Intentando vender un piso

Intentando vender un piso, me follé a la esposa sin que el marido se enterase

Este relato es real, me pasó hace ya 8 años, en el año 2006.

Sucedió todo en Julio del mismo año, del 2006. Hacia un calor insoportable. Hacía poco más de cinco meses que había empezado a trabajar en una inmobiliaria de Palma y estaban saliéndome las cosas bastante bien. No es que fuera un buen vendedor, pero no hacia falta, se vendian los pisos como churros. Eran otros tiempos y la verdad es que me ganaba bien la vida, casi como todos y no como ahora. Pero esto es otra historia de la que quiero contar.

Estaba "pateándome" la calle, buscando pisos que los propietarios quisieran vender. Visitaba todos los pisos con cartel para que me dejasen llevarlos en mi cartera y así poderlos vender. Cuando me fijé en un cartel que tenía un portal pero que no veía desde la calle, era un ático y estaba entrado en el edificio, así que desde la calle no se veía. Fui hasta el portal y toqué el timbre de uno de los dos áticos que había en el telefonillo. No me contestó nadie, así que llamé al otro por probar. En este último, sin decir nada me abrieron, así que accedí dentro del portal y cogí el ascensor hasta el noveno piso, el ático. No tardé mucho en llegar y cuando salí al rellano habían dos puertas, una de las cuales estaba un poco abierta, entornada. Llamé al timbre y al poco apareció una mujer de unos 40 años en ropa de deporte ajustada, una camiseta de color rosa eléctrico y unos pantalones negros ajustadísimos, se le marcaba toda la raja, y en la camiseta se le notaban sus pechos y sus pezones que se notaban grandes.

Me dijo:

  • Hola, ¿Quien eres?

  • Buenos días, mi nombre es José y vengo de una inmobiliaria, es por el cartel que hay en el portal, ¿es este el piso que se vende?

  • No, es el piso de al lado, pero no hay nadie, está vacio desde hace dos meses. La pareja que vivía se han trasladado a la península.

  • Vaya, ¿y como puedo localizarlos? Me gustaría agregarlo a mi cartera de pisos para ayudarles en la venta.

  • Tranquilo, no hay problema por eso, tenemos una copia de las llaves y lo enseñamos a quien quiera verlo, pero los propietarios no quieren ninguna agencia, lo siento.

  • Y no hay ninguna posibilidad de hacerles cambiar de opinión?

Me miró de arriba a abajo y me dice:

  • No lo sé, tendré que hablarlo con ellos.

  • Le dejo mi tarjeta y no dude en llamarme para cualquier cosa.

Me volví al ascensor y bajé.

No tenía ninguna posibilidad de añadirlo a mi cartera de pisos ni de venderlo, así que la ficha que había abierto la tiré a la basura.

No habían pasado ni diez días cuando recibí una llamada:

  • Buenos días, dígame.

  • José?

  • Sí, soy yo, dígame, ¿Quien es?

  • Mi nombre es Ruth, soy la vecina del piso que se vende, que vino hace más de una semana, se acuerda?

Para hacerme el distraido le contesté:

  • Umm, déjeme pensar .... Ah! sí, ahora me acuerdo, ¿que pasa algo?.

  • He hablado con los propietarios y me han dado su conformidad para que pueda venir a enseñarlo.

  • Perfecto, pues esta misma tarde, después de una visita, pasaré por ahí para hacerle unas fotos, tomar unos datos y ponerlo a la venta. ¿Le va bien a las seis de la tarde? Antes tengo una visita en otro sitio.

  • Por mi perfecto, desde las dos estoy en casa, y mi marido llega a las seis y media, así que podrá hablar también con él.

  • Pues esta misma tarde estaré allí. Gracias y buenos días.

Colgamos y me dediqué a mis cosas de la oficina.

Cuando llegó las cuatro de la tarde estaba esperando a la visita que tenía programada en otro piso cuando me llamó el cliente diciéndo que no podía venir porqué le había salido un imprevisto, así que nos citamos para el día siguiente. Al tener dos horas sin hacer nada, me dirijí al piso que tenía previsto visitar más tarde y así poder irme a casa un poco antes.

Cuando llegué al portal ví que estaba abierta la puerta, así que entré y subí en el ascensor. Llamé al piso donde estaba la propietaria. Tardó un poco en abrir, tuve que pulsar dos veces el timbre, hasta que abrió un poco la puerta y escondiéndose detrás de ella apareció la cabeza rubia de Ruth. Cuando me vió sonrió y me dijo:

  • Perdón que haya tardado en abrir, pero estaba en la terraza tomándo el sol, y entre cubrirme y todo ... Pero le esperaba más tarde

  • No pasa nada, lo siento. Es que me han anulado la visita y he aprovechado para venír antes y ver si podía acabar e irme a casa.

  • Deme un minuto que cojo las llaves y le acompaño.

  • De acuerdo, pero por favor, nos hablamos de tú, de acuerdo?

Dejó la puerta entreabierta y yo aproveché para mirar dentro y pude ver como se dirijía pasillo adentro, totalmente desnuda...debía estar tomando el sol. Tenía un piel muy bronceada sin ninguna marca. Al cabo de poco volvió vestida únicamente con una bata tipo oriental, que le llegaba a mitad del muslo y que dejaba abierta la zona del pecho, y no pude más que fijarme en el canalillo que se veía. Fijé mi mirada en el canalillo imaginando sus pechos. Ella al ver mi mirada baja me dijo:

  • Ejem ... pasamos?

  • Uis, sí, perdón.

Me abrió la puerta y me fue enseñando el piso. Yo iba tomando fotos con la cámara que llevaba y tomando un par de datos. Me enseñó la cocina, el baño, las tres habitaciones, una pequeña salita que ella dijo que era el de la plancha, y cuando llegamos al comedor abrió las cortinas y dejó ver la enorme terraza y las vistas. Salimos y ví que la terraza de este piso comunicaba con la del otro piso, y a través del muro que no medía más de un metro, ví que había unas tumbonas y una estaba con una toalla, una mesita al lado con bebida, un cenicero y una crema solar. Le dije:

  • Perdón por haberla interrumpido, estaba tomando el sol.

  • Sí, pero no pasa nada, aprovecho después de trabajar para tomar el sol aquí arriba, no me gusta que cuando voy a la playa se me noten las marcas del bañador, así que estando sola, aprovecho. - Abrió un poco la bata que llevaba y asomó sus dos hombres y ví ciertamente que no tenía ninguna marca.

Aproveché para tomar fotos de la terraza y de las vistas, y en un momento dado ella estaba apoyada en la barandilla de la terraza contemplando las vistas. Con el viento que soplaba en ese momento, la parte baja de su bata se levantó y pude ver su culo, su hermoso culo. Aproveché para tomarle unas fotos. En ese momento se giró y me vió con la cámara, y me "pilló" haciéndole fotos. Se giró, se acercó y me dijo:

  • Haciéndome fotos?

  • No, solo estaba tomando fotos de las magnificas vistas que tenía desde aquí.- Dije mirando su culo.

  • A ver, dejame ver las fotos?

Le mostré las fotos y cuando llegamos a las que le había tomado me dice:

  • No están mal, pero si quieres te puedo dar mejores vistas....

Se alejó un poco y empezó a bajarse la bata. Yo no dudé ni un momento y empecé a sacarle fotos. Se quitó la cinta que anudaba su bata y la dejó caer. En ese momento se abrío un poco la bata y pude ver su monte de Venus totalmente depilado. Poco a poco me estaba calentando a más no poder. Yo no paraba de sacarle fotos. Se abrío la bata por completo y la dejó caer y la ví totalmente desnuda. Ni una marca, totalmente depilada y de un color tostado. Tenía unas tetas que caían un poco, por la edad, pero estaban totalmente apetecibles. Unos pezones enormes que daban ganas de comerselos enteros. No paraba de hacer poses cada vez más provocativas. Se ayudaba con sus manos para levantarse los pechos, se tocaba, se abría un poco los labios que apenas podía verlos. En un momento se va acercando para mí y me dice:

  • Ya están todas las fotos, no? O quieres alguna más?

Yo no sabía a que se refiería, pero le dije que sí. Entonces se puso enfrente mio y sacó la cobarta, me fue desabrochando la camisa y me la sacó por completo. Cogío mi cámara y empezó a hacerme fotos a mi. No es que fuera ni soy un figura, pero a lo mejor quería un recuerdo. Luego la dejó en el suelo, se arrodilló y me abrió el cinturón para bajarme por completo los pantalones dejándome con los boxers que tenía. Ahí pudo comprobar que tenía una erección total. Me sacó los zapatos, los calcetines y los pantalones. Cogió otra vez la camara y no paró de hacerme fotos dando la vuelta y mirando mi culo.

Se arrodilló de nuevo y por la abertura de mis boxers metió la mano y cogió mis testículos y me dice:

  • No están mal, peludos aunque me gustan totalmente depilados. Están calientes y parece que llenos.

  • Si, están llenos y no veas lo caliente que los tengo.

Con su mano no paró de tocarmelos, haciéndome que cerrase los ojos y noté como me bajaba los boxers. Me hizo más fotos y acercó el zoom cuando vió que salía líquido por mi capullo. Dejó la camara a un lado y empezó a darme besos por toda mi polla y por mis huevos. Yo con los ojos cerrados y con las manos en su cabeza no paraba de estar disfrutando. La chupaba como una mujer con mucha experiencia. Sabía que si continuaba así no tardaría ni dos segundos en correrme, se lo dije pero ella no cejó en su empeño. Y me corrí inundando su cara y sus tetas de mi lefa. Mientras me corría no dejó de agarrarme los huevos haciéndo que el orgasmo fuese mayor.

Cuando hube acabado, ella se levantó y fue hacia la manguera que había, abrió un poco el agua y me pidió que me acercase. Me dirijí hacia ella mientras ella con la manguera se quitaba toda la leche que tenía encima, luego me dirigió a mi el chorro y estaba fría. Tan fría que hizo que se me quedase pequeña, no es que tenga una grande, solo mide 15 cm, pero hizo que fuese más pequeña aún y ella se rió. Me fijé en sus pezones que estaban durísimos y empecé a chuparlos y mordisquearlos. Ella dirigió el chorro hacia los dos y empezó mi turno. Tocaba sus pechos, los magreaba, mordia sus pezones y los estiraba. Eran deliciosos. Se apoyó contra el muro y me arrodillé para ir besando poco a poco su vientre hasta llegar a su monte de Venus totalmente depilado. Allí arrodillado yo, ella de pie y abriendo las piernas empecé a comerle su coño. Era grande, con unos labios que sobresalían un poco y eso me ponía tambíen. Ví su clítoris como salía por en medio de sus labios y no dude en pasar mi lengua y mordisquearlo. No dejé ni un segundo de morderlo, de pasar mi lengua. Ella mientras gemía y sabía que le estaba gustando. Mientras ella se tocaba los pechos y yo con una mano separaba sus labios y con la otra mano le introduje dos dedos. Se movía cada vez más, y yo empecé un mete-saca con los dedos.

En un momento me dice:

  • Continua así que me corro, no pares cabrón, sigue así!!

Yo no dejé de hacerlo y empezó a moverse y con las manos hundió más mi cabeza entre sus piernas y finalmente se corrio. Dejó de moverse unos segundos, y yo no paré de darle besos por todo su sexo.

Cogió la manguera y empezó a ducharse ella.

  • Uf! tengo que enfriarme, que llevaba también un calentón...

  • No me extraña, tomando el sol desnuda cualquiera lo coje.

  • Ahora quiero que me folles, necesito sentir tu polla dentro de mi.

Se acercó a mi y empezó a besarme en la boca con la lengua que recorria toda mi boca, no dejaba de moverse por dentro. Con sus manos tocaba todo mi cuerpo y yo el suyo. Bajó a mi polla y empezó a hacerme una paja a ver si se me ponía dura, que no tardó ni dos minutos.

Se giró, se abrió de piernas apoyándose en el muro y me arrodillé yo y empecé a chuparle todo el chocho. Cuando noté que estaba bien caliente de nuevo me levanté y se la clavé de un solo golpe, ella gimió y empece a zumbarla. No paraba de metersela y moverme a un ritmo. Ella se dejaba hacer. Estaba tocándole la espalda y abriendo un poco el culo y ví su ano. No lo dudé y la saqué y le acerqué mi capullo a su entrada, pero ella me dice:

  • No, por ahí no, solo lo reservo para mi marido.

  • Pues tu marido no está ahora mismo y voy a abrirtelo!!

Sin dejarla contestar se la clavé hasta el fondo. Por lo fácil que era entrar, sabía que su marido la debía tener gruesa, pero no me importó. Se la clavé hasta los huevos. Mientras ella con una mano se tocaba el clítoris para mayor gozo.

No dejaba de sacarla y meterla. Disfrutabamos los dos. Noté que se corría de nuevo porqué se movió bruscamente y casi se cae pero la cogí a tiempo. Coloqué mis manos entre sus tetas. La separé del muro e hice que se agachara un poco, abriendo sus piernas, agachándose y apoyando sus manos en una silla que había. Esto hacía que tuviese una mejor visión de todo su culo. Salí un momento de ella y cogí la cámara.

Mientras se la volvía a meter aproveché a hacer fotos de como se la metía, como me la follaba. Mientras veía sus tetas como se movían al unísono y no dejé de hacerle fotos.

Estaba tan cachondo de nuevo que no tardé mucho en correrme, así que la saqué de su culo y apoyé mi polla en su espalda y salpiqué su espalda con mis chorros que salían. No dejé de hacerle fotos!!

Cuando acabé me puse encima de ella y la abracé.

Nos levantamos los dos, nos duchamos y fuimos a por nuestras ropas. Cuando ya estabamos vestidos y a punto de irnos apareció su marido en la otra terraza con una mirada de extrañeza. La miró a ella, y me miró a mi. Se giró y entró en su casa. Miré a Ruth y me dijo:

-Tranquilo, supongo que sospecha algo, pero no dirá nada. Somos unos cornudos, tenemos una relación abierta, cada uno se acuerta con quien quiera, pero nunca juntos. Tal vez hagamos un trio y ... te llamemos.

Salimos de ahí y me despidió con un beso en la mejilla. Fue la última vez que la ví, porqué poco tiempo después vendieron el piso y ya no tuve excusa para volver. Aún espero su llamada que no se ha producido.

Si hay alguna pareja o mujer que quiera vender su piso en Palma, que me lo diga que le ayudo en todos los sentidos. Tanto a vender su piso como en cualquier otra cosa.

Un saludo