Iniciándonos los dos ( parte 2 )

Casada y casado dan un paso más en su relación.

Continuación de la experiencia real, que viví con Alba.

Durante el resto de la tarde y la mañana siguiente, no pude quitarme de la cabeza a Alba. Tentado estuve de dejarle algún mensaje escrito, pero preferí no hacerlo.   Sobre las 7 de la tarde, cuando el ambiente en la empresa empezó a decaer, volví a entrar en mi despacho, y me conecté de nuevo.

Allí estaba ella, conectada.

-          Hoooolaaaaaaa, que tal?. Le saludé.

-          Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Por fin. Pensaba que no ibas a entrar nunca más.

-          Anda….. ¿por qué pensaste eso?.

-          Tonterías mías,  nada más.

-          Vamos, que  tenías ganas de verme.

-          Muchas julio, muchas.

-          Me alegro. Eso solo puede significar, que ayer estuviste muy cómoda, verdad?  La verdad es que me alegra escuchar eso.

-          Si, estuve muy bien. Espero que tu también estuvieras bien, y que la situación que vivimos ayer, te gustara tanto como a mí.

-          Claro que sí. Ahora se nos abre un mundo de situaciones por vivir. Si estamos de acuerdo de ambos, por supuesto.  Tú, qué opinas?.

-          Opino, que sí. Deseo que sigamos. Y es más….. deseo que esta sea, la confirmación que deseas escuchar.  Espero que entiendas que me gusta cómo me siento.

-          Y como te sientes, Alba?.

-          Uffffffff. Ayer sentí cosas muy fuertes. pero me gustaron mucho.

-          Sucia?, le pregunte?.

-          Muuuucho, pero feliz de sentirme asi.

-          Qué más sientes, Alba.

-          Una zorra? Dijo, poniéndose un poco roja por la vergüenza.

-          Preciosa palabra, verdad? .

-          Sí, me encanta julio. Me gusta como suena, lo que significa, y todo lo que conlleva.

Nos quedamos ambos mirándonos.  Sin saber, que decir. Sabía que era mía. Pero mía de verdad. Podría mandarle ahora lo que quisiera, y ella obedecería sin rechistar. Pero el morbo de la situación era precisamente ese. Tener todo el banquete delante…….pero ir con calma. Poco a poco. Recreándonos en los detalles.

-          Alba, cuantos hombres te han visto desnuda?

-          Sin contar a mi marido, dos ex novios que tuve antes de casarme.

-          Conmigo seremos cuatro, entonces.

-          Si, respondió con una sonrisa que la delataba perfectamente.

-          Me apetece verte desnuda , y a ti te apetece que te vea. No sé a qué demonios esperas, Alba.

Sin responder nada, se puso de pie, y alejándose de la webcam, me permitió verla entera.

Vestía  una camisa blanca de marca, desabrochada generosamente  para mostrar escote. Un sujetador también blanco  bajo la camisa, un precioso vaquero ajustado y unas botas altas de  color marrón.

No era muy original en su vestimenta, obviamente.  Siempre veía a las madres que llevan a sus hijos al colegio vestir de un modo similar. Imaginaba como serían sus cuerpos sin esa especie de uniforme que todas se empeñaban en copiar. Y allí tenía a una de ellas. Y la tenía para mí. Toda para mí.

-          Alba, no me hagas un striptease…. Ni vayas despacito, tratando de retrasar el momento.  Quiero verte desnuda, y quiero verte ya. Y lo primero que me gustaría, es dejar de ver esa sonrisa que llevas puesta desde que conectaste la cámara.

Tenía las manos junto a su cuerpo, sin saber si debía de esperar algo mas, o desnudarse con rapidez.

-          Estas esperando algo?.

Sin decir nada, empezó a desabrochar su camisa.  Lo hacía con la cabeza inclinada. Con un par de botones, ya veía su sujetador.

Se desprendió de la camisa, colocándola con delicadeza, sobre el respaldo de la silla que tenía a su lado. Y tras medio segundo de duda, paso los brazos por su espalda, para desabrochar los corchetes del sujetador y con rapidez se lo quitó.

Trato de inclinarse un poco como para tratar de ocultar sus pechos y rápidamente desabrocho las cremalleras de sus botas, y se las quitó. Dio un pequeño suspiro.

Cogió el borde del cinturón, se lo desabrocho, y de golpe y sin pensarlo,  desabrochó todos los botones de su vaquero. En ese momento, la pare.

-          Espera alba.  Mira a la pantalla.

Ella levantó la mirada. Me vio como la miraba. Y miro su imagen en la pantalla. No tengo ni idea de que pasó por su cabeza en esos momentos, pero fuera lo que fuera,  le era agradable del todo.

-         No quiero q te tapes. Exhíbete más. Y mírate bien en la pantalla.

Ahora quiero que te bajes el pantalón y la braguita, pero solo hasta las rodillas. Si lo deseas, puedes bajarte  las dos cosas a la vez.

Como en un arranque de locura total, cogió el pantalón y la braga de golpe y sin pensarlo, se bajo todo de golpe hasta las rodillas.  Sus brazos, los puso detrás, tal y como acostumbraba. Ahora la tenía delante de mí. Con unos precios pechos de una talla completamente normal, que se mantenían, pese a no ser una niña a una altura considerable.  Un cuerpo bonito, no el de una topmodel, sino el de una mujer bien conservada y cuidada para su edad.  Su piel estaba bronceada, y su sexo lucía depilado en un 90%, con un pequeño detallito de pelo en la parte superior del pubis.

-          Saca el cinturón que tienes en el pantalón, y póntelo en el cuello.

Ahora si observé, que lo que iba a hacer, le estaba costando un poco más. Su cara, sin perder un ápice de morbo, si estaba completamente seria, metida totalmente en su papel.  Sus movimientos, se hicieron más lentos. Se agachó, y fue sacando el cinturón de cuero de las trabillas de su pantalón vaquero.

Cuando lo tuvo en la mano, se quedó pensativa unos segundos.  Parecía dudar.  Lo colocó alrededor de su cuello, y lo pasó por la hebilla, como si fuera a atarlo. Como era imposible, dio la vuelta al cinturón, dejando la hebilla en su nuca, y mostrándome como quedaba su precioso cuello con el cinturón puesto.

Se miró sin esperar a que yo se lo mandara, y seguidamente la vi morderse el labio, al comprobar cómo se veía en la pantalla. Los pequeños gestos, que anteriormente, había insinuado ella, de apretar mas sus piernas….. ahora eran gestos que no dejaban lugar a dudas. Juntaba las piernas sin rubor, buscando cualquier rastro de placer que pudiera lograr.

-          Acércate a tu portátil. Cógelo en tus brazos….. y gíralo para darme una vista completa de la habitación.

Hizo lo que le había mandado, y me mostró por la pantalla cómo era el salón de su casa. Moderno y con gusto, como toda ella.

En un lateral del salón había un  par de confortables sillones , colocados en forma de ele, con una mesa bajita entre ambos.

-     Coloca el portátil en la mesita,  y siéntate en el sofá. Le dije.

Una vez lo colocó todo como le había indicado, se sentó justo enfrente del portátil.

-          Quítate los pantalones, y recuéstate un poco en el sofá. Lo suficiente para que te vea completamente desnuda.

Una vez se los quito, se recostó. La imagen era perfecta.  Estaba semi tumbada, con las piernas juntas.

-          Separa las piernas y súbelas para ponerlas sobre el sofá.

Pensaba que le iba a costar un poco más de tiempo hacerlo, pero Alba cada vez me sorprendía más.

Ahora sí que la veía completamente desnuda, y sobre todo expuesta. A ella la noté completamente encantada de su situación. Lo poco de turbación que le quedaba en la mirada, lo achaqué sin duda a que su excitación era más que evidente. Ya no le importaba estar desnuda. Ya no le importaba estar disponible para mis órdenes. Lo que le jodía era estar así de excitada y sobre todo que fuera tan evidente su disfrute.

-          Estas muy bien en esa pose…… tan evidente, le comente.

-          Si te parece bien, me gustaría saber más sobre ti. Así que te iré preguntando algunas cosas, para que me las respondas, vale?

-          Vale.

-          Tienes libertad para jugar con tus pechos, pero solo con ellos. No debes de hacer nada mas, entendido?. Y lo que bajo ningún concepto puedes hacer, es cerrar las piernas, ni bajarlas del sofá.

-          De acuerdo.

Acto seguido, como si fuera una liberación, posó sus manos en los pechos. Pensé que solo quería ocultar sus pechos, pero no. Una vez poso sus manos sobre ellos, debió de recibir un espasmo de placer, que le llevó a mantener los ojos cerrados durante unos segundos. Al abril de nuevo los ojos, y ver mi cara…….debió de tomárselo bien, ya que lo siguiente que hizo fue cogerse con ambas manos los pechos y apretarlos de verdad.

Deje que disfrutara durante un rato de su placer, para que fuera soltándose .

-          Ahora quiero que me señales, cuántas veces te has masturbado desde ayer por la tarde. Y para ello, debes de lamer tus dedos. Por cada vez  que te hayas masturbado, chupas un dedo. Entendido?.

La verdad es que me costó prestar atención a los dedos que lleva a su boca. Me costaba no desviar mis ojos a su sexo, que ahora se mostraba completamente brillante y abierto.  En ningún momento cerraba las piernas, pero las movía constantemente.

Me gustó muchísimo ver, que con los dedos de una mano, no tenía suficiente. Al final del ejercicio, habían sido 6.  6 veces las que se había masturbado desde ayer.

-          6 veces, pregunte?.

-          Si, indicó con un gesto.

Ahora, volvía a cogerse los pechos con fuerza.  Me gustaba verla así, pero prefería verla de otro modo, así que cambie el rumbo de la conversación.

-          Me gusta mucho como te acaricias. Has probado a hacerlo más fuerte aún?.

-          No.

-          Pues hazlo ahora.  Coge ambos pezones a la vez, y tira de ellos. Tira hasta que notes algo de dolor, y mantente ahí.

Hizo lo que le mandé. No miraba nada que no fuera mi cara. Y en ningún momento vi en su cara ningún gesto de dolor. La cara de excitación había cambiado, pero su sexo seguía brillando.

-          No veo que en ningún momento te duela. Hazlo más fuerte.

Se quedó pensativa un rato, y al no saber cómo expresarlo, de un salto se acerco al portátil, y escribió.

-          Claro que me duele. Y mucho. Pero el placer que siento, es tan grande que creo que aguantaría por fuerte que los estirara.

Mientras esperaba mi contestación, volvió a coger ambos pezones y a tirar de ellos. Al estar mucho más cerca del portátil,  pude escuchar perfectamente los gemidos que salían de su boca, cada vez que soltaba los pezones.

Los gemidos, no eran de placer típico. Tampoco diré que eran gemidos pre-orgasmo, pero ni por asomo eran los gemidillos clásicos que se sueltan cuando uno comienza a excitarse.  En una de esas ocasiones, justo cuando comenzaba a gemir, una de sus manos fue de sus pechos a su sexo, y lo acarició.

-          Tan cachonda estás, que no puedes estar sin acariciarte?.

-          Si, perdona.

-          Y si no te perdono?.

-          Haría lo que tuviera que hacer para no estropear con nada esto.

-          Lo sé. Lo que no se es hasta dónde  va a llevarnos esto. Estamos casados los dos. Ambos queremos a nuestras parejas, y no se tú, pero lo que no estoy buscando es una tía para echar un polvo.

-          Yo tampoco. He podido hacerlo muchas veces, y no es eso lo que necesito. No necesito otro hombre, y mucho menos uno como mi marido. Quiero alguien que me lo de todo.

-          Que significa todo para ti?

-          Sabes esas guarradas, que todo ser humano tiene en la cabeza?. Esas salvajadas que jamás contarías a tu pareja, para que no pensara nada malo de ti. Esas salvajadas que usas cuando fantaseas. Esas cosas tan fuertes, que en ocasiones, deseas quitártelas de la mente porque asustan a una misma.

-          Sí, claro que lo sé. Tengo la cabeza llena de esas cosas.

-          y yo también.  Pues siento, que contigo las hablaría sin miedo, y hasta las llevaría a la práctica.

-          A ver….. Alba. Esto nos gusta a los dos……… pero no hemos tenido tiempo de conocernos lo suficiente. Cada uno de nosotros ha vivido sus fantasías en soledad, y sabemos poco el uno del otro.  Y si te asusto?.

-          Asustarme?  Crees que si estoy como estoy ahora mismo, no es porque confío plenamente en ti?. Eres dominador, y  a mí me gusta ser dominada. No te cortes, por favor.

-          Y si deseas parar?

-          Si deseo parar , cosa que dudo. Te lo haré saber.

-          Y si te cruzo la cara de un tortazo?.

Un brillo cruzo por sus ojos, y respondió.

-          Estoy segura de que cuando eso ocurra, será por mi propio  bien, y seguramente porque me lo habré merecido.

-          Eres como un sueño hecho realidad.

-          Eres como un sueño hecho realidad.

Ambos sonreímos a la vez.  Estaba preciosa.

-          Si dentro de dos días, preparara un viaje relámpago…… aceptarías un café?.

-          Sin cafeína, por no ponerme más nerviosa. Pero si. Aceptaría ese café.

-          Gira la webcam hacia otra parte del salón y vístete.

Giro el portátil,  y recogió toda su ropa que permanecía desperdigada por el salón. Volvió a aparecer totalmente desnuda frente a mí, y con calma y mirándome de vez  en cuando se vistió completamente. Una vez se situó de nuevo frente a mí le dije.

-          He de trabajar todo lo que pueda si quiero tener alguna opción de liberar la agenda para poder ir a tomarnos ese café.  Tendrás noticias mías.

-          No te molesto mas. Trabaja………

Con esto…………. Me quedó todo absolutamente claro. A partir de ese momento, solo podía trabajar y trabajar. Era miércoles por la tarde  y deseaba verla el viernes………tenia 24 horas para poderlo preparar todo y viajar a conocernos.

En cuanto tenga un poco de tiempo, os contaré lo que paso la primera vez  que nos vimos Alba y yo, en la habitación de un hotel de las afueras de su ciudad.

Espero vuestros comentarios. Gracias. Julio1975julio@hotmail.com