Insasiable Hijastra 5 - Vacaciones sexuales

Erica tiene 18 años y su padrastro Bill la sorprende con unas vacaciones en una cabaña en el bosque, donde ellos pueden tener todo el sexo salvaje y loco que ellos quieran, sin nadie que interfiera. Y donde Bill puede enseñarle a Erica mucho más sobre el sexo.

5ta y última parte de Insasiable Hijasta - Vacaciones sexuales con mi padrastro de Belle Hart... pueden entrar la 1ra parte como A mi padrastro le gusta mirar publicado por juanita


PRIMERA PARTE

Me gradué de la escuela secundaria hace unos días. Parece que mi ex novio Blake no le ha dicho a nadie que me sorprendió teniendo sexo con mi padrastro. Aunque su hermana, mi mejor amiga, no me ha hablado desde la ruptura. Tengo miedo de preguntar por qué.

No es como si mi padrastro, Bill o yo estemos haciendo algo malo. Tengo más de 18 años. Es mi elección. Pero sé que para otras personas no se ve de esa manera. Estoy tan aliviada de que la escuela haya terminado, ya no tendré que estar paranoica más.

Ahora mismo estoy tumbada en la cama de mi padrastro. He empezado a dormir en su habitación. Es sábado por la mañana. Estoy acostada sobre mi estómago de espaldas a él. Está pasando los dedos suavemente por mi espalda, corriendo a través de mi largo y oscuro cabello rubio. Los dos estamos desnudos.

—¿Estas despierta, Erica? —Bill pregunta en voz baja.

—Mmm.

—¿Quieres desayunar? —pregunta.

—Mm.hmm, —le digo perezosamente.

—Nos vemos abajo, en unos momentos. Hare panqueques.

—Rico, —le digo, —son mis favoritos.

Él se ríe. Entonces se inclina y me besa entre los omoplatos. Yo sonrío. Él sale de la cama, toma una bata y sale de la habitación.

Finalmente salgo de la cama y me pongo de nuevo mi pijama, pantalones color rosa y una camiseta corta color blanco que muestra mis enormes pechos. Tengo un cuerpo atlético, aunque ahora que ya no voy a ser porrista, voy a tener que encontrar otra manera de mantenerme en forma.

Me dirijo a la escalera y sigo el olor de los panqueques. Bill está de pie junto al sartén en su bata azul. Él es muy guapo para un hombre de 50 años. Con magros músculos por el yoga, pelo color marrón, ojos cafés. Se vuelve y me sonríe, mientras entro a la habitación.

—¿Dormiste bien? —pregunta.

—Mm. Hmmm

—Tengo una sorpresa para ti, —dice alegremente. —Planeé unas vacaciones para nosotros. Lejos de este lugar, donde nadie nos conoce y que no tienes por qué estar paranoica. ¿Qué te parece?

—Suena muy bien, —le digo mientras mastico un recién hecho panqueque. —¿Dónde?

—Alquilé una cabaña en el lago Holu.

—Me encanta ese lugar.

—A mí también, —dice. Sonríe, luego se vuelve para voltear los panqueques.

SEGUNDA PARTE

Cargo una maleta por las escaleras de madera de la cabaña que Bill ha alquilado. Está en medio de un denso bosque, con un camino de terracería que conduce hasta ella. Apenas podemos ver el lago desde aquí, pero es sólo un corto paseo por el camino de tierra. Hay otras cabañas en la zona, pero están lo suficientemente lejos para no poderlas ver, ni oír a ninguna otra persona.

Bill me sigue por las escaleras con su segunda carga de equipaje. Tuvimos que traer nuestra propia comida también. Tenemos electricidad y una cocina. Me encanta venir aquí. Se trata de una cabaña real, construida con troncos enteros de madera. Es acogedora.

Después de que nos instalamos, empezamos a cocinar algo para la cena. Fue un largo viaje en coche. Prácticamente nos tomó todo el día. Los dos estamos cansados de estar sentados.

Lo miro a través de la pequeña mesa de la cocina mientras como mi comida. Él me mira y me sonríe de vez en cuando. La última vez que vine aquí, obviamente, no estábamos teniendo relaciones sexuales juntos. Esto es muy diferente. Estoy esperando que él haga el primer movimiento hacia mí. Terminamos nuestra cena y después lavamos los platos. Tenemos que hacerlo a mano. No hay lavavajillas. Eso es un fastidio, pero solo estaremos aquí por una semana.  Él lava los platos y yo los enjuago y seco. Cuando hemos terminado, no lo puedo soportar más. Si él no hace un movimiento hacia mí, voy a tener que hacer algo.

Cuelgo el paño de cocina cuidadosamente en el toallero, y luego me dirijo hacia él.

—¿Bill?

Se vuelve a mirarme.

—¿Si?

Me quito la camiseta y la dejo caer al suelo. Ahora parece interesado. Me quito las sandalias mientras desabrocho mi sujetador y me lo quito. Mis grandes senos rebotan libres y dejo caer el sostén al suelo también.

De repente me toma y me jala hacia él para un beso apasionado. Siento que mi coño se moja. Él me acaricia y frota mis pechos mientras me besa. Yo desabrocho sus pantalones mientras él me acaricia.

Él se quita su camiseta y saca sus pantalones con los calzoncillos y sandalias. Su polla ya esta dura y esperándome. Yo estoy usando solamente pantalones cortos y bragas. Con calma camino hacia él y lo llevo al dormitorio en la parte trasera de la cabaña. Tiene una gran  y bonita cama. Él me sigue con entusiasmo.

Me acuesto en la cama y pongo mis brazos sobre mi cabeza. Él rápidamente agarra mis pantalones cortos y los jala con mis bragas. Siento una oleada de deseo. Él mete sus dedos en mi coño. Ya estoy mojada para él. Saca sus dedos y chupa mis jugos de ellos. Yo me quejo. Abro más mis piernas para él.

Él se acuesta encima de mí y me besa con avidez. Paso mis dedos por su espalda y agarro los músculos de su espalda con mis manos. Estoy ansiosa por empezar el sexo.

Voy hacia abajo y alcanzo su polla con mi mano. Él gime. Lo acaricio. Él se estremece. Entonces con cuidado pongo mis dedos alrededor de él, y lo jalo hacia mi coño. Él me lo permite. Una vez que su polla está en mi apertura, él entra dentro de mí. Yo gimo de placer.

—Oh, Jodeme, papi, —le digo con pasión. Él se queja mientras comienza a empujar dentro de mí. Toma mis rodillas y las levanta hasta sus hombros, por lo que entra en mi coño con más fuerza. Cada embestida es más y más fuerte.

—¡Uf! —grito mientras entra en mi. Estoy tan caliente. Me siento como una puta porque esto me gusta tanto.

Él aprieta dentro y fuera de mí, respirando rápidamente. Me mira fijamente a los ojos mientras me folla. Apenas puedo mantener mis ojos abiertos. Hace tanto calor. Pero siento un escalofrió de placer ir a través de mi mientras lo miro, veo como su rostro se trasfigura mientras él trabaja su polla dentro y fuera de mi una y otra vez. Estoy segura que mi cara está haciendo lo mismo.

De repente oímos un golpe en la puerta de la cabaña. No hay manera de que nos detengamos ahora. Él toma su ritmo y comienza a follarme más fuerte. Yo gimo y me quejo mientras lo miro a los ojos. Tiene los brazos a cada lado de mí en la cama, se levanta por encima, haciendo que mis rodillas vayan hacia atrás, haciéndome estar un poco incomoda. Está jadeando y gimiendo mientras me mira. Me besa apasionadamente mientras continua fallándome fuerte. Apenas puedo respirar, pero me enredo con su lengua mientras su polla me llena una y otra vez.

—oh, cielos…—dejo de besarlo y gimo. —Mierda…—mi orgasmo se está acumulando con fuerza. Siento como si fuera a explotar. —Oh, cielos, Bill, —grito mientras lo miro a los ojos.

El placer es como un estruendo que me atraviesa mientras gimo.

—¡UUGGGHHH! —se siente tan bien que casi duele. Él sigue follándome. Otro orgasmo atraviesa mi coño. —¡UGGGHHHH! —podría morir de placer.

Él entra duro y profundo unas cuantas veces más, luego gime en voz alta mientras dispara su semen en mi coño. Se queja por un largo tiempo.

Cuando recupero mi aliento le digo.

—¿Quién estaría en la puerta?

—Sera mejor que vaya a ver, —dice. Sale de mí y toma sus ropas y se las pone. Oigo como va hacia la cocina, y abre silenciosamente la puerta de atrás, la cierra y vuelve a la habitación.

—Paquete de bienvenida, —me dice mientras agita un paquete de folletos.

Yo me río.

Lanza el paquete sobre una mesa y se quita la ropa. Se sube de nuevo a la cama conmigo. Me doy cuenta que hicimos el amor sobre la colcha afelpada de color marrón oscuro, pero ahora, jala de las cobijas y entro lentamente bajo ellas. Entonces él baja las cobijas para exponerme. Levanto mi ceja.  Entonces me giro sobre mi estómago, veamos que puede hacer con eso.

Él gruñe. Luego se acuesta encima de mí. Yo gimo de placer. Me encanta tocarlo, sentirlo sobre mi espalda, nalgas y piernas. Él lleva sus manos hacia abajo para acariciar mis pechos. Levanto mi torso un poco para que pueda tener un mejor agarre. Descanso sobre  los codos. Comienza a masajear mis pechos. Siento la humedad y el deseo que comienzan a inundarme de nuevo.

Luego se mueve hasta llegar a la parte delantera de mi cuerpo, se detiene en la parte superior de mi vello púbico. Comienza a presionar el área justo por encima de mi triangulo velludo.  Me pregunto qué es lo que está haciendo, pero no necesito mucho tiempo para averiguarlo. Siento como el placer me atraviesa mientras él presiona y masajea ese lugar.  ¿Cómo puede algo sentirse tan bien en el exterior de mi cuerpo?

Él sigue presionando mientras mi coño se inunda con la humedad, un profundo placer está empezando construirse en mí. Él todavía me esta masajeando los pechos con la otra mano. Empiezo a jadear y a gemir. ¿Cómo es esto posible? Me aprieta y me quejo en voz alta. Él trabaja con un ritmo constante y fuerte, me siento como si estuviera a punto de estallar de placer. Empiezo a gruñir como los animales cuando el placer me golpea en un lugar profundo. Ni siquiera puedo hablar.

Él sigue masajeándome y siento que me mareo. Arqueo la espalda hacia arriba, hacia él mientras jadeo sin control.

—¡Uh!... ¡Uh!... ¡Uh! —le grito cuando un dolor maravilloso se construye y crece. —¡UGGGHHHHH! —grito, cuando el éxtasis estalla dentro de mí. Me duele cuando surge a través de mi coño y al resto de mí. Estoy asombrada. Me acomodo en la cama para descansar mis músculos. Siento como un hormigueo de placer me inunda por todas partes. ¿Cómo hizo eso?

Mientras estoy allí, lo siento abrir mis piernas con las manos. No puedo tomar mucho más. Siento su dura polla deslizarse en mi coño con fuerza. Gimo. Se empuja más profundo y me estremezco. Él empieza a empujar su polla dentro y fuera de mí mientras estoy acostada boca abajo sobre la cama. Se siente maravilloso. Yo me quejo perezosamente.

Me folla en esta posición por un tiempo, empujando y saliendo a un ritmo constante. Siento el placer empezar a tararear dentro de mí, de las paredes de mi coño.  El éxtasis me amenaza con tragarme entera. Él esta jadeando y gruñendo mientras se empuja a si mismo más profundo en mi coño. Mi corazón se acelera. Estoy tan excitada. Levanto mi cabeza para arquear la espalda. Sus manos están al lado de mis hombros, sosteniendo su cuerpo lejos del mío.

Empiezo a jadear y gemir rítmicamente, con sus embestidas. Él gime en tiempo con ellos. Empieza a golpear con más fuerza dentro de mí, y yo grito de placer. Me está llevando a un orgasmo fuera de mí. Grito de nuevo cuando el orgasmo, finalmente, estalla y me libera, corriendo un placer intenso a través de mis músculos.

—¡UGGHHH!, —grita mientras dispara una carga enorme de semen dentro de mí. Más de lo habitual. Me deja descansando de nuevo en la cama y se acuesta encima de mí, estamos resbaladizos por el sudor.

—Oh, Erica, —gime mientras rueda a un lado de mi. Me da vuelta para que pueda verme los pechos de nuevo. Comienza a jugar con ellos mientras me lleva a su lado. Luego entierra su cara entre ellos, los lame, besa y empieza a chuparlos.

—Ohhh, Bill…—me quejo mientras juega con mis tetas. Paso los dedos por su cabello. Él besa el camino de mi cuerpo. Chupa mi ombligo. Besa de manera seductora mi coño. No sé si podré soportar más placer. Pero lo quiero, quiero más.

Él besa mi coño y chupa los pliegues de mi piel. Su lengua es como un dardo en mi coño mientras prueba mi sabor. Siento su cálida lengua arremolinarse en mi interior y me pongo a jadear y gemir de nuevo. Él se mueve hacia arriba y chupa mi clítoris, me siento en el cielo. Paso los dedos por sus cabellos mientras él me come.

Me chupa con avidez y profundamente. Él danza y arremete alrededor de mi clítoris con su lengua y labios. Gimo rítmicamente, jadeando también. Él me está chupando fuerte, entrando con su lengua profundamente en mi otra vez. Se me va la respiración. Agarra mis nalgas en sus manos y me eleva hacia él.

Me siento mareada. Empiezo a arquear mi espalda en la cama, gimiendo cuando siento como el dolor placer comienza a elevarse. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras siento como el dolor del éxtasis se hincha y estalla sobre mí.

—¡UGGHHHHH! —yo me quejo mientras surge a través de mi coño. Me pongo a llorar. El sube por mi cuerpo y me besa. Puedo saborear mis jugos en su boca.

—Shhh, —me dice suavemente. Besa mis mejillas. Dejo de llorar. —Shhh, —dice, besándome profundamente otra vez. —¿Quieres más?, —él me susurra al oído,  y luego me besa allí.

No siento nada, pero deseo que nuestros cuerpos estén cerca. Piel sobre piel, calor, sudor. No puedo dejar de querer más.

—¿Estás satisfecha?, —me pregunta  mientras besa mi oreja un  poco más. —¿O quieres mas? —él me mira a los ojos, luego se mueve a mi otro oído y lo besa. Mientras envuelvo mis brazos a su alrededor. Deja de besar mi oído por un momento. —Di las palabras, Erica, —él me susurra.

—Si, —le digo, mi voz esta temblando. —Quiero más.

Él se inclina y me besa profundamente otra vez. Apasionadamente. Luego se aleja y se sienta y me jala.  Me pone en posición, boca abajo sobre mis rodillas, con mi culo al aire, mi cabeza y mis brazos sobre la cama. Me estremezco con la anticipación.

Desliza sus dedos en mi resbaladizo coño, me quejo. Luego desliza su dedo pulgar sobre mi ano. Se siente raro, pero bueno también. Empieza a frotar y masajearme con sus dedos, presionando mi carne entre ellos. Yo me quejo en voz alta. Se siente increíble. Él encontró otro lugar de profundo placer. Siento el placer empezar a construirse rápidamente. Estoy jadeado y gimiendo mientras me roza.

—¡UH! ¡Oh cielos! —digo mientras el placer comienza a aumentar. Él me acaricia el culo con su mano libre. Frotando mi coño y el ano de forma rápida y furiosa, realmente amasando ese punto.

—¡Uh! ¡Oh! ¡Oh! ¡Uh! —gruño en voz alta mientras me folla. Es increíble. ¿Cómo sabe todo esto? Siento como el placer me está llenando. —¡UGGHHH! —gruño más, mientras se acerca. —¡UGGHHH! —Gimo fuerte mientras estalla el duro placer dentro de mí, desde el punto que esta frotando.

—¡Oh, cielos…!—me quejo, mientras el placer disminuye lentamente. Todavía estoy débil, por el placer, cuando él me levanta y me sienta en el extremo de la cama. Mi culo aun está al borde y mis pies ahora están en el piso. Todavía estoy respirando con dificultad mientras se arrodilla delante de mí. Su polla esta dura.

Me agarro a sus hombros mientras lo miro a los ojos. Se arrodilla junto a mí y guía su polla dentro de  mi coño rápidamente con la mano. Jadeo y tiemblo mientras entra en mí. Estoy muy sensible por follar. Él pone sus manos sobre mis mejillas y me jala para un profundo beso. Yo muevo mi lengua en un baile con la suya y empieza a empujar dentro de mí a medida que nos besamos. Luego se separa de mí y lleva a mi cuerpo a un abrazo. Él sigue moviendo sus caderas hacia atrás y hacia adelante mientras entra y sale de mí.

—Oh, cielos, Erica, —me dice, sin aliento, mientras me folla. Empieza a frotar mi espalda y yo gimo de placer.

Es como si mi cuerpo necesitara todas estas cosas que yo ni siquiera sabía que necesitaba y él me las estuviera dando. Me siento muy bien ahora mismo.

Se mantiene follándome y me sostiene cerca, mi corazón late con fuerza. Esto es tan emocionante. Mi coño esta adolorido, pero está a punto de explotar de placer de nuevo. Su dura polla continúa masajeando mi coño.

—Erica, —jadea. Pone sus manos en mi cintura  y me alejo para que me mire a los ojo mientras su polla esta dentro de mí. Sé que tengo la misma mirada abrumada por el sexo, igual a la que él tiene. Tengo los brazos alrededor de él. Yo me quejo y hago una mueca de dolor, trato de enfocar mis ojos en él.

Está golpeando duro mi coño, en ese lugar profundo, conduciendo su polla dentro de mí una y otra vez. Siento como el placer comienza a aumentar. Me quejo por el éxtasis. Me está follando duro.

El placer ruge y explota duro dentro de mí.

—¡UGGGHHHH! —cierro los ojos, mientras se apodera de mi cuerpo, el éxtasis pulsando desde las profundidades de mi coño hasta el resto de mi. Me echo a llorar de nuevo. Abro los ojos para ver las lágrimas corriendo por mi rostro mientras me folla frenéticamente. Él me mira a los ojos hasta que ya no lo veo más.

—¡UGGGHHHH! —gime mientras cierra los ojos y dispara su esperma caliente en mi coño. Él esta respirando con dificultad mientras deja de follarme y me jala cerca otra vez y me sostiene apretada.

Nos abrazamos fuertemente y me acaricia la espalda, pasando sus dedos por mi largo pelo.

—¿Por cuánto tiempo más crees  que  me amarás?, —me pregunta en voz baja mientras acaricia mi pelo.

—Por siempre, —le digo. Mis brazos están bien apretados a su alrededor. —¿Y tú?

—Por siempre, —me dice. —Pero no puedo proponerte matrimonio en este momento.

Yo me quejo, decepcionada.

—¿Vas a esperar?

—Sí, —dice en voz baja. —Pero  puedo justificarlo. Tú sigues siendo muy joven. —Siento mi puchero. Probablemente sea bueno que no me vea. Entiendo su punto. —Pero en dos o tres años, si todavía quieres estar conmigo, te propongo que continuemos.

—¿En serio? —le digo con alegría. Yo pongo mi cabeza sobre su hombro.

—Si, —se ríe de mi felicidad. —Pero tienes que prometerme que iras a  la universidad.

—¿Hay  mas condiciones?

—No, es algo que yo quiero para ti. ¿De acuerdo?

—Está bien, —le digo. De todos modos, no es que yo fuera a ir a una universidad muy lejos. Realmente me habían aceptado en pocos lugares.

—Probablemente, deberíamos mantener nuestra relación en secreto por ahora, —me dice muy serio. —La gente no lo entendería.

—Estoy de acuerdo, —le digo.  Me alejo de su abrazo para poder darle un beso. —Te amo, —le digo.

—Te amo demasiado, —dice con una sonrisa. Me pone sobre mis pies. Yo aun estoy inestable. Me lleva a la ventana que ocupa una de las paredes de la cabaña, las cortinas están abiertas. Hay una hermosa vista de una cordillera, débilmente iluminada por la luna llena en el cielo.

—Wow—digo.

Él está detrás y pone sus brazos alrededor de mí.  Mueve sus manos de arriba y abajo sobre la parte delantera de mi cuerpo desnudo, acariciando mis grandes pechos, pasando sus manos encima de mi estómago. Luego empieza a chupar mi cuello. Gimo. Siento que me vuelvo a humedecer, pero no puede ser después de joder tanto.

—Mi coño esta adolorido, —le digo en voz baja.

—Está bien, —me susurra al oído. —Te puedo joderte por el culo si eso te parece bien. — Siento una oleada de calor, mientras él lo dice.

—Si, papi, —le susurro. —Folla mi culo.

Mi corazón empieza a latir más rápido mientras desliza su mano por la parte delantera de mi cuerpo y llega hasta muy dentro de mi coño. Cubre su mano con nuestros jugos y la saca de nuevo. Yo miro mientras va hacia atrás para ver como lo extiende sobre su polla, la cual esta dura de nuevo.

Yo me quejo por la espera. Él me inclina ligeramente hacia adelante. Pone mis manos sobre el alfeizar de la ventana. Esperando que nadie pueda vernos en la oscuridad. Separa mis nalgas con su mano y trabaja cuidadosamente su polla en mi culo.

—Mmmm, —me quejo. Luego, sus manos se mueven hacia mis grandes tetas y comienza a masajearlas. Empieza a empujar lentamente dentro y fuera de mi culo. Gimo. Lleva sus manos hacia mi culo, siento como me aprieta mientras la mete.

—Oh, cielos…—me quejo. Él trabaja más rápido, hasta llegar a un ritmo rápido, que mece nuestros cuerpos juntos. Me falta la respiración mientras se sumerge dentro y fuera de mi apretado culo. Yo siento el dolor placer, que empieza a construirse mientras me folla. Está respirando con dificultad en mi oído. Estoy jadeando también.

Me quedo mirando las hermosas montañas mientras me folla, pensando en que me gustaría quedarme aquí para siempre. Eso me enciende más.

—Oh, papi…—gimo. —Fóllame más duro…—Él comienza a sumergirse en mi más fuerte. Más duro, pero el placer es intenso. Apenas y puedo hablar. — Oh, cielos…

Estamos jadeando y gimiendo mientras me folla duro. El placer se está construyendo a nuestro alrededor como un maremoto. Estamos gimiendo y gruñendo más fuerte ahora. Es una buena cosa que no tengamos vecinos.

—¡UF! —me quejo casi en ese lugar. Entonces siento la rabia del placer en explosión. Se dispara el éxtasis duro a través de mi culo y coño. —¡UGGGHHH! —grito, mientras él sigue golpeando mi culo. Otra sacudida aguda de los brotes de placer a través de mí. —¡UGGGHHH!

Él empieza a jadear mas fuerte mientras me folla duro por unos cuantos empujones más, luego gime en voz alta cuando una enorme carga de semen brota de él, llenando mi culo.

—¡UGGGHHH!

—Oh, mierda, —me dice, jadeando, manteniendo cerca mi cuerpo. —Mierda…

—Te amo, papi, —le digo sin aliento.

—Te amo demasiado, cariño, —me dice en voz baja al oído. A continuación, besa hambrientamente mi oído.  Es difícil mantener la calma a estas alturas.

Deja que su polla salga de mi ano y sigue abrazándome fuerte mientras nuestra respiración se estabiliza. No afloja su agarre sobre mí. Y no quiero que lo haga. Alzo mis manos por encima de su cabeza, y paso mis dedos por su pelo.

Entonces muevo mis brazos hacia abajo para ponerlas sobre las suyas, sobre mis tetas. Miramos hacia las montañas que tenemos enfrente de nosotros, manteniéndonos apretados. Vuelvo la cabeza hacia un lado para darle un beso,  mientras él me besa la espalda.