Inquieta por naturaleza

Siempre que se presente la oportunidad hay que aprovecharla y gozarla... hay quienes dicen que el fin juztifica los medios... y vaya que es cierto!!

INQUIETA POR NATURALEZA

Siempre que se presente la oportunidad de gozar hay que aprovechar. A mis 19 años me considero una chica muy ardiente, soy delgada, tengo unos senos muy bien dotados y unas pompis que ni para que describirlas. Mi cabello es negro, soy de piel clara así que por obvias razones tiendo a llamar mucho la atención por donde quiera que voy.

Desde mis 15 años empecé mi vida sexual y aunque al principio no fue muy agradable con el paso de los años me he vuelto toda una chica digna de ser calificada como muy caliente.

Mi historia comienza hace cuatro años, aun era muy niña pero en mí ya se despertaba esa pasión incontrolable por la cual me ha llevado a vivir una serie de situaciones que poco a poco les iré relatando.

Mi novio (Carlos como le vamos a llamar) en ese tiempo aunque muy intenso y poco atractivo era todo un experto del sexo, y aunque por casi cuatro años me contuve de estar con otros pues ya era hora de cambiar de chico, aun que no puedo decir que me arrepiento de algo.

Solíamos ir de rumba casi todos los fines de semana con nuestros amigos, ya era algo que se nos había vuelto costumbre. En una noche de esas salimos solo el y yo; tomamos mucho y el en especial tomo demasiado. De la discoteca fuimos a un motel donde casi siempre íbamos a nuestros encuentros de pasión. Pero esa noche tubo algo mas de especial porque yo ya había notado que el tipo que nos atendía siempre que llegábamos para pedir la suite era el mismo de hace cuatro noches. Siempre se dirigía a mi con una mirada muy tentadora tal vez eso era lo que mas me gustaba de el. Con cada visita que hacíamos a ese motel ya me interesaba cada vez más por aquel tipo y su mirada insistente.

Esa noche llegamos ardiendo en deseo, apenas me dio tiempo de cerrar la puerta de la habitación y Carlos se me mando encima dándome besos muy apasionados, yo diría muy fuertes por que tal era la pasión y excitación que sentí como lastimaba mis labios cada vez que me besaba. Yo lo complací en todo lo que me pidió esa noche. Luego de que terminamos se quedo dormido, yo aproveche para darme una ducha y pedir algo de tomar. Debo reconocer que me dejo exhausta. Apenas me dio tiempo de secarme cuando tocaron a la puerta de la habitación, Carlos estaba profundo, yo decidí abrir y hay estaba una vez mas ese tipo que me traía loca hace varias noches.

Yo no pude disimular mi excitación cuando lo vi frente a mí. Tenía muchas ganas de hacerle de todo y parecía que esta era mi oportunidad de oro para matarlas. Recibí la bebida que le pedí y al intentar dármela en la mano sentí como acaricio la mía y ya no pude más.

Me lance sobre el besándolo con una pasión desbordante por su boca y su cuello, y el no puso resistencia alguna, así que me llevo al cuarto de junto. Su lengua recorrió cada centímetro de mi cuerpo, yo estaba ardiendo.

Se dirigió lentamente a mi clítoris y empezó a juguetear con el provocándome el primer orgasmo. Se impregno en mis jugos y los saboreaba, eso me excitaba aun más. Succionaba mis pezones hasta que parecía que iban a estallar de lo duros y firmes que estaban, me puse sobre el, bese todo su abdomen fui descendiendo hasta llegar a su pene, lo saboreé de tal forma que su cuerpo se estremeció por el placer que en ese momento sentía no se cuanto tiempo estuve comiéndolo deliciosamente.

Nos miramos fijamente y con mucha sutileza empezó a introducir su grande y duro miembro dentro de mí, gemí como una putita. Me penetraba una y otra vez, cada vez mas fuerte y mas rápido no se cuantos orgasmos tuve, estaba completamente extasiada de placer. Pasarían unos minutos mas cuando intento sacar su pene y no se lo permití así que sentí como sus jugos se derramaban dentro de mí, hay fue mi último orgasmo. Acabamos sonriéndonos pero sin decir ni una sola palabra.

Me beso por última vez y se levanto, me ayudo a vestirme y a volver a la habitación donde estaba Carlos aun dormido. Su mirada no la olvido como tampoco olvido su piel rozando con la mía hasta llegar al máximo.