Inicio de una relación 1

Comienzos de una relación en la que he conseguido una esclava.

Este relato que les voy a contar pertenece a mi adolescencia cuando tenía quince años, aunque pareciese mayor, tropecé con una mujer seis años mayor que yo.

En aquellos tiempos ya tenia yo mucho andado en lo que al sexo se trataba pues tuve unas buenas profesoras en unas vecinas de casa de mi abuela, pero eso es otra historia.

Un día me salió la vena altruista y decidí que realizaría un curso de socorrismo y me afiliaría a la Cruz Roja para hacer el bien al prójimo, dicho y echo, me matriculé y fui a la primera clase, que eran a las nueve de la noche, la sala estaba abarrotada, paseé la mirada buscando sitio y encontré uno libre al lado de una hermosa mujer de pelo negro, inmediatamente corrí a sentarme a su lado. Tenia unos pechos grandes con unos pezones que se adivinaban en la blusa que llevaba puesta, el pelo negro rizado, su tez morena ojos negros junto con una cintura muy estrecha y unas piernas infinitas le daban un aspecto verdaderamente atractivo. Inmediatamente entablé conversación con ella, hablamos de cosas muy profanas, su nombre si era de la isla, en fin lo que normalmente se habla cuando conoces a una chica. Me gustó su conversación y sobre todo su cuerpo y quedamos para el día siguiente cuando saliésemos del curso en ir a tomar unas copas (ella pensaba que yo tenía veintiún años que es lo que yo le había dicho).

Al día siguiente en un conocido bar nos encontramos hablando el uno del otro y de lo mal que lo estaba pasando pues había conocido un chico que le gustaba pero que tras salir unos meses con él le había dicho que se iba para la península y que habían terminado, me dijo entre sollozos que tal vez él se había ido porque ella no accedió a sus demandas de sexo, a lo que le pregunté si todavía era virgen, ella me contestó que sí que sus experiencias sexuales se habían limitado a pequeños escarceos amorosos. Aquella declaración hizo que mi miembro se excitara y yo empezara a pensar en la forma que podría derribar aquel muro de recato.

Durante un mes estuvimos tomando copas a la salida del curso y pude seguir intimando y haciéndome cada vez más con la manera de pensar de la que llamaré Maria.

El día en que el curso finalizó le propuse el irnos a dar una vuelta por una playa cercana cosa que ella aceptó si previamente recogíamos a su hermana que estaría esperando el autobús para ir a su casa y ya de camino iban juntas, he de decir que ella tenia coche yo ni carnet, llegamos a la playa sobre las once de la noche salimos del coche y nos dispusimos a dar una vuelta juntos Maria su hermana y yo, le puse la mano por encima y note que cuando rozaba con mi mano sus hombros le temblaban y ni siquiera levantaba la vista del suelo, al contrario que su hermana que hablaba y se movía continuamente, llegamos a un lugar donde había unas palmera y le dije a Loli, que es como la llamaré, que si nos hacia el favor de ir a comprar unas coca colas y patatas fritas a un quiosco que estaba no muy lejos de nosotros, ella accedió y tuve la oportunidad de estar a solas con Maria a la que le dije que quería besarla y sin dejarla contestar la cogí por la cintura y le plante un beso en la boca al que ella correspondió, con sumo agrado por mi parte, baje mi mano por el vestido de lino que llevaba puesto y que marcaba toda su espectacular figura deteniéndome en rozar sus pezones que con el frío de la noche estaban totalmente duros, ella gimió cuando seguí con mi mano hacia abajo levantándole el vestido, pero su mano se puso sobre la mía impidiéndome tal acción explicándome que su hermana estaba por llegar y que en la calle le daba mucha vergüenza, le dije no te preocupes por tu hermana pues veo donde esta y si tienes vergüenza de que te toque en la calle yo no la tengo y no está bien que me dejes con este calentón que tengo así que le tome la mano y la puse sobre mi polla que estaba totalmente henchida, ella empezó a presionarla, le dije bájame la cremallera y sácala que no quiero mancharme los pantalones, empezó a masturbarme subiendo y bajado muy rápidamente su mano por mi miembro, le dije, no tan deprisa mas suavemente y desde atrás hasta delante y pasa tu dedo gordo por encima del prepucio y con la otra mano acaricia mis testículos, esto hizo que me excitara aún mas, la cogí por el cuello y le bajare su cabeza a la altura de mi polla, ella empezó a chupármela muy lentamente sus dientes no tocaban en ningún momento mi polla henchida, pasaba su lengua por la punta lamiendo mi liquido preseminal. En ese momento veo que su hermana se está acercando a nosotros, como María estaba a lo suyo y no la vio venir, tampoco vio como le decía por señas que no se acercara mas hasta que su hermana terminase, ella comprendiendo se quedó mirando a una prudente distancia de nosotros, yo aprovechando lo ensimismada que estaba Maria le subí el vestido por detrás enseñando su perfecto trasero que empecé a tocar por encima de sus bragas que eran de color blanco con unos calados que dejaban ver el color de su piel, introduje mi mano por debajo de sus bragas e introduciendo mis dedos por la hendidura que formaban sus glúteos llegando a rozar levemente la entrada a su ano en ese momento y no pudiendo aguantar por mas tiempo me corrí en su boca, ella siguió chupando lamiendo y absorbiendo mi polla hasta que quedó totalmente limpia, me miró con la boca aún llena de semen y escupió a un lado, le pregunté por qué había escupido:

Maria: No lo se

Yo: Me parece un desprecio hacia mí que hayas tirado mi semen al suelo

Maria: Perdóname

Yo: Te perdono pero en adelante siempre te lo tragaras a no se que te diga otra cosa

En esto que su hermana llegó con lo que le habíamos pedido y con una sonrisa cómplice hacia mí, por lo que yo empecé a pensar en como podría follarme a María y a su hermana también.

Así es como termino mi primera cita de las muchas que vinieron después con Maria en las que fui quebrando su voluntad hasta el día de hoy en que ella es de mi propiedad pero eso se los iré contando en próximas entregas.