Iniciando a mi Mejor Amigo
Se acerco, hasta que su verga toca mi vientre, y la mia choca con sus huevos, y nos abrazamos.
Descubriendo a Ricardo
Durante el tiempo que cursé la preparatoria, no tuve mejor amigo que Ricardo. El, un año mayor que yo, era un excelente camarada con el que congenié desde el principio de la escuela y nuestra amistad se hizo cada vez más fuerte.
En las salidas que tuvimos que hacer a distintos lugares por motivo de estudio, o bien, viajes recreativos, no era de extrañarse que compartieramos la habitación, e incluso, que acomodaramos nuestra ropa en una sola maleta, para no cargar tanto.
Yo siempre supe de mi atracción hacia los hombres, pero llegué a pensar en esto como algo pasajero, pues las chicas han sido de mi agrado.
Sin embargo, esto no impedía que en los viajes observara yo con detenimiento a Ricardo. Ya lo había visto desnudo alguna vez, y el también a mi, yo lo había visto desnudarse para entrar al baño, y alguna ocasión por la noche, le había visto la verga parada cuando dormía. En esas noches, lo veía como solo dormía con una trusa holgada, y cuando se le paraba la verga, se comenzaba a formar una pirámide con la trusa. Una vez, cuando competimos en natación, juntos entramos al baño y nos llenamos de jabón el pecho y hasta llegar al pubis, para afeitarnos. Esa ocasión pude contemplar a escasos centímetros de mi su fuerte abdomen y vi como recorría el camino entre su pecho hasta llegar al tronco del pene.
- Mejor me lo quito todo, para que crezca parejo - dijo mientras me veía diveratido y de un movimiento rápido rasuró todo el vello pubico.
Ese instante fue, de descubrimiento, pues con solo observarlo, sin querer ni sentir, mi verga fué creciendo poco a poco, hasta apuntar completamente hacia adelante.
Yo hacía como que ni lo veía, y continuaba luchando con el rastrillo para recortar el vello y dejar solo que que pudiera cubrir el traje de baño.
- No seas pendejo, así se hace -dice Ricardo mientras con una mano me toma el abdomen y con la otra recorre el rastrillo delimitando un triángulo - nada mas no ve vayas a sacar un ojo, compadre.
Reimos ruidosamente, yo temblando de excitación, pero haciendo el mayor esfuerzo para tomar esto con naturalidad.
Frecuentemente, en los hoteles donde nos quedabamos, compartiamos la habitación con otro compañero, Heriberto, que era muy común que se embriagara, al sentirse solo y liberado, y después, se dormia como tronco sin que poder humano alguno lo lograra levantar.
En el viaje que más recuerdo, fuimos con el Orfeón en el que participabamos, a un concurso a una escuela que quedaba distante, por lo que tuvimos que salir desde dos días previos al concurso, y como siempre, nos tocó a los tres compartir la habitación.
La primera noche, el compañero Heriberto se puso una briaga de campeonato, a tal grado que cuando entró al baño, ya no salió en un buen rato, lo que ameritó que entráramos a sacarlo.
Todo un espectáculo morboso...
Sentado en el inodoro, dormido, con los calzones hasta los tobillos, llenos de vómito, que escurría por su pecho y bajaba hasta su entrepierna.
Lo levanté con la ayuda de Ricardo y apestaba...bueno, ya se imaginarán, tuvimos que desvestirlo por completo, poner su ropa en una bolsa, y meterlo a bañar, para lo cual llenamos la bañera hasta la mitad y lo sentamos.
- Vicente, este cabrón está hecho una mierda, mira nada más como está, que pinche asco - decía Ricardo mientras le echábamos agua con la regadera portátil
yo no se que tragó este idiota, pero mira, está todo cagado, y vomitado, tiene todos los huevos llenos de vómito, sus pinches pelos todos están embarrados...
Si cabrón, no mames, está super burro - decia yo mientras podía observar a Heriberto desnudo bajo el agua, mostrando una hermosa verga morena, larguísima, con abundante prepucio, que no había tomado en cuenta
Heriberto solo emitia sonidos sordos y nos veía con una sonrisa de estúpido...estaba super borracho.
Mira, tiene vómito enrredado en los pelos - dice Ricardo dirigiendo el chorro de agua hacia la entrepierna del chico - está todo lleno el cabrón- Oye güey, lavate la verga, que estas cagado de vómito - dice Ricardo y Heriberto solo pone encima su mano sin moverla.
No hay más remedio, dame el pinche jabón
Yo estaba super divertido, y le alargo el jabón a Ricardo, quien primero mete la mano entre las piernas de Heriberto para encontrar el tapón de la bañera, espera un poco que baje el agua de nivel, hasta que solo le cubre los huevos y toma el jabón, y con la mirada fija en el pubis de nuestro amigo, lo comienza a enjabonar, formando abundante espuma, y metiendo sus dedos entre los pelos, quitando todo rastro de suciedad, y yo puedo ver como entreabre su boca, y como todo el se va poniendo nervioso.
- Mira, ya esta mas limpio-dice sin dejar de enjabonar y acariciar disimuladamente el tronco de la verga de mi camarada
Yo comencé a empalmarme, estaba solo en short, y me senté en el excusado para no hacer evidente mi erección, el hecho de tener a un cabrón borracho, semidormido, desnudo, acariciado por la mano de mi amigo, me estaba taladrando el cerebro.
- Ve a traer una toalla, ya vamos a sacarlo, ya todo se está arrugando
Me levanto y salgo, mostrando ahora sin querer, mi erección, que el sigue fijamente, y yo hago lo posible por fingir normalidad
Encuentro las toallas junto al baño, en un taburete y regreso..
y lo veo..
Esta con una mano tocando el pecho del Heriberto, y con la otra, aprieta y le acaricia el pene y los huevos
Sus ojos fijos, absortos, su boca entreabierta, ruborizado, no se ha dado cuenta de que estoy en la puerta.
- Ya llevo las toallas - digo me hago el que no vi nada.
Lo sacamos de la bañera, y puedo ver el grado de excitación de Ricardo: tenía un bulto marcado, ostentando una mancha circular de líquido.
Extiendo una toalla en la cama y recostamos a Heriberto, y procedo a secarle el pelo, y ya caliente, comienzo a recorrer su cuerpo con la toalla, suavemente, ante los ojos de Ricardo
- Secale bien - le digo y le hago señas de que tome la otra toalla
En forma instintiva, toma la toalla y se va a la entrepierna, frotando suavemente la mata de pelos, ahora limpia, olorosa a jabón, y continúa ahora con los huevos, tomandolos con una mano, y con la toalla en la otra, frotandolos suavemente.
Deslizo mi mano sobre el pecho y abdomen de Heriberto hasta encontrar las manos de Ricardo.
Me ve.
Tiene una mirada indescriptible, se nota la excitación por donde quiera.
Sin decir palabra, me paro y me quito la camiseta y me bajo el short, quedando solo en calcetines, y el hace lo mismo.
Nos vemos ahora, desnudos, la verga de mi amigo luce totalmente erecta, firme, apuntando hacia adelante, goteando un fino hilillo de liquido.
Sus huevos, con el vello creciendo, fino, hacen la impresión de ser muy grandes. Su pecho se mueve rapidamente al compas de su excitación, y sus brazos cuelgan a los lados, sin dar señas de iniciativa.
Me acerco, hasta que su verga toca mi vientre, y la mia choca con sus huevos, y nos abrazamos.
Recorro con mis manos su cuerpo desnudo y palpitante, explorando cada centímetro de piel, pasando por su espalda, continuando con su cintura, llegando a sus nalgaas.
El solo me abraza, y dirige su boca a mi cuello, a mis orejas.
Yo continuo, ahora tocando el pecho, y lo beso, beso sus tetillas, aspiro su olor.
Poco a poco lo voy empujando hasta hacerlo caer junto a Heriberto, quien duerme profundamente..
Ahora Ricardo yace cuan largo es, con las piernas abiertas, con una orgullosa erección que apunta al techo, chorreante, de una firmeza que duele.
Me voy acomodando sobre el, lentamente, haciendo que nuestros miembros primero choque entre si, y que después, tan solo se acomoden entre nuestras piernas, pasando a un lado de nuestros huevos.
Me abraza con fuerza, y ahora, me acaricia.
Pasa su mano, torpe aún, por mi espalda, hasta llegar a mis nalgas, las estruja.
Yo comienzo a moverme en un vaivén corto, suave, apretando mis piernas, y la verga de mi amigo, que casi asoma por mi culo.
Nos besamos, primero timidamente, y luego, con ansia, entremezclando nuestras lenguas, saboreando nuestra saliva, compartiendola..
Me recorre con sus manos toda mi espalda, acariciandome, apretándome en cada movimiento de cadera, y yo empujo mi miembro entre sus piernas, siento como sus huevos aprisionan mi verga, que se desliza ahora por la humedad de su entrepierna, lubricada con mis liquidos.
Heriberto se mueve, se acomoda, nosotros nos quedamos estáticos, y el sigue respirando, ahora ruidosamente, ronca, esta a solo centimetros de nosotros.
Me suelto de sus brazos, y me dirijo ahora, a su verga.
Lo acomodo, le separo las piernas, comienzo a mamarlo, recorriendo ese mastil de largo a largo, deteniendome en el frenillo, pasando la lengua por cada centímetro de verga, siempre admirada.
Le mamo los huevos, uno por uno, metiendomelos en la boca, y le arranco quejidos, el incurva su espalda, lo veo.
Tiene los ojos cerrados, se aferra a la sabana.
Continúo, lengueteo toda la entrepierna, y descubro mi sabor, mi liquido lo ha lubricado, veo su ano.
Una fina capa de vellos lo rodean, y sin dudarlo, aplico mi lengua sobre ese pequeño culo.
Siento como toma sus rodillas y se abre por completo, facilitandome la tarea, yo beso ese ano virgen, llenandolo de saliva, tocandolo con la lengua, mientras veo, hacia arriba, la verga totalmente mojada, emanando abundante liquido.
Me chupo un dedo, lo ensalivo, y lo dirijo al pequeño agujero virgen.
El me detiene un poco, pero continuo hasta que entra suavemente la mitad de mi dedo, el se relaja, apoya la cadera sobre la cama, y mi dedo entra, suavemente, venciendo la resistencia, hasta el fondo, tocando sus paredes, en forma circular, hacia el frente.
Se arquea, extiende la mano y la pone en los huevos de Heriberto, quien duerme ruidosamente, los estruja, arrancandole solo un gruñido al borracho, el que solo abre sus piernas y trata de ponerse boca abajo..
Yo le doy una mamada a sus huevos, a la verga, mientras con una mano lo penetro y con la otra, torpemente, trato de mansturbarme.
- Ven, ven,volteate - dice quejumbroso Ricardo
Me dejo acomodar, para un sesenta y nueve, lentamente, el toma mi verga, la succiona torpemente, dando arcadas de nausea, y se dirige a los huevos, chupandolos, besandome la ingle, buscando mi culo
No separo mis dedos de su culo, ahora penetrandolo con dos dedos, lo que hace que Ricardo me rodee la cabeza con sus muslos, y frenetico me mame la verga.
- No chingues, cabron, me vengo, me vengo, ohh
Apenas logro sacarme la verga de la boca y veo como emanan cuatro potentes chorros de semen que me bañan el rostro, dejando gruesas gotas en mi pelo, en su vientre, siento como su culo se contrae en mis dedos, como pasa el semen por dentro.
Yo exploto también, en su cara, mi brazo firmemente en sus nalgas y recostado en su verga y huevos, me vengo.
Comienzo a retirar mis dedos de su culo, el se abre totalmente de piernas, y extraigo suavemente mis dedos.
Me acomodo junto a el, ahora cara a cara, abrazados, viendonos.
Cabrón, -dice Ricardo- cabrón, eres unico,
Tu también, no te arrepientes?
No, ya lo necesitaba, siempre me has gustado, siempre, esta es mi primera vez.
Lo abrazo y nos besamos, permanecemos en un nudo de piernas, de brazos, en una mezcla de liquidos,mientras Heriberto duerme borracho junto a nosotros, sin darse cuenta.
Está dormido...estaba dormido