Inicios en el Charco de la Pava

Disfrute y me hizo disfrutar, tanto que en cada atragantada hasta los mismos huevos, este tras sacarla me abofeteaba con su polla, volviéndomela a clavar hasta la garganta hasta ver en mi rostro, como sentía náuseas y tenía arcadas.

Inicios en el Charco de la Pava

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea al portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar. Como dije en su momento soy una persona como tantas que disfruta del sexo, no me considero hetero a pesar de ser casado, ni bisexual a pesar de mantener relaciones con hombres, pues de estos últimos solo me van y ponen los maduros y muy maduros, aunque haga excepciones.

Soy persona que tengo muchas por no mentar demasiadas experiencias, experiencias que las publico por este portal para vosotros, persona que me inicie… perdón puntualizo, persona que me iniciaron a los trece años. Aunque para ser sinceros, yo en el sexo comencé a los seis o siete años mediante pajas, observaba como mis hermanas mantenían sexo en casa, como una era más salida que otra. Para las buenas o para las malas, soy de esas personas que recuerda casi todo, recuerdos que en ocasiones intento olvidar y en otras me ayudan para realizar otras, no siempre lo tengo más fácil, debo deciros que de joven y por unas anomalías en mi cuerpo… fueron más fáciles de realizar.

A veces me asombro a mí mismo de mis experiencias, tantas que no sabría por dónde comenzar, piensas que vas de nuevo y finalmente te das cuenta que de eso hay poco. He tenido experiencias que me han sorprendido, no por haberlas planeado, sino que de forma casual y sin buscarlas me han pasado, donde siempre ha estado el morbo presente. Pero debo confesar que en verdad he sido guiado por mi curiosidad, imaginándome lo que podría pasar y que finalmente pasa. Donde la finalidad de estas, depende de las circunstancias, pues no siempre son fantasías o el deseo de que ocurra, sino que esas otras personas hagan lo posible a que se realice.

Pero a veces no espero a que ocurra pues acabas cansándote, esas veces provocas la situación, provocas de forma inocente una chispa y a veces no es el final esperado, disfrutando de una manera extraña cuando esas veces me toman por la fuerza, veces que me hacen tener un orgasmo sin llegar a tocarme. Pero bueno, no me enrollo más, comenzare por contaros una experiencia más de mi vida, experiencia que hace años…

Recuerdo aquella vez en el cual estaba como tantas tardes en el Charco de la Pava, años que siendo nuevo por la zona pecaba de ingenuidad a pesar de tener experiencia. Pero aquello era nuevo para mí, bueno si es cierto que por mis experiencias debería de temer tanto, pero es algo que siempre me pasa, no sabría explicarlo.

Yo os podría decir que no conocía esa zona, solo de oídas por algunos maduros, yo por esa época era solo de cines porno, salas X, saunas, aseos subterráneos, parques y poco más. Mi experiencia se bastaba en eso que decir esto… ya es demasiado, mi primera vez fue forzado, vez que, aunque extraño… disfrute, quizás por ese motivo no quedas marcado. En otras ni sientes cuando te la meten y menos cuando acaban, solo cuando te hacen saber que ya han finalizado, mis demás ocasiones han sido por curiosidad siempre llevado de la mano del morbo.

Como he dicho, conocía aquellos sitios por comentarios, amantes que me recomendaban ir, recomendación que finalmente acepte. Una tarde tras salir de la oficina, me encamine hasta este sitio, lugar que me pareció de los más extraño y tenebre. Lugar sin apenas asfalto, todo estaba lleno de maleza y franqueado por árboles, apenas había luz a excepción de una torre. Mi primera vez bajé y di un par de vueltas, observando lo que acontecía mientras me masturbaba hasta que finalmente, detuve mi coche a un lado y a los pocos minutos tuve compañía, pues se me acercaron varios muchachos con su polla en mano. Chicos que no me gustaban y menos me ponían, no por sus pollas sino por su edad, pues los jóvenes no me van, ni veinteañero, ni treintañero.

Ese primer día en el cual pensaba que no me iba a comer una rosca, apareció un cincuentón alto y corpulento, desconocido que me enseño su pollon y me tuvo a sus pies. Disfrute y me hizo disfrutar, tanto que, en cada atragantada hasta sus huevos, este llegaba a darme una bofetada con su polla. Maduro que me hacía tener arcadas y sentir nauseas, desconocido que tuvo que notar que me gustaba y sin previo aviso descarga en su totalidad dentro de mi boca, obligándome a tragar en parte, digo en parte pues no me quedo más remedio hasta que este no saco su polla de mi boca. Luego como es habitual, cogen se la guardan en el interior de su pantalón y acaban marchándose, no preocupándose de nada más.

Por lo que, desde ese día yo era de esos que llegaba con el coche, algo asustadizo y temeroso, deambulaba un poco dando vueltas a modo de ver el terreno, mirando donde podía detener mi coche y buscar algo. Aquella vez como otras tantas, no era la primera vez que un maduro se me acercaba, maduro que viendo mi rostro sabía lo que buscaba, rostro aparentemente joven y como me decían aparentaba mucho menos. Los maduros que se envalentonaba y veían que no habían sido rechazado, tras una breve charla, charla que yo escuchaba y veía sus intenciones, intenciones que eran que poco a poco estos introducían su brazo por la ventanilla. Brazos cuyas manos se aventuraban a tocarme el pecho o entrepierna por encima de mis prendas, manos que ante mi silencio introducían sus manos ya sea por el escote o por el interior de mi suéter o camisa… uuummm!!.

Aquello me ponía como a tantos, pero este viendo mi docilidad continuaban, descendiendo hasta mi entrepierna, y otros como este mismo, tomaban mi mano hasta llevarla a su entrepierna… uuummm!!, “obligándome a magreársela”… uuuffff!!, acabando por sacársela y continuar a pelo… uuummm!!. Conocí a muchos por no mentar unos cuantos, muchos que se quedan en la recamara ante días que no hay nada. Son esos que se aprovechan esos días de hacer a su antojo, cosa que me pone, pues me llevan a lugares que desconozco.

Conocí a varios con los cuales mantuve una larga amistad, amistad tan gratificante para el como para mí, persona que poco a poco me instruía a su modo, enseñándome sus fantasías. Uno de estos con el cual no pase en meses de mamadas y poco más, persona que no dejaba de insistir en poseerme, cosa que temía por el lugar, pues ya no se conformaba con las mamadas, pues deseaba penetrarme. Acabando por ceder, llevándome a ese mismo lugar, lugar como he dicho el Charco e la Pava, donde años atrás estaba muy dejado de la mano, cosa que nos gustaba. Me llevo al medio, donde apenas había luces, zona de arbustos y arboleda, donde comenzó a besarme y acariciarme, desvistiéndome poco a poco. Mi follaamigo tenía pocas prendas que quitarse, pues ese mono azul era su única prenda a excepción de los calzoncillos y calcetines. Este poco a poco, fue quitándome la camisa mientras yo me descalzaba, continuo con el cinturón, pantalones, calzoncillos, dejándome con tan solo los calcetines.

Sus besos con y sin lengua, continuaron con muerdos, mientras me acariciaba, ¡magreando cada centímetro de mi cuerpo… ooohhh!!, caricias que me hicieron estremecerme y suspirar. Mientras que él, comenzó a chuparme y morderme mis tetillas… aaahhh!!, al tiempo que me follaba con dos de sus dedos… uuummm!!.

En esos momentos no estas para nada simplemente al placer, deleitándome con cada gesto que me estaba haciendo… uuuffff!!. Tanto disfrutábamos que no caemos en nada más, quizás porque los cristales cubierto por vaho evitan la vista al exterior. Pero quizás no fuera los gemidos que emitíamos lo atrajeron a otros, sino los gritos de placer de mi amigo, gritos que emitía en cada una de sus embestidas… ooohhh!!.

Manuel, no me puso en posición de perrito, ni a cuatro patas que al caso es lo mismo, sino se puso encima mientras me penetraba, pues disfrutaba con mi rostro de placer, tras sus gritos por el orgasmo obtenido. Este continuo penetrándome como semental que es, no dejándome de darme placer, pues no cesaba hasta que yo no me corriera, pues disfrutaba bañándome con mi propia corrida… aaahhh!!. Luego tocaba descansar, reponer nuestras respiraciones, vestirnos, poner derecho nuestros asientos reclinados, marchándonos hasta que el me dejara en mi coche. Despidiéndose de mí mediante dos piquitos, tratándome con ternura y dulzura, como si fuera una chica, aunque bien me decía que yo era algo más que su amante.

Llegamos a follar dentro del coche como amantes dos o quizás fueran tres, siendo esa siguiente vez cuando sus sonoros gritos, llamaron la atención de otros… que quizás lo llamaron antes, pero no les dieron ganas de acercarse. Esa vez llamaron nuestra atención que me diera mediante sus nudillos en el cristal, mi amigo sin que se percató, retiro el vaho del cristal sin que me diera tiempo de al menos taparme. Descubriendo al otro lado como al menos tres tíos, tíos que salidos no dejaban de insistir que abriéramos la puerta, cosa que lógicamente se negó mi follaamigo. Acabaron por bajar estos el listón, pidiendo al menos ser espectadores de nuestra relación, aceptándolo a pesar de mi negación.

Y claro está, acabe siendo follado por mi amigo en presencia de esos tres hombres, debimos de dejar un buen espectáculo, pues acabaron por correrse pronto… uuummm!!. Llegándome a soltar en un momento dado este…

  • “Te imaginas que baje el cristal o abra la puerta, saltarían estos sobre ti como hienas, poseyéndote cada uno de ellos… uuuffff!!. Debe de ser todo un espectáculo”.

Hubo gritos e insinuaciones de todo tipo, soltándome obscenidades o peticiones a mi amigo, como aquella…

  • “Fóllatelo a pelo, preña a esa putita”.

Mi amigo Manuel… mi follaamigo me penetro con tantas ansias que acabo pronto, amigo que luego tras quitarse el preservativo me dejo que se la chupara, mientras el no dejaba de penetrarme con dos de sus dedos. No dejando que calentarme… o quizás más a esos, besos, muerdos, lamidas y todo lo que se le pasaba por la cabeza… uuummm!!, para finalizar por volverme a coger… uuuffff!!. Pero una migaja de pan lleva a otra, lleva a los propósitos de mi amigo Manuel, lleva a exhibirme cada lunes, miércoles y viernes en ese mismo sitio, ya que los martes y jueves me lleva bajo un puente, puente que tras poner una manta en el suelo me desviste por completo y me posee a su placer… uuummm!!.

Bien recuerdo una de tantas veces en que mientras mi amigo Manuel me embestía, estos sacaron del interior de sus pantalones sus pollas, pollas que una vez más restregaban por las ventanillas… uuummm!!. Miembros que no estaban nada mal, ¡y puedo atestiguar que por el color de alguna estaban que iban a estallar… uuuffff!!, moradas y enrojecidas, marcadas por esas venas. Pero estábamos en eso cuando Manuel me propuso…

  • “Joder no te da pena, mira como estas, bajamos la ventanilla y masturbas a alguna, o hazle al menos una paja”.

Yo ignoraba tanto a Manuel como a estos, ¡estos que uno de ellos se me acerco tanto que con la punta de su capullo rozaba mis labios… uuummm!!, gesto que hizo que mi follaamigo volviera a decirme…

  • “Coño Jose, mira como está el chico, no te hagas de rogar… dale una chupadita”.

Mire hacia estos y nada más, pero me quede sorprendido cuando mi follaamigo le dio por bajar la ventanilla, y vez acojonado como que hasta seis manos me poseyeron, manos que tiraron de mi hasta la puerta… abriéndola estos finalmente. Me resistía dando manotazos, intentando soltarme, viendo como mi follaamigo en vez de ayudarme, cogía y se me colocaba detrás, sujetando mis caderas al tiempo que conducía su polla, sintiendo como me la clavaba… aaahhh!!.

Y no entiendo como en vez de repudiarlo… aquello me encantaba, pues sentía su tronco vivo, sentía aquella polla entrar y salir, dando por hecho que este no llevaba condón… uuummm!!. Y sentir y ver cómo le ponía a este penetrarme en directo delante de esos sin que hubiera ventanilla por medio, notando su polla más dura de lo normal, quizás fuera la monotonía lo que le hubiera llevado a esa situación. Pero el verme como estos turnaban mi boca para sus pollas, como disfrutaba de cada una de ella, embadurnándola en saliva y tragándomelas hasta sentir arcadas… aaahhh!!. Eso o ver como estos me tomaban de mis cabellos y restregaban sus pollas por mi rostro, como golpeaban mis mejillas con estas, obligándome a introducirme hasta dos… uuummm!!, o incluso sus huevos peludos… uuuffff!!.

Aquello duro realmente no más de lo previsto, aquello me parecieron horas, tiempo en que mi follaamigo se corrió antes de lo esperado, corrida que saco con violencia de mi interior y baño mi espalda… uuuffff!!. Disfrute que piensas que como era normal… habíamos acabado, pero esa tarde no iba a ser igual, pues este me cedió a uno de ellos. Uno que tras colocarse un condón me embistió y con tanta violencia que me la clavo de una sola estocada… ooohhh!!, mientras los otros se contentaban con magrearme, y obligarme a mamárselas hasta que llegara su turno… uuuffff!!. Mi orificio quedo dolorido, enrojecido y bien abierto, bañado literalmente mi cuerpo en las corridas de estos, estos que no dejaban de decirme…

  • “Joder… como daría por cogerte en una cama y hacerlo bien de verdad, ¡hay te preñaría una vez tras otra… uuuffff!!”.

Pero como os digo, esa tarde noche finalizo de semejante manera, embadurnado en semen de desconocidos y extraños, medio preñado por mi follaamigo. Pero tras marcharse estos y quedándome a solas con mi follaamigo, no os podéis imaginar la bronca que se llevó, tal fue que cuando me marché le hice ver que nuestra relación había finalizado, relación que acabando precisamente en el momento que me cedió. Pero pasa lo que pasa, durante semanas no deje de masturbarme con esos momentos, recordando cada segundo y disfrutando con ello. Echando de menos eso y lo que disfrute, tanto eche de menos que me vi a las dos semanas con mi follaamigo… uuummm!!.

Disfrutando de este, disfrutando de como aprovechaba su metro setenta y nueve de estatura para subirse a la estructura baja del coche, bajarse la cremallera de su mono de trabajo azul marino y darme su pollón para mi disfrute… uuummm!!. Dándome polla hasta dolerme las comisuras de la boca… ooohhh!!, labios hinchados… uuuffff!!. Bajándose para hacerme inclinar y follarme con violencia… aaahhh!!, haciéndome morder la bola de la palanca de cambio, embistiéndome con fuerza y correrse hasta por dos veces… uuuffff!!.

Dejándome satisfecho por ser su putilla, quedándome de rodillas chupándosela, ¡arrancándole una tercera corrida que trague en su totalidad, llegándole a prometer que soy sola suya a pesar que me ceda a otros… uuummm!!. Bueno lo dejo aquí, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios.