Intercambio de flujos
Yo pensaba que había tocado techo en descubrir un buen aparato pero aquello me dejo anonadada
Nuestra vida sexual lleva un camino maravilloso con nuestros amigos de cama que con sus enormes dotes que la naturaleza le dio nos la hace más amena y placentera, pero tanto a mi marido como a mí nos apetecía una visita a un club de intercambio de parejas para ver que sucedía, y vestidos para la ocasión nos dirigimos a uno que nos había recomendado Raul.
Entramos y el ambiente era muy agradable, con parejas de todas las edades y un sitio muy acogedor, nos pedimos unas copas y nos sentamos en un reservado amplio que estaba en ese momento vacío, aunque había dos copas sobre una mesa, nos dedicamos a observar primero, cuando se dirigió hacia nosotros una pareja algo pintoresca, pues el rondaba creo más de 60 años y ella unos treinta y tantos, los dos muy elegantes , delgados y el sobre todo alto, con pelo blanco y casi media melena y ella corto rubio pero con un tipazo propio de esos años bien cuidados.
Dijo perdón, no les importa, nos sentemos aquí, pues las copas estas son nuestras, y hay sitio para todos, Paco les dijo que todo lo contrario que era un placer, y rápidamente comenzaron las presentaciones, con una jovial conversación algo enfocada al lugar que nos encontrábamos, diciéndoles que éramos liberales y buscamos nuevas amistades, ellos en la misma línea que nosotros se ofrecieron a conocernos mejor, cuando Marcos que era como se llamaba el me invito a bailar un tema lento que había sobre la pista, quedándose hablando con Paco , Marta que era su pareja.
Este hombre sabia bailar y como experto en pista me llevo con sus balanceos por la misma, a la vez que con sus manos me abrazaba cariñosamente, yo me había preguntado cual sería la causa de la unión de aquella pareja con tanta diferencia de edad, pero con el baile que cada vez era más sensual y apretado, rápidamente descubrí el motivo, pues note cuando una de sus manos apretó mi cadera hacia él, un bulto impresionante en su entrepierna, pues con la oscuridad de la pista no había visto antes, se notaba que colgaba algo relajado pero aquello era grandísimo, mi chochito rápidamente se mojó pensando como seria aquello y me entro un cosquilleo por todo mi interior que me tenía ansiosa por saber el tamaño el sabiendo que yo ya había notado su paquete, continuo insinuándose con su baile viendo que yo no lo rechazaba sino todo lo contrario lo buscaba.
Mire al reservado y vi que Paco y Marta andaban hablando cariñosamente y ella había tomado algo de iniciativo con sus manos pues lo tocaba cariñosamente, viendo que la simbiosis de pareja era buena, Marcos miro también durante el segundo baile y me dijo creo que hacemos buenas parejas, mirándome y dándome un beso que yo no esperaba, pero que no rechace, por lo que el continuo a la vez que su mano ya acariciaba más partes de mi cuerpo pero con clase y tacto.
El ya algo experto en este tema, rápidamente me dijo, que si nos apetecía acompañarles a su chalet que estaba a diez minutos de allí, pues ellos ya estaban cansados de estar allí, y en su casa estábamos más cómodos para conocernos mejor, le dije que se lo preguntaba a mi marido, y tras consultarlo con paco, que ya andaba extasiado con aquel bombón más joven que yo, dijo que sí.
Nos fuimos en su coche un Mercedes de último modelo que nos llevó en unos minutos a su chalet, entrando por el garaje y rápidamente nos subió al salón que estaba decorado con un gusto exquisito con unos sofás de piel amplios y unas grandes alfombras que lo hacía muy acogedor. Las copas que nos tomamos allí hablando durante un buen rato nos hicieron desinhibirnos rápidamente a todos pasando rápidamente a juegos eróticos que yo ya andaba deseando, y más con el bulto que el pantalón de Marcos soportaba y que yo deseaba liberar rápidamente.
Este ya andaba metiéndome mano por mis pechos y mi conejo que estaba empapado, yo tocaba por fuera aquel monstruo gordo que me parecía increíble de tamaño, y no tarde nada en lanzarme a soltarle el pantalón, Paco me miraba también pues había notado aquel paquete y ansiaba también ver cómo era, Marcos se echó para atrás dejándome que yo lo liberara y mi sorpresa fue colosal cuando baje aquel pantalón que arrastro los slip anchos que llevaba puesto, asomando una polla colosal de larga y gruesa que hacia pequeñas todas las que anteriormente había tenido, el riéndose me dijo ¿te parece bien el tamaño? , Paco dijo, ¡Dios que rabo más impresionante tienes amigo!, me quedo cortada ante aquel monstruo algo morcillón que iba tomando dureza por segundos, les diré que era algo más larga que la del Francés que ya describí aquí anteriormente y con un grosor impresionante, dos bolas acordes a aquel falo recubiertas por bello blanco y abundante que lo hacían apetecible a devorar.
Como él era alto y delgado aquello se dejaba ver con más notoriedad, Marta entre risas dijo, no te asustes que lo sabe mover bien y veras como te gusta, y coger, coge de lo aseguro, riéndonos todos un buen rato.
Paco que ya había desnudado a Marta le estaba dando una comida de coño descomunal, continuando el con los slip puesto pero marcando su duro rabo que ella tocaba alargando la mano y metiéndola dentro, gemía ante las acometidas de la lengua de paco que la acosaba con maestría, mientras Marcos me ofreció aquella salchicha para que la degustase con libertad, comiéndola yo rápidamente con unas ganas que lo tenían asustado y sorprendido, pues agradecía con gemidos mis chupones de cabeza y rabo de aquel falo impresionante, a la vez mis manos expertas en buenos huevos, sobaban ya a estos con masajes y algún chupón que lanzaba también por separado a los mismos, el con su mano ya hurgaba en mi empapado conejo que casi estaba a punto de correrse ante esos sabios dedos.
Aquel mástil ya ondeaba en su plenitud y les aseguro que estaba asustado por tal longitud y grosor, pero anhelaba su penetración en mis entrañas ya, el me tumbo hacia atrás primero para abrir y dilatar mi asustado conejito, con una sabias lengüetadas que me tenía extasiada, mire hacia mi esposo que ya estaba montando a Marta con su peculiar movimientos de culo hacia los lados que a ella parecía gustarle, pues aullaba como una loba aunque el aparto de paco no era el de su pareja.
Marcos tomo uno de los cojines con forma para acomodar mi cadera y poniéndolo debajo de la mía, hizo que mi sexo se levantara y se ofreciera abierto hacia él, aunque creo que temblaba al ver como acerco esa cabeza guiada con su mano, que parecía de juguete abrazando aquel coloso, introdujo con cuidado su brillante cabeza dentro de mí, que agradecí con suspiros y respiración acelerada, el me miraba tiernamente y dejándose caer sobre mí, fue introduciendo todo aquello en mi interior, mis ojos se pusieron en blanco ante la acometida de aquel mástil, que no sin dificultad fue metiéndose en mis entrañas hasta ensartarme por completo, la sensación es que estaba empalada por mi sexo por aquel coloso que ahora sabiamente deslizaba hacia dentro y hacia fuera con maestría, a la vez me besaba con una clase y dulzura que le hacía encantador, paraba un segundo y me pregunto si estaba bien, yo con la voz entrecortada le decía que sí que no dejara de moverse que adoraba aquello dentro de mí, el con una sonrisa dulce siguió embistiendo lentamente, regalándole en segundos un órganos tan fuerte que él puso caras de asombrado, pero agradeció pues los flujos ayudaban a entrar con más suavidad y ahora bombeaba con más ritmo mientras sus manos me abrazaban y sobaban mi cuerpo.
Paco y Marta habían cambiado de postura y ahora ella estaba sentada sobre él, que devoraba sus duros pechos como un manjar, mordiéndolos mientras ella cabalgaba sobre el a la vez que se corrió, haciendo que paco acelerara más sus movimientos para que ella disfrutara. Yo apenas podía mirar pues estaba recibiendo una follada de campeonato que me tenía medio anestesiada por tanto placer, clave mis uñas en su culo cuando tuve mi segundo orgasmo y él lo tomo como señal de que embistiera más fuerte y así lo hizo, temiendo yo perder el conocimiento por aquel acoso gozoso y colosal polvo.
Cuando pensé que él se correría en esa postura, me pido ponerme de rodillas y al estilo perro me penetro con aquel pollon gigante que sorprendentemente me estaba haciendo correrme sin control ninguno sobre mis sentidos, ahora si lo vi dispuesto a regarme pues comenzó a decir palabras cariñosas a la vez que se apoyó sobre mi espalda mientras su manos las fijo en el sofá para aguantar se ante lo que me venía encima, y no otra cosa que un rio de esperma a ráfagas que golpeaban el fondo de mi coño como si quisiera atravesarlo, esto desato a Paco que escucho los gemidos de los dos a correrse a la vez sobre el conejito de Marta, regando la habitación de suspiros y gemidos más propios de una bacanal romana.
Marcos quedo unos segundo con aquello dentro de mí, pues con la longitud y tamaño que tenía aunque disminuyo rápidamente en dureza, se mantenía dentro y bien adentro, y cuando tomo aliento, la saco, girándome y besándome cariñosamente, le dije que había sido impresionante el polvo, el agradeció con otro beso y un gracias diciéndome que él había disfrutado mucho también, como pude me baje a comer ese rabo morcillón que aún estaba apetecible para la boca, limpiando todos los restos de leche que aun rezumaba por su gorda cabeza, a la vez que masajee las enormes pelotas que colgaban ahora con más longitud por sus dos grandes bolsas que ahora estaban relajadas.
Nos tomamos un merecido descanso con una botella de buen champan francés que les gustaba viendo el surtido que tenían en su pequeña bodega, y que sirvió para continuar conociéndonos y liberar si alguien le quedaba algo de timidez o corte, y una vez pasado una hora, Marcos nos dijo que le apetecía le hiciéramos una comida entre su mujer y yo, y claro una que no es de piedra y ante aquel bombón de ofrecimiento acepte con sumo placer, y a la tarea nos pusimos las dos como si la vida nos fuera en ellos compartiendo aquel mástil que rodeaban nuestras manos y dirigían a una y otra boca según iba una descansado, a la vez le comíamos sus enormes pelotas con frondoso pelo blanco, mientras el recostado hacia atrás disfrutaba y nos hablaba con palabras dulces y cariñosas, Paco que se había empalmado como un burro viendo aquello, agarro a Marta por detrás y viendo que su ano ya había sido trabajado anteriormente,pues su rabo no tardo en entrar en aquel pequeño agujero, comenzó a follarla también al estilo perro, mientras ella chupaba conmigo al polla de su marido, el momento duro unos diez o quince minutos hasta que esos dos sementales y Marta comenzaron a correrse en cadena, dirigiéndose posteriormente Marcos a mi mojado chochito para comerlo y como decía él no te puedes quedar coja y ser nosotros los últimos en disfrutar, y dándome una soberana comida de coñito que andaba aun dolido por su anterior acoso, me hizo relegarle un orgasmo muy rico, quedando los cuatro nuevamente tendidos ahora sobre una bonita alfombra persa que tenía en el suelo.
La velada había sido mejor de lo esperado y ellos nos agradecieron nuestra disposición y confianza, volviendo a emplazar otro encuentro próximamente, igualmente nos comentaron que a veces hacían alguna fiesta con alguna pareja más en su casa, que si nos apetecía nos llamaban para que nos uniéramos y si conocimos alguien de confianza podíamos llevarlos, y por supuesto aceptamos la invitación en espera de esa llamada.