Inocencia caribeña, Pervertida -10-

Sigo poniendo en su sitio a la madre ante su hija

Volví de hacer compras y llegue a casa de las mulatas después del último episodio en el baño con madre e hija.

Como cabía esperar Lizbella andaba en casa bebiendo cada botella de ron que compramos y no se percató de mi llegada.

  • hola Liz, ya estoy con la compra.- Anuncié mientras entraba por la puerta.

La bella madre estaba vestida solo de un short y nada en la parte superior, mostrando sus pechos aún turgentes mientras hacía tareas de casa.

Ni me respondió a la llegada y solo continúo con su tarea de hogar.

Llevaba unos meses viviendo en casa de las dos mulatas, costeando y manteniendo lo que generaba la vivienda y algunos arreglos más , incluido una nevera nueva y aire acondicionado.

  • ¿No me ves ?- me dijo la madre mientras estaba sentado en un sillón y se mostraba ante mi, con su torso desnudo.
  • Claro que si, pero que necesitas?.- le dije inmediatamente.
  • Que me hagas caso y vengas sobre mi, como haría cualquier macho que me viese medio desnuda.
  • Ya sabes lo que me gusta mi bella mujer.- le dije enseguida

Resistíendose y al final cediendo a mis deseos, (sobre todo sabiendo quien era quien me ponía cachondo), se acercó a mi, y se arrodilló junto al sillón donde me sentaba.

Puso sus manos sobre mis muslos y mirándome a los ojos acercó su boca a la mia, sacando la lengua y abriendo la boca esperando mi regalo....

  • amor mío, te esperaba ansiosa tu llegada, ¿me das bien rico lo q tú quieres?- Me decía sin muchas ganas.

Lizbella era una mujer preciosa, tenía un cuerpo espectacular, pero aún así, no podía dejar de pensar en la preciosidad de la joven y turgente niña que tenía, que me deseaba y que haría a cualquier hombre enloquecer.

La hija de Liz, era más bajita, pero tenía un pecho exuberante, con una cintura estrecha y unas caderas anchas, con ese enorme culo que rebotaba solo con caminar... pero sobre todo era su cara angelical, con labios gruesos, grandes ojos y cara de niña, que nadie podría resistirse, y ademas, con voz de adolescente y de niña ingenua, que cada vez que te hablaba solo provocaba que tuviera una ereccion.

  • Hola papis, ya llegue,- sonaba la voz de la pequeña Pam entrando en casa y lanzando su cartera del colegio al suelo.
  • Hola mi niña- le dije rápidamente, y apartando mi mirada de la madre arrodillada ante mi para saludar a la cría.

Lizbella se puso de pie y se desabrochó el short que llevaba, quedándose solo en un tanga, en un intento de querer llamar mi atención ante la llegada de su hija.

Me levante del sillón y fui a saludar a la pequeña Pamela, sin apenas fijarme en el cuerpo casi desnudo de la madre.

Salto sobre mi, para que la abrazara, y con sus piernas, me rodeó con sus muslos agarrándose a mi cuello, mientras la sujetaba con las manos de su enorme y abultado culo, que apenas la minifalda de clase cubría.

  • Papiiii, que ganas tenia de terminar la clase, solo quería salir para estar contigo.- Me decía la criatura mulata mientras me abrazaba con todo su cuerpo.

  • Más ganas tenia yo de verte y pasar el fin de semana en familia después de tanto.-

La joven se bajó de mí y pronto se quedó sin el suéter ni la minifalda, estando en bragas y sujetador, como solía hacer cuando andaba por casa.

Después de una comida que hizo Liz, nos recostamos sobre el sofá los tres, yo andaba cansado y la niña y su mamá también se recostaron desganadas.

Les había prometido un viaje por la playa, pero a ninguna le parecía que les apeteciese ese fin de semana.

  • Amor, vienes a darme pinga? Me tienes que preñar, y darme tu leche en mi bollo.- Me decía la guapa madre recostada al otro lado del sofá.
  • Estoy cansado, ¿ por que no me provocas lo que tu sabes?

La madre se acercó hacia donde estaba recostado y empezó a besarme en la boca, para ir bajando y lamer hasta la polla y los huevos.

  • ¿Te gusta así amor?-
  • Hoy necesito algo más rudo.-
  • Mmmm se lo que necesitas,- Agarro con sus manos detrás de las nalgas y se metió hasta la garganta la polla, haciéndola salivar y toser mientras mamaba.

Todo ocurría en el salón, Lizbella, la madre con mi polla en su garganta y su niña sentada en un sillón junto a nosotros observándolo todo.

A estas alturas, el sexo era como comer, no había tabú.

  • Amor.... te estoy mamando la pinga hasta la garganta pero no la tienes dura..-
  • Estoy cansado.- Le dije
  • ¿Seguro que es eso, o es que no es mi boca la que quieres en tu pinga?- me dijo con cabreo.
  • ¿Sabes que?, no tengo ganas de discutir, pero si quieres saber, estas delante de mi visión y no puedo ver el gordo culo de tu hija que es quien me la pone dura .-

Separo su boca de mi polla y se levantó cabreado al frigo, airada a prepararse una copa de ron.

  • Pamela ven conmigo- Le dijo su madre desde la cocina.
  • Pamela, mejor siéntate a mi lado cariño.- le dije desde el sofá.

La niña no sabía a quien atender, así que continué.

  • Amor, papi necesita tu calor, recuéstate aquí.-

La niña se levanta de su asiento y se acerca donde estoy, mirando fijamente a su madre... y Liz, le aparta la mirada, resentida y resignada.

  • Papaito, mi mami no se enfada?.- me dice la niña
  • No amor, verás como viene y se le pasa, solo está estresada.-

Solo con sus braguitas que apenas cubren su culo y un sostén que ya le queda pequeño se recuesta a mi lado.

  • Que ganas tenia de sobar ese culo gordito tuyo, y sentir el calor de entre tus piernas. ¿Sabes que me apetece mi niña?
  • Que te apetece papi...?
  • Quiero que me bajes el pantalón.-
  • Ummmm si? Y que más?-
  • Quiero que metas tus morritos carnosos y mames bien rico el culo, y llames a tu mamá mientras me lames.-

La niña obedece a mis pretensiones y busca el orificio con su lengua a la vez que la llama.

  • Mami, puedes venir?- balbucea la mulata, al tiempo que su madre se acerca con una copa de ron en la mano y una lagrima callendose de su mejilla.
  • Mi puta hija, mamando culo de un hombre que no es el suyo..-
  • Tu puta hija es ahora mi puta, así que si quieres que te mantenga, deberás saber que su boca, su bollito y el agujero de su culo, son tan míos como lo son los tuyos...-

Lizbella me mira con lágrimas en los ojos y la cara compungida, no solo al ver como su joven hija me lame el culo, si no al saber que la deseo a la niña tanto o más, que a ella.

  • Mami, yo lo amo, es mi papi y quiero todo lo que me da.-
  • Mi chingadera de hija, tu papi es para mi, no para que te lo folles tu, yo quería una familia.-
  • Ay mami, pero es q me gusta tanto todo lo que me hace que también lo quiero.-

Madre e hija intercambian sus sentimientos , una desde la raja del culo y la otra frente a mi polla con una copa de ron en la mano. Con un morbo que no podía aguantarlo.

Así que lo lleve a un nivel superior si cabe.

Aunque las lamidas de culo que me daba la niña, me estaba poniendo a mil, la polla no andaba dura del todo, así que quise someter a la preciosa madre un poco más. Necesitaba que se sintiera humillada y sumisa para la familia que quería tener.

  • Liz amor, ponte de rodillas y ábreme la boca.-
  • Ahora que mi hija te lame el ojo del culo te pusiste cachondo?-
  • No es eso, quiero que seas mia del todo, y para eso tengo que hacer esto.

Levantándome del sillón y dejando a la cría sola detrás de mi, agarro la polla semi fláccida y apunto a la boca de Lizbella,

  • ven Pam, siéntate a mi lado, vas a ver una lluvia dorada.-
  • ¿Te vas a mear en la boca de mi mamá?-
  • Así es, como tu mamá me respetará-

La joven negrita se mete un dedo entre sus labios intrigada, y mirando como su dulce y guapa madre abre más aún la boca, sacando la lengua y esperando el líquido dorado que moje su cara

  • siii, mójame toda puto cabron hijodeputa , soy tu perra dame tu agua caliente en mi mi boca.-

Sus palabras sucias y ansiosas me provocan mear y soltarle en toda su bella cara , mojándola el pelo, los ojos y llenando su boca de la meada

Mientras orinaba en la cara de su madre, la cara de la niña era de un entusiasmo y perversion que jamas había visto....