Intercambio de regalos

Los chicos viajan de nuevo a Sevilla para hacerle un regalo a Ángel. Pero al final el regalo es para todos. Continúa la historia de estos cuatro amigos.

Felipe terminaba su semana de trabajo en Barcelona y volvía a casa junto a Ángel. Pero sus amigos Adolfo y Gonzalo le tenían preparada una sorpresa.

Llego el día de la partida cuando Adolfo y Gonzalo viajarían con el a Sevilla, querían darle una sorpresa a Ángel. Y allá se encaminaron estos tres amigos.

Gonzalo: Seguro que le gusta esta sorpresa. La verdad desde que nos conocemos lo hemos pasado bien y creo que hablo por Adolfo que nos gustaría seguir pasándonoslo bien.

Adolfo: Cariño estoy contigo y por la cara que me está poniendo Felipe, creo que el también no quiere perder nuestra amistad y nuestros juegos.

La verdad que el viaje se nos hizo corto, cuando llegamos a la casa, Ángel ya me estaba esperando con los brazos abiertos, lo que no sabía es que los tendría que abrir más para recibir a los chicos.

Ángel: pero chicos y esta sorpresa. Cariño porque no me has dicho que venías acompañado. Ahora me ayudas y colocamos la habitación de invitados.

Adolfo: Tu crees que vamos a hacer uso de la habitación de invitados. Dijo guiñando un ojo.

Colocamos todo, yo y los chicos nos fuimos a la ducha. Como en la casa tenemos dos baños, yo me fui al de mi habitación y ellos se fueron al de invitados.

Preparamos la cena y después nos sentamos en el sofá. Ángel quería que le constase con pelo y señales lo de Marcelo y nosotros queríamos que nos contara lo de Javier.

Relatamos nuestras aventuras y con el rabillo del ojo pude ver cómo Adolfo y Gonzalo se estaban metiendo mano.

Ángel: chicos si queréis que llame a Javier en unos 15 minutos esta aquí. Vive relativamente cerca. Además que les he hablado de vosotros y estaría encantado de conoceros.

Los chicos nos miramos y con nuestros ojos estaban deseándolo, pero yo prefería hoy que disfrutáramos nosotros cuatro. Así que me levante me fui directo hacia Adolfo y le empecé a comer la boca. Por otro lado Gonzalo se había ido hacia Ángel.

Allí estábamos los cuatros en bóxer magreándonos y besándonos, cabíamos de posición, ahora era Gonzalo quien me comía la boca a mi, mientras que nuestras manos recorrían el cuerpo de los demás.

Gonzalo a la de una nos agachamos y tiramos de los calzones de nuestros machos hasta los tobillos. Y de una salieron disparadas sus pollas dando contra su abdomen. Nosotros mientras que comíamos pollas, intercambiándonos de vez en cuando, otras veces nuestras bocas se juntaban y daban gusto a una sola polla, mientras que con nuestras manos íbamos pajeando la que se quedaba libre.

Después fue nuestro turno, ahora eran Ángel y Adolfo los que nos comían la polla a nosotros.

Gonzalo: chicos quiero que me preparéis bien que hoy quiero recibir en mi culo vuestras pollas. Lo dijo mirándome a mi y a Ángel.

Allí que nos lanzamos los tres a darle todo el placer que necesitaba Gonzalo para que se abriese bien para nosotros.

Adolfo y yo le hacíamos una buena comida de culo, mientras que Ángel le comía la polla. Me encantaba el culo de Gonzalo, tan redondito, tan apetecible. Nosotros desde abajo oíamos los gemidos y bufidos que pegaba.

Gonzalo le pidió a Ángel que se tumbara en el suelo. Le comió la polla mientras que nosotros seguíamos con la comida de culo. Se incorporó Adolfo y de una le metió una estacada sin avisar que casi se traga hasta la garganta la polla de Ángel. Yo a mi vez me puse de pie y le di de mamar a Adolfo mientras que se follaba a su chico.

El salón ya empezaba a oler a macho y a sexo. Adolfo se puso de pie cediéndome el sitio y ahora era yo quien follaba a Gonzalo. A su vez se arrodilló al lado de la cabeza de Ángel y empezó a darle de mamar. Menuda estampa veía desde mi posición. Mi chico tumbado en el suelo, a un lado Adolfo dándole polla, abajo a cuatro patas a Gonzalo comiéndose la polla de mi chico y yo detrás follándome ese culazo.

Ahí estábamos los cuatro, pero Gonzalo quería más acción. Así que me pidió que le dejara de follar que ahora le gustaría disfrutar de la polla de Ángel en su culo. Gonzalo se sentó de una sobre la polla de Ángel y los dos al unísono soltaron un grito. Gonzalo empezó al principio suave, pero después fue ampliando la intensidad de la follada.

Mientras Adolfo seguía dándole polla a Ángel y ahora yo que me había puesto al lado de Gonzalo y Adolfo les daba yo de mamar.

Gonzalo me miro a los ojos y nos entendimos porque se inclinó hacia Ángel y ahora entre los dos le comían la polla a Alfonso; y el me mostraba aquel culo que estaba siendo follado por Ángel y quería que fuese yo quien también le follase. Me coloqué detrás, me lubriqué la polla, ya que la mía era más larga que la de Ángel. Poco a poco fui introduciéndosela, primero el capullo y después medio tronco. El no paraba de chillar.

Gonzalo: Felipe no pares por favor, sé que me estáis partiendo a la mitad, pero la quiero dentro hasta los cojones. Y tú Ángel no te salgas. Cariño a la de ya me la metes en la boca de una mientras que Felipe me atraviesa.

Nosotros cumplimos sus órdenes. Su chico estaba dándole una buena follada de boca, Ángel había empezado a dar unos suaves vaivenes y yo ya la tenía enterrada entera en aquel culo. Comenzamos a llevar un ritmo bueno, y Gonzalo estaba disfrutando como nunca. De vez en cuando dejaba a un lado la polla de su chico y se erguía para que nosotros nos comiéramos la boca.

Gonzalo entre sollozos y gemidos nos pedía más caña; y nosotros le dábamos más. Ángel me miro y dijo que no iba a aguantar mucho. Así que de una sentí como su polla se ensanchaba y apretaba la mía contra las paredes de ese ano. Y de repente sentí el calor de su corrida. Adolfo y yo aún seguíamos porque teníamos mucho aguante.

Ángel se salió de Gonzalo y yo seguía follandolo con deseo, batía en su interior la leche que había dejado dentro. Me encantaba como sonaba aquel culo y además ahora estaba más lubricado gracias a Ángel. Nosotros tres seguíamos a lo nuestro cuando siento como una lengua empezaba a comerme el culo; era mi chico que parecía que tenía ganas de más guerra. Lo que no sabía si es que me estaba preparando para follarme el o le iba a ceder el puesto a Alfonso.

Alfonso: Felipe recuéstate contra Gonzalo que te voy a dar mi regalo.

Joder y que regalo, de una me metió sus 17cm, lo que hizo que chilláramos Gonzalo y yo; ya que había provocado que se la hubiera metido mas al fondo a su chico. Así estábamos los tres follando como locos y mientras veíamos como Ángel se había puesto de rodillas frente a Gonzalo y le daba de nuevo polla.

En una de estas al girarme para comerme los morros con Adolfo este me dijo que no aguantaba más y que quiera correrse. Yo le dije que estaba apunto también. Entonces Gonzalo nos pidió que le diéramos de beber que estaba seco. Así que pusimos a Gonzalo en el suelo y nosotros tres a su alrededor dándole polla.

Adolfo: no aguanto nene, abre la boca. Uffff, ahhhh, me corrooo, me corroo....

Veía como Ángel no desperdiciaba ni una gota. A parte a un lado a Adolfo porque venía mi final. De una le abrí la boca y aún teniendo la leche de su chico, le daba de unas las mía. Seis trallazos inundaban la cavidad bucal de este y veía como poco a poco iba tragándosela.

Yo me lance a su boca porque quería saborear las mieles del éxito. En eso estábamos cuando sentimos algo caliente sobre nuestras caras y que Ángel volvía a correrse. Mientras Adolfo le estaba haciendo una mamada, porque de vez en cuando gemía en el interior de mi boca.

Gonzalo: me corro, me corrooo. Ahhh, ufff. No aguanto nene.

Y de una se corrió en la boca de Adolfo que este muy amablemente subió hasta nosotros para compartir el premio. Nos pusimos a besarnos a tres bandas, luego a cuatro; y por último nos quedamos Gonzalo y yo, mientras que nuestros chicos se comían los morros.

Yo: Joder Gonzalo en nuestras bocas estoy saboreando la leche de nosotros cuatro. Y me está poniendo tan cerdo que no veas como tengo la polla de nuevo.

Gonzalo: pufff niño, alargando su mano hacia mi polla. A mi me habéis destrozado entre los cuatro y necesitaría tomar aire; pero, creo que el culo de Adolfo esa pidiendo guerra.

Y era cierto porque mientras que nosotros nos estábamos comiendo la boca, estos dos habían cambiado sus posiciones. Y Ángel le estaba comiendo el culo a Adolfo.

Ángel: Cariño ven, que te lubrique Adolfo la polla que yo le estoy preparando el culo para que te lo folles. Y con las dos manos me abría los cachetes y me mostraba aquel agujero rosadito.

Adolfo ya estaba listo y mi polla también, así que miramos hacia el sofá donde se había tumbado Ángel y con una simple mirada empezaba a follarme a aquel culo. Ángel se puso de pie y le follaba la boca. Después Gonzalo se me puso a mi espalda y me dijo al oído que le diera la caña suficiente, que sintiese como se le partía el culo, como él sintió cuando Ángel y yo nos lo follabamos a la vez.

Y así estuvimos como media hora más hasta que nuestros cuerpos no pudieron más y yo me corrí en el culo de Adolfo y Ángel lo hacía en su cara. Yo sentí calor sobre mi espalda y era Gonzalo quien se había corrido.

Lo cierto que estábamos echo un asco los cuatro y nos fuimos directos a la ducha. Allí en la ducha otra vez nuestros cuerpos se rozaban, nos besábamos. Después nos fuimos juntos a la cama. Adolfo se acurrucó junto a Gonzalo, yo abrazaba a este y Ángel a mi. Así nos dormimos hasta la mañana siguiente en la que yo sentí como Ángel estaba intentando entrar dentro de mi y como Adolfo apretaba sus nalgas contra mi polla. Creo que íbamos a empezar bien la mañana. Ración de churros con leche.

Continuamos la semana juntos por Sevilla, muchas risas, muchas fiestas y sobre todo mucho sexo.

Ángel no le importaba si nos apetecía tener sexo a nosotros tres sin el. Ya que por sus turnos de trabajo algunas veces nos quedábamos solos y dábamos rienda suelta a nuestros placeres. Y hoy era un día de esos.

Terminamos de cenar, Adolfo y Gonzalo se pusieron a ver la tele, mientras yo fregaba la loza. En eso estaba cuando siento como me agarran de una nalga y una boca se me acerca al cuello.

Gonzalo: sabes que te ves muy sexy fregando así los platos. Y sin más tiro de mi bóxer y se agacho a comerme el culo.

Yo intentaba que no se me cayera ningún plato al suelo. En una de las veces que mire para donde estaba Adolfo, me lo encuentro que se estaba pajeando viendo nuestra escena. Le hice una indicación con la cabeza para que se unirá a la fiesta.

Adolfo: tranquilos que desde aquí se ve bien la película. Hoy vais a disfrutar vosotros dos mientras que yo os miro.

Joder que morbazo el sentirse espiado por el novio de tu amigo mientras que este te hacia la mejor comida de ojal.

Después Gonzalo me giro, me agarro la polla y empezó a follarse el mismo la boca. Yo de este en cuando miraba como Adolfo se pajeaba.

De cómo acontecía la situación me estaba poniendo muy cerdo. Así que levante a Gonzalo y le empecé a comer la boca; nuestras lenguas jugaban en el interior de nuestras bocas. Era mi turno.

Fui bajando con mi boca y mi lengua por su cuello, después me paré en sus pezones duros, allí me paré como unos 15 minutos lamiendo y mordisqueando. Después baje por su ombligo hasta llegar a su polla. Me metí su capullo de una, estaba babosa del precum que estaba soltando. Volví a mirar para atrás y ahora lo sorpresa fue otra; Adolfo estaba grabando con el móvil la escena. Me dijo que era para que luego la viésemos con Ángel.

Nosotros seguíamos a lo nuestro. Después giré a Gonzalo y lo apoyé sobre la mesa y empecé a comerle el culo. Solo con rozarle ya comenzó a gemir.

Adolfo ya se acercó a nosotros porque quería tener mejores planos y sobre todo ver en primera fila la follada que le iba a pegar a Gonzalo.

Gonzalo ya estaba listo para que se la metiera de una estacada. Adolfo mientras que grababa me comía la boca y yo cada vez le daba las estocadas más fuertes. Gonzalo no paraba de gemir; le indiqué a Adolfo que le metiera la polla en la boca porque sino los vecinos iban a bajar y llamarnos la atención.

Joder me encantaba el culo de Gonzalo, como aguantaba las estocadas. Mientras que Adolfo le estaba follando la boca.

Adolfo: Menuda película porno estamos filmando. Ufff nene como sigas así me voy a correr en breve. Si uffff me corrooo.... ahhhhh.

A Gonzalo no le dio tiempo a pedirla en su boca, porque su chico ya se había encargado de darle la ración de leche.

Yo lo giré y puse sus piernas sobre mis hombros, quería ver cómo Gonzalo estaba disfrutando de mi follada. Así también pude comerle la boca y saborear la leche de Adolfo.

Aunque Adolfo ya se había corrido él seguía grabando nuestra follada.

Me puse a pajear a Gonzalo mientras continuaba follandolo. Note como los músculos de su ano se empezaban a contraer, señal de que iba a llegar al climax.

Gonzalo: Sigue, sigue... uffff me voy a correee...

No le dio tiempo a terminar su frase cuando Gonzalo disparó 4 o 5 trallazos llenando su abdomen; llegando incluso hasta su boca. Con mi mano lo recogí y me lo lleve a la boca. El se incorporó y comenzó a comerme la boca. Allí estaban mezcladas las leches de aquellos dos machos.

Yo estaba a punto de correrme y se lo hice saber.

Gonzalo se salió de mi, se puso de rodillas. Adolfo seguía grabando y era él quien me estaba masturbando. Ni 3 segundos tarde en correrme en la cara de Gonzalo; con su mano fui dirigiendo mi polla y recogía mi semen y se lo llevaba a la boca de su chico.

Yo me agache para besarlo y así saborear las tres corridas en la boca de Gonzalo.

Adolfo: Nene menudo postre te hemos dado. Y dándole una cachetada en el culo le indicó que se fuera a la ducha.

Gonzalo nos cogió de la mano y nos llevó a los dos a la ducha. Allí entre enjabonarnos las pollas y los culos, nosotros empezamos a ponernos de nuevo en marcha. Pero esta vez fue Adolfo quien me follo a mi y Gonzalo grababa con el móvil.

Cuando llegase Ángel a casa tenía una buena película porno.