Intentando olvidar
Un chico tiene que encajar el duro golpe de sufrir el desamor.
Intentando olvidar Ya sé que no te hace duelo, pero suelo caer al suelo, cuando en tu mirada puedo ver que tú, en un futuro, nada conmigo quieres tener. Ya sé que te tiene sin cuidado dejarme metafóricamente en la lona tumbado, con el cuerpo dolido y machacado, cuando te digo que quiero estar a tu lado y solo siento un silencio tenso y estancado y advierto en tus ojos, mi vida, una mirada perdida. Ya sé que disfrutas hiriéndome y zahiriéndome, con esa lengua tuya tan afilada como una guillotina o una daga A veces pareces haber salido de una cantina; eres más mala que una refinada asesina y más contundente que una plaga. Ya sé que te importa un pimiento Que te diga lo que siento Ya sé que te importa un comino Apartarte para siempre de mi camino. Ya sé que te la pela Mis últimas noches en vela Ya sé que te la suda Que mi voz se haya quedado muda Y mi ilusión esté tan coja Que parece que viva en la cuerda floja. Ya sé que ni te enteras De lo mucho que mi corazón aceleras Ya sé que no te fijas En todos los que hipnotizas. Ya sé que te importa muy poco Que ahora me esté comiendo un moco Y que no pare de darle vueltas al coco Hasta el punto de que creo haberme vuelto loco. Fue cruel darme una oportunidad Te lo digo de verdad Porque nunca tuve la ocasión de demostrarte Que nadie tanto como yo iba a valorarte. Cualquiera se daría de bruces contra ese cuerpazo que luces. A cualquiera le cegaría, la ilusión de pasar contigo un día. Añoro tus besos que a pocos pueden dejar ilesos. Añoro tus caricias que parecen inocentes como las de novicias. Añoro las cosas que dices, pues concediéndome tu atención me bendices. Añoro tu presencia, todavía hoy, para mí, la quintaesencia. Añoro tu voz, que eliminando las malas hierbas de mi mente, es como una hoz. Añoro tu desparpajo, que eliminando el aburrimiento, hace las veces de estropajo. ¿A quién no le fascina? Esa sonrisa divina Ese caminar desenvuelto Esas carcajadas despreocupadas Esa cara de princesa de cuento de hadas Esas anécdotas cachondas Ese largo cabello haciendo ondas Pero para mí eres una trampa viviente Una especie de arena movediza andante Y, que sepas de ahora en adelante, que yo no soy el último superviviente. Tus pechos son dos volcanes gemelos y horizontales por los que no creo que pueda salir leche, sino magma ardiente que destruya al que se aproveche y ose descubrir qué sienten los dioses inmortales. Tu entrepierna es una profunda sima En la que mejor es no quedar atrapado So pena de morir exprimido y derrengado Como un triste montañero por todos olvidado. Tus uñas me causan una gran desazón Son como las afiladas zarpas de un felino Muy cuidadas y pintadas con flores para la sentimental guerra. Eso es lo que más me aterra. Tus músculos son la orografía De paisajes erosionados por el capricho del agua y el viento Y hoy por hoy lo que más lamento, no sé si te lo he dicho, Es no haberles hecho ni una fotografía. Hubiera preferido la nada Que esta nostalgia apesadumbrada Hubiera preferido una rotunda negativa Que padecer ahora esta tristeza tan viva Hubiera preferido el anonimato Antes que estar ahora pasando este mal rato Hubiera preferido el desprecio A sentirme ahora como un necio Hubiera preferido el pasotismo Antes que estar pasando a diario por lo mismo: Por una tortura sin cura Por una agonía que se reaviva cada día Por un dolor más que agudo, puntiagudo Por una rabia cegadora, Me siento como una naranja delante de la exprimidora. O como si me hubiera pasado por encima una apisonadora. Nunca entenderé la razón de que me tuvieras que entregar este amargo caramelo, con sabor a medicamento con zumo de pomelo. ¿Acaso es que no tienes corazón? En ese armazón tan bien cuidado. Menuda decepción me ha causado tanto camelo. Haberme dicho que querías un fantoche que tuviera coche para pasar alguna que otra noche con cierto etílico derroche. Y yo te hubiera dicho diáfano y claro en esas orejitas tan bonitas que tus expectativas conmigo eran nulas, que yo soy de los anticuados, porque acabo enamorado de los bellezones como tú. Y que tururú. Haberme dicho que buscabas un pavo que tuviese rabo Para pasar juntos unas cuantas veladas Te lo aviso, no soy el único que tiene piso Tú buscas un tío desalmado de neuronas sin nexo, que sólo busque sexo para dejarlo mañana tirado sin que un rábano le importe y sin que piense que sin ti ha perdido el norte. Haberme dicho que buscabas un pelele que viese contigo la tele O un niñato depilado y engominado para pasar con él un rato O un palurdo de esos que les fascina explicar sin cesar un razonamiento absurdo O un pagafantas de esos que por rozarte el culo se queda hasta las tantas O un maromo con los brazos tatuados y con los abdominales muy bien marcados O un gañán sin otra inquietud en la vida que la muy noble de ganar el pan O un mequetrefe que cree que el diccionario acaba en la letra efe. O un ceporro de conversación tan simple que hasta un muñeco acabe hasta el gorro O un cateto de esos que en el cine no pueden tener el brazo quieto Me siento como un astronauta perdido y condenado a vagar dentro de su escafandra lunar Por el vacío del cosmos hasta que un asteroide conmigo acierte a estrellar. O un cometa con su cola me quiera quemar. Yo quería descubrir nuevos horizontes contigo Hasta que me di cuenta que no llegaba ni a amigo. Yo quería mezclarme en tu vida Hasta que supe que estar conmigo no era para ti una actividad divertida. Yo quería ser tu confidente sobre cualquier cosa Hasta que comprobé que eras falsa y asquerosa. Yo quería pasear contigo de la mano Pero tú me querías más bien en segundo plano. Perdona por ser tan borde, pero con unas explicaciones oportunas y a su debido tiempo Podrías haber evitado, este final desgraciado Y que tanta rabia acumulada se desborde. Perdona por ser tan desagradable Pero tú, en su día, me echaste un cable, Me remolcaste hasta un lugar donde cabía la esperanza y luego me has dejado tirado habiéndome clavado en el pecho una lanza. Perdona que no me comporte y que nada nuevo aporte Pero si informara de a cuánto asciende el importe, aunque no te importe, Del daño que me has hecho y lo mucho que contigo he perdido la calma Te aseguro que declaran zona catastrófica mi alma. Perdona por ser tan esquivo, pero no creo que tú y yo tengamos en la vida el mismo objetivo. Perdona por no perdonarte, pero ¿Por qué no me anticipaste a tiempo que lo nuestro no iba a ninguna parte?