Iniciándome en el tema
Tengo un amigo que poco a poco me está iniciando en el tema de intercambios.
Tengo un amigo que hace tiempo me inició en el morbo, empezó por enseñarme fotos de su mujer desnuda sin saber yo por qué, a su mujer la conocía al igual que a él, de hecho su mujer y la mía son amigas y quedan juntas de vez en cuando para tomar café.
Lo que me extrañó de mi amigo fue que un día de buenas a primeras me enseñara esas fotos en el ordenador de su casa. Su mujer de todas las formas y posturas posibles, por supuesto desnuda en todas las imágenes. No me lo podía creer, esas tetas que antes veía a través del escote ahora las tenía delante de mis ojos, su entrepierna lucía una suave vellosidad fruto de un reciente afeitado y su culo......... ese culo que siempre me dio un morbo enorme por fin estaba ante mis ojos.
No pude evitar una erección descomunal ante tales imágenes, pues la mujer de mi colega me atraía mucho sexualmente. No es que su mujer fuera una modelo pero el cuerpo que lucía se merecía hacerle todo lo que el cuerpo aguantase.
Al cabo de un rato sonó la puerta como si la estuviesen abriendo y ahí estaba, la mujer de mi colega que hace un instante estaba viendo desnuda acababa de entrar en la casa. Como siempre me saludó y me levanté a darle dos besos sin darme cuenta de que aún tenía la enorme erección. Creo que ella se percató del bulto que tenía entre las piernas pues bajó y subió rápidamente la mirada y me hizo una sonrisa cómplice. Tras saludarnos ella entró en la cocina a dejar la compra que traía, dándome la espalda mientras yo recordaba las fotos de su culo desnudo.
Mi amigo Carlos se estaba aguantando la risa ante esa situación, le hizo gracia que yo con una erección descomunal me acercara a su mujer y ella me sonriera cómplice. Yo estaba entre excitado y avergonzado por esa mezcla de situaciones.
Seguimos viendo fotos mientras su mujer guardaba toda la compra, me dijo cual era mi postura favorita y por supuesto le hablé de lo que me gustaba el culo de su mujer. A los pocos minutos apareció de nuevo la mujer para preguntarnos si queríamos café, la verdad que me apetecía así que fuimos al salón mientras ella nos lo preparaba.
Yo estaba muy excitado, no paraba de recorrer el cuerpo de aquella mujer recordando todas las fotos, mientras tanto a Carlos parecía que esa situación también le excitaba. Me preguntó se quería unas galletas o pastas para acompañar el café y le dije que sí, así que se levantó y fue para la cocina a buscarlas. Desde el salón pude oír como cuchicheaban durante un rato entre ellos, pensé en mil cosas distintas sobre esa conversación y me empezó a dar un poco de vergüenza.
Al cabo de un rato apareció mi colega con un plato mitad lleno de galletas y mitad de pastas, me miraba y no paraba de sonreír diciéndome que me iba a gustar mucho el café.
Poco después se escuchó la voz de la mujer diciendo que ya estaba listo el café y venía con ellos en una bandeja. En cuanto entró en el salón mis ojos se abrieron y casi se me salieron de mis órbitas, aquella mujer tenía una camiseta de lycra muy apretada y con un escote que casi se le veía los pezones, aunque con lo marcada que tenía la camiseta ya se podía ver la silueta. También tenía unas mallas que hacían que cada centímetro desde sus caderas hasta sus rodillas se pudieran adivinar. Llevaba la bandeja con las tazas de café pero yo me fijaba un poco más abajo de la bandeja, en su entrepierna. Sus labios vaginales estaban totalmente marcados por esa prenda de vestir.
Se me notó demasiado la sorpresa ante esa imagen, por lo que la mujer de mi amigo me comentó si me sentía molesto, porque esa era la ropa que llevaba en casa para sentirse cómoda. Yo miré a Carlos que se estaba aguantando la risa y volví a mirarla a ella respondiendo, entre excitado y asombrado, que si así se sentía cómoda estaba mejor y que para nada me molestaba esa vestimenta.
Le sirvió el café a su marido pero a la hora de servirme a mí me dio la espalda, dejando que su culo bien marcado por ese pantalón de lycra tan ceñido quedara a pocos centímetros de mi cara. Yo me mordía los labios ante esa escena mientras una nueva erección enorme agrandaba el bulto de mi pantalón. Tenía el culo que deseaba tan cerca que me dieron ganas de agarrarlo, pero por respeto no hice el intento de tocarla.
Pasamos una agradable tarde, sobre todo para mí, tomando el café mientras la mujer de Carlos me regalaba posturas y algún que otro roce. Cuando decidí ir a casa nos levantamos y nos despedimos con dos besos. Carlos me acompañó hasta la puerta y cuando nos despedimos me dijo que si yo le conseguía fotos de mi mujer desnuda, su mujer me regalaría algo más..............