manuel, dijo Esther. Ayúdenme con ella. Ven vamos a llevarla a mi recamara conteste. Entre Rey y Manuel, la llevaron depositándola en la cama, le quitamos los zapatos. La acomodamos de modo que tuviéramos cupo los cuatro. Manuel se quedó junto a Esther y Reynaldo junto a mí. Pero no paso ni diez minutos cuando Rey me movió tomándome de la mano me levanto sacándome de la recamara. Ven vamos a el comedor, me dijo. Está bien. Sabes? Llama a Manuel, dile que venga. Esperanza, quieres coger con él, si, acaso no es eso lo quieres. Si, amor. Quiero ver como coges otro.

Mientras iba a la cocina, Rey fue a levantar a Manuel. No tardaron mucho, en cuanto entraron, Rey me tomo de espalda y acaricio mis tetas, llegando hasta mi pucha. Manuel, tómala, ella quiere coger contigo, él me abrazo de enfrente y quede en un sándwich muy apasionado. Rey déjanos solos, ve con Esther y cógetela.

Rey nos dejó solos. En cuanto me dejo sola, abrace a Manuel: al fin solos, amor…..si Pera,….me beso desesperadamente colmando de caricias a mi ardiente cuerpo, sería el tercero. Sus manos parecían tentáculos, tentaban aquí y allá, presionando suavemente y otras bruscamente, como si en esta entrega se nos fuera la vida. Nos quitamos la ropa, quedando desnudos nuestros cuerpos. Vi su cuerpo delgado pero musculoso, su tórax amplio para besarlo, su hombro marcando su altivez, sus ojos cafés claros, su frente amplia, su boca seductora pronunciando palabras ardientes………..Pera, que hermosa eres, tienes un cuerpo para deleitarse en él, tus tetas suaves coronadas con hermosos pezones, con una aureola deliciosa, tu cuello delgado para besarlo pausadamente, tus ojos ….que lindos, me veo en ellos y veo la pasión que te consume, esa vagina abultada coronada con racimos de pelo, escondiendo el tesoro más valioso que te cargas, esas piernas torneadas y suaves que sostienen el cáliz del amor. Esos pies pequeños….oh Pera, que linda, no entiendo como Rey te deja sola por las noches. Quien te dijo eso? Esther me comenta sus ausencias, esto porque tú te quejas con ella. ¡Ah!, Manuel deja de piropearme y hazme tuya. Date vuelta Pera, ordeno. Me di vuelta y dijo: mamita tienes un culo muy lindo, redondito y suave, seguro ya te dieron por tu chiquito, verdad? Si, Rey, ya me lo metió por ahí. Entonces me tomo de espaldas y repego su verga a mi culo. Su verga es grande y gruesa, ha de medir como 20 cms. Es bonita, llena de venas, cabezona, quizá esto la hace ver gruesa como de 7 cms de diámetro. Manuel que rico, bésame, acaríciame, esta madrugada quiero ser para ti solamente…..anda tómame. Me beso y acaricio, recostándome en el piso, sobre nuestra ropa. Recostada boca arriba, abrió mis piernas, besando desde las puntas de los pies hasta la entrada de mi cosita que vibraba de lujuria. Luego subió a mi ombligo, mis pechos, mi cuello, mi boca, me beso los ojos con mucha ternura……….para luego bajar al pozo para colmarlo de caricias. Mi pucha destilaba miel abundante y él golosamente la engullía. Que rico Manuel, que rico, siento muy rico…sigue, sigue…tomate todo el jugo de mi pucha, es para ti, es para ti,…paaaarrrrraaaa  ttttiiii. Y me vine, abundantemente…..Pera que rico jugo, esta rico, …..Pera eres mía, mía. Si Manuel, soy tuya, tuya. Pero ya méteme tu verga quiero sentirla, adentro, la quiero adentro, métemela, ya….por favor, ya. Entonces me tomo de las piernas y puso una cada lado de su hombro, después coloco su verga a la entrada de mi vagina, la sentía como una braza ardiente, empujo y con el jugo destilado por mi puchita, se fue metiendo poco a poco, aahhhh Manuel, la tienes gruesa….Pero te gusta? Si, sabes? Eres el primero que siento que llena mi vagina, métela, métela. Bombeo pausadamente y por fin me la metió toda, pues sentí el choque interiormente. Esta si era una verga de macho, el de mi esposo es más chica, el de Ernesto era grande como la de Manuel pero más delgada. Lo tome por su trasero y lo mantuve así apretado a mí por unos instantes, saboreando mi caramelo, mi pito, mi plátano que engullía mi changuito. Así estaba cuando oímos la voz de Esther: Manuel dónde estás? Se acercó y nos vio. ¡Manuel!, ¡Pera! Estaba viendo como Manuel me tenía empalmada hasta el fondo y como yo lo tenía abrazado pegado a mí. Nos había sorprendido. Como pudimos nos separamos y los deje a solas.

En la entrada estaba Reynaldo, esperándome, no podía ocultar un tremendo bulto, que se marcaba en su pantalón. Después me conto que no pudo hacer nada con Esther, por miedo a que despertara y armara un escándalo, tan solo la acaricio por encima de su cuerpo cubierto con su ropa. Reynaldo me llevo a nuestra recamara y quiso cogerme, pero le dije: déjame, estate quieto, vamos a esperar que entren Esther y Manuel. Se retiró de mí, no muy convencido, quizá intuía que Esther se llevaría a Manuel, y todo acabaría mal. Pero valió la pena la espera, pues entraron los dos. Se acostaron junto a nosotros e inmediatamente Manuel desvistió a Esther y se puso a acariciarla, mamándole su panocha. Reynaldo hizo lo mismo mamo mi pucha y luego me metió la verga, estaba ardiendo, Rey es muy caliente, muy caliente….cuando la tenía adentro sentí un dedo tratando de meterse en mi chiquito, era Manuel. Me moví un poco dando a entender que no era el momento. Rey me movió un poco más, quedando lejos de Manuel. Como pude lo hice con Rey, pero ya mi cuerpo y mente pertenecían a Manuel, su verga había sido la causante. Rey llego a terminar lanzando un grito como seña. En cuanto termino, me dejo y fue con Esther y Manuel, hizo a un lado a Manuel y se posesiono del coño de ella, sorbiendo la miel que destilaba. Manuel se acercó a mí pero ya no me mamo mi pucha, solo introdujo su verga, nuevamente me sentí llena, lo abrace, besándonos locamente, llenaba mi cosita, ….muévete papito, métela y sácala……..pero no la saques toda….muévete….así, así….que rico, que rico….Esther solo nos miraba y gemía al embate de la verga de Rey. La tenía con las piernas abiertas, despedía un aroma, que aún hoy me recuerda esa noche. También ella de cierto modo aceptaba esta situación, su cuerpo la delataba. En eso estaba cuando siento la verga de Manuel posarse en mi chiquito, me tenia de a perrito, era una braza ardiente, fue empujando poco a poco, si por mi pucha entro con dificultad. Por mi culo me dolió, pero supo manejar la situación, pues llego por fin, a su final, sentí sus huevos chocar con mi vagina, estaba empalada. Ahí estuvo un rato, hasta que yo misma, comencé a moverme, que rico se sentía, mi esfínter lo apretaba y creo que al le gusto esto, comenzó a bombearme despacio hasta que yo con mis manos lo empujaba hacia afuera y hacia adentro. Estaba sintiendo rico cuando oí lanzar un grito de culminación a mi Rey. Se había venido dentro de ella. Esto hizo acelerar mis embates al encuentro de la verga de Manuel. Lo atraje con manos y pies, sentí agrandarse su verga, se venía en mi culito, pero no, la saco, y se vino en mi vientre. La saco limpia sin excremento, pues yo padezco de estreñimiento.

Después los cuatro descansamos charlando, del encuentro que habíamos sostenido. Más tarde al observar a Esther desnuda, me llamo la atención su pucha abultadita sin pelo en ella, se veía hermosa, con algunas gotas e hilos del semen de Reynaldo. Me gusto y fui a probar esa pucha de mujer, era la primera vez que lo hacía. Reynaldo y Manuel miraban asombrados esta escena caliente. Termine de limpiar a Esther del semen de Rey, y nos besamos las dos, llenando de sexo nuestras bocas. Nunca pensé hacer esto pero se dio.

Así se dio el intercambio que tanto esperaba Reynaldo, hoy sigo esperando que se repita con alguna otra pareja, alguna dama o caballero. Esto sin causar problemas, todo en un marco de respeto, discreción y limpieza.