Intenté hacer de puta...y me salió bien

Una noche aburrida, internet...

Hola a todos, primero que nada quiero daros las gracias a todos los que me habéis escrito apoyándome para que siga escribiendo relatos, y diciéndome que os ha gustado el anterior, me encanta recibir comentarios. Después de mucho pensarlo creo que ha llegado la hora de escribir el segundo. En mi primer relato describí como fue mi primera vez, con mi profesor y su compañero de piso. En esta ocasión quiero avanzar en el tiempo hasta un verano unos veranos más tarde, una noche muy calurosa y aburrida. Por aquel entonces yo acababa de cumplir los dieciocho años, pero en lugar de tranquilizar mis deseos sexuales con los años, estos iban potenciándome cada vez más. Esa noche me encontraba sola en casa porque mis padres habían ido a pasar el fin de semana a la casa de la playa, y yo había preferido quedarme en casa pues iba a salir de marcha con mis amigas. Se acercaba la hora en la que habíamos quedado así que empecé a prepararme. Me metí en la ducha, me depilé las piernas y me rasuré el coñito, más que nada porque me encanta la sensación de las bragas sobre la piel sin pelo. Cuando salí de la ducha me vestí, me puse mi tanga favorito, no solo es precioso (negro y transparente) sino que es súper cómodo, y para bailar viene genial. Me puse la falda corta vaquera y una camisa escotadilla por la espalda, por lo que no pude ponerme sujetador, no quería que se vieran las tiras. Me disponía a ponerme los zapatos de tacón cuando sonó el teléfono. Era mi amiga Carmen. Esto fue lo que me dijo:

Mara, cielo, no te enfades, sé que habíamos quedado, pero me acaba de llamar Julio (su primo) y dice que estamos invitadas a la fiesta de Marcos.

Marcos es un universitario al que me tiré estando borracha, y cuando desperté casi muero de asco, porque es un tío súper imbécil con el que no me hubiera ido a la cama ni muerta en condiciones normales. Esto no lo sabían mis amigas, y claro, yo tenía ganas de todo menos de verlo. Me quedé un poco mosca con mis amigas por avisarme tan tarde, así que le dije a Carmen:

Oye, no te preocupes, justamente iba a llamarte ahora porque creo que tengo fiebre y me duele todo, así que iba a llamarte para decirte que no salgo. Salid vosotras a la fiesta y pasáoslo bien por mí.

Mi amiga hizo un pequeño amago de querer venir a mi casa a cuidarme, pero la convencí de que una fiesta universitaria era más interesante (aunque me dio la impresión de que no se resistió mucho.

A pesar de lo que le había dicho a Carmen estaba muy cabreada por tener que quedarme en casa, así que me puse a ver la tele vestida como estaba súper enfurruñada. No había nada interesante, era sábado noche, así que como quien no quiere la cosa puse el canal porno. Me encanta ver el principio de las pelis porno, me pone súper cachonda ver como llega la tía buena, y empiezan poco a poco a decirse chorradas y casi sin excusa se van a la cama. Empecé a notar como mi coñito estaba más mojadito de lo normal, en la tele había un par de negros con una chica vestida de colegiala, me estaba recordando a mi primera experiencia y me gustaba recordar lo que había sentido aquella vez. Entonces una idea surgió en mi mente, ya estaba despierta la bestia, en esos momentos soy capaz de cualquier cosa. Siempre me había llamado la atención masturbarme por webcam, aunque nunca lo había hecho, pero ¿que mejor momento que hoy, tan guapa como estaba? Así que me decidí, y me dirigí al ordenador divertida, pensando que algún salido estaba de suerte y no lo sabía. Entre en un Chat, y me disponía a buscar conversación con algún madurito, cuando leí una cosa que me dejó pasmada. Un hombre estaba buscando alguna chica menor de veinte años que quisiera pasar la noche con él en un hotel, a cambio de un pastón, era un hotel de mi ciudad muy caro. Me quedé pensando, que si tenía ese nivel económico no podía ser un tipo demasiado desagradable, y al fin y al cabo, yo estaba cachondísima y me ponía muy cerda la idea. Tras pensármelo un rato decidí que ya que mis amigas me habían dejado tirada, era una buena oportunidad de pasármelo bien. Le hablé al hombre, y el me dio un número de teléfono y me dijo que si realmente estaba interesada le llamara. Eso hice, su voz era agradable, me preguntó mi edad, por mi físico…y finalmente me citó en una de las habitaciones de ese hotel. Un poco asustada pero excitadísima me puse en camino. Llegué al lujoso hotel rezando para que nadie me dijera nada, y así fue, pude llegar sin problemas a la habitación 207. Me arreglé pelo por última vez y toqué en la puerta. Abrió un tipo alto, como de cuarenta y tanto años, más o menos atractivo, aunque no era George Clooney. Cuando me vio puso una cara tan rara que me quede pensando que me habían gastado una broma de mal gusto. Decidí tirarme a la piscina y le dije:

  • Hola, soy Mara, hablamos hace un rato por teléfono.

El hombre pareció entender y me dejó pasar. Y me dijo:

¿De qué va esto? Te pregunté claramente si eras mayor de edad y se ve a la legua que no lo eres, no quiero problemas vete por donde has venido.

Se equivoca usted, cumplí los dieciocho en enero, si quiere le en seño el DNI.

Pues sí, enséñamelo.

Saqué el DNI del bolso y se lo di. Cuando se convenció de que era verdad lo que le decía me miró incrédulo.

¿Seguro que no es falso?

Seguro.

Pues pareces mucho más joven ¿sabes? No te habría echado ni quince.

Y ¿eso es un defecto o una virtud?- Le pregunté poniendo mi mejor cara de golfita inocente.

Mmm, yo creo que una virtud, jeje. Y me hizo un buen escaneado de arriba abajo con la mirada.

Estas muy bien, pensaba que vendría algún adefesio sin dientes.

Pues adefesio no sé, pero dientes los tengo todos- y sonreí abiertamente enseñándoselos.

¿Quieres una copa?

Un Gin Tonic si puede ser.

Claro, las chicas guapas pueden beber lo que quieran.

Gracias.

El fue a prepararme la copa y yo dejé mi bolso y mi chaqueta y me senté en el sofá. Al quitarme la chaqueta dejé a la vista mi camiseta sin espalda y el escote que dejaba ver el nacimiento de mis tetas. Cuando volvió con la copa me dijo:

Guau, que bien te queda eso.

¿El qué? ¿Esto? -Y me acaricié inocentemente e contorno del pecho y de la cintura con la mano.

El solo tragó saliva y me miró lascivamente.

Empezamos a hablar para romper un poco el hielo, yo me sentía una superestrella del porno, me encantaba sentirme una verdadera puta, de las que cobran y todo, pero no una cutre, una de alto standing.

Bueno y ¿que estudias?

Acabo de terminar el bachillerato, el año que viene iré a la universidad.

Ah, que bien. Y ¿ como es que contactaste conmigo?

Unas amigas me dejaron tiradas.

Oh, pobrecita, ¿ya has hecho otras veces esto?

No, soy nueva.

Mmm que bien, y ¿como es que te has animado a venir?

Me sentina muy solita.

En esto eché una mirada al televisor, y vi que había una peli porno puesta sin sonido. Esta vez eran cinco hombres tirándose a otra tía vestida de colegiala (aunque solo le quedaba la faldita). Puse cara de sorpresa, porque no me lo esperaba, pero luego no pude evitar quedarme mirando. El me preguntó:

¿Te gusta?

Yo solo asentí con la cabeza y me recosté en el sofá.

-Entonces veamos la un rato, ¿vale?

-Vale- respondí, y le eché una mirada muy golfa.

Llevábamos como diez minutos viendo la peli, y mi coñito estaba a punto de explotar. Y él no parecía animarse a hacer nada. Así que decidí pasar a la acción. Le puse una mano en el muslo, y se lo acaricié nuevamente. El abrió las piernas, como esperando a que pasar a la acción. Pero no era esa mi idea. Me abrí el escote de la camiseta, y metí una mano, acariciándome las tetas. A la vez que se me escapaban pequeños gemiditos. Me abrí mucho de piernas, la que tenía a su lado la coloqué encima de la suya. Y me dediqué a masturbarme. El se quedó pasmado viendo el espectáculo, y al poco tiempo ya lo tenía acariciándome el muslo. Yo seguía a mi rollo, metiéndome dos dedos y gimiendo como una cerda, a lo que él respondió poniendo su mano sobre la mía y metiéndome la lengua en la boca. Yo quité mi mano dejando paso a la suya, con lo que el empezó a meterme sus dedos, y yo me dedicaba a jadear y chuparle la lengua.

Que guarrita eres, te vas a ganar bien el dinerito.

Yo le respondí con gemidos. El se levantó y me tumbó en el sofá. Se puso entre mis piernas de rodillas y me abrió todo el escote dejando mis tetas al descubierto. Con una mano siguió metiéndome los dedos y con la otra empezó a sobarme las tetas.

Joder que tetas tienes, son enormes, me encantan.

Chupamelas por favor.

Claro putita preciosa- Y se puso a ellos.

Me las chupaba con desesperación, las lamía de arriba abajo, las juntaba e intentaba metérselas en la boca, estaba fuera de sí. Yo estaba al borde del orgasmo con mis tetas en su boca y sus dedos en mi coño, así que me dejé ir y me corrí como una cerda en el sofá.

Mmm ¿te ha gustado? Pues es solo el principio, tengo los huevos llenitos de leche para ti.

Mmm, ¿de verdad? Estoy muy hambrienta, tendrás que darme mucha, pero mucha lechita para satisfacerme.

Joder, que puta eres, te acabas de correr y ya quieres mas caña.

Dicho esto se abrió la bragueta y sentándose sobre mí pecho empezó a frotarse la polla con mis tetas. Escupió un poco de saliva entre mis tetas para que se deslizara mejor y agarrando una teta con cada mano se dedicó a hacerse una buena paja rusa. A mi eso me pone súper cachonda y si recién corrida ya tenía ganas, ahora tenía muchas más. El levantó la mirada y me vió mi cara de gusto:

-¿Te gusta mi putita?

-Si, me encanta- respondí entre gemidos.

-A mi si que me gustan tus tetas, son enormes.

-Déjame chupártela- Llevaba un rato mirando su enorme polla y solo quería tenerla en la boca.

  • Lo que tu digas perrita.- Y siguiendo sentado en mi pecho, me la clavo en la boca agarrándome la cabeza con una mano, y empezó a follarme la boca sin miramientos.

-Mmm, mmm, mmm- Solo gemir, con la boca llena de carne como la tenía.

  • Chupa puta, sé que te encanta, mámala bien.

En estas estábamos cuando se levantó y se dispuso a quitarse la ropa, aún estaba vestido.

-Espera nena, estoy incómodo.

Estaba bajándose los pantalones cuando no pude esperar. Me levanté y fui gateando hasta su polla, tiesa como un palo, parecía suplicarme que la chupara. Me la metí en la boca como una posesa, gimiendo como una perra y masturbándome yo misma.

Joder, es que no sabes lo guarra que eres, te voy a dar un plus como sigas así.

A mi en ese momento me daba igual el dinero, solo quería ser follada por todos sitios, me tenía con el coño chorreando. Seguía chupando, alentada por las caricias que me hacía en el pelo y los pequeños empujoncitos que me daba con la polla en la boca.

  • Quitate la ropa, quiero verte desnuda.

Me quité la camisa y la falda, pero me dijo que me quedara con el tanga y con los zapatos negros de tacón.

-Mmm que buena estás, sigue mamándomela.

Mientras se la chupaba me sobaba las tetas, yo estaba poseída, con una mano lo pajeaba, con la otra me tocaba el coñito, y a la vez que lo pajera posaba su polla sobre mi lengua y de vez en cuando me metía su tranca hasta la garganta, era la mejor polla que me había comido nunca. De repente me agarró fuerte del pelo y me dijo:

-Me corro puta.

Y sin pensarselo un momento, así agarrada del pelo como me tenía, se agarró su polla y tras un pequeño meneo, me lleno de leche la boca y las tetas. Sentir como su leche me escurría por los labios, la barbilla y las tetas me volvía loca, así que empecé a masturbarme furiosamente con una mano mientras con la otra me extendía bien toda la leche por el cuerpo y me chupaba la mano.

  • Espera pequeña, todavía tengo más, me he tomado una viagra.

Y ni corto ni perezoso, me levantó, me puso a cuatro patas en el sofá y apartándome el tanga me la clavó sin contemplaciones. Yo solo pude suspirar aliviada. Me notaba pegajosa por la leche de la cara y las tetas, pero era una sensación maravillosa estar a cuatro patas con una tranca enorme en el coño taladrándote y unas manos tirándote del pelo mientras te dicen lo guarra que eres.

  • ¿Te ha gustado que me corra encima tuyo?

-Me encanta que se corran encima de mí.

-¿Ah si? ¿Te gustaría que se corrieran muchos encima de ti?

  • Mmm, si, me encantaría, clávamela cabrón.

  • Eres la mejor puta que existe. A lo mejor lo podemos arreglar para que te follen unos amiguitos míos, ¿quieres?

-Si por favor, quiero que me follen y me den su lechita para bebérmela.

  • ¿Te gusta bebértela? ¿Tragártela todita? Que zorra eres, habrá que castigarte por ser una niña tan mala.

-Si, castígame, castígame.

Empezó a meterme un dedito por el culito, y entro como en mantequilla.

Vaya, este culito está pidiendo guerra, ¿ya lo has usado?

Si, muchas veces, me encanta que me rompan el culo.

¿Quieres que te lo rompa yo?

Si, por favor, fóllame el culo como a la puta que soy.

Tras esta súplica no tardó un segundo en clavarme la polla en el culo, lo que ya fue el colmo, empecé a mover el culo hacia atrás como una loca, me pone súper cerda que me la claven en el culo, no lo puedo evitar.

-Dios, que cerda, toma, toma polla en tu culito.

-Mmm, mmm, fóllame hijo de puta, quiero que me rompas el culo.

Me agarró de las tetas y empezó a cabalgarme sin piedad

-Toma pedazo de puta, toma polla, córrete ya porque estoy a punto y quiero que te bebas toda mi leche perra.

Mientras decía estas palabras, alargo la mano a la mesita que había al lado del sofá, donde había un subrayador de esos gordos y ni corto ni perezoso me lo metió en el coñito. Eso fue la gota que colmó el vaso y empecé a correrme como una verdadera zorra, mis gritos debían oírse en todo el hotel. Cuando por fin acabé, sacó la polla de mi culo, me hizo sentarme en el sofá, me metió la polla en la boca y empezó a correrse allí. Casi no podía tragármela toda por lo que algunos hilillos de leche me salían por las comisuras de los labios y me goteaban en las tetas. Cuando acabó de correrse, yo ya tenía la barriguita llena y me sentía muy feliz. El se sentó a mi lado, agotado. Llevábamos dos horas follando.

  • ¿Puedo volver a llamarte?

  • Claro, cuando quieras, me lo he pasado genial.

  • Me encanta lo puta que eres, ¿y lo de mis amigos?

  • Lo estoy deseando.

  • Muy bien. Llevan tiempo queriendo follarse a una nenita como tú, y con lo golfa que eres no les decepcionarás, no les importará pagarte lo mismo que yo.

-Me alegro.

Y esto es todo. Otro día contaré la experiencia con sus amigos. Os dejo un pequeño regalito en foto. Muchos lo habéis pedido. Espero vuestros comentarios en mi correo: mariapg_1987@hotmail.com