Inicios de mi mujer (1)

Mi aficion por ver a mi mujer cogiendo con otros es insuperable, me encanta tener una putita en casa.

Ese día estábamos esperando la llegada de Alberto, llevábamos varios intentos de vernos, en el primero el no pudo, en el siguiente intento por vernos mi mujer se sintió indispuesta de salud y tuvimos que cancelar y la ultima vez había sido yo el que cancelo por un dolor de estomago, en esas circunstancias no era para mi nada motivante verlo así que lo dejamos para un cuarto intento, intento que si se concreto. Ya era justo que nos viéramos, finalmente cada uno había cancelado en momentos diferentes, este encuentro lo habíamos deseado y planeado por mas de un año, todo empezó desde que le sugerí a mi esposa que me gustaría hacer algunas cosas diferentes en nuestras relaciones sexuales, cosas que nos provocaran más excitación dentro de las cuales le pedí que incluyéramos a otro hombre, el querer compartir a mi esposa con otro era una idea que siempre me ponía muy caliente, imaginarla siendo cogida por otro me causaba unos calentones de a mil, y para mi felicidad cuando se lo confesé encontré una buena recepción a la idea, a partir de que ella acepto como una buena posibilidad mi idea empezamos a platicar mucho sobre ello. Siempre hemos sido muy abiertos en cuestiones de sexo y muy sinceros para decirnos lo que nos gusta y lo que no nos gusta en la intimidad, entre ella y yo existe un dialogo constante en cuanto a nuestra sexualidad, platicábamos de cómo seria un encuentro con otro hombre, de todo lo que podríamos hacer en trío, las posibles posiciones que podríamos hacer y lo mucho que gozaríamos de coger con un tercero en nuestra cama, pensando en eso nos dábamos unos calentones enormes que nos llevaban a una cogidas muy ricas, yo la motivaba cuando estaba subida en mi cabalgándome diciéndole cosas sobre lo que sentiría al comerse una verga diferente a la mía. En esta de la realización de mi mujer como putita de dos y ya no exclusivamente mía empezamos a decidir de quien seria el elegido para vivir tan esperada experiencia. Pensamos en contactar a algún desconocido por Internet o hacerlo con algún amigo, todo lo platicamos a detalle. También a parte del trío me excitaba mucho la idea de que mi mujer saliera con otro y que tuviera relaciones sabiendo que era con mi consentimiento y apoyo, que regresara a la casa después de coger, con el coñito bien rojito e inflamado de tanto ser cogida por otro y poderla gozar así recién fornicada, imaginarla en la calle de la mano de otro, platicando con el y coqueteándole, cachondeando portándose sensual. Todas esas ideas me pone súper caliente, me pone muy loco de caliente, puedo venirme solo con esos pensamientos, me imaginaba que ella podría salir y a alguna cita y regresar con su coñito bien usado, rojo de tanto coger, con chupetotes en sus precioso senos, sentir el olor a sexo en su cuerpo y el sabor a otro pene en su boca me ponía a mil, las primeras ideas y fantasías siempre eran complementadas con la figura de mi amigo Alberto, después de platicarlo llegamos a la conclusión de que era el la persona mas adecuada para unirse a nosotros en la intimidad. Finalmente lo hicimos la primera vez, aunque no fue Alberto el primer hombre que se cogio a mi mujer con mi consentimiento pero si fue el primero que entro en su mente con nuestras fantasías y sueños, el es amigo mió desde hace años y a través del tiempo hemos llegado a platicar de ciertas experiencias sexuales y a compartirnos algunas fantasías, por eso supe que podía contar con el para llevarlo a la cama con mi mujer, a la que por amor cariño y para motivarla le digo mi PUTITA con mucho cariño, pero ahí estábamos en casita listos los dos para recibirle. Yo había llegado temprano del trabajo, me salí lo antes que pude para poder llegar y ayudar a mi putita a arreglarse, llegue a las 5 pm ya se había bañado y había escogido una falda holgada negra, me pareció buena elección, siempre me ha gustado participar de modo muy activo en los preparativos que hacemos cuando alguien llegara a cogersela a la casa. Así es, que vengan otros hombres a cogerse a mi esposa a la casa es mi mayor anhelo sexual, a través de los años he descubierto en mi esta manía, este estado psicológico que no se como se llame, no se aun si acaso la medicina tiene detectado y clasificado este gusto sexual. El caso es que al paso de los años me di cuenta de que lo que empezó como una simple idea fue madurando y creció en mi, quizás influenciado por los relatos de Internet o al darme cuenta de lo que pasaba en los cines con algunas parejas que asistían y empezaban a fajar de forma muy intensa. Déjenme platicar un poco de esos inicios; al principio me anime a entrar a cines yendo solo por gusto solamente, ya dentro vi. que varias mujeres solas solían hacer lo mismo y se me despertó la posibilidad de ligar, varias veces tuve suerte y pude salir acompañado de alguna chica para llevarla al hotel, con la motivación y sabiendo ligar en los cines me motive para seguir asistiendo y conociendo otros cines donde podía ligar mas fácil, sobre todo los de la zona de Reforma y el Centro, en esas visitas me di cuenta de que había parejas que iban al cine para dejarse ver por otros hombres, por lo regular las mujeres iban con faldas que eran subidas por su pareja dejando ver las piernas y cuando algún hombre se acercaba subían mas la falda para que la visión fuera mejor, ya estando sentados cerca de la pareja la función se ponía mas fuerte, al paso del tiempo detecte que había ligues completos, o sea que la pareja salía acompañada de un tercero seguramente a algún otro lado que les diera la privacidad necesaria para tener una relación sexual completa. Claro que aprendí a hacerlo y también conocí a algunas parejas con las que tuve relaciones muy satisfactorias, fueron parejas donde las mujeres por lo regular eran atractivas y muy activas sexualmente, también había parejas a las que solo les gustaba que las vieran, sin toques ni caricias, solo mirar y que ellas vieran como me masturbaba o verlas coger ahí mismo, el exhibicionismo y el vouyerismo siempre van de la mano y en los cines eran una mezcla excelente y muy frecuente, ahí se encontraba el complemento justo a tu gusto sexual. Lo que paso con Alberto lo relato en la siguiente entrega, bienvenidos comentarios, propuestas, intercambio de fotos, octaviobuenaventura@hotmail.com CONTINUARA