Inocencia caribeña, Pervertida -8-

Pamela y Lizbella han vuelto!!! El incesto, el sexo morboso, anal, y mucho más.

¡¡¡Antes de leer este relato!!!, comentar que para poder entender todo lo que ocurre, recomiendo leer los relatos anteriores de esta historia (para aquellos que no lo hicieron antes, o si te gusta este y quieres comprender por que estan así las cosas entre este triángulo), pues hace mucho tiempo que no* actualizo* .

La tarde estaba acabando, y empezaba a oscurecer. El calor que hacía dentro de la vivienda era casi insoportable. La joven mujer se sirvió otra copa de ron y salió al porche para sentir algo de aire, se sentó en el escalón de la entrada y sorbió del vaso el licor.

Ella miraba hacia el horizonte ensimismada en sus pensamientos, su cara era triste mientras rememoraba todos los acontecimientos que hacia pocos días habían ocurrido, volvió a tomar otro trago y se levantó para dirigirse al tendero de ropa que tenía colgada, pues ya estaba seca del día caluroso.

Empezó a retirar las prendas tendidas y colocarlas en el canasto, cuando se fijó en la joven chica que aparecía al fondo del camino que llegaba a su casa.

  • Pam, ven acá un momento, ¿donde estabas, por que llegas tan tarde...? -

No le dio tiempo a decirle nada más al ver que otra persona la acompañaba unos pocos pasos atrás.

  • ¡

hola mami! -

Dijo saludando la niña al pasar al lado de su madre. * ¡

Hola Liz!.

  • le dije yo al acercarme más.

La cara que puso Lizbella era de asombro al percatarse quien era el que venía con su hijita.

Dejo rápidamente el costurón de ropa en el suelo y se acercó al lado de su niña para rodearla con su brazo mientras me miraba furiosa.

  • ¿

Como te atreves a volver a pisar mi casa y viniendo con mi hija? -

Intente darle un saludo , pero ella lo rehusó.

  • Ella vino hoy a mi casa muy afectada y llorando, solo hablamos para calmarla y decidí acompañarla a casa para estar tranquilo -
  • Es verdad mami, necesitaba verlo...-

Su madre no la dejó explicarse más, haciendo que su niña se pusiese detrás de ella.

  • Pues ahora vete -

Me contesto con desdén. - ¡

Y tu, señorita ya hablaremos de lo que has hecho! -

Me acerqué más hasta ellas, a tan solo un paso enfrente.

  • Creo que sería mejor que hablásemos , es evidente que Pam no lo está

pasando bien, y aunque no quieras admitirlo, esto nos a afectado a ti y a mi también.

  • Su mirada se volvió cabizbaja, aun intentando mantener la compostura , alzó la vista y me dijo que me vaya, esta vez con la voz más temblorosa.

La agarre de la mano, a lo que ella hizo intención de soltarse, pero la sostuve fuertemente...

  • necesitamos hablar, y lo sabes. -

Agarro a su hija de la mano y se la llevo hasta la entrada de la casa, se paró allí mismo, cogió el vaso y de un trago se bebió todo el licor.

  • Bien, dime lo que necesites decirme.

  • cruzando los brazos y esperando mi respuesta.

Recorrí la distancia que nos separaba, fijándome en las dos mujeres. Pamelita vestida con su uniforme escolar y la madre con unos tirantes de color blanco y un short de mezclilla azul desgastado que le venían algo apretados.

La figura de las dos féminas juntas era de una belleza sublime aun estando sin arreglar.

Le expliqué un poco que había hecho los días que pase a solas (obviando lo de Corina) y como seguía echándola de menos.

Ella intentaba hacerse la dura, y apenas me contó lo que hizo y nada de como se sentía.

Ambos nos fijábamos en Pam y su actitud de estar nerviosa y esperanzada de que volviésemos a hablar, así que la madre bajó un poco la guardia y nos contaba más de cómo se sentía... evidentemente ella también echaba de menos los momentos juntos, a lo cual me dijo.

  • Si quieres podemos pasar adentro, y continuar, ya que has traído a mi nena y te dignaste a presentarte de nuevo. -

Lo había conseguido, su madre había bajado la guardia y sentía que por su estado evidente de haber tomado, que estaba más calmada y receptiva.

...Otra vez en casa de las dos mulaticas!...

Una vez dentro de la humilde casita de las dos preciosas hembras, la niña fue a su habitación a cambiarse de ropa, mientras la madre agarró una botella de ron, que estaba por la mitad y se echó un vaso rebosante.

  • ¿Quieres una? - me preguntó.
  • Si, por favor. -

Me acordé de lo que Pamela me dijo anteriormente, que su mami estaba bebiendo más de lo normal desde que nos separamos, pues ya se le notaba en su forma de hablar que andaba algo tomada...

Me dio el vaso con ron y su nena apareció en el salón solo con una braguita y una camiseta corta.

  • Bebé, ¿por que vas así?, ve a ponerte un pantalón ya mismo!

  • Le espetó la madre a su niña al verla aparecer con tan poca ropa.

Aun se sentía recelosa de que la viese así, después todo lo que pasó .

La joven mulatica rebosaba por sus caderas, que casi apenas se le notaba la ropa interior que llevaba puesta, su generoso trasero hacia que pareciese que no llevase nada viéndola desde atrás.

  • pero mami, hace mucho calor y siempre voy en bragas cuando estamos en casa. -
  • Hoy no, ve y hazme caso. -

La niña volvió con unas mayas cortas de color negro y se sentó en el sofá junto a su madre, mientras yo en frente en un sillón las miraba a las dos.

Charlamos un poco más..., bebiendo hasta la última gota de la botella, volvió a sacar otra que tenía debajo del fregadero.

A Liz se le notaba ya bastante su embriaguez, pues de la tensión del principio paso a una conversación más calmada y distendida (pareciese que no hubiera pasado nada entre nosotros...) enseguida le comenté..

  • Ah, otra cosa más... al final reserve un vuelo de ida y vuelta hasta Florida, donde estaré una semana y me renovarán el visado. (Ya que mis padres eran estadounidenses) y volverme de nuevo a tu país. Aun quiero hacer unas cosas que me llevarán un tiempo. -

Justo oírme decir que seguiría en el país por más tiempo, pareció verla más relajada aun si cabe.

Dando otro trago a su copa , levantándose del sofá, Liz se me sienta en el reposabrazos del sillón donde me encontraba.

  • No seas un comepingas y ni pienses en aprovecharte de nosotras.

  • Me dijo mirándome a los ojos y posando su mano entre mi paquete, apretando hasta sentir el dolor de su agarre.

Lo dijo en voz alta para que su nenita pudiera escucharla...

No sentía tan fuerte el apriete que hacia sobre mis huevos apenas, pues sabía que por mi comentario de quedarme más tiempo, más el hecho de que ella estaba bastante perjudicada por todo el alcohol que había tomado. Sabia que de algún modo estaba cediendo y calmando su odio hacia mí por lo que hice a su bebita.

  • Cariño, ve calentando el perol, que es hora de cenar... y pon tres platos. -

Pam, absorta mirando su celular , dejo el teléfono en el sofá al escuchar a su madre lo de los tres platos. Fue a ella y le dio un abrazo...

  • Gracias mamita.

  • y se fue a calentar la comida a la cocina.

  • Hoy te voy a dejar que estés con nosotras cenando.

  • Mirandome a los ojos directamente. Me agarro el paquete de nuevo y susurrándome me comentó... -

Como vea que miras a mi bebé, te las arranco...

  • Se mordió los labios y me soltó con mirada entre amenazante y morbosa...
  • Ahora vuelvo. -

llendose algo temblorosa en su andar al patio trasero y sin dejar de mirarme de reojo, desapareció tras la puerta...

Su niña al irse su madre, vino apresurada hacia, mi y de un salto se sentó sobre mis piernas.

  • ¿Como va papi, os habéis perdonado

?...- me dijo mientras su mano se metía entre la camisa, acariciandome el pecho. * No lo sé mi vida, solo sé que tu mamá está algo borracha, pero aun así no va a dejar que me acerque a ti.-

Le dije, mientras sobaba su gran trasero con mis manos. * Solo convéncela, di lo que sea, haz lo que haga falta para estar juntos , ¡porfa papito!...-

Y dándome un beso en la boca se levantó de entre mis piernas para que no nos pillase su madre al volver.

Liz apareció de repente y andando calmadamente, como si de una modelo se tratase se acercó a mi. Mirándome fijamente con los ojos entrecerrados poso una de sus manos en mi muslo... para después acercar su otra mano a mi nariz casi restregando sus dedos me dijo... - ¿

Hueles.., este es mi aroma, te acuerdas...?

El olor de sus dedos olía a que acababa de secarse su chocho después de orinar, y más aun sus jugos...

  • ¿

Que pretendes?

  • le dije mientras sujetaba la muñeca de la mano que mostraba ante mis rostro.

Se sonrió ante mi y le dio un bocado mi labio inferior.

  • ¿Has mirado a mi Pam mientras estaba fuera?

-

No. Le conteste...

  • ¡

Entonces chupa!

  • Empujó los dedos húmedos que olían a coño dentro de mi boca, y los succione hasta que apreté y mordí sus dedos.
  • ¡

Hijo de puta!

  • me dijo al sentir el dolor que le provocaba mi mordida.

Me agarro el paquete, esta vez suavemente y se cargó con la otra mano la botella de ron que estaba justo al lado para llenar la copa... de un solo trago bebió hasta la última gota de ron, más con su lengua repasó el fondo del vaso relamiendolo.

  • Ya está la cena.

  • Dijo la pequeña mulata mientras su madre sacaba los dedos húmedos de mi boca .

Cenamos una rica comida los tres de nuevo, esta vez rememorando solo los buenos momentos vividos.

  • Estoy algo sucia y mareada.

  • Me dijo la espectacular madre mientras recogía los platos de la mesa.

Levó los platos sucios al fregadero y le dijo a su hija la acompañase mientras se duchaba. La niña le dijo que se hacía caca e iba al baño del patio trastero y después fregaría los cacharros.

Lizbella salió del comedor a darse una ducha, dando evidentes síntomas de que todo lo que había bebido ya le estaba pasando factura.

Mientras su mami se bañaba, Pamela desde la cocina me miro al mismo tiempo que se alzaba la camiseta y mostraba los exuberantes pechos, con sus grandes aureolas, de pezones tiesos que poseía, mirándome con cara de chica traviesa...

  • Papi, ¿los quieres?

  • Me decía mientras rozaba con la punta de sus índices, los pezones morenos y ya duros de sus grandes tetas.

  • Ven rápida!

  • Le dije...

Y vino hacia mí con su busto rebotando, hasta posarlo en mi boca

  • Mmmmm..., me encanta papito, ¡chupame más duro! -

Le daba bocados a cada uno de sus grandes pechos, mientras estrujaba su enorme y moreno culo con mis manos...

  • Olvídate de esa puta rubia papi, y yo te haré que nunca desees a otra!-

Saber que esa niña estaba tan deseosa de mi, hizo mi mente volar en deseo. Aun escuchaba el agua del baño que su madre se estaba dando, así que pase una de mis manos dentro de la maya de Pam y agarre su culo con fuerza, hasta pellizcarlo con fuerza...

La jovencita se removió al sentir mi pellizco en sus amplias nalgas y me pidió más.

  • Ay papiii, quiero más, quiero sentir tus dedos dentro... -

La agarre de su melena rizada y tire hacia atrás, alzando su barbilla a la altura de mi boca... la mordí y le dije...

  • Hare algo mejor que usar los dedos, mi bebé. Tu mami está muy bebida y no creo que aguante, así que hoy sentirás por primera vez mi polla dentro de ti. -

Le di un apretón a su abultado chochito por encima de la ropa y le indiqué que fuese a terminar de lavar los platos, antes de que su madre nos pillase juntos.

Mientras la pequeña mulata terminaba de fregar, su madre apareció con una toalla alrededor de su cuerpo, solo tapándole los pechos y por encima de sus torneados muslos.

  • Mami, ya terminé de lavarlos, voy a hacer caca y me ducho yo también. -

La niñita desapareció tras pasar la puerta del patio trasero y nos quedamos su mami y yo a solas...

  • Puto Vincent... cabron comemierdas, chupapingas, hijoputa, mamahuevos...! -

Me insultaba Lizbella, al mismo tiempo que desataba el nudo de la toalla y dejaba al descubierto él hermosos cuerpo moreno de piel tersa que tenía.

Insinuándose y haciendo pasos de baile mientras se acercaba a mi, totalmente desnuda, se sentó sobre mi regazo.

  • Tu eras mío, ¿te acuerdas? -

Me susurró al oído mientras pasaba su lengua en mi oreja...

Sentí un escalofrío al notar la humedad en mi oído, mientras agarraba los muslos de esa espectacular mujer sobre mis piernas...

  • Ya acabé mami!, voy a bañarme. -

dijo su hija al entrar en el salón y vernos abrazados juntos en el sillón. * Estas en mi casa, sintiendo mi cuerpo desnudo y viendo a mi bebita, solo por que necesito a un hombre que me calme mi fuego... -

Me confesó * Estoy en tu casa por que me echabas de menos y necesitas desfogarte solo con mi polla.

  • Le respondí mientras sujetaba ahora la barbilla de Liz, haciéndola mirarme directamente
  • ¿

Por que si no, no habrías buscado a otro para tus deseos ardientes? - * ... Por que te quiero a ti cabron... ¿Es eso lo que querías oír?-

Mirándome esta vez a los ojos con una lagrima recorriéndole la mejilla

  • Y yo a ti, ... mi bella Rihana...-

De repente soltó una sonrisa y me besó apasionadamente en la boca.

Apenas podía mantenerse de pie mientras intentaba beber directamente de la botella de ron. La agarre para que no cállese mientras tomaba su trago, y la recosté sobre el sofá.

  • Mi amor..., te eche de menos...- me confesó al fin -¿Que hacemos?-

Balbuceó intentando que volviésemos a estar como antes...

De repente apareció su niña, parándose frente a nosotros sin hacer ningún ruido, y mirando y escuchando lo que decíamos.

Me puse sobre Lizbella agarrando su cuello por detrás y acercando su cara a mi

  • ¿Y si te preño esta noche

? - ... su mirada de asombro, fue seguida de un mordisco a mis labios. * Si cabron!, dame tu leche y embarázame-

Rápidamente agarro mi polla totalmente dura al estar un buen rato sintiendo el cuerpo de ella, y la introdujo en su ya mojado coño.

Movía sus caderas con ansia, intentando hacer que me corriese rápidamente dentro de su apetecible chocho...

Estuve un rato follandomela hasta percatarme que ya no se movía, había caído en un estado de embriaguez, donde estaba totalmente inconsciente.

Mordí con fuerza uno de los pezones de esa deliciosa madre, y no hubo respuesta de su parte... Alcé la mirada hacia su hija y la invité a venir...

  • Papi, mi mami está al lado...-

temiendo tirar al traste la reconciliación si nos pillaba. * No te preocupes mi niña, esta tan bebida que no se enterará de nada.-

Agarre sus mayas y las rompí con mis manos... Sentí el tacto de su piel en mis palmas, amase el inmenso culo de mí pequeña Pam mientras la bella hembra que la había parido, dormía profundamente de tanto alcohol que había ingerido.

Nos pusimos de pie y nos colocamos detrás del sofá. De una patada escondí la tela rota que acababa de romper bajo el mueble y agarre las muñecas de la joven para que las pusiera sobre la parte trasera del sofá.

  • Ahora voy a saborear lo que tanto he echado de menos

.- comentándoselo al oído mientras me agachaba justo detras de su trasero.

Abrí todo lo que pude esas carnes prietas y tersas que tenía e introduje mi cara entre los pliegues de sus nalgas, para aspirar el aroma que emanaba.

  • Hummm, si, como necesitaba sentirte de nuevo mi papito lindo!-

Después de respirar ese dulce olor q desprendía la ramita mojada de su coñito, empecé a pasar mi lengua por su interior. Su sabor me parecía como si de la bebida de los dioses fuese

  • Así.. me encanta, quisiera sentir tu lengua dentro de mi bollo por siempre papi.-

Ahora ella misma, se agarro sus propios cachetes y abriéndose totalmente la raja de su culo, me dejaba ver bien sus preciosos agujeros.

  • Comeme toda, necesito sentir esa lengua tuya recorriéndome por todos mis huecos, mi amor.-

Su orificio marrón arrugado, estaba ahora todo estirado, abriéndose un poco la entrada al hueco de su ano.

Mi lengua tiesa se posó en ese agujero y empecé a lamerlo e intentar introducirlo con fuerza...

  • Uuummmm!, ahora se por que te gusta que te lo haga papi. Se siente tan rico tener una lengua mamandote el culo... porfa no pares y comete todo mi ojete.-

Me encantaba como me pedía todo lo que le hiciese.

  • ¿

Sabes papi... acabo de ir al baño y me sentía sucia, pero me encanta sentirme así para ti... por que sé que eres un cochinote.-

Hice darle un mordido en su nalga a su comentario y ella se rió

  • ¿

Te gusta verme tan traviesa?- * Claro que si... no dejes de pedirme todo y decírmelo- * ¿Y me vas a meter tu pingota bien dura? * Si es lo que tanto desea mi princesa, le daré lo que desee.- Le conteste... * Entonces déjame sentirla, clávamela ya... lo estoy deseando.-

Saque mi cara de entre sus tiernas y voluptuosas posaderas, poniéndome erguido de nuevo tras ella. Bese su boca para que sintiera el sabor tan dulce que yo saboree al mamarla.

  • ¿

Te gusta el sabor de tu rajita?- * Si... y más si viene de tu boca mi papaito...- * ¿Y notas el gusto de tu sucio culo?- * No se papi, pero de tus labios todo me sabe rico...-

Me contestó.

Miraba a Liz dormida justo delante de nosotros, sin percatarse de nada de lo que hacíamos su niña y yo, mientras agarre con mi mano todo el miembro duro y apunto de explotar y se lo restregué bien por la entrada del abultado y humedecido coño de la nena...

Ella aun mantenía sus dos manos posadas en sus nalgas dejándolas bien abiertas.

  • Que rico se siente tener tu pinga rozándome el bollo...-

Ella se mordía los labios y movía sus caderas intentando que se la introdujera inmediatamente...

La entrada estaba tan lubricada que la cabeza de la polla se resbalaba dentro con suma facilidad... Pero no era mi intención clavársela por su delicioso coñito...

  • No seas ansiosa mi amor.-

le susurre al oído. * Noooo, papi, no te demores y metela, la quiero!- * ¿

Sabes bebé...?, no tengo condon, y no quiero correr el riesgo de que te quedes preñada ahora.- * Por que?, la necesito dentro yaaaaa!-

Casi suplicándome que la empalase y olvidando los riesgos que suponía, gracias al nivel de excitación que sentía ya la chiquilla.

  • Probaremos mejor otra cosa.

  • Le dije al tiempo que relamía su oreja.

  • ¿

Que cosa?-

Me respondió al tiempo de girar su cara y mirarme intrigada.

Saque la punta de mi pene de su raja, y empecé a restregarla por la entrada de su culo.

  • ¿

Me vas a chingar por el culo?-

Me dijo intrigada. * ¿

Quieres

?- * Hummmm, si... quiero lo que tú quieras hacerme mi papaito...-

Empecé a empujar poco a poco su apretado agujero, estaba húmedo por las lamidas que acababa de producirle, pero se resistía la entrada...

  • Se siente raro...

  • me decía

  • Solo relájate y afloja tu esfinter.-

le decía en voz baja

Ella agachó más la cabeza y mordiéndose el labio, abrió un poco más las piernas al tiempo que apretaba sus manos más en las mollas de sus nalgas, para mantenerlas bien abiertas.

Conseguí que entrase algo más de la cabeza sobre su anito.

  • Ay, me duele papi... me duele, me duele!-
  • Shsss... solo aguanta un poco más e intenta relajarte mi princesa...

  • Volví a susurrarle para que se calmara y aguantase.

Ahora yo mismo agarre sus propias manos y sujete con fuerza para terminar de introducir toda la polla por completo en su culo...

Empezaba a gemir y a poner cara de dolor, mientras le iba sacando e introduciendo más, todo mi duro pene.

Escupí la entrada de ese orificio que estaba siendo penetrado, para que resbalase más... al poco la cara de la niña empezó a cambiar de un gesto de dolor a otro de placer.

  • Si, siiii... ahora si me gusta, dame más, dame suave.-
  • Te la meteré hasta lo profundo de tus entrañas cariño. Solo aguanta.-
  • Si papiiiiii... clávamela hasta el fondo, ya siento rico tu pinga.-

Mientras seguía follandome esa muñequita morena por su culo, la alcé en peso, agarrándola por debajo de los muslos, y sin sacársela andé unos pasos hasta sentarme en el reposabrazos del sofá donde la madre seguía inconsciente.

  • Dame más fuerte por detrás, me gusta como se está sintiendo...-

Ahora la joven chica apoyó sus pies sobre mis muslos y sus manos sobre mi pecho, y ella misma se iba clavando la tranca hasta el fondo de su agujerito.

  • ¡

me encanta como se siente!-

Al tiempo que el movimiento de sus caderas se volvía más rápido e intenso * Adoro que me folles el culo

  • ...El ruido de sus nalgas chocando contra mis muslos era delicioso.
  • Voy a ser una viciosa del sexo anal... tu princesa de culito tragón!-

Mis huevos estaban a punto de explotar por la sensación de su apretado trasero y la rapidez con la que se movía... sentí el momento de eyacular que me estaba cegando de placer... hasta que oí un gemido distinto al que hacía la pequeña Pam...

  • Amoooorrrrrr...., tengo frío!

  • Escuchando la voz de la madre, a la vez que se removía del sofá, estando a unos pocos centímetros de donde estábamos Pamela y yo.

Sujete de la cintura a la niña y la subí hasta sacar por completo mi miembro de su ya dilatado ano.

Le hice un gesto a la joven con mi dedo índice sobre sus labios para que no hiciese ruido, al tiempo de bajarme del reposabrazos y sentarme justo al lado de la cabeza de Liz...

  • ¿

quieres que te arrope cielo

?- Le pregunté a la soñolienta madre. * No, solo abrázame

....- Y abriendo sus ojos y medio desperezándose, vio pi polla dura justo frente a su cara. * ¿

Por que estas así...?

  • agarrando con su mano la base de mi polla mientras intentaba mirarme a los ojos.
  • Por que te tengo a mi lado totalmente desnuda..

.- le conteste mientras ella sonreía al comentario

Hizo lo que pudo para arrodillarse frente a mi sobre el sofá, y se metió todo lo que cabía en su boca, toda la dureza de mi polla.

Sacaba la lengua por debajo de mi miembro y hacía que la punta de ella rozase mis huevos, de lo profunda que la tenía insertada en su garganta.

  • ¡Cofff, coffffhhh

...!-

Tosía al sacársela y dejar caer un hilo de babas de su boca.

Con sus ojos medió cerrados y sin dejar de mirarme, me dijo al tiempo que se relamía los jugos que tenía goteando de sus labios, con sus dedos.

  • Cari..., tu pinga sabe rara... me sabe a culo..-
  • Cielo, ¿no será que bebiste demasiado y te encuentras mal del estómago?-

En ese momento dio un salto del sofá y con gesto de querer vomitar, se tapó la boca y salió corriendo al patio para la inminente vomitona que se le venía, de tanto beber... y de provocársela al metérsela hasta la garganta.

Cuando Liz volvió al salón, yo la esperaba en la entrada para ayudarla a acostarse y dormir. La pequeña Pamela salía de la ducha y entró al dormitorio para darle un beso de buenas noches a su mami...

  • Me dejaste sin lechita papi...

  • me dijo al oído mientras se despedía.

La dulce hijita salió de la habitación y girándose de espaldas, lanzándome un beso con la mano, mientras con la otra se hacía a un lado la tanga para dejar al descubierto el tesoro que antes me había follado.

Y guiñándome un ojo (

no el de su cara

) si no el ojo de su culo aun dilatado, abriéndolo y cerrándolo... Se despidió de mí hasta el día siguiente.