Inicio a un nuevo mundo
Días después volví a conectarme a la página de contactos en la cual había obtenido los teléfonos de las mujeres con las que había ido anteriormente.
Días después volví a conectarme a la página de contactos en la cual había obtenido los teléfonos de las mujeres con las que había ido anteriormente.
Uno de los anuncios me llamo especialmente la atención, en él una mujer que decía ser ama pedía un hombre o mujer para revivir experiencias anteriores que había tenido en su juventud como sumisa, quería volver a comprobar si le resultarían tan satisfactorias como en su adolescencia. Me puse en contacto con ella y quedamos para conocernos al día siguiente en una cafetería para charlar del tema y ver si seriamos capaces de llevarlo a cabo.
Nos encontramos ese día por la tarde y tomamos un café mientras charlábamos en una mesa al fondo del local. Me dijo que su nombre era Celia y tenía 45 años, hablamos de asuntos sin importancia de ningún tipo hasta que le pregunte qué era lo que esperaba de este encuentro y cuáles eran sus pretensiones en el tema del sexo. En ese momento comenzó el relato de cómo comenzara su vida como sumisa:
Cuando tenía diecisiete años en el verano estaba de vacaciones en casa de mi padre con ellos, mientras ellos se dedicaban a las labores del campo yo me dedicaba a andar de paseo con algunas amigas del pueblo, algunas veces íbamos a bañarnos al rio, otras íbamos a merendar al campo y otras veces nos dedicábamos a explorar nuestros cuerpos y ver como reaccionaban ante las caricias y otros juegos como la penetración con distintos tipos de artilugios, la mayoría de las veces verduras, llegamos a organizar competiciones para ver cuál era la más rápida en correrse o la que más cantidad de corrida destilaba, fueron unos días de investigación y mucho placer, ahí fue donde comencé a comer coños y correrme mientras me lo comían. En esos días llegaron unos vecinos de vacaciones con los cuales venia su hijo un chaval de diecinueve años bastante mono con un físico atractivo, me encapriche de él y decidí que me estrenaría con él, estaba aburrida de comer coños y que otras mujeres me lo comieran, quería saber que se sentía con una polla dentro de mí.
El fin de semana eran las fiestas del pueblo y todos los vecinos nos reuníamos para comer juntos en el campo, esa sería mi oportunidad para ir a por Lucas que era el vecino al cual le había echado el ojo. Después de comer nos separamos del grupo con la intención de dar una vuelta y relajarnos antes del baile. Nos separamos de mis amigas y nos quedamos solos, le di un beso y le conté que me gustaba mucho, el me respondió que yo también le gustaba y comenzó a besarme apasionadamente mientras sus manos me tocaban las tetas, yo por mi parte le agarre el culo y empecé a notar un bulto que crecía bajo su pantalón. E l muy salido se estaba empalmando muy rápido y la cosa crecía cada vez más, me decidí a investigar que crecía tanto y metí mi mano dentro de sus pantalones, tenía algo gordo y muy caliente que empezaba a humedecerse en la punta. Cuanto más le tocaba mas apretaba mis tetas.
Estábamos tan excitados que nos fuimos a un pajar que se encontraba cerca de la fiesta, allí nos desnudamos y comenzamos a explorar nuestros cuerpos, el cabron sabía como excitar a una mujer y sabía como complacerla.
Me estaba follando de lo lindo cuando apareció mi padre que me echaba en falta, nos encontró en plena faena, se saco el cinturón de cuero y le dio una serie de golpes a Lucas que se tuvo que escapar en pelotas sino lo iba a matar a golpes. A mí me cogió del pelo y me arrastro a cas en pelotas, yo solo era capaz de llorar, al llegar a casa me encerró en la bodega y me ordeno que me fuera preparando para el castigo que me iban a dar. Horas después tras terminar la fiesta entraron en la bodega mi padre seguido de mi madre, le conto donde y con quien me había encontrado y lo que estaba haciendo. Mi madre no sabía cómo defenderme y yo tenía muy claro que el castigo iba a ser muy duro conociendo a mi padre.
La sorpresa para mí fue cuando mi padre dijo que él no me castigaría que eso era cosa de la madre que el ya había castigado al cabron que me había follado, además le dijo a mi madre que ella ya sabía cómo hacerlo bien, después de tantas lecciones tendría que haber aprendido de sobra. Mi madre se quedo mirándonos y dijo que valía, que si sabía como hacerlo y lo haría, que como puta merecía el castigo y no se apiadaría de mí. Comenzó a desnudarse para no ensuciarse y me pregunto si quería ser atada o no, me quede de piedra y no dije nada, paso por delante de mí y pude ver señales en sus nalgas y espalda de latigazos, esa era la razón de su experiencia, no sabía si fuera su padre o el mío, debía de haber sido el mío puesto que algunas parecían recientes. Cogió una vara de mimbre y se situó a mis espaldas, me ordeno flexionar la espalda y apoyar las manos en mis rodillas alzando el culo.
Empezó golpeándome primero una nalga y luego la otra, me daba tan fuerte que no era capaz de gritar solamente lloraba, después de golpearme 40 veces, me pregunto si me había llegado o quería mas, le suplique que parase, no volvería a hacerlo más, me miro y después miro a mi padre el cual estaba con la polla fuera del pantalón masajeándola mientras veía como mi madre me castigaba, verlo le ponía cachondo. Mi madre se dirigido a mí y me volvió a preguntar, en ese momento introdujo una mano entre mis piernas y la saco húmeda, estaba muy cachonda y húmeda, no me lo podía correr, me gustaba que me pegaran. Cuando me noto húmeda se dirigió a mi padre y le dijo que tenían una hija además de puta viciosa, le gustaba que le pegasen, eso la excitaba. Mi padre se levanto y se dirigió a mí para comprobar lo que decía mi madre, introdujo los dedos en mi raja y los sacos mojados. Se los enseño a mi madre y le ordeno que se los lamiera, mi madre se puso a ello sin remilgos y se los limpio a conciencia. Mi padre la cogió y le dio la vuelta dejándola de espaldas a él y mirándome a mí de frente, en esa posición le penetro el coño de una sola embestida y comenzó a follarsela delante de mí. Mi madre no dejaba de jadear, estaba disfrutando siendo follada delante de su hija.
Mientras la follaba me decía que fuera aprendiendo como se folla de verdad y que si me gustaba ellos me podrían dar lecciones de cómo follar bien sin ningún problema, si quería ser una puta mejor era ir aprendida de casa.
Se corrió en mi madre y cuando se salió de su vagina y mi madre se puso en pie su semen chorreaba a lo largo de sus piernas, ella lo cogió en sus dedos y lo chupo, me miro y me dijo, la esencia de la vida, un autentico manjar de dioses. Bueno Celia es hora de acabar tu castigo, es hora de curarte, en ese momento mi madre se dirigió a un saco que había en la bodega y cogió un puñado de polvo blanco, me puso otra vez con el culo en pompa y comenzó a restregármelo. Le llame puta, cabrona, la insulte todo lo que pude gritándole, la muy cerda me estaba masajeando con sal, como me escocía el culo, parecía en llamas. Mis dos padres se reían como locos viéndome gritar y golpearme el culo. Durante tres días no salí de casa a pesar de venir mis amigas a buscarme, estaba muy avergonzada de mi situación y no quería dar explicaciones acerca de lo ocurrido.
Cuatro días después de que mi madre, se llama Sara, me dejara el culo como un tomate maduro al bajar a la cocina a desayunar me pregunto:
S. Hace unos días que no veo bragas tuyas en el tendal.
C. No te jode, como si pudiera ponérmelas después de cómo me dejaste el culo, cualquier cosa que me roce me hace ver las estrellas.
S. Me estás diciendo que hace cuatro días que no usas bragas y vas con el coño al aire como una guarra.
C. Que te creías, si me molestan no las pongo y fin del asunto. Tú quien te crees que eres para decidir si uso o no bragas, mi ama y señora.
S. De momento solo tu madre, mas adelante ya veremos.
C. Era buena si colara, soy tu hija porque me trajisteis a esta mierda de mundo, a partir de ahí no tienes más derechos sobre mi o mi cuerpo.
Mi madre se quedo cayada y no me volvió dirigir la palabra. Desayune mi leche con cereales y volví a mi habitación donde me puse a navegar por la red buscando información acerca de cómo me sentía después de lo sucedido en la bodega. Por mucho que me doliera físicamente, había disfrutado de ser humillada por mi madre delante de mi padre, y como me habían tratado después de follar entre ellos, humillándome sicológicamente, un tratamiento completo de sumisión.
A la hora de comer cuando regreso mi padre me llamaron para bajar a comer. Baje vistiendo únicamente un traje de verano, cuando me senté en la mesa mi madre Sara comenzó por contarle a mi padre Teo la conversación-enfrentamiento que habíamos tenido en el desayuno, mi padre comenzó a reírse pero después de una mirada de mi madre cambio totalmente su actitud.
P .No debes de hablarle así a tu madre, de momento somos nosotros los que te facilitamos tu forma de vivir, eso deberías de respetarlo al menos.
C. Es vuestra obligación, yo no os mande follar y que me trajerais a este puto mundo.
P. Te la estas ganando.
C. Porque tu lo digas, a mi me da igual, las verdades joden, no papuchi.
P. Tienes todos los números de la rifa y como sigas así va a tener lugar el sorteo.
C. Y una mierda.
S. No te lo dije, prepotente y respondona.
P. Todo tiene remedio, lo vas a ver.
En ese momento mi padre se levanta y se dirigí a donde yo me siento, me levanta de la silla y de un tirón me arranca el vestido dejándome totalmente desnuda. Tras observarme bien me hace girar para mostrarle mi trasero.
P. Le diste duro Sara, aun lleva las marcas.
S. Y las que tengo yo, que se acostumbre, es lo que le va a quedar como siga con esa actitud.
P. De acuerdo, ahora merece un castigo, esta vez dejaremos tranquilo su culo, hay más carne.
S. Celia ve a la bodega a por la vara y trae del armario del fondo unas tiras de cuero con pinzas.
C. Y que más, encima de que me queráis castigar ir a buscar los medios. Una mierda para vosotros.
Al responder así, me cayó una ostia de mi padre que me hizo girar la cara dejándome la mejilla roja y ardiendo, los cinco dedos marcados.
P. Obedece a tu madre o quieres mas jarabe de estaca, el bote ya está abierto.
Me fui a la bodega buscar lo que me habían mandado, lo primero que encontré fue la vara, estaba donde la dejara mi madre después de azotarme el trasero, me dirigí al armario y lo abrí, menuda sorpresa, el armario además de lo que me pidieran tenía en su interior: fustas, esposas, consoladores, lubricantes, arneses, bolas chinas…
Que equivocada vivía acerca de mis padres, su vida sexual debía de ser tremenda, juguetes no les faltaban y parecía que sabían cómo usarlos. Me daba la impresión que a partir de ahora iba a aprender un par de cosas y los profesores serian mis padres.
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