Inicios mundo liberal
Este es el primero de mis relatos contanto mis aventuras y desventuras en este maravilloso pero a veces cruel mundo liberal
Hola, me considero una persona educada, discreta, simpática y divertida… que piensa que el sexo que puedas practicar hoy no lo dejes para mañana. Con mi mujer el sexo no digo que sea malo, pero carece de esa chispa que teníamos en nuestra juventud, a veces rutinario, a veces un tanto mecànico… he hablado con ella e intentado que exploremos juntos nuevos caminos, pero nada de nada, por lo que decidí recorrer dichos caminos en solitario y quiero compartirlo con todas vosotras y todos vosotros.
A ver, soy un tío normal de 46 años que procura cuidarse e intenta que “el paso de los años se noten” lo menos posible, que cae muy simpático a las mujeres y gracias a esa simpatía he conseguido metas, más que por mi “belleza natural”, tampoco soy feo, que conste.
Esa simpatía natural fue la que me llevo a iniciarme en el ambiente liberal, resulta que cierto año, en cierta cena de empresa hace ya unos años… acabe en una discoteca con una compañera de trabajo, la verdad es que nos llevábamos genial y siempre estábamos con las típicas tonterías del flirteo.
Pensaba yo que sin más consecuencias, ella es agradable, ojos verde oliva, boca carnosa, piel suave, tez morena, pechos generosos así como los pezones de oscura areola… en fin, ahí estábamos los dos con digamos unas cuantas copas de más, como tiene que ser, el caso es que nos pasamos todo el rato hablando y con el ruido lógico de la discoteca, para poder entendernos, nos hablábamos al oído, pero con el transcurrir del tiempo cada vez más pegados el uno al otro, hasta llegar a notar sus pezones pegados en mi pecho.
Por supuesto a esas alturas, aprovechaba cada ocasión para “meter mano” dejaba la mano que sujetaba la copa a la altura de mi pecho y me acercaba a ella para contarle cualquier tonteria, ese gesto hacia que el reverso de mi mano sintiese sus tetas y pezones y como no encontraba objeción alguna, pues tan encantado, en eso que me dice “por ahí llega mi marido” y se separa un poco, ante lo cual pensé que hasta aquí hemos llegado, llegó, la saludo con dos besos, se presentó, nos dimos la mano, un poco de conversación insustancial y hago amago de irme a otra cosa mariposa, ya que veo que él se coloca detrás de ella y empieza a darle unos besos en el cuello, la reacción de ella me deja un poco-bastante descolocado, me agarra del brazo y suelta “de aquí no te vas que aun hay noche” a lo cual contesto “que estaba muy a gusto pero que pensaba que les gustaría tener intimidad”, por no decir que dos son compañía y tres multitud, o eso pensaba yo, entonces me dijo “a mi marido no le importa, ¿verdad cariño?” a todo esto él seguía a lo suyo, le besaba el cuello, le comía el lóbulo de la oreja bien pegado a ella, viendo ella mi cara de asombro y desconcierto se separo un poco y mirando a su marido de reojo.
Nos pidió salir fuera para seguir la conversación tranquilamente, agarro la mano a su marido y con la otra me la cogió a mí y allá fuera que nos fuimos, yo la verdad es que no sabia que pensar pero me deje llevar intrigado y acabamos al lado de lo que suponía sería su coche.
“abre cari que hace frio y dentro hablaremos mejor” y eso hizo, yo abrí la puerta de atrás para entrar y en eso que vi como ella abría la otra puerta de atrás para sentarse a mi lado, a estas alturas no hacia mas que mirar al marido esperando ver algún gesto mosqueante, de disgusto, enfado, yo que se… pero nada, se puso delante mirándonos fijamente, “ a ver (empezó a decir ella) sabes que llevamos unos cuantos meses tonteando” intente decir algo en plan defensivo pero no me dejo seguir como adivinando mis pensamientos.
“esto que te voy a contar queda dentro de este coche, nosotros llevamos un tiempo dentro del ambiente liberal, hacemos intercambio de parejas y algún que otro trio”
Yo ya tenia los ojos como platos, había oído del tema, pero nunca pensé en verme en una de esas, “la verdad (continuó) es que llevo un tiempo diciéndole a mi marido que me apetece mucho montarme un trio con los dos, no veas las veces que me ha follado mientras yo le decía que me apetecía hacer contigo y con él.
¿Qué me dices?”
Yo con la boca seca empecé un balbuceo del tipo “no se que decir, nunca me he visto en una de estas, la verdad es que me pones muy cachondo pero no se como reaccionaria…” total que sin esperarlo se acerca y me da un morreo que no veas, acto reflejo es seguirle y continuar con el morreo, la verdad es que me puso a mil, yo también había fantaseado con ella mientras follaba con mi mujer, y no veas que cosas había imaginado, estuvimos con el morreo unos instantes, que boca y lengua más jugosa, jugamos con nuestras bocas con ganas, la oía respirar y aun me excitaba más, ella lo estaba disfrutando de veras, hice ademán de acariciarle los pechos (llevaba todo la noche deseando tocarlos con ganas, no solo rozarlos) pero me agarró la mano separándose algo de mi y mirando a su marido le dijo:
“cari arranca el coche y vamonos al campo para estar tranquilos”
Lo miré de reojo y vi como sonreía, arrancaba y se ponía a conducir, pasado unos minutos (mientras mi cabeza daba vueltas a todo lo que estaba ocurriendo y con un empalme de categoría) empezamos a salir del pueblo dirección al campo (que yo sabia que estaba a unos diez minutos más o menos), pensó ella que ya había suficiente oscuridad y la oí decirme:
“ven”
Mientras se echaba hacia atrás en el asiento y empezamos un nuevo morreo, esta vez sí pude acariar sus pechos a gusto, estaban calientes y los pezones duros (se notaba que la tela del sujetador era fina) agarro mi mano y la llevo a sus bragas
“estoy super mojada, ¿lo notas?”
Efectivamente estaban mojadas, yo hacía círculos con mis dedos encima de ellas y sobre su clítoris que notaba duro y caliente
“tengo la polla a reventar”
Dije yo llevando su mano a mi bragueta
“ufff que bien lo vamos a pasar cari” mirando a su marido
“ya hemos llegado” dijo él
“me habéis puesto como un burro”.
Paró el coche, bajo para abrir la verja, subió y entramos al campo para dejar el coche, nos bajamos, ella y yo agarrados y besándonos, abrió él la puerta del campo y mientras iba encendiendo luces y abriendo puertas, su mujer y yo seguimos con el morreo, de camino al salón, a estas alturas quería tocar carne, no solo tela, la apoye contra la pared y lo primero que hice fue bajar los tirantes de la prenda que llevaba y quitarle el sujetador, queria acariciar y chupar esas tetas que me volvian loco, que olor mas agradable, que sabor, ella cogia mi cabeza y la dirigia de un pezon a otro, que yo chupaba con delicadeza unas veces y con pasion otras, a todo esto ni te cuento como tenia la polla de dura, creo que hasta me dolia, finalmente puse mi mano entre sus piernas, separe la fina tela de sus bragas y mis dedos tocaron por fin los labios de su sexo, ufffff caliente, mojado… fue sentir mis dedos y empezar a gemir, empece a comerle la boca, le mordía suavemente los labios, la lengua y decidí meterle dos dedos y empezar a follarla, estaba encharcada, con el dedo gordo acariciaba su clítoris
“vas a hacer que me corraaaa” baje el ritmo de mi follada
“no te preocupes aun no te vas a correr, me habéis puesto muy morboso y quiero hacer muchas cosas contigo y que las vea tu marido”,
“mira lo que dice cari”, gire la cabeza para ver donde estaba, se había sentado en un sillon con la polla fuera toda empalmada, se estaba acariciando
“venid al sofa que quiero ver con mas detalle todo eso que dice que te va a hacer…”