Inicios... (3)

Tras la negativa de Juan José a ayudarme a realizar mis fantasías, carlota busca nuevos horizontes...

Han pasado tres meses, tres meses de frustración, de sentirme humillada por haber contado mi fantasía más íntima a una persona en la que yo, inocentemente, pensaba que sabría comprenderme y me ayudaría a llevarla a cabo.

Tres meses de incluso me registré en una página de bdsm y buscar a un desconocido que me diera lo que yo anhelaba,  conocí a muchas personas, pero solo con cuatro me atreví a quedar, uno de ellos quería que fuera a la cita vestida casi como una prostituta, el segundo fue más amable y congeniamos muy bien, pero quería tener sesión el mismo día y yo no lo tenía claro, el tercero no se presentó y el cuarto era de un pueblo a unos 40 km de mi casa, ya en la comunidad autonómica de Aragón; era un hombre que se dedica al cultivo de cebada, quedamos en un pueblo cercano, en la estación de autobuses, me gustó, era muy campechano, buscaba una sumisa para azotar y follar, estaba casado, eso me echó para atrás, no quería entrometerme en una familia con hijos de por medio. Me dijo que tendría que desplazarme yo un sábado o domingo a un pueblo llamado Nonaspe, en la provincia de Zaragoza, pues en un pueblo de alrededor, el tenía una casa heredada de un familiar donde podíamos vernos sin problemas, pues siempre iba solo una vez por cada dos semanas a esa casa, pero por aquel entonces no tenía coche y la única manera era ir en tren, lo que suponía un viaje de 5 horas de ida con trasbordo de tren en Reus (Tarragona). No fue factible para ambos, pero la experiencia de ir a una cita a 20 km de mi casa, hablar con un extraño y durante la charla imaginarme en sus manos me gustó mucho, de vuelta en el bus observé el paisaje lleno de cebada y mi cabeza estuvo dando vueltas sobre ese hombre, ya en casa me masturbe imaginándome en un campo de los que vi en el bus, totalmente inmovilizada en el tractor  y rodeada de paja, siendo follada por un hombre de esa edad, creo que en ese momento me di cuenta que, no era fetiche de las cuerdas, que mi fantasía no era la inmovilización, sino que me dominaran y abusaran de mi mientras estaba atada. Es así como, desde entonces, me consideré sumisa completamente.

Pasaron los días hasta que terminé el curso, por fin llegaban las vacaciones, pero este año, estaría más tiempo en el chalet de mis padres, Cloe, mi amiga belga venia de vacaciones durante la primera quincena de julio, a su padre le tenían que operar en agosto y decidieron venirse a descansar un mes antes, me lo comunicó en el mes de mayo, así que pude hablarlo con mis padres, pero había un problema, ellos no tenían vacaciones hasta agosto y a mí me daba reparo volver a ver a Juan José. Volver a ver a ese hombre que me había rechazado hacía 10 meses, en los cuales ya había cumplido los 18.

Llegó el día 1 de julio y mi padre me llevo al chalet, habían decidido dejarme ir pero con la condición de que Cloe pasara algunos días conmigo en el chalet, los padres de ella querían que me quedara en el suyo, pero se negaron, querían que fuera responsable con la casa. Supongo que al cumplir 18 pensaban de otra manera. La segunda cosa que hicimos nada más llegar fue a ver al Sr. Juan José, me puse completamente roja al verle, recordando lo sucedido hace un año, estuvieron hablando para decirle que me quedaba unos 15 días sola en el chalet y que viniera de vez en cuando a ver si estaba bien, lo que me faltaba.

Lo primero que hicimos Cloe y yo nada más irse mi padre fue ir al supermercado y comprar una botella de ron y coca-colas, queríamos hacer la primera noche “loca”, ambas teníamos 18 años, también compramos pizzas, lo pasamos en grande, bailamos, vimos una peli con palomitas y nos tomamos un par de combinados de ron durante la noche, nos contamos secretos, no todos, y nos fuimos a dormir sobre las 5 de la mañana, hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan bien, ni se me paso por la cabeza el bondage ni el BDSM. Sobre la 1 de la tarde, Cloe se levantó y me despertó. Me dijo que se iba a su casa a comer y que nos veríamos por la tarde, dijo que me viniera, pero rechacé la propuesta, pues tenía que recoger todo lo que habíamos ensuciado. Nos despedimos y lo primero que hice fue darme una baño en la piscina, estaba un poco fría pero me ayudó mucho a despejarme. Después me puse a recoger todo, las botellas, los vasos y la comida que sobró. Como podía ser que dos personas ensuciaran tanto jejejeje.

Comí un sándwich triple de jamón dulce y queso y me puse a ver la tele, pero no me gustaba nada de lo que hacían así, que me cogí el portátil y en la página del buscador de google se apoderó de mí la sensación de buscar porno, era la situación perfecta, estaba sola en casa, mis padres a 250 km aprox. Me levanté y cerré todas las ventanas y puertas, corrí las cortinas y me puse a ver varios videos sobre bdsm, eso me excitó de tal manera que no pude contener la necesidad de amordazarme con algún foular y cuerdas que había por casa, me fui a mi cuarto y allí me desnudé completamente, me puse unos pantis de color negro y me até los pies con una corbata de mi padre, coloqué un vibrador que coloqué dentro del panty, me amordacé con un foular y mi mano izquierda al cabecero de la cama, accioné el vibrador y coloque mi otra mano en el pañuelo que había atado en el otro extremo del cabecero, dándole vueltas para que me quedara sujeta.

Así estuve un largo rato y en mi cabeza apareció Juan José, me imaginé que el me había hecho eso, cerré los ojos y al poco rato empecé a retorcerme de placer en mi cama hasta que un orgasmo se apoderó de todo mi cuerpo, quedando los jadeos y gritos de placer por el foular que me tapaba la boca, quedé tan exhausta que solo pude soltar la mano que tenía medio atada, desamordazarme dejando el foular en mí cuello y desconectar el vibrador. Luego me quedé dormida allí mismo, con una mano atada, las piernas a la altura de los tobillos igual y un vibrador debajo de mis pantis completamente húmedo…