Inolvidable – Una guerra deliciosa

Ardiente relato de como un evento desagradable se puede convertir en la mas excitante experiencia sexual.

Inolvidable – Una guerra deliciosa

Era viernes en la ciudad, luego de una jornada agotadora me dirigía a mi departamento a las afueras de la ciudad. Una sensación extraña me seguía luego de revisar mi correo electrónico y encontrar un mensaje anónimo que decía : " El universo es tuyo… disfruta el placer de vivir". No le di importancia. Subí a mi auto y recorrí con la vista la extensa autopista que me llevaría al tan ansiado descanso. Luego de haber manejado unos veinte minutos pude apreciar a lo lejos una silueta notoriamente femenina que me indicaba parar. Seguramente esto es una trampa – pensé, pues por la soledad del lugar era casi imposible encontrar una mujer sola.

No me detuve, aunque no perdí de vista a la mujer cuya figura se iba perdiendo en el espejo retrovisor. No habría avanzado mucho cuando divisé un auto fuera del camino todavía humeante. Un golpe en el cerebro me hizo reflexionar. Si es posible que necesite ayuda – me dije y detuve la marcha. Toqué el claxon y retrocedí procurando que la misteriosa mujer notara mi presencia. Efectivamente, observé como se acercaba presurosa hacía mi y como si se tratara de una película en cámara lente pude apreciar cada detalle de su físico dibujándose ante mis ojos : una mujer de unos 20 años, de tez blanca, sin duda, excelente figura y una gracia indescriptible para correr. No pasaron siquiera dos minutos cuando sentí su rostro asomándose por la ventana : Gracias a Dios te detuviste !– me dijo visiblemente agitada. Casi he muerto por no atropellar a una oveja que se ha cruzado la vía.

Yo ni siquiera respiraba.

Me escuchaste ? – me interrogó

Si…perdón. Es que eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida – Le dije.

Perdón, cómo has dicho ?– me indicó con evidente sorpresa.

Lo siento, ….digo que por supuesto, sube y te llevaré donde quieras.

Me miró a los ojos por unos segundos, ahora sé que ellas pueden leer todo en nuestras miradas – Vale, vamos ya.

Al sentarse a mi costado pude percibir una extraña y turbadora fragancia, mezcla de un suave y seductor perfume francés, algo de agitación y un poco de temor diría yo.

Cómo te llamas – le pregunté

Gina – Me dijo – Y Tú ?

Yo Mauricio, pero tú me puedes decir mi amor.

Perdón ¿? – Me replicó

Sorry, digo que me puedes llamar Mauri.

Oye tú eres algo extraño verdad ? – Me inquirió

No que va ! Si solo estoy un poco deslumbrado por tu belleza. Pero ya verás que al rato se me pasa. Le señalé con un tono mas que burlón.

Ella me miró y sonriendo me dijo : No me habré equivocado al subir a tu auto ?

Bueno si consideras que subir al auto de un maniático, violador y asesino es un peligro yo diría que sí – le dije fingiendo una expresión maquiavélica.

Simultáneamente rompimos en una sonora carcajada, lo que desapareció todo el ambiente formal que pudo haber existido al inicio.

Empezaba a oscurecer y las primeras gotas de lluvia hacian presagiar una noche de tormenta.

Maldita sea – Le escuché decir. Parece que esta nochecita se la lleva el diablo

Entre lo borroso que iba haciendo el camino me pareció divisar una sombra interrumpiendo el camino. Conforme iba avanzando pude comprobar que efectivamente algo bloqueaba el paso.

Un árbol ! – Le dije. Voy a tener que bajar y ver cómo hacemos para pasar.

Ten mucho cuidado por favor me dijo con la voz mas dulce que haya escuchado.

No te preocupes. Ya sabes que hierba mala nunca muere. Le dije con tono burlón.

Salí del auto cuando sentí una extraña presencia a mi alrededor – La misma sensación como cuando trabajaba en inteligencia del ejército – recordé. Volteé y pude ver a cuatro tipos caminando hacia mí con hachas y palos en las manos.

Parece que tenemos problemas por aquí – dijo el mas grande de ellos

Y también algunas cosas buenas – señaló el mas joven al mirar a través de la ventana a mi acompañante.

Sal inmediatamente del auto – gritó uno de ellos.

A pesar de la tormenta que cada vez se ponía peor pude percibir el terror de mi compañera cuando el mayor y mas grande – por cierto – golpeó el techo con una pala de agricultor.

Ya salgo, pero por favor no nos hagan daño - dijo ella, sin duda estaba llorando.

Que te parece si nos prestas a tu amiguita un momento – dijo el jefe – Le hacemos un hijito y te la devolvemos, ja, ja, ja. Los demás le siguieron con las risas.

Y qué les parece si jugamos a que yo soy carnicero y Uds. son vaquitas – Les indiqué con un tono calmado pero contundente.

La verdad que recuerdo la adrenalina fluir a mil por hora, mis manos y piernas se movian a una velocidad que casi no podía controlar. Fue como si otra persona se hubiera encarnado en mí y hubiera tomado el control total de mis actos. Cuando al fin pude detenerme, un hilo de sangre recorría mi frente. Alcancé a decir : a mi chica nadie la toca y me sentí desvanecer.

Algunas ráfagas de luces y sonidos alcancé a percibir. Un calor y una fragancia extraordinariamente hermosas y conocidas me envolvieron, solo pude abrir a duras penas los ojos alcanzando a divisar el rostro de Gina disolviéndose en el aire. – Te amo Gina – solo pude decir – Yo también te amo – me pareció escuchar. Una sombra negra me envolvió y una sensación de extremo agotamiento me hizo perder el conocimiento.

Por favor Mauri no te vayas !! Mauri regresa !! No me hagas esto – Vuelve.

Dios por favor, recién lo conozco y me lo quitas, por favor dale una oportunidad, te lo ruego!!

Esa voz, de quién es esa voz ? – Dónde estoy ? Qué pasó ? Abro mis ojos y veo ambulancias, autos de la policía, cuatro cuerpos regados en la pista sobre un inmenso charco de sangre. Oh no, allí está Gina, sujetando mi mano, un paramédico la trata de retirar de la escena. Un aire frío me recorre, desde lo mas profundo de mis entrañas me niego a perderla, me repito : hierba mala, nunca muere. Me doy valor, no me puedo ir. Veo una luz acercándose, me niego ir allí, le digo. No me puedo ir, me llevarán al cielo o al infierno y desde allá mismo regresaré. Un estruendo me golpea las entrañas y todo ya es oscuridad.

Mi amor – sabía que volverías.

Abro los ojos y siento las lágrimas de Gina recorrer mis mejillas, noto como sus labios se acercan a los míos y los toca con una delicadeza indescriptible.

Te lo dije, Hierba Mala nunca muere – Le dije entre susurros.

Estás en un hospital. Uno de los tipos que eliminaste logró herirte antes en la cabeza pero los médicos dicen que saldrás bien de esta. Cómo estas, cómo te sientes, necesitas algo ?

Necesito que te desnudes y te revuelques conmigo en la cama – alcancé a decirle.

Recupérate y haré todo lo que quieras - me dijo

Esa frase la llevo grabada en mi mente hasta ahora.

Deja que me recupere y verás que lo que soy capaz de hacer – Le susurré al oido.

Siento que todo me da vueltas y un sueño pesado me invade.

En mis sueños la veo con una minifalda negra y un top blanco super apretado. Caray, que cuerpo!! Se me acerca y su cuerpo comienza a rozarme. El vaivén de su cintura me vuelve loco. La tomo de las manos y la acerco con mucha vehemencia. Sus senos se adhieren a mi pecho y siento su corazón palpitar a mil por hora. Sabes lo que te haré ? - le interrogo.

No papi, qué me vas a hacer. – Me ronronea

Voy a recorrer todo tu cuerpo y exploraré cada poro de tu cuerpo. Vas a rogarme que no te deje. Hoy vas a ser mi mujer. Hoy sabrás el verdadero significado de la palabra sexo. Y luego del sexo sabrás lo que es amor. Porque el destino nos ha unido para estar siempre juntos. Haré de ti una extensión mía y gozarás de sensaciones que nunca has conocido.

Comienzo a desabrochar su minifalda, que cae lentamente deslizándose entre sus piernas. Una minúscula tanga color negro hace contraste con su piel blanca. Toco suavemente sus muslos sintiendo un ligero temblor en todo su cuerpo.

No puedo resistirlo – me dice. Espera un momento.

No puedo detenerme – le respondo. Mis dedos comienzan a acercarse a su vagina. Un ligero toque de mi dedo medio sobre su clítoris y es suficiente. Ella abre los labios y gimiendo sin ningún pudor me murmura : no puedo..no puedo, dejándose llevar en un orgasmo fulminante.

Toc..Toc. - Adelante – escucho a lo lejos.

Me despierto y veo a mi amor con una expresión pícara mientras una enfermera se me acerca y me dice : cómo está el resucitado ? es hora de su medicina.

Trato de recuperar la ecuanimidad, cuando de pronto la enfermera retira la sábana y con rostro de sorpresa le increpa a mi compañera: Oiga, ud. no sabe que él está en proceso de recuperación ? Por más angustias que tenga no puede forzarlo a mayores esfuerzos. Ella me observa y con cierta vergüenza responde : pero, …yo..yo no he hecho nada. La enfermera la mira, me mira y exclama : bueno, bueno se entiende su desesperación pero por favor le repito que esto no debe volver a repetirse. Espere a que se recupere y podrá hacerle lo que quiera. Al cabo de unos minutos de revisarme y volver a revisarme me dice ; bueno, bueno. Creo que habrá que visitarte mas seguido para verificar que estés bien. Luego de ello se retiró de la habitación.

Ante la duda le pregunto a Gina, por qué te habló así ?

La enfermera se dio cuenta lo que pasaba debajo de las sábanas. – me dijo

Y qué pasaba – le repregunto

Miralo con tus propios ojos. Y diciendo ello me baja las sábanas notando una erección de esas que nunca he tenido.

A la pelota !! exclamo con sobresalto. Qué me has estado haciendo cuando dormía ?

Yo..nada, te juro que nada. Hablabas medio dormido y de pronto tu "bulto" se empezó a poner así.

Y sabes lo que decía dormido - le consulté un poco avergonzado.

Eso es algo que jamás sabrás – me contestó con una sonrisa super pícara. Pero estoy rogando que te recuperes lo antes posible.

Vete a casa - le dije – debes estar cansada.

De aquí no me muevo hasta que salgas conmigo. Ya escuchaste a esa bruja que quiere venir a "revisarte" mas tarde, y no estoy dispuesta a que te esté tocando a cada rato. Ahora con mayor razón que he visto que eres un platillo bastante apetitoso.

La miré fijamente a los ojos y la vi sonrojarse. Esa expresión de mujer-niña me estaba volviendo loco. Ahora tocaba un largo proceso de recuperación

Ya habían pasado dos meses desde el incidente en la carretera y el día anhelado de mi alta por fin llegó. Felizmente me había recuperado bastante rápido y me sentía realmente bien. Salí del hospital no sin antes agradecer a las enfermeras que me asistieron durante todo el proceso de recuperación. Mas de una me habia dado su teléfono para continuar con las "terapias" fuera del hospital. La verdad que no tenía ojos para ninguna mujer que no fuera mi adorada Gina. Ese día entre amigos y familiares me hicieron una fiesta de bienvenida en mi departamento la que estuvo muy animada hasta altas horas de la noche. Luego de una gran cantidad tragos y bailes, las visitas comenzaron a irse, para finalmente quedarme solo con mi muñeca adorada.

Espérame un segundo me dice y se va a mi habitación. Pasaron unos cinco minutos y la veo entrar a la sala vestida con una minifalda negra super pequeña y un top blanco que apenas cubrian sus deliciosos senos. Te parezco un sueño ? – me dice con un brillo especial en sus ojos.

Guaaauu ! solo atino a exclamar.

Se acerca a mí contoneándose en forma muy sexy. Cuando está a un centímetro de mi cuerpo se detiene y se desliza sobre mi cuerpo. Esa sensación de rozamiento, de la sensualidad de su aroma me pone a mil. Siento su sobresalto cuando mi pene aún aprisionado toca sus riquísmas nalgas. Me percato que está desconcertada. Parece pensar que no fue buena idea despertar a la bestia que tengo dentro. Pero ya es demasiado tarde.

Mis brazos no le dan escapatoria. Giro su cuerpo y deslizo mis labios sobre su cuello. Siento sus uñas clavarse en mis brazos y sin poder resistirse trata de controlarse: no..no..por favor... que me estás haciendo…no puedo mas, detente por favor… espera un poco..quiero hablar contigo un segundo… Pero ya es tarde, mi lengua continua su marcha recorriendo su nuca, su cuello, su pecho.. mis manos comienzan a delinear su figura, deteniéndose sobre sus ya erectos pezones. Una ligera presión y noto como su cuerpo pierde estabilidad. La sujeto para no dejarla caer y la llevo hasta el sofá mas cercano. Ella mantiene sus ojos cerrados exhalando e inhalando con dificultad. Aprovecho esta posición para deslizar mis manos debajo de su minifalda, haciendo pequeños círculos entre sus muslos acercándome a esa joyita oculta que hoy al fin será mía.

Me detengo de golpe y cambio de sofá. Ella se queda por un instante hipnotizada como tratando de descifrar qué le estaba pasando. Se recupera lentamente y recostada aún en el otro sofá me dice : Que pasa papi ? porqué me dejas así.

Sabes bebé, quiero que te acerces lentamente y te vayas desnudando antes de llegar hasta aquí.

Ni loca ! - me responde. Yo no haré eso.

Perfecto – entonces me voy a dormir. Es un lástima que interrumpamos este inmenso momento de placer.

Espera – me replica – Como si una parte de ella se hubiera adelantado en responder. Apaga las luces y veré que puedo hacer.

  • No niña. Lo harás con la luz encendida y mirándome a los ojos. Noto en su rostro una mezcla de duda, pudor, vergüenza pero sobretodo deseo.

Vamos, vamos – le insisto – me está dando sueño.

Ella me mira sonrojada y me dice. Sabes, soy virgen y tú eres mi primer hombre. Toda mi vida he estado en internados de mujeres y me exiges que me conduzca como una mujer experimentada. Sabes que te amo mas que a mi vida pero me da mucha pena hacer lo que me pides. Observo un brillo húmedo en sus ojos lo que hace que la abrace de inmediato.

Lo siento, realmente lo siento mi amor – alcanzo a pronunciar.

Ella me separa con sus manos y me dice :

Ves que soy una excelente actriz. Caíste como un pececito en la red. Ahora por tontuelo tú me tienes que obedecer.

Carajo – me digo. Esta chica es un cofre de sorpresas.

He de reconocer que su actuación me conmovió y como caballero que soy sé reconocer cuando me han vencido. Me pongo de pie y enciendo el estéreo – unos segundos de búsqueda y encuentro la canción ideal : Sexual Healing de Marvin Gave. Lentamente comienzo a moverme, desabotonando mi camisa en primer lugar, siguiendo mis movimientos con la melodía. Prosigo con los zapatos y las medias. No pierdo su mirada la que me sigue imperturbable. Noto una ligera atmósfera de impaciencia cuando prolongo lo mas que puedo mis movimientos.

Mauri , el pantalón por favor – me dice señalándome con su dedo índice.

Yo continúo mis movimientos como si no hubiera escuchado sus palabras.

Mauri, te dije que ya toca el pantalón – me repite con mas ahínco

Si quieres el pantalón me lo tendrás que quitar tú – le dije desafiándola.

Bien Mauri, si quieres guerra, guerra tendrás. Acto seguido se pone de pie y se me acerca tratando de sujetar mis pantalones. Noto que está mas que excitada. Esta sin duda será una noche especial. Con fuerza desabotona, me baja el cierre y jala hacia abajo mi pantalón, se arrodilla asegurándose que salga completamente. Sube la mirada y observa mi pene luchando por salir de mi boxer. Te atrapé !! – pienso, al notar como mira con fruición mi paquete.

Tómalo, es tuyo. - le digo sacándola de su asombro. Ella me mira y con ambas manos comienza a tocarlo con mucha suavidad.

Quítamelo, le señalo llevando su mano derecha al borde del boxer. Ella sabe lo que tiene que hacer y lo desliza hacia abajo. Mi pene se le presenta desafiante acercándose a unos diez centímetros de su rostro. Hasta ese instante, Gina no lo ha visto en toda su magnitud, por ello al subir la mirada, exclama : madre mía, que es esto !! Parecía haber visto un fantasma, trastabilla y cae de espaldas al perder el equilibrio. Se repone y me dice con voz inocente :

Papi, tú no eres normal. Eso no es normal.

Yo sonriendo le digo, caramba, se puede saber cuántos penes "normales" has visto ?

Ninguno – Una vez vi una película a escondidas con unas amigas, pero esos no eran tan grandes como el tuyo.

Entonces hoy te vas a divertir como loca – le agregué. Ahora era mi turno de apreciar la belleza completa de mi dama. Me acerco y la abrazo. Nos fundimos en un beso prolongado por lo que aprovecho la ocasión para ir retirando sus escasas ropas. El contacto de nuestros cuerpos ahora es mas que evidente, un cosquilleo recorre su piel pues siento como no cesa de temblar.

Calma, calma mi amor. La noche es muy larga aún le susurro al oido. Ella me abraza con mas fuerza gimiendo cuando mis dedos resbalan desde sus senos hacia su vagina. En un acto reflejo (e involuntario imagino) su delicada mano toma mi pene. Lo recorre un instante y lo suelta como si le hubiera pasado electricidad. Pensé que era tu brazo – me dice con una vocecita entrecortada. Sonrio y llevando nuevamente su mano a mi pene le digo : bueno, sigue jugando con mi brazo… ella me mira y reimos. Avancemos a otro nivel pienso de inmediato. Deslizo mi lengua por sus senos, succionándolos con suavidad pero con rapidez.. Su cuerpo se estremece con cada succión y ya no suelta mi pene el que ha pasado a ser su juguete favorito. Continúo mi recorrido por su cuerpo navegando desde sus hermosos y redondos senos hasta su ombligo, me detengo un instante y bajo hasta colocarme entre sus piernas. Escucho un No!!, no!! Por favor, allí no!! que se desvanece en el aire cuando sus muslos se aferran a mi cabeza que ya está colocada para el primer ataque "oral" a mi exquisita victima. Comienzo a darle ligeros toques alrededor de sus labios vaginales, intercalando con pequeños mordiscos a ambos muslos. Ahora ya no hay quejidos ni negaciones. Sus gemidos cada vez son mas sonoros y la intensidad de mis acercamientos hacen que las lamidas sean con mayor velocidad. Siento su cuerpo temblar al mismo tiempo que grita : Si…. si…si !!! Una corriente de líquidos viscosos fluyen desde su tembloroso cuerpo el que bebo con deleite, esperando y disfrutando del placer que compartimos.

Han pasado un par de minutos desde su orgasmo, y siento que me revuelve el cabello como ensortijandolo.

Papi, quiero que me penetres – me dice con una voz casi inaudible.

Bueno Mauricio, Lotería !! a cobrar el premio mayor – me digo

Me incorporo un poco y me coloco sobre ella, quedando exactamente cara contra cara. Mi pene que ya no puede esperar más comienza a buscar su destino, deteniéndome cuando el glande se introduce en su caliente cavidad.

Ella se contrae al sentir ingresar mi pene. Seguimos mirándonos y besándonos. Esta sensación me está volviendo loco – le digo.

Sabes qué – me dice –

Qué – le digo –

Cuándo te dije que era virgen no te mentí. Acto seguido me toma las nalgas con sus dos manos y me jala hacia su cuerpo. Este acto repentino logra lo invitable, mi pene la invade hasta la mitad llevándose su virginidad sin ninguna consideración. Sé que le ha dolido y las lágrimas que rodean sus mejillas así me lo dicen.

Por qué, por qué así – le pregunto –

Porque mi virginidad me la he quitado yo. Tú no te la has llevado.

Estás loca – le repliqué

Estaré loca pero tú no me desvirgaste, me respondió con un ligero tono de burla. Te quité el placer de vanagloriarte de mi virginidad. El taladro lo manejé yo y no tú. Acercó sus labios a los míos y nos fundimos en un largo, húmedo y ardiente beso. Mi pene, ahora dentro de ella comenzó su labor de bombeo. Comienzo un movimiento lento y circular el cual detengo provocándola para que me pida que no pare. Este juego de desafios y poder le añadía una atmósfera cachonda a la relación. Ella al sentir que no me movía me suplicaba, papi por favor no te detengas… dame un poquito mas…solo un poquito mas

Yo retomaba mis movimientos los que detenía al cabo de unos minutos. Ella se deseperaba y me reclamaba: por favor…qué te pasa…sigue…no pares…si no te mueves me voy a morir…sigue…sigue.

Bueno, me dije, es hora de que esta niña de un paseo a la luna. Entonces comencé un movimiento frenético que acompañé con ligeras succiones a su cuello y pezones, los que provocaron uno de los orgasmos mas fuertes que he podido percibir. Prácticamente su cuerpo se elevó en el aire levantándome a mi por unos segundos para luego desplomarse semiinconsciente.

Me mataste – me dijo.

Te rindes - le dije.

He perdido una batalla pero no la guerra – me respondió.

Me queda el consuelo que no te llevaste el premio mayor: Mi virginidad

Je,Je,Je – reí

De qué te ries. Si yo fui quien utilizó tu pene para desvirgarme.

Ay, pobre rival – le indiqué – Sabes que aún me puedo llevar otro premio. Sobando la rajita que hay entre sus nalgas.

Pasaron unos segundos logrando interpretar mis palabras.

No eso si que no – exclamó –

Si eso si – Le dije yo.

Pero eso ya es otra historia que les describiré mas adelante.