Instituto Privado de Merlo 2

Continua la historia de Emma en el Instituto...

Antes que nada quiero darles las gracias a todos los que me han aconsejado y me  alentaron a seguir con la historia como: Rafael, Lousion, GianCarlo, Jesus tsukishiro, djonas, Psique, 100 al 100, Deivic, toj, loosting, SideShift (gracias por tu critica), elbotiija, y diexsh....y a todos los que han leido el primer capitulo....

Capitulo 2.

Cuando llegamos a mi casa fui directo a la cama. Estaba realmente agotado, mi cabeza era un torbellino de pensamientos y sensaciones. Odiaba tanto a Axel, tanto… no puedo creer que nos besamos. Quería lavarme la boca una y otra vez. Sentía tanto asco y odio…pero, también quería llorar. No quería seguir en ese instituto, me sentía horrible por dentro y por fuera. Sus palabras se repetían una y otra vez en mi mente… -solo lo hice por lastima- No podía creer que existieran personas que tengan tanta maldad, y que el mundo les de todo. Su mirada, tan llena de asco…porque Axel es apuesto, tiene todo lo que cualquiera pudiera pedir, es popular, con dinero… simplemente era perfecto y yo…yo que no quería el mal para nadie, no me considero una mala persona o tal vez me equivoque y si lo sea.

-Por qué yo no puedo ser hermoso?…- suspira entrecerrando los ojos –así todo seria mejor…-

Ya ni sabía que pensar, solo estaba en silencio en mi cama. Mirando a la nada y perdiéndome en el sonido del silencio hasta que me quede perdidamente dormido.

Me desperté con las caricias de mi madre, sus manos rosaban mis mejillas suavemente. Su mirada estaba fija en mí, esperando a que comience a hablar pero no supe que decir.

-¿Cómo estas hijo?- me pregunto tocando mi pecho -Cristian me ha contado lo que paso en la salida del colegio-

-Me siento mejor, solo….-suspire. –Solo fue por los nervios del primer día, lo siento…- tuve que mentirle, no quería preocuparla. Realmente me costaba mucho decirle la verdad y eso me apenaba mucho.

-No seas tonto hijo!!! No te disculpes, yo solo quiero lo mejor para ti…puedes contarme lo que quieras, para eso soy tu madre- me dijo con su tono tan seguro y firme. Amaba tanto a mi madre quisiera tenerla para toda la vida a mi lado.

-Lo sé…te amo má…- le dije mientras nos abrazamos.

-Mañana no iras a clases, quiero que descanses y te recuperes bien- me dijo en su tomo de madre protectora… me beso en la frente y se paró en dirección a la puerta –quieres cenar?-

-no, está bien…buenas noches-

-Buenas noches Emma- me sonrió - descansa hijo…te amo- cerro mi puerta y se fue.

Suspire. Realmente quería contarle todo y de seguro ella le encontraría una solución pero…pero no quería crearle problemas, no ahora…La relación de mis padres estaba atravesando muchas cosas y sus peleas cada vez eran más, sumándole los problemas que estaban teniendo con los restaurantes. Así que preferí no decir nada.

Después de haber pasado el martes en casa, tenía que volver a clases. Era miércoles por la mañana, íbamos en camino con Cristian al Instituto.

-Cristian…yo, te quiero agradecer por lo del lunes- le dije mirando mis manos

-Señorito, es mi trabajo- paro el auto esperando que el semáforo cambie a verde y se dio vuelta para mirarme –aparte lo quiero como el hermano menor que nunca tuve- me mostro su sonrisa más honesta, volvió a mirar hacia a la ruta y arranco el auto.

-Cristian, me alegra mucho que te hayas quedado con mi familia con todo lo que está sucediendo- La economía de mi familia no estaba en sus mejores tiempos y eso afecto al salario de Cristian, pero aun así el prefirió quedarse. -Para mí eres más que un chofer- dije sin poder mirarlo a los ojos… tenía un poco de timidez al hablarle.

-Lo sé, por eso me he quedado y aquí estoy para lo que necesite-

-nunca voy a dejar de agradecértelo- le dije sonriéndole. El solo suspiro y sonrió. Ya habíamos llegado al I.P.M y estaciono el coche frente a la entrada.

-Te tenga un buen día…y no se olvide de su inhalador- me dijo preocupado mirándome a los ojos. –Está en su mochila…lo estaré esperando a la salida-

-Gracias Cristian…adiós.- me baje del coche muy nervioso. No quería estar ahí, realmente quería ser invisible. Cuando estaba en el pasillo, vi que Axel caminaba delante de mí con sus amigos. Se me aguaron los ojos pero me contuve de no llorar. Cerré bien fuertes mis ojos y entre en el primer baño, me moje la cara y trate de serenarme. Suspire y me quede mirando en el espejo, observando mi reflejo… -¿Por qué soy horrible?- pensé…me odiaba a mí mismo, solo quería ser apuesto como todos los demás. -No pido ser perfecto- Volví a mojarme mi rosto y cuando estaba por salir del baño me choque con Leo. Cuando él me reconoció sonrió y me saludo.

-HEEEEY! Emma, como andas?- me pregunto sonriente.

-Ehhh…esto….bien y tu…?- no quería hablar pero no tenía que ser grosero con Leo que siempre se empeña en agradarme por lo cual le estaba agradecido.

-mmm, bueno- me contesto como si no me creyera- yo bien, y…. ¿Por qué faltaste ayer? –

-Es que….no me sentía muy bien, pero ahora estoy mejor- sonreí al decir lo último.

-hm…- Leo me miraba directo a los ojos como si estuviera buscando otra respuesta. –bueno, nos vemos en el salón- se despidió y entro en un cubículo.

Presione mi frente con mis manos tratando de ordenar mi mente. Suspire y apreté fuerte mis parpados cerrando los ojos. Salí de del baño al pasillo, y por suerte no estaba Axel así que camine al aula. -Tengo que ser fuerte, tengo que serlo- me decía a mí mismo una y otra vez. Tal vez si ignoro a Axel las cosas podrían ir mejor.

Cuando entre en el salón, me sorprendieron dos chicas. Eran Evelyn y Carla. Me preguntaron como estaba, y con quien me sentaría y cosas del día. Pude notar que Axel me estaba mirando desde su pupitre pero tenía que ignorarlo. Me senté junto a Leo cuando él entro al salón, cada vez me parecía más agradable y él tenía la capacidad de que mi día se mucho más fluido. Estaba decidido a ser amigo de Leo, siempre lo valore por su calidad de persona. Creo que el mundo estaría mucho mejor con personas como él. Aparte que solo él, era el único que me acepto tal cual yo era.

Luego de una semana de clases empezaron las clases de gimnasia. Estaba junta a todo mi curso en el campo de deporte del instituto. El profesor, no ordeno hacer una serie de ejercicios en grupo de dos. Leo me pidió hacer pareja con migo mientras trotábamos por la pista. Sonó el silbato del profesor y todos nos acercamos a él.

-Chicos! Chicos! Silencio…voy a evaluar la resistencia de todos así que formen sus parejas en filas dobles y al sonar el silbato comienza la serie de resistencia.- el profesor nos ordenó y todos formamos tal como él lo había pedido. La seria consistía en correr cinco vueltas a la pista manteniendo la velocidad junto a tu compañero. Estaba esperando junto a Leo que llegara nuestro turno, mientras era el turno de Axel y su compañero. Cuando sonó el silbato él y su acompañante corrieron con una gran velocidad, sus rostros estaban serios, su ritmo era constante y coordinado. Terminaron las cinco vueltas y no se les notaba el más mínimo cansancio. El profesor los felicito gritando que lo habían hecho en un minuto, cuarenta y tres segundos.  Cuando llego nuestro turno, note la mirada de Axel…solo lo mire por un segundo pero corrí mi mirada al ver que él me observaba. No quería ver su mirada de desprecio. Solo lo ignoraría.

-Listo?- me pregunto Leo, a lo que solo le respondí con una sonrisa.

El profesor sonó su silbato. Y Leo y yo salimos corriendo. Estábamos yendo rápidamente, nuestro ritmo estaba coordinado, estábamos el mismo nivel…solo mirábamos al frente tratando de cumplir con las cinco vueltas. Al terminar con la serie el profesor detuvo su cronometro y grito.

-1´40…!!! Nuevo record, Dalera y Fernández…los felicito- se refirió a nosotros por nuestros apellidos anotando en su lista.

-Muy bien Emma! Me sorprendiste en la pista- me dijo Leo.

-Gracias y tú también lo has hecho muy bien- le dije chocando nuestras manos. Ambos reímos al mismo tiempo. Algunos compañeros nos felicitaron y eso me reconforto mucho, porque antes las clases de gimnasia eran una tortura para mí. Sentía mucha vergüenza de hacer algunos ejercicios y nunca tenia pareja cuando había que juntarse de a grupos y siempre era el último en ser elegido para los deportes. Pero hoy era todo diferente, y estaba agradecido por eso con Leo.

Al terminar la clase teníamos que ir a las duchas. Estaba muy apenado, siempre sentí mucha vergüenza al tener que desvestirme. Preferí retrasarme un poco para esperar que se vicien las duchas. Cuando entre, solo se escuchaban dos regaderas… suspire y me empecé a desvestir rápido antes de que algún de los dos chicos saliera de las duchas. Trate de no hacer mucho ruido y entre en una regadera y antes de abrir la regadera escuche que los chicos hablaban… no me solía interesar las conversaciones ajenas, pero cuando note que estaban hablando de mi decidí prestarle atención por inercia. Por suerte o para mi desgracia no podían verme.

-No puedo creer que Leo y el idiota de Emmanuel nos hayan ganado- dijo uno.

-De Leo no me sorprende…pero de Emmanuel si…ha cambiado mucho- pude darme cuenta de que él que dijo eso era Axel.

-hahahaaaa!!! Jajaja!!!- rio el otro chico que reconocí que era Esteban, el amigo de Axel, que corrió junto a él -¿Qué eres..? Su novio? Que lo defiendes tanto.- le dijo entre risas.

-NO SEAS TAN IDIOTA!- le grito Axel.

-Eh! Que te pasa!- le dijo Esteban- Solo es una broma- se escuchó como si se hubieran empujado.

-Que no soy mariquita como Emmanuel- dijo Axel.

-No seas tarado Axel, solo te estaba jodiendo- le dije Esteban mientras reía. –¿Con que Emmanuel es putito?-

-Si…no sé, ni tampoco me interesa… debe ser- le dijo a Esteban medio nervioso.

-¿Pero…lo dices por algo?-

-NO! No se….solo parece- en ese momento no pude evitar recordar el beso con Axel.

-Mira al putito de Emmanuel…ahora que lo pienso a mí también me lo parece.-

-Vamos…anda, salgamos- dijo Axel.

Al escuchar cuando se fueron abrí el grifo de la ducha. Cerré mis ojos y unas lágrimas se escaparon de mis ojos. –No puedo ser tan estúpido- me dije a mi mismo. No tenía que dejar solo los comentarios me arruinen la vida. Tengo que dejar pasar esas cosas y seguir adelante con mi camino. Pero tenía que admitir que las palabras de las personas lastiman y mucho, por que trate de ignorarlo, llegaban a mis oídos. Termine de ducharme y me envolví con mi toalla tratando de tapar mi desnudes. No podía dejar de pensar en Axel…tenía que aceptar de cuando nos besamos disfrute del beso, aparte cuando él se disculpó lo sentía muy arrepentido…pero nooo! No podía perdonarlo ahora otra vez. Lo odiaba, si lo odiaba demasiado y no podía olvidar todas las cosas que me hizo…

Al salir de la ducha vi que Leo estaba en un banco sentado junto a mi ropa y mi bolso. Automáticamente me puse muy nervioso, porque me avergonzaba mucho mi cuerpo, y Leo al ser tan apuesto me apenaba de mí mismo…

-Al fin sales!!! Te estaba buscando- me dijo con total tranquilidad –Anda vístete…- dijo mirando mi ropa.

-Esto…bueno..- no supe que decir. No me quería sacar la toalla así que me empecé a poner mi ropa interior por debajo de la toalla. Agarre mi bóxer y lo pase por debajo, sentía la mirado de Leo sobre mí, pero yo no podía verlo. Me estaba costando mucho poder subirme el bóxer, estaba muy nervioso. Cuando termine agarre mi remera y rápidamente Leo me saca la toalla.

-Anda! Sácate esto, así lo haces más rápido!- me dijo en un tono divertido. Mi rosto me empezó a picar, y de seguro mi cara estaría rojo de los nervios, y me tape con la remera. No quería que me viera. Al verme así Leo se me quedo mirando.

-Emma….Emma…estas bien?- me dijo Leo con un tono apenado.

-Emma?...-

-Esto…- dije mirando al suelo –Solo…no quiero… que me veas…así-

-Emma…solo…pero…es que..- Leo se quedó pensando. –Tienes vergüenza?- me miro confundido

Yo solo asentí como respuesta, girando sobre mí mismo dándole la espalda.

-Pero…Emma, no tienes porque tenerla…- se hizo un silencio incomodo –Emma…eres hermoso…mírate- sentí como Leo me abrazaba por detrás y cruza sus brazos en mi pecho. Nos quedamos unos segundos en silencio. –Eres muy apuesto…no seas tontuelo, y mírate- me susurro en mi oreja izquierda con la cabeza apoyada en mi hombro. –No entiendo porque lo dices…- me saco mi remera, y fue poniéndomela el mismo lentamente. Luego el me giro y se agacho para ponerme los pantalones. Me pidió que levante un pie y luego el otro y lentamente fue subiendo el pantalón. Yo estaba muy nervioso, a veces detestaba ser tan tímido. Se paró frente a mí y termino de subirme los pantalones. Nos miramos unos segundos hasta que él rompió el silencio.

-Si te vieras…te ves tan tierno…no puedo creer que seas tan tímido…tu rubor…- me dijo tocando mi mejilla. –Está todo bien…anda vamos-

-Gracias Leo…- le dije, y salimos de las duchas. De alguna manera me sentía muy cómodo,  nunca había hecho algo así… nunca quise que alguien me vea semidesnudo… siempre recordaba las risas de los chicos…todos se reían de mi…todos…me apenaba mucho mi cuerpo. Pero hoy fue distinto, fue diferente…y eso me agrado mucho.

-Estas lleno de sorpresas Emma...- yo solo sonreí como un tonto.

-No era necesario que me vistieras- dije en un tono bastante bajo.

-Si lo era…y no te preocupes…tampoco diré nada de esto- me dijo sonriendo.

-Gracias-

-Que no te cansas de agradecer?- Leo Paso su brazo por mis hombros.

-Lo siento…es que…-

-No pidas perdón…EMMA! No seas tonto- lo mire y sonreí por su reacción. –Te acompaño hasta tu casa?-

-mmm, no…está bien, es que vienen a buscarme…pero si quieres me acompañas hasta el estacionamiento del campo de deporte-

-Con mucho gusto! Vamos…-me dijo alegremente.

Durante el camino Leo me contaba sus historias haciéndome reír. Él es un chico que podía hacer reír a todo el mundo, creo que eso lo hace tan popular. Todo el I.P.M lo conocía o al menos sabían quién era Leonardo Fernández. Al llegar al estacionamiento pude ver a Cristian parado junto al coche cruzado de brazos con unos lentes negros de sol que lo hacían verse muy bien.

-Aquel es tu chofer?- me pregunto Leo mirando a Cristian.

-Si…gracias por acompañarme…y gracias por lo de hoy- le dije refiriéndome a lo sucedido en las duchas.

-Aun no lo entiendo…pero te respeto, si quieres hablar con alguien cuenta con migo…y no te olvides que eres apuesto…y que no te tiene que importar lo que los demás digan sobre ti.- me dijo serio mirando a mis ojos.

Yo asentí y nos abrazamos fuertemente. Estaba confundido con Leo, creo que me estaba empezando a gustar…Creo que el destino lo ponía en mi camino cada vez que yo lo necesitaba. Cada vez que me veo afectado por Axel, Leo aparece para hacerme olvidar todo y robarme una sonrisa. Aparte de ser tan apuesto y atractivo, muchas chicas deseaban estar con él y de seguro algún que otro chico.

–Adiós Leo, nos vemos mañana-

-Chau Emma, te cuidas-

Fui caminando hasta el auto, y salude a Cristian. El me saludo y me pregunto por el chico que me estaba acompañando. Le conté que era un amigo del curso y que nos llevábamos muy bien. Cristian no paraba de hacerme preguntas sobre Leo, que  de donde era, que cuantos años tenía, que si era buen alumno…Cristian se estaba preocupando por mí.

-Cristian…él es un buen chico.-

-Señorito, solo trato de protegerlo…no quiero que se aprovechen- me dijo preocupado.

-Confía en mí…- le dije seguro de mis palabras.

-Lo hago… pero no confió en los demás-dijo mientras me entraba en el auto. Arranco el coche. Cristian es tan atento y protector…siempre pensé que la mujer que elija a su lado sería la más feliz del mundo –Quiere que lo lleve a algún lugar?-

-No…gracias, solo vamos a casa-

Cuando el auto paro en el semáforo, me baje y salí para sentarme en el asiento de copiloto junto a Cristian. Cristian al ver que me baje del coche automáticamente se bajó por precaución. Cuando me vio sentarme en el asiento del frente volvió a entrar suspirando.

-Cada día me sorprende más- me dijo confundido –No lo vuelva a hacer, puede pasar cualquier cosa señorito-

-Te he dicho que no me llames así…dime Emma….y lo siento…no volverá a pasar- Cristian sonrió, puso el auto en marcha al escuchar las bocinas de los autos.

-Descuide…nunca podría enojarme con usted- desvió la mirada de la carretera y me sonrió.

Siempre me sentí atraído por Cristian, sus ojos tan incandescentes…su color miel eran tan intensos. Muchas veces pensé en el sexualmente, pero en que se fijaría un joven de 24 años en un chico de 16, sin mencionar que Cristian es heterosexual para mí. Aparte siempre supe que me quiere mucho, pero como si fuera su hermanito menor. Y yo solo, ni siquiera estaba a su nivel.

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Se que no eh mejorado mucho, pero espero hacerlo, muchas gracias a Deivic y a Lousion n_n

Perdon por las faltas ortograficas y la redaccion...espero que les guste. Que tengan un lindo dia, todos los dias :)