Instruyendo sobre sexo a una inexperta jovencita
Que pasa cuando una jovencita en la edad de las dudas, no es informada y educada por sus padres, información que en Internet y averigua que la mejor manera es explorando, pero de la mano de una persona madura.
Instruyendo sobre sexo a una inexperta jovencita
Muy buenas a todos, desde este medio os hago saber de mis experiencias y anécdotas, me gusta contárosla o al menos lo intento de tal manera que os la podáis recrear en vuestra mente. Son relaciones esporádicas solo y exclusivamente para sexo, pero si alguna necesita hablar con alguien quizás podamos hacer excepciones.
Como bien sabéis soy casado considerándome bix, no suelo poner pegas entre las mujeres… ni físico ni mucho menos por la edad, como hombre me gustan todas en general, suelo hacer gozar y satisfacer a aquellas mujeres que lo deseen, no busco la experiencia de una mujer madura sino también la inexperiencia de esa jovencita.
Os debo de confesar que siempre me he esforzado en mejorar, aprovecho cualquier circunstancias que me pueda llevar a una experiencia, no importándome si es una o varias las damas siempre que estén conforme entre ellas. Desde hace un tiempo he llegado a pensar que quizás sea por mí bisexualidad, circunstancia que me ha permitido conocer mi lado más femenino y como tal, me ha permitido conoceros y comprenderos mucho mejor a las mujeres como a mí mismo, sabiendo lo que os atrae dependiendo del momento y las circunstancias.
Los hechos que a continuación os voy a confesar, me ocurrieron hace ya unos años, hechos que a continuación os lo voy a revelar. Mirad transcurría durante el verano, como es normal me encontraba de Rodríguez ya que mi mujer se marchaba a la playa con los críos mientras yo trabajaba.
Bueno sigo, desde mi ventana no había día que no la viera pasar al menos cinco veces, esa mujer derrochaba juventud… mmm. Por la mañana acompañaba a un chiquillo de corta edad, chiquillo que entendí que era su hijo o acaso sobrino, esta joven mujer no le eche más de 18 años. Mediría entre 1,60m a 1,65m, cabellos castaños, ojos verdes, complexión delgada, pechos al tamaño de su complexión… diría que de copa 85cm.
A medio día la volvía a ver pasar… nuevamente en compañía del chiquillo, pensé que lo traía de algún centro de juegos. Pero la verdad nunca le entre a modo de poder conocerla, encontrándonos de forma casual cuando iba a comprar el pan, allí estaba ella… mmm. Como era costumbre en ella y como la verdad todas las chicas, vestían a mi punto de ver muy provocativa, pues llevaba casi siempre unos pantaloncitos muy cortos de color blanco o vaqueros, camiseta de tiranta y sandalias tipo romanas.
La verdad es que del saludo formal no salíamos hasta que coincidimos de forma fortuita en el parque, yo la verdad es que fui a tomarme unas cervezas con unos amigos y me la encontré de casualidad. Quizás me envalentono el alcohol cuando acabe por presentarme, soltándome ella que ya me conocía por haber coincidido en la panadería o por la calle, comencé a darle conversación comportándome en todo momento como un caballero. Cambiando poco a poco al ver su comportamiento y su forma de hablar, transformando mí comportamiento y mi forma de hablar, coquetee con ella… mostrando el caballero que hay dentro de mí, seduciéndola acabando está entre carcajadas y llevándomela poco a poco donde deseo entre preguntas... “Cómo te llamas”.
Contesta ella… “Me llamo María Cristina”.
Mientras la miro con dulzura y al mismo tiempo con deseo, vuelvo a preguntarle… “Ese chiquillo que acompañas varias veces al día es tu hijo”.
Contestándome con una sonrisa copiosa… “Que va ese es mi hermano. Cuantos años me echas”.
Avergonzado contesto… “Te echaba dieciocho, precisamente por verte con ese chiquillos a todas horas. Cuántos años tienes”.
Contesta ella sonriente nuevamente, viéndome precisamente sorprendido… “Tengo dieciséis años… uuuffff. Dios que vieja me has puesto, no me digas que en serio aparento más”.
Entre carcajadas y disculpas le digo… “Que va… para nada”.
No dejamos de hablar… dejando que sea ella quien tenga la batuta, tras tomarse su primera “Cruzcampo” y veo a esta joven atrevida. Mientras escucho no pierdo detalle de sus facciones, pues la tengo a menos de medio metro, distancia en que puedo oler la fragancia de sus cabellos castaños, cuyos ojos verdes tan profundo como el océano me mira. Sonríe y me pregunta… “Que miras”.
Contesto… “A ti”.
Avergonzada pero al mismo tiempo atrevida me pregunta… “Te gusta lo que ves”.
Temeroso por mi respuesta pero al mismo tiempo audaz, contesto… “Sí, me gusta y mucho lo que veo. Además deseo conocerte aun más”.
Tomo la iniciativa y al tiempo que le contesto, poso mi mano derecha sobre la suya la cual descansa sobre su muslo derecho desnudo, espero una bofetada por mi atrevimiento… bofetada que no llega. Ella se mantiene sentada en ese banco de azulejos mirando hacia la maleza, sentada con ambas piernas colgando. Mientras yo estoy sentado perpendicular a ella con una pierna a cada lado del banco, mientras siento su tersa mano, mano que dejo una vez que muevo la mía hasta su muslo y noto la suavidad de su piel al tiempo que descubro el brillo de sus ojos. Le pregunto… “Si te estoy molestado me lo dices”.
Envalentonada y atrevida, mientras sonríe me contesta… “No me estas molestando. Creo que sí lo hicieras, ya lo habrías notado, además me gusta que un hombre me trate como una mujer y no como una niña”.
Mis ojos recorren su cuerpo pero deteniéndome sobre todo en esos labios que no dejan de humedecérselos… mmm, bajo mis vista hacia esos pechos que lógicamente son naturales… mmm. Noto mi miembro estallar dentro de mi pantalón, pero lo peor no es la erección sino que este se va a salir en segundos como siga moviéndome, pues paralelo a mi muslo derecho y gracias a llevar short como tipo de calzoncillos en vez de bóxer, esto hace que mí miembro se endurezca y crezca… mmm. Nuevamente tomo la iniciativa y le pregunto… “Que cosas son las que más te gustan, disfrutas y te alegran”.
Mi pregunta en verdad iba con doble sentido, pregunta que si ella es tan atrevida como está siendo, contestaría con doble sentido, cosa que me respondió… “Muchas cosas son las que me gustan. Primero te diría que me gusta la vida, disfruto de mi equipo jugar que es el Sevilla F.C., me alegra la sonrisa de mi hermano”.
Respuestas que para mí no eran las esperadas y que en verdad me estaban defraudando, pero que la deje hablar pues no había acabado aun… “Me gusta el sexo… aun no lo he disfrutado en su plenitud, pero poco a poco y día a día me voy explorando yo sola, disfruto con lo que me hago y por lo que deseo que me hagan. Veo escenas de sexo por internet y pienso que algún día esa seré yo, me encanta el sexo y desearía poderlo explorar algún día”.
Tras terminar con su respuesta… cuyo final me dejo con la cara de un quinceañero primerizo, no sabiendo reaccionar tras lo que acababa por escuchar y sin dejarme esta hablar, me pregunto… “Tú crees que sería por mi parte una desfachatez, si te pido que me ayude a explorar lo que es el sexo. En casa mis padres se cortan y en internet falta el tacto, tacto que pocos hombres sabes darlo y que veo que tú me lo podrías explicar”.
Pensé… “Tierra trágame”, coño con la niña si al final va ha ser ella la que me tira a mí en vez de ser yo quien me la tiro. No mostrándome descubierto y con voz firme, pregunte… “Qué tipo de exploración te das y que has descubierto respecto al sexo”.
Respondiéndome esta joven curiosa… “Me he explorado mi cuerpo, aprendiendo las necesidades de cada parte de mi cuerpo, descubriendo mis zonas erógenas como bien me he informado. Me he acariciado los senos… desde las mamas hasta los pezones, me he acariciado las orejas, cuello y vientre, me he acariciado mi clítoris descubriendo que es la parte más sensible de toda mi anatomía, llegando incluso a hacerme un dedo. También he explorado que ya se me olvidaba, mi orificio anal… mmm.
Menuda contestación me dio la niña… mmm, mi polla estaba a reventar como deseaba coger esos senos y poderlos amasar, como deseaba que su boca coronara ya mi glande… ooohhh. Experimentado me mostré cuando comencé a deslizar mi mano por su muslo, rozando con la yema de mis dedos la parte interna de sus muslos… mmm. Ver como ella tornaba sus ojos me hacía saber que iba bien encaminado, mientras ascendía mi mano no deje de decirle palabras románticas e incluso le fui informando de las caricias. Cuando me detuve a escasos centímetros de su entrepierna… mmm, fue ella quien tomo mi mano y me dio su permiso para que continuara… uuuffff. Soltándome… “No te detengas… sigue… mmm”.
Decía mientras se mordía el mentón, mire a nuestro alrededor no deseando levantar sospecha, pero me sentí sobresaltado cuando sentí el peso de su mano sobre mi miembro. Soltándome esta… “Esto es tu miembro. Esta muy caliente, me lo enseñarías”.
Me sentí descubierto por esta chica tan atrevida, como me tenía engañada la muy… mmm. Le dije que eso que sobresalía por el pernil del pantalón era mi glande, ante su cara de ignorancia le dije que por internet también lo llamaban capullo. Mas enterada sobre esta denominación, le informe que el grado de calentura se debía a mi excitación y que este órgano era el que se introduce dentro de su orificio vaginal, oral o anal. Cortándome ella… “O sea que esto es lo que da tanto placer… no, todo esto se mete dentro de mi coñito, mi culo o mi boca. Vale continua”.
Viendo que esta iba a por todas cogí y retirando mi mano derecha de su muslo la lleve hacia sus senos, comenzando a acariciárselo suavemente y observando que con la palma de mi mano abarcar toda al tiempo que con mi dedo gordo, acariciaba suavemente su pezón. Dejando escapar ella un gemido y volviendo a tornar sus ojos, mientras que con mi mano izquierda me atreví a acariciarle desde el cuello hasta sus nalgas.
Posando mis labios en su hombro y besando en forma ascendente hasta su cuello… ooohhh, ella se estremecía y no dejaba de suspirar… aaahhh. La verdad es que su vestimenta obstruía bastante mis planes, pues si hubiera sido falda ya le hubiera estado metiendo mano y dándome mayor placer. Pero como pude introduje mi mano izquierda por la parte de la cinturilla hacia sus nalgas, mientras con la derecha deje de acariciar sus senos sobre la fina tela de su camiseta de tiranta pues tras tirar de esta hacia abajo, comencé a acariciársela directamente… uuummm.
Ella gemía y se estiraba… separando sus muslos incluso, señal que deseaba otra de su anatomía a explorar. Tras apartar mi mano de su seno y tras cerciorarme que nadie miraba, posar mi boca sobre ese dulce manjar con ese cereza que tiene por pezón… ooohhh. Mi mano la introduje por uno de sus perniles, costándome algo llegar a su coñito el cual estaba empapado… ooohhh, ella suspiraba agitadamente y comprobé que esta niñita llevaba un tanga, cosa que me facilito arrancarle el primer orgasmo… aaahhh.
Aun recuerdo que fue ella misma la que intento quitarse el pantalón allí mismo, cosa que evite hacerlo al menos de momento, recomendándole hacer otras cosas. Como acariciar y chupar una polla, término que ella entendía mejor que llamarlo miembro. Ante su atenta mirada me saque del interior de mi pantalón mi polla, costándome muchísimo al tiempo que me giraba… colocándome en la misma posición que ella. La chica se levanto y se coloco delante de mí, clavando sus ojos en mi miembro rojizos… ojos como plato… mmm. Le informe que tenía que acariciarlo suavemente con su mano, sujetándolo con la mano y mostrando delicadeza. Preguntándome ella… “En el caso que me la tenga que meter en la boca, como debo de actuar”.
Me di cuenta lo directa que era esta chica y ya la venia venir lo que realmente deseaba. Le respondí que debía de tener cuidado con los dientes pues este órgano es de lo más sensible, cuando comiences a besarlo… debes de hacerlo por el capullo. La veo arrodillarse al tiempo que dirigí su cabeza hacia mi entrepierna, comenzando a besar mi glande… mmm, separa sus labios al tiempo que se introduce mi glande dentro de su boca… cerrando sus labios para sacarlo arrastrándolo sus labios (joder, casi me hace correrme). La vi diferente en el momento que la vi ayudarse con su mano derecha al tomar mi tronco por la base, comenzando a tragársela una vez tras otra, mientras yo le animaba y le decía lo bien que lo hacía mientras suspiraba… aaahhh.
Joder con la cabrona… pecaba de inocente y era toda una pendona, como la comía se llevo algo más de cinco minutos… ooohhh, chupando… lamiendo y dándome lametazos mientras me masturbaba… ooohhh… uuuffff. Soltándome esta… “Me quito ahora el pantalón”.
Mire a nuestro alrededor y le respondí… “Esto está muy peligroso, comerme la polla es una cosa pero algo mas es… mmm”.
Moviéndome sobre mis pies descubrí unos arbustos, no sabiendo como estaría por dentro, invite a esta a meternos dentro. Cosa que hizo ella y nada más entrar se quito el pantalón, entrando yo detrás de ella y me quite la camisa, echándola en el suelo y pidiendo a esta que se arrodillara sobre esta. Arrodillada y colocando sus nalgas en pompa, comencé por echar a un lado sus braguitas con una de mis manos al tiempo que con la otra comenzaba a juguetear con su empapado orificio vaginal… mmm, ella suspiraba… ooohhh… uuummm
Introduje uno de mis dedos con cuidado para continuar por el segundo tras habérmelo humedecido en mi boca, pero viendo su cara de dolor continúe con uno de mis dedos… aaahhh. Aparte mi dedo para sustituirlo por mi lengua mientras ella continuaba gimiendo, disfrutando de esa mañana de sexo y aprendiendo como tanto deseaba. Continúe con mis dedos unos minutos siendo ella la que me pidió… “Cuando me vas a penetrar. Quiero saber lo que se siente cuando te la meten, quiero aprender… aaahhh”.
No me hice esperar… no hizo falta que me lo pidiera dos veces, cogí mi polla y me la volví a sacar del interior de mi pantalón, dirigiendo mi glande hacia su virginal orificio. Antes de metérsela le dije… “Te debo de informar que quizás te duela cuando te la introduzca, pues te romperé el himen y dejaras de ser virgen”.
Respondiéndome ella… “Lo sé, pero deseo que seas tú quien me lo rompa y me hagas una mujer. Deseo que sea un hombre maduro (coño, maduro yo con apenas cuarenta años) quien lo haga, no un niñato que busca su propio placer”.
Dicho esto, comencé a presionar con suavidad mi glande sobre su orificio vaginal, soltando ella… aaahhh… aaahhh. Poco a poco mi polla se fue hundiendo dentro de ella hasta introducírsela por completo, dejándola dentro unos segundos y tras dar marcha atrás, no dejando que se salga… ooohhh. Comencé a embestirla con suavidad… mmm, mientras ella gemía y soltaba halagos… aaahhh… aaahhh… ooohhh… ya… aaahhh… ooohhh.
- “No pares por favor, sigue… aaahhh, sigue… uuufff, aaahhh… ooohhh”.
Acaricie sus senos que hacía rato que saque sus senos fuera de su camiseta de tiranta, ella gemía cada vez mas alto, teniéndole que llamar la atención y alertarla ante posibles mirones. Continúe moviéndome… aaahhh, penetrándola y poco a poco fui acelerando la penetración al tiempo que le soltaba algún que otra nalgadas. Ella no dejaba de suplicar entre gemidos, llegando a confesarme lo bueno que estaba siendo y decirme que ya se ha venido dos veces… mmm. Preguntándome… “Tu cuando te vas a correr, deseo sentir lo que es que un hombre se corra dentro”.
Le advertir que nunca desee eso mas por posibles embarazos o enfermedades, pero calmándole a ella que en mi caso ni podría dejarla ya embarazada y menos que coja por mi parte infección alguna. Pidiéndole darse la vuelta, tendiéndose sobre mi camisa me puse encima y comencé nuevamente a penetrarla, intentando incluso introducírselo por su culito. Cosa que el dolor que sentía tuve que abandonar la idea, no por hecho del dolor sino por los gritos que comenzaba a dar.
Acabe por quitarle el tanga finalmente y tras una comida de coñito virginal y un orificio aun más virginal, comencé a penetrarlo este último con mis dedos. Mientras ella no dejaba de masturbarme, sintiendo que pronto me vendría… me incorpore, coloque mi glande en su coñito y comencé a presionar, sintiendo como ella volvía a jadear… aaahhh, mientras mi dedo penetraba su culito hasta que finalmente me corrí… ooohhh. Echando dentro de ella un par de chorros y dejando el resto para introducírselo en su culito, pues me daba morbo usar mi corrida como lubricante… aaahhh.
Descansamos un rato… yo echado y apoyado sobre el árbol y ella recostada sobre mí, recuerdo cuando me fije en mi camisa y vi la mancha de sangre perteneciente a su himen. Ella reía y me intentaba besar, estaba feliz al convertirse en toda una mujer, sentí sus cálidos labios unirse con los míos, mientras me preguntaba…
- “Cuando volveremos a vernos, dándome su número de móvil”.
Pero eso os lo hare saber en otra ocasión, os daré algo de carnaza para haceros una idea, os diré que aunque me cueste reconocerlo… follar en una cama es algo único. Por no decir hacerlo en la bañera o en la ducha, pero bueno eso será en otra ocasión… mmm.
Bueno aquí os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido… espero que no seáis muy crueles conmigo. Mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , lógicamente va todo junto, hasta pronto.