Inicios de juventud vi

Siguen las andanzas del protagonista, nuevas aventuras, nuevos disfrutes, personajes diferentes... gozar mucho...

Soy un maduro bisexual de 60 años, me gusta comer, lamer (un placer sentir como va soltando jugos y derritiéndose en tu boca, pasarle la lengua por toda la raja, chupar el clítoris y los labios…. un verdadero manjar…), y follar coños. Pero también me gusta, chupar y lamer pollas, chuparlas, ensalivarlas, que te follen la boca, poner la lengua sobre el glande cuando se van a correr para que la leche se quede bajo la lengua y luego escupir la corrida, nunca me he tragado ninguna. Leche solo he saboreado la mía, del resto la he recibido en la boca y la he escupido. A pesar de que me gusta saborear pollas, no me gustan los tíos, me gustan las pollas, los tíos no. No me beso con tíos, las pocas veces que lo he hecho ha sido en mis inicios, de joven, y en tríos con mujeres y sus parejas, un poco obligado, o forzado, porque a ellas si les gustaba ver a dos tíos besándose. He tenido muchas experiencias en mi larga y dilatada vida, he follado, me han follado… hombres, mujeres, tríos… de todo un poco y voy a contar algunas de ellas en una serie de relatos que iré publicando para el disfrute de los lectores.

Físicamente soy un hombre normal, 177cm, unos 80 kg, con una polla normal de 17 cm. pero que siempre ha funcionado muy bien…

El sábado fui a casa de Mari con ideas de pasar un rato con ella, según toqué en la puerta me abrió con una mochila en la mano.

-          Hola, ¿Venías a verme?

-          Hola, pues si, venía a pasar un rato agradable contigo. A darnos placer mutuamente como hacemos últimamente…

-          Pues hoy no va a poder ser. He quedado con las amigas y nos vamos a la playa…

-          ¡¡Jo que pena!! Con las ganas que tenía de comerte el chochito, lamerlo, y chuparlo hasta que te corrieras de gusto en mi boca… ¿No te sobran unos minutos? ¡¡Te lo hago rapidito…!!

-          No, pero, si te apetece, me puedes acompañar hasta la parada. Así charlamos un rato que hace días que no se de ti y de tus andanzas.

-          Vale, te acompaño… ¿Qué quieres saber?

-          Lo que hayas hecho estos días, ¿Has visto a Isabel? Me contó el otro día que lo pasó muy bien contigo, que tienes una lengua muy experta y la sabes usar muy bien… Creo que tiene ganas de estar contigo otra vez, bueno, no es que lo crea. Tiene ganas de estar contigo otra vez, me lo ha dicho…

-          Jo, como se cuentan todo entre ustedes… no pueden guardar un secreto… parece que les quema la lengua si la dejan quieta… tienen que estar siempre contando lo que hacen o les hacen…

-          ¡¡Calla tonto!! Verás que, al final, te vas a convertir en el comecoños del pueblo… creo que hay alguien más interesado en que se lo hagas… Pregunta a Isabel cuando la veas… parece que hay alguna señora casada que está interesada en probar tu especialidad…

Llegando a la parada encontramos a Isabel.

-          Buenos días, ¿Dónde van los tortolitos? – nos dijo

-          Yo me voy  la playa con las chicas, dijo Mari.

-          Yo la acompaño a la parada y regreso. Venía con intenciones de pasar un rato con ella, pero la encontré ya lista para salir. No me dio tiempo de nada…

-          Bueno, igual mañana o pasado tienes tantas ganas o más… el deseo guardado se multiplica… de todas formas hay más opciones…

-          Si, seguro que si… -dijo Mari riéndose, en un rato ya ni se acordará de mi…

-          ¿Y, eso…? – le preguntó Isabel.

-          Según me deje te irá a visitar… le he dicho que estabas deseando verle y presentarle a Inés, que le quiere conocer.

-          Bueno, si es verdad, pues estaré en casa, pásate y hablamos…

-          Creo que no tiene muchas ganas de hablar, - dijo Mari, tiene más ganas de usar la lengua y la polla… no piensa en otra cosa… es un perro salido…

-          Qué estoy delante…, las perras salidas son ustedes… que no saben guardar un secreto… al final todo el mundo va a saber que me gusta comer coños…

-          Cuantas más lo sepan, más coños vas a tener a tu disposición… alguna quiere que enseñes al marido como se hace… jajajajajajaj, - dijo Isabel. Te veo luego…

-          Vale, pasaré a verte…

-          Lo dices como si fuera un castigo, o una molestia, cuando estás deseando comértela -dijo Mari.

-          Chao, te estaré esperando… disfrutaremos de lo lindo, -dijo Nieves.

Seguimos caminando hasta la estación, ya estaban allí varias de las chicas que saludaron a Mari. Enseguida comenzaron a cuchichear entre ellas mientras me miraban…

Me despedí y regresé a ver a Isabel.

Tarde poco en llegar. Isabel estaba esperando con la puerta abierta y barriendo en la acera.

-          Si que te has dado prisa… -me dijo.

-          Bueno, ya estabas las chicas en la parada y enseguida comenzaron a cuchichear entre ellas, me miraban, cuchicheaban y se reían, y sé que hablaban de mí. Me daba corte saber que estaban hablando de mi lengua, o de lo bien que la utilizo…

-          No seas engreído que no es para tanto.

-          Yo no soy engreído, sois ustedes que están diciendo a todo el mundo que manejo bien la lengua y os doy mucho gustito…

-          Entra y calla, ¡¡engreído!!

Según entramos la abracé y comencé a comerle la boca, mientras le sobaba las tetas con una mano y con la otra le agarraba el culo pegándola a mi paquete. Ya estaba empalmado y lo notó enseguida…

-          Ya estás con el rabo tieso… eres como los perros, según les llega el olor de una perra ya se la quieren montar…

-          Me ha llegado el olor de tu chochito… sé que estás deseando que te lo coma… - le dije en lo que comenzaba a quitarle la ropa, le saqué la blusa por sobre la cabeza, no llevaba sujetador, con lo quedaron ante mis ojos sus hermosas tetas con los pezones ya tiesos y duros, se los comencé a chupar, primero uno y luego el otro en lo que le quitaba la falda.

Me arrodillé ante ella y comencé a lamer y morder la braga, dándole pellizcos o pequeñas mordidas en el coño.

-          No me seas bruto, que me haces daño, quita las bragas y hazlo con la lengua y los labios. Las mordidas en esos sitios duelen mucho… Seguro que no te gustaría que te mordiera la polla…

Le quité las bragas y comencé a lamer su chochito, le pasé la lengua por la raja de arriba abajo y de abajo arriba. Se la metí dentro todo lo que puede, ella abría las piernas y suspiraba. Al momento ya no eran suspiros eran resoplidos.

-          Qué bien lo comes cabrón… sigue… uuuuffff… Que gusto…

Seguí dándole lengua y lamiendo por todos lados. De que me cogió los pelos y comenzó a apretarme contra ella le comencé a chupar el clítoris, se lo chupaba y le daba golpes con la lengua, volvía a chuparlo y otra vez golpes. No tardó mucho en comenzar a apretarme contra de su sexo… casi no me dejaba ni respirar….

-          SIGUE… SIGUE… CABRON… ME VOY A CORRER… SIGUE… NO PARES… UUUUUFFFFF…. UUUUFFFFFFF…. ME CORRO…. ME CORRRROOOO…..

Sin más explotó en mi boca, largando jugos en abundancia, y contrayéndose, o contorsionándose, le seguí lamiendo hasta que me apartó un poco.

-          Déjame recuperarme… qué bien lo haces cabrón… ven vamos a mi habitación… - me dijo, mientras recogía su ropa.

Camino de la habitación me quité la camisa y me fui desabrochando los pantalones. Cuando entramos a la habitación cerró la puerta y me ayudó a quitarme los pantalones. Se quedó arrodillada ante mí y comenzó a jugar con mi polla, me la acariciaba con suavidad, una paja suave… ya estaba lubricando y me salían gotas por la punta de la polla, gotas que con un dedo repartía en todo el capullo, dándome mucho gusto…

-          Lamela, pásale la lengua por el capullo – le dije.

Me comenzó a lamer el capullo y al momento se lo fue metiendo en la boca… comenzó a chupar en lo que, con una mano, me acariciaba los huevos, y, con la otra, me pajeaba suavemente. Al momento dejó de pajearme y comenzó a meterse la polla hasta la garganta. Como tragaba la muy zorra, se la metía casi toda, no me lo esperaba y no tardé mucho en comenzar a descargar en su boca. Se atragantó un poco, pero no se la sacó de la boca, se tragó toda la corrida y se la sacó de la boca, lamiendo y limpiando el capullo. Presionó con una mano desde el tronco hasta la punta para sacar la última gota que lamió según apareció en la punta…

-          Dónde aprendiste eso, zorra. Si hace unas semanas ni siquiera sabías chuparla….

-          He estado practicando con mi novio. Le he ensañado a comerme el chochito en lo que yo le chupaba la polla. Al final hemos aprendido los dos, nos hacemos unos sesenta y nueve de vicio… gracias a ti, cabrón que me enviciaste.

-          ¿Le has dicho que te enseñé yo? – le pregunté.

-          Noooo, hace unas semanas vino una prima de visita con el marido, se quedaron dos noches en casa. Le comenté lo que me habías hecho y el placer que daba que te comieran el coño. Me dijo que esa noche lo iba a probar con el marido. Se montaron una buena, se quedaron en la habitación de al lado y yo me enteré de todo. Terminé pajeándome como una mona. Al día siguiente le pregunté por la experiencia y me dijo que fantástica que nunca había disfrutado tanto, no solo con la comida de coño, también con el polvo posterior, donde al estar muy receptiva con cuatro veces que le frotó el capullo en la raja y el clítoris se corrió enseguida… le dije que le iba a decir a mi novio que había sido ella la que me dijo de esa experiencia y que me tendría que cubrir si algún día salía la conversación. Me dijo que, sin problema, que, si llegaba el caso, ella le diría que me había dicho que lo hacían y disfrutaban mucho con eso. El día que se fueron se lo dije a mi novio y le fui enseñando a comerme el coño… luego le pagué el favor chupándole la polla… y repetimos varias veces… hasta cansarnos. Desde ese día hemos ido practicando cada vez que podemos. Hay días que viene a verme al mediodía cuando sale de su trabajo viene a comer conmigo en vez de ir a su casa. Aprovechamos que estoy sola para follar como conejos… siempre tenemos precaución y no termina dentro, se corre en mi boca o sobre mis tetas… pero nunca dentro, no queremos un embarazo que no pueda traer problemas…

-          Vale, entonces yo también te puedo follar, me correré en tus tetas y en tu boca.

-          En mi boca ya te has corrido hace un momento, y sin avisar, cabrón…

-          Pero no lo he hecho en tus hermosas tetas…

En esto me giré y poniéndola boca arriba en la cama, me metí entre sus piernas y le enfilé la polla en la puerta del chochito, se la froté varias veces y se la fui metiendo poco a poco. No tardó mucho en agarrarme las nalgas y apretarme contra ella. La estuve follando un rato, luego se la saqué y comencé a frotarla en la puerta del coño, se la frotaba en todo el coño, en el clítoris, estuve así unos minutos hasta que se corrió nuevamente resoplando como una locomotora. Se la volví a meter y le estuve dando caña otro rato.

-          Ten cuidado, no te vayas a correr dentro…- me dijo

Se la saqué y comencé a pajearme con ganas sobre ella, al par de minutos estaba soltando chorros de leche en sus tetas, su cuello y alguna gota le llegó hasta la cara.

-          Yo he aprendido a controlar las corridas, sé, desde unos minutos antes, cuando llega el momento de sacarla…

-          Tú sabes, mucho para tú edad. – me dijo, los jóvenes de tu edad solo saben hacerse pajas, si acaso alguno ha tocado una teta, pero mal tocada. No saben dar placer como tú, ni como se hace, ni siquiera si se hace…

Le lamí la corrida, dejándola limpia y me bajé a comerle el coño otra vez.

-          ¿No te cansas nunca? – me dijo.

-          Me encanta comer, lamer, y chupar chochitos… podría comerme varios en un día. La polla si se cansa más, tiene más limitaciones, pero la lengua no se afloja. También hago virguerías con los deditos.

Comencé a lamer su chochito, a pasarle le lengua, a chuparle el clítoris, de que comenzó a mover la pelvis le metí dos dedos en el coño y comencé a follarla con los dedos en lo que le daba gusto con la boca. Retorcí los dedos en su interior buscando la parte del clítoris, pero por dentro del coño. Más receptiva se puso, cada vez se movía más rápido, anunciando una nueva corrida entre resoplidos….

-          SIGUE…. QUE BUENOOOOO…. SIGUEEEEEEE. ME CORRRROOOOO. ME CORRRROOOOO…. CABRON…. UUUUUFFFFFFF….. UUUUUUFFFFFF…. QUE GUSTOOOOOOOOOOOOO… YA…. YA…. PARA…. PARAAAA… QUE ME DAN CALAMBRES….

La dejé recuperarse un poco y me subí a comerle la boca, nos estuvimos besando un rato, hasta que me dijo que me tenía que marchar.

-          Espero que mi novio no pueda venir hoy, y si viene que sea tarde…. Ahora no estoy para más trotes….

Me vestí, salimos del cuarto, y me acompaño hasta la puerta. Antes de abrir me besó y me dijo que recordara que tenía que volver a visitarla. Otro día te presento a Inés… a ver como coincidimos. Lo mejor será vernos aquí, hablo con ella y quedamos para una tarde que podamos estar solos y luego te aviso.

El finde siguiente teníamos la boda de una vecina, una treintañera que había conseguido novio de última hora y decidió casarse en pocos meses, todo el mundo tenía dudas del motivo de tanta prisa, a los pocos meses se descubrió el desliz; estaba embarazada, dio a luz a los cinco meses de casarse. Llevaba unos seis meses con el novio cuando se casó, vamos que desde los primeros meses ya estaban dale que te pego… el vicio es superior a cualquier cuestión…

La boda, en la iglesia, luego el convite, en un restaurante cercano, grande para la época, había pocos de ese tamaño en aquellos tiempos, dos plantas, la boda se celebraba en la superior, con muchos aparcamientos alrededor, poca luz exterior, unos aseos grandes en el sótano. Había que bajar dos plantas para ir a los aseos, al poco de llegar al convite, antes de que sirvieran la comida, me dirigí al aseo, llevaba horas sin mear y ya no aguantaba más. Al levantarme para bajar observé que en unas mesas más alejadas un hombre mi miraba, me parecía que lo había visto con anterioridad, pero no recordaba donde. Al ver que me dirigía a la salida, se levantó y vino tras de mí. Me apañó en la entrada del baño, había un montón de urinarios en una pared, a la izquierda de la entrada, a la derecha estaban las cabinas, y en otra pared al fondo de las cabinas que estaban ocultos, yo me iba a parar en los de la pared de la entrada, pero mi indicó los del fondo:

-          Son más reservados y no te ven de la puerta, - me dijo, en lo que me sonreía.

Le seguí y me puse a su lado a mear. Comencé a soltar el chorro de meado y, como no le oía mear, le miré. Se la estaba cascando, haciéndose una paja en toda regla.

-          Siempre me gusta animarla antes de mear, - me da la sensación de que es más grande cuando meo… me dijo, a la vez que me la enseñaba. Tenía un rabo grande, con un capullo que parecía un champiñón, el capullo podía ser el doble de la circunferencia de la polla.

-          ¿Te gusta?, -me preguntó, ¿Quieres tocarla?, anímate, no muerde, sentirás lo dura que está… me dijo cogiéndome la mano y llevándola a su polla. La tenía dura y caliente… a mí también se me estaba poniendo dura, cuando dejé de mear me la cogió y se puso a pajearme.

-          Tienes una polla bonita, ni grande ni pequeña, seguro que triunfarás mucho con las chicas. Bueno con los hombres también, es el tamaño perfecto para una enculada sin dolor…

Se oyeron pasos en la escalera, se guardó la polla rápidamente, y se marchó del aseo, yo me quedé un par de minutos haciendo que meaba e intentando que se me aflojara. De que se aflojó un poco me la guardé y salí del asea. Al comienzo de la escalera de la planta del convite estaba parado fumando. Cuando pasaba a su lado me dijo:

-          Entre el final de la comida y la tarta te espero en el parking, mi coche está al final, en la zona oscura. Estaré fumando al lado del coche… ¿Vendrás?... lo pasarás bien, seguro…

-          Lo intentaré, - dije yo, aunque no sé si podré…

Seguí a la parte alta mientras él se quedó fumando al comienzo de la escalera. Durante el convite estuve pendiente de él, me miraba con frecuencia, y eso me ponía nervioso, tenía miedo de que alguien se diera cuenta. Cuando estaban en el final de la comida, aparté el plato al centro de la mesa, aunque todavía me quedaba comida en el.

-          ¿No comes más? - Me dijo mi madre.

-          No, igual luego como un poco de tarta, estoy lleno y noto calor…

-          Si, deberían de abrir más ventanas, se nota el calor aquí dentro, -dijo mi padre que seguía comiendo y comenzando a sudar. Ve fuera un rato en lo que terminan la comida y sirven la tarta, cuando oigas el griterío y los aplausos vuelve a comer la tarta. Ese será el aviso de que en unos minutos la estarán sirviendo en las mesas.

-          Vale, volveré luego, estaré por el aparcamiento viendo los coches.

-          No vayas a tocar ninguno, que algunos tienen alarmas sensibles y solo de tocarlos se ponen a pitar, - dijo mi padre…

-          Tranquilo, miraré sin tocar…

Al mirar donde estaba Juan, así se llamaba el hombre del aseo, aunque eso lo descubrí más adelante, vi que ya no estaba. Sali del comedor, bajé las escaleras y me dirigí al aparcamiento de los vehículos, comencé mirando los que estaban cerca de la puerta, y seguí hasta el fondo del aparcamiento, siempre parándome al lado de algún coche para contemplarlo, y que, si alguien me observaba, viera que estaba mirando los coches… Al fondo se veía a Juan fumando al lado de un Mercedes grande, de color oscuro, la puerta abierta y el apoyado con un brazo sobre el techo, me fui acercando lentamente, y pude observar que tenía la polla fuera, con el capullo hinchado… Aquella zona del aparcamiento no se veía ni de la puerta, ni de las ventanas, por lo que estaba tranquilamente con la polla fuera sabiendo que nadie lo vería.

-          ¿Te gustan los coches? ¿Quieres ver el mío por dentro? Ven siéntate al volante, me dijo en lo que se apartaba un poco para dejarme espacio para entrar. Cuando pasaba a su lado me agarró del culo.

-          Que culito tienes cabrón…. Quédate ahí un momento, déjame tocarte bien… mientras me apretaba con la punta de uno de los dedos buscando mi ojete. Cuando lo encontró intentó meterme el dedo, me apretaba fuerte, menos mal que el pantalón era resistente y no se lo permitía, que si no me mete slip y pantalón dentro del ojete.

-          Cógeme la polla, acaríciala, sé que estás deseando comértela, - me decía, mientras seguía sobándome el culo y apretando su dedo en la zona del ojete. Me estaba poniendo cachondo perdido… uuuuffff ¡¡como tocaba el cabrón, y lo que decía…!! Me tenía Caliente, entregado a sus manoseos e intereses…

-          No tenemos mucho tiempo. Siéntate y chúpamela un ratito.

Me senté en el asiento y enseguida tenía la polla rozando mi cara, buscando mi boca, me la frotó en los labios, mientras me decía:

-          Abre la boca, lámeme el capullo, - me decía, mientras me frotaba el capullo en los labios… abre la boquita, lámela. Sí, así, pásale la lengua, cabrón que bien lo haces. Sácate la polla, déjame verla…

Me desabroche el pantalón y, levantando un poco del culo del asiento, me lo baje hasta medio muslo. Con una mano comenzó a tocarme la polla, con la otra mano seguía cogiéndose el tronco de su polla e intentando meterla en mi boca.

-          Chúpamela, métetela en la boquita, saborea el capullo, venga, no tenemos mucho tiempo, no quiero que venga nadie y nos pille… otro día haremos más cosas… sé que te gustan las pollas… Así, chúpamela, abre bien la boca, trágatela toda, - decía, mientras me la iba empujando todo dentro de la boca, cuando el gordo capullo me llegó a la entrada de la garganta, le hice parar, no me cabía y me estaba asfixiando….

Como pude me la saqué de la boca y, tras respirar fuerte varias veces, le dije:

-          Si me vuelves a ahogar no te la sigo chupando, - le dije, el capullo es muy gordo y no me cabe en la garganta, me hace daño… le quité la mano de la polla y se la cogí yo… comencé a pajearlo en lo que se la chupaba. El mientras me seguía pajeando a mí, me pasaba el dedo por la punta de la polla untando todo el lubricante que estaba saliendo en el capullo. El cabrón tenía experiencia y sabía cómo ponerte la polla sensible.

Comenzó a mover las caderas, follando mi boca cada vez más rápido, yo le tenía la mano en el tronco de la polla, apretando para que no me la metiera más, mi mano era el freno hasta donde le dejaba entrar…

-          Ya, ya, que bien la chupas me voy a correr, que gusto me estás dando cabrón… toma leche… toma leche… - me decía, en lo que comenzó a soltar chorros de leche en mi boca, tragué todo lo rápido que pude y así y todo casi me atraganto, me soltó por lo menos siete u ocho chorros de leche espesa y caliente….

-          Lamela un poquito, déjamela limpia, así, suavecito, que bien lo haces… ahora me toca a mi - me dijo, en lo que se agachaba y se metía mi polla en la boca.

Comenzó a chupar con rapidez mientras me sobaba los guevos, uno de sus dedos se fue a mi ojete e intento meterlo, apreté lo que pude y no le dejé meter el dedo…

-          Dame la lechita, anda, córrete en mi boca, lléname de leche… - me decía, sacándose la polla de la boca y pajeándome.

Yo ya no aguantaba más le cogí de la cabeza y se la metí de golpe todo lo que pude, soltando los chorros de leche en su boca… tragó toda la leche y me la estuvo lamiendo un momento hasta que la dejó bien limpia.

-          Tenemos que repetir, ha estado genial, pero necesitamos un lugar más íntimo, más apartado, y sin tanta gente cerca, - me dijo, el miércoles te voy a recoger a la salida del entrenamiento del campo de fútbol…

Entonces recordé de golpe donde lo había visto, y de que me sonaba su cara, rondaba mucho por el campo de fútbol, le había visto varias veces recoger a algunos de los compañeros de entrenamiento.

-          Me voy dentro, espera uno minutos, sigue viendo los coches, dando vueltas por ahí haciendo tiempo… me dijo, en lo que cerraba el coche y comenzaba a alejarse en dirección a la entrada.

Yo seguí dando la vuelta al aparcamiento, parándome delante de alguno de los coches aparcados allí, mirando en su interior, sobre todo por la ventana del volante, el cuadro, cuentakilómetros, y las cosas que me servirían para hablar con los demás. Lo que marca el cuentakilómetros, las velocidades que tiene cada modelo de coche… etc… Pasados unos minutos, ya estaba llegando al final del recorrido, ahora ya frente a las ventanas, a la vista de todo el que se asomara a alguna de ellas, comencé a oír aplausos, VIVAN LOS NOVIOS, más aplausos, y más: VIVAN LOS NOVIOS.

Me dirigí a la puerta de entrada, y, tras pasar por el aseo, a mear, lavarme las manos y enjuagarme la boca, subí al comedor de la boda. Me acerqué a mi padre y le dije:

-          El Mercedes grande tiene 5 velocidades y marca 220 kilómetros, los Seat son de 4 velocidades y marcan entre 160, los pequeños, y 190 los más grandes. Hay algún Fiat de 5 velocidades y marcan 200 kilómetros. Me faltaron algunos que ver, pero ya lo haré otro día, o cuando los vaya viendo por la calle.

-          Si, no te preocupes que tendrás tiempo de ver coches, hay muchas marcas y modelos diferentes, - me dijo, en lo que comenzaba a comer la tarta.

Tras comernos la tarta y pasar a felicitar a los novios, fuimos saliendo del comedor y regresando a nuestras casas. Esa noche me casqué una paja pensando en el champiñón que tenía Juan por capullo… deseaba saber que se sentiría de notar aquello como entraba y como sería tenerlo dentro, creía que no podría entrar y salir como una polla normal. Te la metían y bombeaban dentro sacando solo la mitad, tenía que hacer de freno, o tope, para salir….

Autor: Vicioso60t

Para comentarios y demás, contactar con el siguiente mail: vicioso60t@gmail.com