Intercambio en el gimnasio
A raíz de la travesura de una amiga, Marta hace realidad sin saberlo la fantasía de su marido en el gimnasio...
Marta y Laura son dos amigas que trabajan juntas, y suelen ir al gimnasio juntas al mediodía, de vez en cuando con sus maridos, que van poco al gimnasio pero alguna vez se animan. Suelen quedar a tomar algo de vez en cuando, y una vez el marido de Marta , Juan , hizo un comentario acerca de lo que le gustaban los pantys en una mujer. Tanto Laura como su marido Luis se miraron, porque ellos tienen la oculta fantasía de ponerse pantys para hacer el amor, eso a Luis le pone a cien, y Laura encantada, porque le da mucho morbo y siempre le han gustado las medias y la ropa ajustada.
Así que hoy Laura se compinchó con su marido y prepararon un perverso plan. Cuando estaban en la oficina, Laura aprovechó un descuido de Marta y le sacó de la mochila las mallas de lycra, y las guardó en su mochila. Al llegar al gimnasio, ya en los vestuarios Marta no se lo explicaba:
MARTA - "No lo entiendo Laura, me he dejado las mallas en casa".
LAURA - "No me digas, anda busca bien. Yo me he traído las plateadas, voy a triunfar".
MARTA - "En serio, tía. No las encuentro".
LAURA - "Bueno, viendo a cada una de las que se ven por aquí, yo creo que puedes ponerte pantys perfectamente".
MARTA - "¿Qué dices, hoy traigo transparentes?".
LAURA - "Bueno, y qué?, anda date prisa. Si quieres te dejo los míos, este tono azul transparenta menos".
MARTA - "Joder, pero traigo bragas, se me van a transparentar que te cagas".
LAURA - "Trae, me las pongo yo y toma mi tanga. Ya está, toma, vamos!".
Laura se bajó las mallas, y quitándose el tanga blanco que llevaba, se lo tendió a su amiga. Marta se aguantó la risa y haciendo el ademán de oler el tanga, se lo puso rápidamente...
MARTA - "¿Estará limpio, no??. Estoy de coña tía, gracias".
LAURA - "Venga, joder hoy tu marido te echa un buen polvo".
Laura le dió una palmadita en el culo y salieron hacia la clase de spinning. Cuando llegaron, ya habían empezado, entraron por atrás y se pusieron delante de sus maridos. Tanto a Juan como a Luis se les fueron los ojos al culito de Marta . Luis hizo un gesto de disculpa a Juan , pero éste le susurró: " No problem tío, nunca la había visto tan sexy, mírala todo lo que quieras ". Laura se volvió y miró cómplice a su marido, que ya estaba muy excitado, porque tenía a Marta justo delante suyo. Juan también estaba muy caliente, pero se fijó en su amigo:
LUIS - "Oye córtate un poco, se te va a reventar el culotte".
JUAN - "Joder, ¿tanto se me nota?. Por cierto, que veo que tú también te has empalmado".
LUIS - "No te lo niego tío, estoy intentando desconcentrarme para no correrme".
JUAN - "Tú mismo, macho. Yo alguna vez me he dejado ir con alguna tía".
Luis estaba sufriendo, no podía concentrarse, el culito de Marta delante suyo, brillando por la lycra azul, y ese tanga que sabía que era de su mujer, era todo tan excitante que no podía. Entonces su mujer se volvió, y haciendo un gesto hacie el culito de Marta que estaba distraída, le susurró:
LAURA - "Vamos, no seas tonto, hazte una paja con ella!".
Justo cuando ya no podía más, incluso podía sentir el olor corporal de Marta , una mezcla de sudor y aromas íntimos, y la imaginación de saber que su mujer no llevaba bragas o que aún mejor, podía habérselas intercambiado con su amiga, no pudo más, y metiendose la mano debajo del culotte, se sacó la polla completamente erecta, y casi tocando el culo de Marta , se frotó tan sólo una vez, lo justo para soltar una abundante corrida sobre su culito brillante y sudoroso....
Tanto Laura como Juan se quedaron de piedra, y Marta , al sentir el latigazo de semen escurriendo por su trasero, se volvió y pilló a Luis guardándose la polla con dificultad bajo la lycra negra. Entonces se llevó los dedos al canalillo del culo y notó el líquido viscoso, y ganándose con ello un monumental cabreo. Se tapó con una sudadera y se fué en dirección al vestuario.
Días después, Juan le contó a Luis , que aprovechando el cabreo de su mujer, se encerró en el cuarto de baño y sacó los pantys de la ropa de lavar, y como aún estaba el minúsculo tanga de Laura enredado, se hizo una gran paja a solas, disfrutando de los fluidos vaginales de Laura mezclados con los de su mujer...