Inicios de mi mujer (2)

Mi amigo llega y empieza el festin con mi mujer mientras yo me deleito mirandolos.

INICIOS DE MI MUJER II

Pues sigo con la continuación del primer relato de esta serie, no sin antes darles las gracias a todos los compañeros que me escribieron y aprovechando para plantear algunas ideas, si ustedes me permiten antes de platicarles como fue la llegada de Alberto a la casa para cogerse a mi mujer.

Siento que entre los hombres que disfrutamos de este delicioso placer de compartir a nuestras esposas deberíamos de tener más unión, estar más en contacto entre nosotros para compartir diferentes cosas, tales como experiencias, los contactos que tengamos y que nos hayan dado buenos resultados, (porque existen muchos que solo despiertan su morbo, entran en contacto, hacen citas y nunca concretan nada), también podríamos compartir fotos de nuestras esposas, relatos de esas experiencias, sitios en Internet sobre el tema, lugares que frecuentar y todo lo que podamos platicar entre nosotros para hacer más seguro y ampliar nuestras opciones de gozo en esta muy especial forma de ver y disfrutar la sexualidad.

Espero me escriban todos los compañeros que gozan de este placer, podemos hacer algo más de lo hecho hasta ahora, no dejen de estar en contacto y compartamos a nuestras mujeres primero entre nosotros y luego con los sementales. Si acaso puedo apoyar con ideas con gusto lo haré, también se trata de encausar a los que apenas tienen la idea en mente y no saben por donde empezar, quizás les podamos apoyar con algún consejo que los ayude a evitar errores como los que nosotros cometimos alguna vez, tenemos algo de camino recorrido, muchas vergas han estado en el rico coñito de mi mujer, algo de experiencia debemos de tener, es importante fijarse desde el anuncio que pones hasta la selección del candidato incluyendo los detalles de la cita y lo que pasa posteriormente a la citas, hay mucho loco suelto y hay que cuidarse. Recuerden mi mail es octaviobuenaventura@hotmail.com

En este tema de la infidelidad compartida, los tríos y cualquier tipo de sexo que involucre a más de dos hay mucha fantasía de por medio, muchas mentiras que los escritores profesionales ocupan para calentar a los lectores, tales como que les dejan a las esposas el coñito lleno de leche, que se las meten sin condón, esas cosas no pasan en la vida real y si acaso pasan esta mal. Los hombre cornudos cuidamos a nuestras putitas y nunca las expondríamos a una enfermedad., se necesita mucha confianza y análisis de por medio como para permitir que nos cojan a la mujer sin condón, en mi caso aun no pasa eso, ningún hombre se a cogido a mi mujer sin usar condón, aunque admito que es algo que me llena de morbo, pensar en que mi putita llegue a casa llena de leche o verla escurriendo lefa después de ser cogida es una fantasía súper excitante y claro que me calienta mucho el pensar en explorar su coñito recién inyectado, es algo que se que llegara a pasar alguna o muchas veces, pero en su momento.

Pues bien volviendo al relato, ustedes disculpen el amplio comentario, resulta que ya estando listos, mi mujer vestida con una falda a la rodilla negra y holgada, con liguero negro y medias negras y con una blusa negra transparente, dejando ver sus medianos y blancos pechos cubiertos también por un brasier negro con escote amplio, se veía riquísima mi putita y no dudaba en que Alberto se sentiría excitado al verla así. El detalle máximo era que no había tanga, disfruto sabiendo que la mujer que va a mi lado o esta a mi lado no lleva tanga ni nada abajo que impida poder ser exhibida por mi en cualquier momento a algún macho, me gusta meter la mano y encontrar el camino abierto y libre hacia el coñito. Alberto seguramente se llevaría una sorpresa al verla abierta de piernas sin nada abajo.

Una de las cosa de mi mujer que me gusta mucho es su coñito, sus labios son algo grandes y expuestos, su clítoris es de tamaño mediano, poco vello, motivo por el cual prefiero que lo lleve rasurado, dejando solo una tirita por arriba de la vagina, la enseñe a rasurarse desde que nos conocimos y hasta ahora es muy cuidadosa en su arreglo, siempre al bañarse cuida su panochita igual que sus axilas, ella sabe el morbo que despierta a los hombres cuando le ven bien cuidado el coñito.

Alberto llego como media hora después de lo previsto, calzada de tlalpan estaba atiborrada de autos, el trafico siempre es pesado en la tarde y mas aun en temporada de lluvias, los que viven en el DF saben de que hablo, toco el interfon y bajé a abrirle, subimos juntos comentando sobre el trafico, cuando abrí la puerta del departamento mi mujer estaba sentada en la sala esperándonos.

Previamente había preparado algunas botanitas, queso y jamón en trocitos, siempre cuidando que sean cosas que no produzcan mal aliento. En ese momento se comenzó a concretar la fantasía, por fin se conocían cara a cara, los presente y sin más se dieron dos besos en la mejilla, se sentaron en un sillón y yo de frente a ellos en un sillón individual, me dio mucho gusto verlos sentados juntos, era la concreción de mi fantasía, tenerlos juntos frente a mi, de inmediato surgió empatia entre los dos, comenzaron a platicar con mucha familiaridad, parecía que se conocían de tiempo atrás, la platica fluía muy amena, ella le preguntaba cosas de su trabajo de su vida, de su familia y después cosas intimas, de sus experiencias con mujeres y cosas así. Mi mujer es muy abierta y sociable, no se reprimió sino todo lo contrario empezó a hablar con toda naturalidad de temas sexuales, le pregunto sobre el motivo por el cual había venido sobre como se sentía con la idea de hacer un trío con nosotros, el también hablo muy abiertamente, comentaron sobre el tema y sobre sus fantasías particulares mientras yo solo de repente hacia algún comentario, prefería mantenerme más como espectador que como participante, para mi el verlos juntos platicando de sexo era un anhelo cumplido, me sentía transportado a un mundo irreal, pero ahora era mi fantasía empezando a ser realidad.

Al tiempo mi mujer le pidió lo esperado, déjame verlo, le dijo, el entendió y le contesto que fuera pareja y dando y dando, los tres nos reímos y nos pareció justo, así que ella se hecho para un costado en el sofá, subió las piernas y las abrió de frente a el, para dejarlo ver su intimidad, Alberto se puso rojo, supongo de la emoción y al mismo tiempo algo apenado por la osadía de mi mujer, pero claro que se impuso la tentación y puso sus manos sobre las rodillas de ella para separar mas sus piernas y verla mas a fondo, después de eso se puso de pie y se desabrocho el pantalón para bajárselo y dejar al descubierto su pene.

Su verga resulto ser no muy larga pero si algo gruesa, mi mujer quedo encantada al verla, se acerco a ella así sentada como estaba y la tomo entre sus manos, hizo lo que le gusta hacer cuando le presentan una verga nueva que es olerla primero, sentir su aroma, le gusta que huelan a limpio, la descapullo y la miro por abajo y por arriba, como quien admira una joya por todas sus partes, la levantaba y miraba desde abajo, la hacia de lado y la miraba de costado y también desde arriba, finalmente y después de su análisis de visual detallado y con una sonrisa de satisfacción en su cara la acerco a su boca y poco a poco (dándome tiempo de gozar de esa escena), y así como en cámara lenta la fue metiendo en su boca, abrió apenas sus labios y fue empujándosela hacia dentro, poco a poco, gozando milímetro a milímetro de esa verga que tanto había esperado e imaginado. Se la metió lo más que pudo y luego la saco, la volvió a mirar, ya estando humedecida por su saliva y tomándola con ambas manos la volvió a meter en su boca para empezar una mamada en forma, como solo mi putita sabe darlas, de forma imponente, con esmero, con pasión, con cariño. Mi putita no mama por mamar, ella mama con amor, con cariño, y debo decirlo; es como con respeto. Una verga le causa una devoción especial, cuando la ves mamando y miras su cara, su sonrisa, sus ojos, la expresión completa de su carita al mamar una buena verga es de estar al borde del éxtasis. Tengo fotos de ella en esos momentos y me siento extasiado al verlas.

Mire la cara de Alberto y supe lo que en esos momentos estaba sintiendo, la expresión de su cara, sus ojos cerrados y sus manos sobre la cabeza de mi putita expresaban el momento de deleite por el que lo estaba haciendo pasar la boca privilegiada de mi mujer, la forma en que usa sus labios y su lengua es única.

Estuvieron un buen rato en esa posición, el parado de frente a ella, ella sentada mamándole la verga y yo mirando, captando cada momento con la cámara y acercándome a mi esposa para ver lo mas de cerca posible la perfecta mamada que ejercía sobre la bien formada y estilizada verga de Alberto.

Me sorprendió que no terminara en su boca, pero aguanto estoicamente a los embates bucales de mi putita, cosa que es de admirarse porque se que esas mamadas hacen terminar a cualquiera en poco tiempo, pero el aguanto y después de un rato ella se paro y comenzó a desnudarse frente a el, quitándose la blusa se saco las lindas tetas sobre el brasier y las puso a su disposición, claro que el de inmediato las tomo entre sus manos y se las llevo a la boca, las chupo alternándolas, besando el pezón y notando como se comenzaban a poner duros, mi mujer tiene un par de tetas de tamaño normal, muy blancas y con aureolas y pezones rosados, esos ricos pezones son mas bien grandecitos y se ponen bastante duritos cuando esta excitada, para ese momento ya estaban así.

Me acerque y le empecé a acariciarle el culito a mi mujer mientras el seguía magreándole los senos, sus lindas nalguitas se sentían calientitas, desabroche su falda y se la quite dejando su coñito a la vista de Alberto, sus piernas blancas y llenitas se veían hermosas con sus medias y liguero negros, El se sentó y la atrajo hacia el, la sentó en las piernas y empezó a acariciar todo su cuerpecito, la acaricio sobre las medias y sentada como la tenia sobre de el le separo las piernas para poder admirar su sexo, Vi su mirada dirigida al coñito de mi mujer y le dijo "que bonito regalito me tienes preparado", ella le sonrió y le contesto; "es para ti papito", esas palabras hicieron que mi ya excitado pene su pusiera mas duro aun, y ahí en mi sillón me desnude prontamente dejando mi pene libre para poder masturbarme mientras seguía siendo testigo de la agasajada que le estaban dando a mi mujer. Después el subió las manos y las metió en su panochita mientras se besaban, mi esposa empezó a mover la cadera y a gemir quedamente ante las caricias que le hacia mi amigo en su coñito, el le tenia metida la mano entre las piernas y seguramente ya sus dedos la habían penetrado.

Mi mujer con una voz muy cachonda le pidió que fueran a la camita para estar mas cómodos, se levantaron del sillón y se lo llevo tomado de la mano, yo los seguí por el pasillo mirando sus espaldas desnudas y las nalgas de mi mujer moviéndose sensualmente mientras se encaminaban a nuestro cuarto, al cuarto que nos pertenece, donde dormimos juntos y que estaba a punto de ser profanado una vez mas por otro hombre, la imagen de mi mujer llevando a mi amigo de la mano muy cordialmente a nuestra recamara se me quedo grabada en la mente y aun hoy al pensar en ella me excito de inmediato y me sirve de motivación cuando quiero empalmarme.

Creo que ya me extendí bastante en esta entrega, permítanme continuar en la siguiente ocasión con lo que paso ya en la recamara, de cómo entre mi mujer y un servidor le dimos satisfacción sexual a mi amigo Alberto y de cómo nos quitamos los prejuicios que nos quedaban.

Por cierto vivimos en el DF y nos encanta estar en contacto con personas como nosotros, cuídense mucho compañeros y amigas, les mando una foto de mi amada mujer, imagínense la cantidad de vergas que han estado dentro de ese coñito, es una cantidad de verdad considerable. Espero la disfruten.

Espero sus comentarios a octaviobuenaventura@hotmail.com