Instinto animal

¿Qué sucede cuando un joven licántropo es dominado por sus hormonas y no puede desfogarse con una persona normal? Nuestro amigo Jacob nos dará la respuesta.

Instinto animal.

Parodia de la saga Crepúsculo.

¿Qué sucede cuando un joven licántropo es dominado por sus hormonas y no puede desfogarse con una persona normal? Nuestro amigo Jacob nos dará la respuesta.

Jacob Black se cayó de la cama por tercera vez esa noche.

Maldiciendo por lo bajo para no despertar a su padre, el joven licántropo se levantó y se examinó. Al igual que las noches anteriores, su musculoso cuerpo estaba empapado de sudor. Por debajo de su bóxer slip resaltaba su erecto miembro, que apretaba dolorosamente bajo su calzoncillo.

El licántropo no sabía que hacer. Llevaba días en un estado de excitación que nunca había experimentado. Apenas dormía, lo que impedía que pudiese hacer las guardias con tranquilidad.

Gracias a la telepatía entre los miembros de la manada, sus compañeros sabían del problema y trataban de ayudarle en todo lo que podían. Le aconsejaban restregarse contra almohadas rellenas de plumas, que reventaban a las pocas embestidas del licántropo, masturbarse cada cierto tiempo e incluso algunos le permitían frotar su miembro contra sus cuerpos en su forma lobuna. Pero nada lograba calmar el fuego que recorría el cuerpo de Jake.

El licántropo salió de la casa y echó a correr al interior del bosque para intentar calmar la ansiedad. Tras dar un salto, se transformó en un enorme lobo de color rojizo. Se alejó corriendo hasta llegar a un lejano claro para asegurarse de que ninguno de sus hermanos pudiese oír sus pensamientos. Cuando estuvo completamente seguro de que eso era así, el lobo rojo se apoyó en un árbol con sus patas delanteras y comenzó a frotar su miembro, ahora más grande a causa de la transformación, contra el tronco.

Tan concentrado estaba en tratar de reducir su calentura que tardó en percibir un olor desagradable que conocía muy bien.

__ ¿Tan desesperado estás, chucho?

Jake se apartó del árbol y trató, demasiado tarde, de aparentar normalidad, pues Edward Cullen le observaba desde el otro extremo del claro. Sus ojos dorados brillaban divertidos.

__ ¿Qué quieres, chupasangre? __ gruñó el licántropo.

Obviamente, Edward escuchaba estas palabras gracias a su capacidad de leer la mente.

__Oh, nada.__ respondió el vampiro, al que le resultaba difícil mantener el rostro serio.__ Sólo daba un paseo nocturno cuando me llegó tu espantoso olor y te escuché gemir. Sentí curiosidad y vine a ver lo que ocurría pero ahora ya comprendo que estabas haciendo "eso".

Los ojos lobunos de Jake le observaron furiosos.

__ ¿Has venido a espiarme, pervertido? ¿Te ha gustado?

Mostró a modo de amenaza sus poderosos colmillos.

__ Pues tengo que admitir que ha sido excitante.__ dijo Edward con una sonrisa pícara.

__ ¡No te burles de mí!

El lobo se abalanzó a gran velocidad contra Edward, que lo esquivó gracias a su también elevada velocidad. Jake utilizó sus garras para frenar y volvió a atacar.

__ ¡ Voy a desahogarme dándote una paliza, sanguijuela!

Edward no tuvo tanta suerte esa vez. Fue derribado por el peso del licántropo, que se colocó sobre él y apoyó las patas delanteras sobre el pecho del vampiro. Licántropo y vampiro luchaban rodando en el suelo.

Pero Jake no podía esperarse lo que sucedió a continuación. Al luchar tan cerca el uno del otro, fue inevitable la fricción entre sus zonas íntimas y el miembro del licántropo volvió a emerger del forro de piel que lo cubría.

Avergonzado, el lobo intentó retroceder pero Edward le agarró el falo con las dos manos con tanta fuerza que le retuvo.

__ ¿Qué…qué haces?__ preguntó Jake, alarmado por aquella acción.

Sin responder, Edward se empezó a deslizar por el suelo hasta que su cara estuvo a la altura del miembro del lobo. Ante la mirada insólita de Jake, el vampiro lamió con timidez la punta.

Jake no podía creerse lo que estaba ocurriendo. Él era un licántropo y Edward un vampiro; eran enemigos. Sin embargo, el contraste entre la frialdad y la dureza de las manos de Edward con la calidez de su miembro le resultaba delicioso. Cuando su rival introdujo el miembro en la boca, todo lo que pudo, todas sus preocupaciones desaparecieron y sólo quedó espacio para el placer.

Edward, que se había quitado las zapatillas mientras masajeaba el falo de Jake, deslizaba su lengua por cada centímetro de músculo, desde la punta hasta la base. De vez en cuando, seguía las venas palpitantes con la punta de sus colmillos.

__ ¡Cuidado con los colmillos! __ exclamó Jake cuando notó un dolor agudo en su miembro.

El vampiro le sonrió mientras unos hilillos de sangre resbalaban desde la comisura de su boca. Le miraba como si se tratase de una golosina, lo que hizo pensar a Jake que no había sido un accidente.

Edward rodeó la herida con su boca y empezó a succionar al tiempo que masturbaba la polla del licántropo, que emitía bajos sonidos desde el fondo de la garganta.

Jake estaba confuso. Según le había contado Bella, la mordedura de un vampiro era lo más doloroso que se podía experimentar debido al veneno. Pero él no sentía ningún dolor, sino todo lo contrario. No se resistió y se dejó hacer mientras el vampiro succionaba y masajeaba su miembro.

Finalmente, el joven licántropo sintió que no podía más.

De su miembro empezó a salir un líquido transparente.

__ Edward

Pero el vampiro, adelantándose, dejó la herida y empezó a beber el líquido, escarlata debido a la sangre que dejaba. Aumentó la velocidad a la que le masturbaba hasta que, con un aullido, Jake descargó en su boca. Edward no dudó en beberse el espeso líquido mezclado con la sangre. Cuando hubo terminado, se apartó para lamer el semen que resbalaba de su boca.

__ No me gusta reconocerlo pero…eres muy bueno. __ pensó Jake.__ Debe de ser la experiencia de siglos de práctica.

__ En realidad, esta es la primera vez que hago algo así. He improvisado sobre la marcha.__ dijo Edward, sorprendiendo a Jake con su respuesta. Se rió al ver que el miembro del licántropo seguía duro.__ Parece que quieres más caña.

Pero el lobo rojo le volvió a derribar y colocó una pata sobre la entrepierna del vampiro. Cuando el lobo empezó a deslizar su lengua por la dura piel de Edward, fue el turno del vampiro para sorprenderse.

__ Lobito, ¿qué…?

Un gruñido del licántropo le advirtió que se callara. Su áspera lengua descendió por el abdomen de Edward hasta alcanzar el pantalón, donde sintió la erección. Jake agarró con los colmillos el pantalón y miró a Edward.

__ A mi pesar, voy a devolverte el favor. Que no se diga que los hombres lobo no somos agradecidos.

Y con un fiero movimiento, desgarró el pantalón de arriba abajo. Para su sorpresa, descubrió que no llevaba nada debajo.

__ De modo que lo tenías planeado.

Edward no hizo sino sonreír.

Cuando Jake vio el miembro erguido de su rival, se quedó paralizado. Nunca se la había mamado a un hombre y no sabía que hacer. Lanzó a Edward una mirada nerviosa y pensó:

__ Si él lo ha hecho sobre la marcha, no veo porqué no puedo hacerlo yo también.

Tomando una decisión, Jake empezó a lamer los testículos de Edward. Se sorprendió al sentir que en esa zona la piel no era tan dura como el resto del cuerpo y que desprendía calor. Introdujo uno de los huevos en sus fauces con cuidado para no lastimarle. No es que le importara la salud de Edward, sino que no quería que nadie descubriese lo que estaban haciendo en aquel momento.

Con delicadeza, lamía el testículo con su lengua larga y flexible, moviéndolo todo lo que podía en su boca. Disfrutaba escuchando los gemidos del vampiro provocados por él. Pero lo que más le gustaba era saber que estaba a su merced.

Cuando terminó de excitar los testículos, el licántropo se dirigió al miembro erguido de Edward y comenzó a lamerlo desde la base hasta la punta lenta pero constantemente.

Edward estaba en las nubes. ¿Quién hubiera imaginado que Jake pudiese hacerle sentir semejante placer?

Cuando el joven licántropo consideró que ya había torturado a Edward lo suficiente, devoró todo el miembro, que, aunque no era para nada pequeño, dejaba mucho espacio dentro de la boca del lobo. Utilizando su lengua como mano, Jake jugó con aquel pedazo de carne: lo empujaba contra los carrillos, lo apretaba y rozaba contra el paladar y contra la hilera de dientes. Finalmente, rodeó el falo con su lengua al tiempo que Edward realizaba movimientos coitales. Durante un tiempo permanecieron así, el vampiro penetrando la boca del licántropo y el licántropo masturbando al vampiro con la lengua, hasta que, con una última embestida, Edward derramó su simiente en la boca de Jake. Se tragó todo lo que pudo y utilizó su lengua para limpiar los rastros de semen que quedaban en su boca.

__ Eres muy agradecido, ¿verdad?__ se burló Edward.

__ Sí. Pero no esperes recibir más gratitud por mi parte.

Jake se apartó para dejar a Edward levantarse.

__ ¿Cómo has soportado estar conmigo si no soportas mi olor?__ le preguntó al vampiro.

Edward se acercó a Jake y le susurró al oído:

__ Lo cierto es que no hueles tan mal como pensaba.

Le dio un mordisco cariñoso en la oreja y desapreció corriendo entre los árboles.

Jake le observó completamente anonadado.

__ Tú olor tampoco resulta tan desagradable, chupasangre.__ pensó mientras se preguntaba si le oiría.

Recibió la respuesta cuando escuchó la risa del vampiro a lo lejos.

El licántropo empezó a correr hacia su casa para lavarse y eliminar el olor a vampiro antes de que los demás miembros regresaran y le olieran. Además, tendría que esforzarse en no recordar lo sucedido para que los demás lo supiesen por su telepatía.

Se había metido en dificultades pero debía admitir que había valido la pena.