Inocencia perdida (1)

Mis vacaciones con mi familia alemana.

INOCENCIA PERDIDA (CAPITULO I)

Antes de comenzar con mi historia, quiero presentarme soy Jose, tengo 35 años, vivo en Madrid (España), estoy casado desde hace 7 años y tengo un hijo de 6 años. La historia que os voy a contar, la recuerdo como una de las experiencias que me marcaron mi vida, y después de mucho reflexionar, he decidido contarla.

Esto ocurrió en el año 1983, por aquella época yo tenía 11 años, era muy delgado y vivía en Logroño y tanto las chicas como el sexo, no existían para mí, ya que lo único que me importaba era mis amigos y el fútbol. Ese año, mis padres me prometieron que si no suspendía ninguna asignatura iría a la playa, por lo que no iría al pueblo, el cual no me agradaba para nada, ya que dicho pueblo me parecía lo más aburrido que existía y el tema de la playa (la cual había estado hacía dos años), me parecía más divertido.

Llego el mes de Junio, y el colegio finalizó, y ese año, fue el primer año después de muchos años que conseguía no suspender ninguna asignatura, por lo que tanto mis padres como yo nos alegramos mucho. Recuerdo que unos días antes, mi madre tuvo que desplazarse al pueblo, ya que un tío suyo había enfermado y estaba muy grave, por lo que el día que me entregaron las notas lo primero que hice fue llamar al pueblo para decírselo, sin tener en cuenta el disgusto que pudiera tener, recordándole que me había prometido que éste año íbamos a ir a la playa. Recuerdo que me comentó que cuando llegara a Cáceres, ya hablaríamos del tema. Pasaron dos o tres días, y recuerdo que me comentó mi padre que el tío de mi madre había fallecido. Una vez realizado el entierro mi madre volvió a casa, y cual fue mi sorpresa que junto a ella estaba su hermana pequeña que en aquella época contaba con 31 años, la cual no recordaba haber visto nunca, ya que ésta vivía en Munich (Alemania), y la relación con la familia no había sido muy buena, ya que según me comentaba mi madre, ésta siendo muy joven, se había marchado del pueblo con un turista alemán medio hippie que conoció y se marchó a vivir a su país.

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Esa misma noche, mientras cenábamos, le recordé a mis padres la promesa, pero mi madre no estaba por la labor de cumplirla, ya que decía que éste año tenía la obligación de estar en el pueblo, ya que debían hacer compañía a su tía que había enviudado, y tema de la playa lo teníamos que dejar para otro año. Mi padre opinaba lo mismo, por lo que me enfadé y me levanté de la mesa y me fui a mi habitación. Al rato, apareció tanto mi madre como mi tía, proponiéndome un plan, que en un primer momento me pareció un rollo, pero que al final fue todo lo contrario. El plan era el siguiente:

Mi tía se volvía a Alemania, donde le esperaban su marido y sus hijos, los cuales tenían planeado ir de vacaciones a una ciudad del sur de Francia, donde mis tíos tenían un apartamento, justo al lado del mar. La idea no me pareció muy buena, ya que significaba ir de vacaciones con una persona que apenas conocía y además con unos primos, que por lo que yo tenía entendido no sabían ni una palabra de castellano. Durante esa noche, estuve pensando, cual era la mejor de las alternativas, el pueblo o la playa. Finalmente después de pensar mucho, me decidí por la playa, y lo primero que hice por la mañana fue dirigirme al dormitorio de mi madre y decirle cual había sido mi decisión.

El día de la marcha llegó y recuerdo mi primer viaje en avión, el cual no me agradó para nada, ya que estuve todo el trayecto sudando del miedo que tenía a volar. Al llegar al aeropuerto, una vez que habíamos recogido el equipaje, nos dirigimos a la salida, y allí estaba mi tío junto con mis primos. La familia se componía de mi tío Hans, muy alto y rubio, Elisabeth de 14 años, bastante alta para su edad, delgada, morena, pelo corto y ojos verdes. Alain y Pierre los cuales tenían 11 años, eran gemelos, muy delgados como yo, pelo largo y rubio y con los ojos azules. Me hizo mucha ilusión ya que éstos tenían mi misma edad y pensé que bueno, no sería tan rollo, ya que podría jugar con ellos. Después de las presentaciones nos dirigimos a su casa, la cual, era un chalet a las afueras de París, con un gran jardín. Mis primos me dirigieron a la habitación de invitados donde me ayudaron a deshacer la maleta. Los días pasaron, y finalmente nos dispusimos a irnos de vacaciones a la playa. Durante los días anteriores hice muy buena amistad con mi prima, ya que ésta si hablaba un poco de castellano, y aunque con mis primos jugaba no era lo mismo, ya qué estos no tenían ni idea de castellano, y por supuesto yo tampoco de alemán.

Recuerdo, que llegamos al destino de noche, después de sacar todas las cosas del coche, subimos al apartamento, el cual tenía 1 salón, cocina, 2 baños y 2 habitaciones, una para mis tíos, y otra con 1 cama y 2 literas, por lo que me pregunté dónde me iba a quedar, a lo que mi tía me dijo, que no me preocupara, ya que mi prima dormiría en el salón, cosa que noté no le agradaba. Una vez deshechas las maletas, nos dispusimos a meternos en la cama, mis primos en las literas y yo en la cama que pertenecía a mi prima. Era una noche muy calurosa, por lo que me quité la ropa, quedándome con el slip, pero cual fue muy sorpresa cuando veo que mis primos, se desnudaron, y esperando que se pusieran un pijama o bien se pusieran otra prenda, se dirigieron desnudos al baño a lavarse los dientes. La sensación de verlos a los dos desnudos, con tanta naturalidad, me dejó perplejo, y la verdad, me dio mucha vergüenza. Pasaban como 5 minutos apareció mi tía en la habitación y me comentó que antes de acostarme tenía que lavarme los dientes y orinar, cosa que hice dirigiéndome al baño, y me sorprendió que junto con mis primos estaba Elisabeth, la cual estaba duchándose. Procedí a lavarme los dientes y recuerdo que en el espejo veía la figura de mi prima en la ducha desnuda, y de reojo me fijaba en los penes de mis primos los cuales eran muy blancos, sin ningún tipo de bello (yo tampoco los tenía en esa época), pero que me impresionaba el tamaño tan largo que tenían para su edad, en comparación con el mío. Recuerdo que Alain estaba orinando, cuando salió mi prima de la ducha y me pidió que le acercara la toalla, en dicho momento no sabía que hacer, si mirar hacia ella, seguir lavándome los dientes o salir corriendo del baño. Finalmente cogí una toalla y sin mirarla se la entregué. En ese momento mi prima me dijo que no fuera tan vergonzoso, ya que me había puesto "rojo como un tomate", que la desnudez era algo normal y que no tenía que sentir vergüenza. Me enjuagué la boca y me fui deprisa a la habitación y me metí en la cama. Al rato, aparecieron mis primos, los cuales estuvieron un rato de un lado para otro, que si recogiendo su ropa, que sí poniendo un balón en un armario, etc. Mientras tanto deseaba que se acostaran de una vez, ya que veía que mi vergüenza iba en aumento. Finalmente se acostaron y apagaron la luz. Recuerdo que toda la noche estuve con la imagen de mi prima y mis primos desnudos en mi cabeza, por lo que tardé un buen rato en dormirme.

A la mañana siguiente, después de desayunar nos disponíamos a ir a la playa, por lo que mis primos y yo fuimos a la habitación para coger el bañador y las toallas, pero me extraño que éstos se pusieran un pantalón corto y la toalla, echando en falta que cogieran su bañador. Cogí el mío me lo puse, y salí al salón donde estaban preparados mis tíos y primos con la sombrilla, las sillas, una bolsa y las toallas. Cuando nos dirigíamos a la playa coincidimos con unos amigos de mis tíos que también iban a la playa, los cuales tenían un hijo de 13 años. Cuando llegamos me extraño ver que en dicha playa había personas que estaban totalmente desnudas, pero hice como si los ignorara y nos dirigimos al punto donde mis tíos nos indicaron y procedieron a poner la sombrilla y las toallas. Yo me quité la camiseta, y cual es mi sorpresa cuando mi tío se baja los pantalones, quedándose totalmente desnudo. A continuación tanto sus amigos como mi tía hicieron lo mismo. A continuación mis primos se quitaron el pantalón, y mi prima y el hijo de sus amigos lo mismo. La situación era desconcertante:

Mi tío y su amigo, con unos penes llenos de vello, grandes, largos y gruesos.

Mi tía y su amiga, con unos pechos, pequeños mi tía y muy grandes su amiga, mucho vello ambas.

Mi prima, con unos pechos que parecían dos limones y un pubis con un poco de vello.

El hijo de los amigos, con un pene no muy grande, pero grueso y con algo de vello.

Y finalmente, mis primos, con sus respectivos penes blanquillos y largos.

Me quedé impresionado con la situación, y empecé a sentir un sudor frío a pesar del calor que hacía, y mi cara se enrojecía. De pronto mi tía me dijo, pero José quítate el bañador que estarás más gusto, cosa que me negué, ya que le dije que me daba mucha vergüenza. Esta me dijo, que no me iba a obligar, pero que ya vería que pasados los primeros momentos se me quitaría la vergüenza, y que finalmente me los quitaría y vería lo a gusto que me sentiria. Durante unos momentos, me quedé sentado en la toalla, mientras que mi prima y su amigo se bañaban. Alain hizo lo mismo, pero Pierre se quedó a mi lado, haciéndome indicaciones que me bañara. Finalmente me decidí y me fui con ellos a bañarme. La playa empezó a llenarse de gente que se encontraba desnuda, por lo que la vergüenza por estar vestido, se volvió en contra. Estando en el agua, Alain me hizo señas para que me quitara el bañador, pero me negaba, hasta que apareció mi prima y me lo dijo. Dude un momento, no me atrevía, entonces mi prima me dijo que saliera a la orilla que quería enseñarme algo. Cuando salí, estaba inmóvil delante de ella, se agachó y me bajó el bañador. Automáticamente mis manos se fueron a tapar mis vergüenzas, pero ésta las retiró, y ocurrió algo inexplicable, mi pene tuvo una erección, delante de su cara. Me tranquilizó diciéndome que era algo normal, me dio un cachete en el pene y nos metimos en el mar. Empezamos a jugar en el agua, mis primos, mi prima y su amigo. A partir de ese momento, la vergüenza desapareció y me parecía lo más normal del mundo ver a todo el mundo desnudo, al contrario apareció una señora vestida paseando por la playa y me resultó chocante y no entendía como no se desnudaba ya que la sensación que yo sentía de libertad, nunca la había sentido antes.

Al finalizar la mañana, procedimos a irnos a casa a comer. Nos metimos en el baño, y para aprovechar el agua caliente, nos teníamos que duchar de dos en dos, por lo que me metí en la ducha con Alain. Nos estabamos duchando, y recuerdo que Alain empezó a enjabonarme la espalda y el pelo. Bajó sus manos hasta mi culo, mis muslos y mis piernas. Al darme la vuelta, empezó por la cara, el pecho, bajando las manos hasta mi pene el cual frotó, sintiendo una sensación increíble, era la primera persona en mi vida que yo recordaba que me tocaba el pene, recuerdo un gran escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Volví a tener una erección. Me enjabonó los testículos, y una cosa que me extraño, es que me bajara la piel dejando el glande al descubierto, hizo un par de movimientos, me lo lavó y finalmente se dirigió a las piernas. A continuación realice la misma operación. Cuando llegue a su pene me di cuenta que el no tenía piel que le cubriera el glande y me extraño. Le seguí masajeando el pene y los testículos con la disculpa de enjabonarlo. Este también tuvo una erección, pero su pene era más largo que el mío, delgado, muy blanco, y con los testículos pequeños. La sensación era muy rara para mí. Finalmente mi prima, entró al baño y nos dijo que saliéramos ya que tanto Pierre como ella querían ducharse. Nos secamos y nos fuimos al comedor, donde ya estaban mis tíos y nos pusimos a comer. Al finalizar, mi tía dijo que iban a casa de sus amigos a jugar a las cartas que nosotros nos fuéramos a echar una siesta. Nos dirigimos a la habitación, tanto mis primos como yo y nos tumbamos en nuestras respectivas camas. Antes de tumbarme me puse mi slip, mientras que mis primos se acostaron desnudos en sus camas. Pasados unos minutos entró mi prima que iba solamente con una camiseta hasta los muslos y viendo que yo estaba despierto se sentó al borde la cama. Empezamos a hablar muy bajito sobre lo que había ocurrido en la playa mientras que mis primos estaban totalmente dormidos. Cuando me quise dar cuenta me fijé que Alain que estaba en la litera de abajo, y dormía boca arriba, y tenía una gran erección. Mi prima se dio cuenta y me dijo que me fijara como tenía el pene mi primo. Le dije que me extrañaba que tuviera un pene tan largo y fino, y que al contrario del mío este no tenía la piel que le cubriera el glande. Me dijo que tanto Alain como Pierre fueron operados cuando tenían 5 años, y me explicó que eso se llamaba "circuncisión", y por eso la tenían tan larga. En un momento de la conversación, se levantó y me dijo que me fijara en lo que iba a hacer. Se agachó y cogió con su mano el pene de mi primo y empezó a masajearlo muy suavemente, subiendo despacio con sus dos dedos arriba y abajo. Yo me fijaba en la cara de mi primo, y éste era un poema. Se le veía muy feliz, dando unos pequeños suspiros. Finalmente procedió a salir de su pene una especie de líquido muy clarito, que le dije a mi prima que tuviera cuidado que se estaba meando, y ésta me explica que eso no era orín, sino que lo que ocurría es que se estaba corriendo. Le limpió, nos incorporamos y nos dirigimos a mi cama. Ella se volvió a sentar al borde la cama, y se dio cuenta que me había empalmado. De repente alargó su mano bajándome el slip y me procedió a realizar la misma operación que a mi primo. Me descapullo el pene, me lo cogió con fuerza, el sube y baja me estaba poniendo el cuerpo como nunca había sentido, cerré los ojos. Esto era increíble. De pronto, la sensación en mi pene cambió, lo notaba como mojado, abrí los ojos, y no me lo podía creer, mi prima se había metido mi pene en su boca. La sensación era inexplicable, me estaba chupando mi pene, me daba unos pequeños lametazos en la punta, su lengua no paraba de jugar con mi pequeño soldadito. Creía que me iba a morir de placer, cuando de pronto noté algo extraño y empecé a soltar un líquido, ella se dio cuenta y se apartó. Esperó a que acabara, me limpió con su camiseta y a continuación me subió el slip y me dijo que me acostara, ya que ella iba al salón a dormir la siesta. Esta claro que no pude dormir la siesta. Mi cabeza iba a reventar con tantas experiencias nuevas que me venían a mi mente. Esto era algo nuevo para mí, y lo mejor de todo es que todavía quedaban 29 días de vacaciones….

FIN DEL PRIMER CAPITULO

JOSE