Intentando ser sumisa.
Me propuso sumisión, que por cierto acepté. Luego noté lo rebelde que soy y ahora estoy metida en un gran problema.
Nunca antes había conocido la sumisión, de hecho nunca he sido de obedecer; por el contrario, me gusta que se haga lo que yo diga, pero no sólo en el ámbito sexual sino en todo.
Conocí a mi amo por azares de la vida, me contactó, nos escribimos y me propuso ser su sumisa, sin conocerlo.
Yo por mi carácter le dije que no, que posiblemente no sería buena en eso, pero poco a poco me fue convenciendo y cada vez me gustaba más la idea. Así que sin darme cuenta me convertí en su sumisa y hacía lo que él me ordenaba. Por placer, porque me gustaba y me excitaba, porque me atraía la idea de obedecer a alguien más aún cuando nunca lo había hecho. Y así comenzó ésta historia.
Ese hombre que hoy llamo amo se adueñó de mi vida, hoy soy su perra; así me llama. Hago lo que él dice, la verdad es un hombre con bastantes ideas, cosas que jamás creí que podría hacer y menos cuando me consideraba tan rebelde.
Hoy sólo voy a contar una de tantas aventuras y luego, dependiendo de mi ánimo y de la recepción que tenga el relato les iré contando más.
Ese día me arrodillé por primera vez ante él, es una relación online, por lo cual sólo lo hago por fotos o vídeos, es tan astuto que no hay forma de engañarlo, e igual al ser sumisa lo menos que se debe hacer es tratar de engañar a su amo o va a ser peor.
-Buenos días, perra. Desvístete y ponte de rodillas.
-¿De rodillas señor? ¿justo ahora? ¿completamente desnuda?
Obviamente hacía muchas preguntas ya que no sabía nada de ser una sumisa, cosa que él poco a poco me fue enseñando y que aún no he aprendido del todo.
-Sí, perra. Te vas a quitar la ropa, te arrodillas con los talones tocando tus nalgas, manos en los muslos y espalda derecha.
Obedecí la orden sin titubear, no me parecía tan fuerte la orden así que cumplí enseguida y le envíe mi primera foto de rodillas.
-Muy bien, perrita. Qué rica te ves. Te vas a quedar así por media hora con la mirada gacha y sin pararte hasta que yo ordene o sin mi permiso.
-Pero señor, ¿media hora?
-Sí, perra. ¿algún problema?
Allí comenzaron los peros de mi parte y obviamente los problemas para mí.
-No señor, está bien.
-Muy bien perra, me vas a enviar una foto cada 5min con las manos en diferente posición en cada una. ¿Estamos?
-Sí, mi amo.
Obedecí la orden de mi amo y señor, no fue tan difícil aunque las rodillas a los 15min ya me dolían y estaban rojas, le enviaba las fotos cada 5min y me levanté a la media hora exactamente justo cuando mi amo me dio el permiso necesario para poder hacerlo. Sin darme cuenta cuando me paré estaba muy mojada, mi vagina estaba empapada en fluidos y mis pezones duros a punto de explotar.
Mi amo preguntó qué me había parecido la experiencia, por lo cual le conté lo mojada que tenía la concha y lo duro que tenía los pezones así que me ordenó recostarme sobre la cama, pellizcar mis pezones y acariciar mi clítoris. A lo cual yo obedecí encantada puesto a que ya estaba super mojada para ese entonces.
Poco a poco me fui tocando, me pellizcaba los pezones con mi mano izquierda mientras con la derecha acariciaba mi vagina húmeda de arriba a abajo haciendo pequeños círculos en mi clitoris ya electrico de tanta excitación hasta que no aguanté más y metí dos de mis dedos dentro de mi ser, a pesar de ser estrecha ya estaba tan mojada que entraron con toda facilidad así que allí poco a poco me iba perdiendo cada vez más imaginando a mi amo frente amí, ordenandome masturbarme para él. De pronto sonó un mensaje, era él.
-Tócate perra, tócate pero hoy no te permito acabar.
Maldita sea, me ordenó que parara justo cuando ya iba a llegar. Y no sé porqué coño, pero obedecí también, paré en seco justo antes de llegar al climax.
Acepto cualquier comentario, crítica o sugerencia. Es mi primer relato, quise compartirlo con ustedes y también quiero conocer sus opiniones. Escribir a mi correo jjulietajjames@gmail.com
-Miss Julieta J.