Insomnio: desahogo

Esto simplemente es algo que quise escribir en forma de desahogarme

11/10/2016

1:00AM

Me levante de la cama, porque después de tanto llorar y leer los escritos de Laura Chimaras, definitivamente entendí que solo necesito escribir, necesito hacerlo porque siento que no saco de alguna manera, toda esta carga emocional que llevo por dentro, pues, moriré de dolor en el pecho, porque eso fue exactamente lo que sentí hace algunos minutos cuando me tire en la cama sin parar de llorar, después de tanto pensarte e imaginar tantas historias imposibles contigo, no pude hacer más que dejar salir el gran dolor que me causa el hecho de saber que no te tengo, ni te tendré jamás, aunque, no sé, han pasado tantas cosas desde la última vez que escribí y quizás esas cosas fueron las que me trajeron nuevamente a este papel, para desahogarme, entre tintas y unas líneas. Es absurdo ¿sabes? Anhelarte de la manera más profunda, saber que estas tan cerca y a la vez tan lejos de mí, escomo caminar en un laberinto sin salida.

Ella me dejo, si, era de esperarse, como siempre… Las personas terminan aburriéndose de mí, no soy interesante, ni fascinante para nadie, ni mucho menos tan importante como para despertar en alguien las ganas de no dejarme ir, ¿Quién podría enamorarse de mí? Soy un alma vieja enjaulada en un cuerpo joven, me considero atractiva, no porque lo diga, si no, por las miradas lujuriosas que despierto a donde quiera que voy, cosa que solo me sirve para sentirme bien conmigo misma, porque no sé si al menos llamo tu atención, con algún atuendo, lengins apretados y camisas ajustadas a mi abdomen. No sé si alguna de mis fortuitas miradas logra hacerte sentir un tanto nerviosa, pero me encantaría que así fuera…

Me dejo la mejor amante que he tenido en toda mi vida y al quedar completamente soltera, me intereso aún más, el hecho de saber que estas soltera, hace algunos meses aun estando con ella, de alguna forma esas ilusiones que creí muertas, aparecieron nuevamente dentro de mi ser y yo inconscientemente o con mucha y absoluta conciencia, intente acercarme a ti una vez más.

No te voy a decir que no me dolió el hecho de que ella me dejara, por supuesto que me hirió y es que ¿Cómo evitarlo? Si en cada momento pasional me brindo tanto placer y un conjunto de sentimientos hermosos que muy fácilmente me podrían haber enamorado, nuestra compenetración era perfecta, sabía exactamente lo que quería y como lo quería, nunca había compenetrado de esa manera con nadie y es que el estar con ella en la cama, en la ducha, en el mesón de la cocina, el mueble de la sala y la mayoría de esas paredes blancas del apartamento, simplemente me llenaron de gozo, dicha y placer.

Es incalculable el gran placer que llegue a sentir con cada roce de su piel suave, cada beso, cada caricia, cada movimiento, cada embestida y cada momento era como un ritual pasional. No voy a negar que estar con ella era un éxtasis del que me volví adicta, despertar a su lado cada fin de semana, trasnocharme entre semana solo por el simple maravilloso placer de hacerla gemir con mis besos, mi tacto, mis movimientos y excitación.

No voy a negarte el gran placer que me causaba el hacerla mía  y que dejase que le hiciera lo que yo deseaba, eso simplemente me volvía loca de placer, tanto, que no tengo idea de la cantidad de orgasmos que tuve mientras la veía retorcerse de placer mientras la hacía a mi antojo y es que precisamente fue esa versatilidad lo que me volvió adicta a su piel, sus besos y al observarla en la madrugada mientras dormía plácidamente entre mis brazos y no lo niego… la extraño, la quiero, llegue a quererla, así con sus ocurrencias, frialdad en ocasiones, carácter rígido y actitud desinteresada y es que lo dejamos bien claro desde un principio, estaríamos por un tiempo indeterminado, nada duradero, no comprometedor, nuestra relación era un tanto difícil de explicar pero fácil de vivir, no éramos pareja aunque pasábamos más cosas de las que pasan las parejas, nunca usamos etiquetas a pesar de que sus amigas y mis amigos así lo tomaran, la verdad jamás me sentí presionada, ni completamente libre, la respete mientras la tuve, no estuve con nadie más y no solo por respeto hacia ella, sino además, porque sencillamente ella me hacía sentir satisfecha, no soy persona de nadar con dos ni tres, ni más personas, soy mujer de una y nada más. La verdad nunca desee estar con nadie más a excepto tú y pues, obviamente, estaba y estoy aún muy lejos de lograrlo.

Muy a pesar de mis pensamientos, jamás le falle, ni la traicione, le guarde fidelidad a la relación un poco extraña y relajada que llevábamos y es que el primer día que nos vimos terminamos en la cama, cosa que jamás había hecho con nadie y no lo niego, nuestro deseo era insaciable, es por ello, que busco un sitio abierto para decirme (ADIOS) porque sé que me desea tanto como yo a ella y no lo niego, trato de no recordar nuestros encuentros porque no quiero terminar masturbándome, pero con ella no solo fue sexo, pasaron muchas cosas significativas, las cuales fueron un incentivo para quererla… sus detalles muy a su manera y sus momentos foráneos de ternura, caricias y besos que de alguna manera me hicieron suspirar, pero como ya sabes, lo nuestro no era duradero, era algo pasajero y aunque me dolió y me duele dejarla ir, sabía que debía hacerlo, porque ella no es para mí ni yo soy para ella, somos tan diferentes,,, como el agua y el aceite, ella es liberal, independiente, ruda y nómada, yo en cambio, soy una poeta, una romántica empedernida, ama de casa y un alma solitaria que busca compañía y estabilidad y como me lo dijo aquel sábado “tú y yo sabíamos que esto no iba a ninguna parte , y tenía razón…  La quiero, la deseo con locura, pero mi corazón te pertenece y te espera sin importar quién te haya besado en mi ausencia, porque eres tu amada mía lo que mi alma anhela…

Ahora estoy un poco más cerca de ti, me hablas, te ríes de mis ocurrencias, aceptaste mi invitación a salir y no lo sé… quizás con un poco de suerte, logre ganarme tu amor, si de algo he de morir no será por falta de esperanzas, aunque la razón me diga y me grite que seguirás tu camino muy lejos de mí y yo deambularé como un alma solitaria sin amor ni compañía hasta el final de mis días...