Intentando.

Soy una chica de 20 años provengo de una familia humilde del campo, actualmente vivo en la ciudad de Bogotá. Siempre he tenido mucha curiosidad por la zoofilia, hace aproximadamente 8 años cuando aun vivía en el campo con mis padres siempre tuve curiosidad por los animales cuando tenían sexo, mi pad

Soy una chica de 20 años provengo de una familia humilde del campo, actualmente vivo en la ciudad de Bogotá.

Siempre he tenido mucha curiosidad por la zoofilia, hace aproximadamente 8 años cuando aun vivía en el campo con mis padres siempre tuve curiosidad por los animales cuando tenían sexo, mi padre tenía en la granja vacas, caballos, cerdos perros y gallinas, cuando alguno de ellos tenían sexo me gustaba observar y me generaba mucha curiosidad, desde luego a mi padre no le gustaba que observara cuando pasaba esto, lo que más me generaba curiosidad era cuando alguno de los perros montaba la perrita que teníamos en la granja, debo decir que sentía como se aceleraba mi ritmo cardiaco y sentía unas ganas inmensas de tener sexo.

Aún recuerdo un a día que mi mama se fue a llevar el almuerzo a las personas que estaban trabajando, cuando ya la perdí de vista decidí subir mi vestido y bajar mi ropa interior después acercarme a uno de los perros el cual me parecía más tierno puesto que tenía el pelo suave y eso me gustaba, me puse en cuatro delante del pero este no hizo nada, tampoco yo sabía cómo hacer que tratara de montarme.

Otro día después que llegara del pueblo mi padre, dejo el caballo amarrado en la entrada de la casa como de costumbre, decidí acercarme para acariciarlo ya que me gustaba hacerlo, al momento de retirarme cuando le di la espalda me toco con el hocico la cola lo cual me hizo estremecer, quedando inmóvil permitiendo que continuara a lo cual respondí elevando  la cola como ofreciéndola para que me hiciera algo que no sabía que era pero me gustaba.

Aún recuerdo la última travesura ya estando en la ciudad para este tiempo ya tenía 15 años, después de haber leído algunas revistas de zoofilia pero aun con poco conocimiento, un día después que mis padres se fueron al trabajo decidí entrar un perro que siempre estaba cerca de la casa, le ofrecí una salchicha a lo cual accedió con miedo a ingresar a la casa, ya estando dentro de la casa comencé a acariciarlo pero se mostraba muy asustado y con ganas de salir, por fin logre empezar a tocar su pene a lo cual se hacía para atrás como tratando que no se excitara, después de varios intentos logre hacer que se moviera como teniendo sexo lo cual me éxito mucho, como aún tenía mi pijama me la quite quedando totalmente desnuda en la casa sola con el perro, comencé a tocar de nuevo el pene del perro a lo cual comenzó hacer movimientos como tiendo sexo nuevamente, me puse en cuatro patas y ofrecí el cola al perro pero este se retiró como regañado a lo cual continúe insistiendo tratando que me montara, por fin logre subirlo sobre mí pero no se movía, entonces con mi mano comencé a tocar su pene para que se moviera lo cual funciono, empecé a sentir que me tocaba las nalgas con la punta del pene lo cual me genero mucha excitación y miedo a la vez, en uno de esos movimientos logro meter un poquito su pene en mi vagina lo cual me dolió entonces mi hice para adelante evitando que lograra penetrarme, pero seguí insistiendo hasta que logro meter el pene, les digo que se sentía muy delgado y duro la punta pero ya no me dolía tanto lo cual me gustaba mucho, después de un ratito sentía que entraba un poco más ajustado entonces recordé la famosa bola, pero no quedamos pegados como algunos dicen, al contario cuando se bajó salió con la bola y bastante crecido, comenzó a lamerse y después de un ratito volví hacer lo mismo pero en ningún momento quedamos pegados, creo que no es verdad que pase esto.

Fue una experiencia muy agradable, aún vivo con mis padres y algún día quiero tener un perro muy grande en mi casa porque  veo zoofilia y quiero volver a repetir esto.