Inicios
Iniciación de nuestra protagonista, como llego a ser la esclava que el Amo quería.
Había soñado con esto desde que decidió aceptar su verdadera naturaleza y lo que realmente era, una puta esclava, quien solo quería ser usada; esta vez, no quería algo de un momento, o algo de unas horas, quería un 24/7 y estar bajo las órdenes de un amo que en verdad la supiera encaminar y tratar como lo que era.
Era su ceremonia de contrato, aquella ocasión en la que el amo por fin ponía un collar en su cuello y se firmaba el contrato de pertenencia que tanto anhelaba. Había pasado mucho tiempo antes de esta noche, muchas sesiones, muchas humillaciones, placeres y castigos, pero creo que me estoy adelantando, es bueno saber que paso, antes de llegar a este punto.
Meses antes:
El amo por fin fue donde ella estaba, la ansiedad en el aeropuerto era tal que no dejaba de mirar la pantalla de llegadas, aún no aparecía Canadá, y el tiempo pasaba lento. Finalmente apareció ese vuelo, finalmente iba a tener a su amo al frente y podría servirle como era debido, cuando la vio él sonrió, su pequeña puta estaba como él indicó con un vestido corto a medio muslo, tacones y estaba seguro que sin ropa interior. Cuando llegó a su lado dijo -Bococu, estas hermosa- ella agacho la cabeza, se sonrojó y beso la mano de su amo, ella sabía que tenía que hacer; sin embargo, el amo dijo, dame un beso y por primera vez pudo sentir el roce de los labios del amo, pero lo abrazó sin permiso, y frente a todos, enrolló el cabello de su puta en la mano y haló, le escupió la cara e indicó –no me toques si no te doy permiso, lo sabes zorrita- todos miraban murmuraban, y Bococu solo dijo –disculpe, Amo- y empezó a caminar detrás del él, aun con la escupa escurriendo de su rostro.
Llegaron al hotel, y antes de salir a comer algo, en la habitación el amo hizo la primera inspección en persona a su esclava, Bococu quedó solo con un collar autorizado por el amo, y en posición este examinó cada centímetro de su cuerpo, luego la hizo poner en cuatro en sus piernas y el amo azotó el culo de su perra hasta que este estaba rojo, ella solo agradecía cada roce. Se vistió de nuevo y fueron a un restaurante, Bococu no supo que decir cuando vio que su amo traía una cadena, la cual ató a su collar, no se imaginó que el primer día lo fuera a hacer, pero su amo dijo – las perritas sin cadena, están sin dueño, y tú eres mía –
En el restaurante, el amo se sentó a la mesa y ante la mirada extrañada de las personas y las camareras Bococu se quedó de pie, detrás del amo, mientras él miraba la carta, una camarera indicó –señorita siéntese, para que vea la carta – quien respondió fue el amo indicando -con que yo la vea es suficiente-
Llegó la comida, el amo empezó a comer y cuando estaba terminando haló la cadena, señal que ella sabía era para que se sentara, y le dio permiso de comenzar a comer, ya estaba frio, pero ella tenía hambre era eso o no comía y lo tenía bastante claro.
Así pasaron varios días, el amo no había tocado a su puta, más que para unas cuantas bofetadas, para que lamiera su culo o sus bolas, o para que le diera placer a su verga con la boca, pero nada que diera un poco de placer a su propiedad, pero una noche fue diferente, al llegar al hotel, Bococu, notó que el amo estaba afuera esperándola, y entraron a otro carro, ella no sabía a donde iban, el amo tapo sus ojos, ato sus manos a la espalda y le puso una mordaza, la respiración de ella se agitaba, y el amo solo dijo – confías en mí?-, Bococu asintió, nada podía hacer o decir más que esperar, el auto se detuvo y ya no sentía la presencia del amo a su lado, estaba nerviosa pero excitada, de repente abrieron la puerta y lo que se sentía como 4 pares de manos la ayudaron a salir del auto, y caminar, sin saber a dónde, en un momento la dejaron sola y el amo le decía que siguiera su voz, ella tropezó y con cada caída un chorro de agua a presión golpeaba su piel, finalmente llegó donde estaba Oddfather. Aunque no por mucho tiempo, pues después fue atada de pies y manos, estaba abierta, completamente expuesta, sintió algo filoso recorrer su piel, se estremecía intentando entender que pasaba, hasta que escucho el sonido de la ropa desgarrarse, esta fue cortada, estaba completamente desnuda a la vista de lo que escuchaba eran muchas personas.
El amo se acercó y al oído le dijo – es tu primera vez acá, complacerás solo a mi verga, pero muchos podrán tocarte, azotarte y solo quien yo diga podrá utilizar tu boca, ¿entendido? -, ella solo asintió quería que el amo estuviera orgulloso de ella, y lo iba a lograr.
Empezó a sentir varias manos, tocando su vagina, su clítoris, su ano, sus senos, sentía saliva salir de su boca gracias a la mordaza que tenía, llegó un momento donde quería orinar no sabía si podía hacerlo, pero no aguantó y orinó, solo sintió las risas de varios hombres y mujeres, en esta ocasión habló Oddfather, su amo, -putita, ¿no podías aguantar? Créeme que esto me dolerá más a mí que a ti-
Acto seguido sintió como unas pinzas se posaron en sus labios vaginales y su clítoris, el dolor era indescriptible, además pusieron unas pesas en las pinzas de los labios, esto hacía que sintiera un terrible desgarramiento, pero sin causar ese daño real, y finalmente el amo, fue quien utilizó una fusta para azotar su espalda descubierta hasta que el roce del viento dolía fuertemente. Al final Bococu cayo rendida, estaba débil, pero no había acabado, alguien más dijo –con orina fue con orina termina- y después que la hicieron postrar en el suelo, le quitaron la venda de los ojos y la mordaza, logrando ver 4 vergas encima de ella las cuales empezaron a orinarla, la voz del amo –no cierres la boca o será peor- no la cerro, estaba completamente bañada en orina, y su amo llego al final y metió su verga hasta su garganta y orino allí, no habría otra opción que tragar y eso hizo, cuando terminó la dejo tirada en el suelo, oliendo a puta orinada, temblando y llorando, más nunca dijo su palabra de seguridad.
Después de unos minutos llevaron a Bococu, a un jardín fue atada a un árbol, con manquera fue bañada y luego su amo, la cubrió con una tela y la llevo a una habitación sola.
Esta fue la primera vez que el amo, presentó a Bococu como su propiedad, varios viajes después ella había mejorado mucho y era el orgullo del amo, tanto que una noche fue usada hasta por 7 hombres quienes depositaban su semen en una copa, apartada de la putita, siempre utilizaban su culo y su boca, el único que algunas veces utilizaba su vagina era su amo, y en ocasiones era penetrada por 3 hombres al tiempo. Se preguntarán para que era la copa, bueno, pues cuando todos terminaban, la única forma que Bococu se ganara algo de comer y un poco de descanso, era tomando todo el semen que había en la copa, la primera vez fue difícil, era mucho semen y le daban arcadas, pero no vomitó siempre lo trago todo, a la vista de su amo que reflejaba el orgullo que sentía por su pequeña putita.
Después de un año de entrenamiento, Bococu demostró ser la puta que el amo quería y necesitaba en su vida, por lo que decidió llevársela con él, ella no lo podía creer estaba feliz.
Al llegar a Canadá, lo primero que el amo hizo fue arreglar una noche de placer en el que sería el nuevo hogar de Bococu, jamás pensó que era su ceremonia, con la cual empecé este relato, solo sabía que se debía portar a la altura de la noche, su amo le había regalado un plug nuevo con una cola, que la hacía ver como la zorrita que al amo le gustaba, además tenía pulseras y tobilleras para ser usada.
Bococu pensó que sería como otras noches, varios hombres y ella, pero en esta ocasión cada invitado traía a su propia perra, todas estaban desnudas, la mayoría con un plug y con su collar.
Durante la noche las perritas comían lo que les servían solo Bococu, esperaba las sobras o la comida masticada por parte de su Amo, era humillante ser la única que comía así, pero eso la hacía sentir especial, todas tenían su tazón de perro para comer y solo había uno con agua para todas. A mitad de la noche Bococu ladró, todos los hombre se burlaron de ella diciendo –es una perrita verdadera- y aplicaron la mismo orden con sus respectivas putas, Oddfather preguntó a bococu que quería, solo necesitaba orinar, le dio permiso de hacerlo en la mitad de la sala y en la boca de otra perrita y así iban cambiando los papeles, lo que hacía que cada perra había tragado la orina de otra, fue algo bastante humillante y más tener la mirada de todos los amos encima, pero todas cumplieron con la orden.
Después de ser usadas de estar llenas de semen y fluidos, el amo dijo –llegó la hora- todos los amos se pusieron de pie y el resto de zorras tenían una felicidad genuina y miraban mucho a Bococu, ella no entendía hasta que su Amo volvió a la sala con una carpeta y una caja, le dijo –ábrela putita- y ahí estaba el collar, negro ancho con una argolla en el medio y una placa con el nombre de su Amo, ahí lo entendió todo, era su ceremonia y en la carpeta estaba el contrato, con sus límites y todo lo que el amo se comprometía con ella, jamás dañar su propiedad, no cruzar sus límites sin hablarlo primero y finalmente cuidar siempre de ella. Bococu firmó, el Amo también y este colocó el collar, y haciendo que su putita se recostara en la mesa para que, entre todos los amos, azotaran su culo hasta que no pudiera sentarse, esto solo para que el dolor le recordara la noche en la que al fin era la propiedad del Amo. Cuando todos se fueron el Amo llevo a su puta a cuatro patas al cuarto, y si ahí estaba la jaula que él había comprado especialmente para ella, del cabello la entro en la jaula, era incomoda, pero solo podía estar en 4 o de lado, era extraño, pero había sido un día tan agotador que solo quería dormir, le agradeció al Amo por todo y con su permiso se quedó dormida, este solo era el inicio de todo lo que viviría con Oddfather y se sentía la puta más afortunada, pues por fin estaba cumpliendo su papel, era una puta esclava de Oddfather, con tres orificios para ser usada, zorra traga semen y orinal de su Amo, y eso le encantaba.